(2013)
Director: Shane Black
Guión : Drew
pearce, Shane Black
Robert Downey Jr.
Gwyneth Paltrow
Don Cheadle
Guy Pearce
Ben Kingsley
Rebecca Hall
William Sadler
Jon Favreau
Ty Simpkins
El
Mandarín planea un ataque directo contra el gobierno de los Estados Unidos. Iron
Man deberá detenerle, si bien Tony Stark no pasa por su mejor momento…
Pues
bien, ha sido Shane Black el responsable de llevar la batuta de todo el
cotarro. Vamos a ello…
A
favor tengo que decir muchas, pero que muchas cosas y todas ellas muy buenas.
Para empezar, la peli no se anda por las ramas en absoluto porque, desde la
primera escena, a modo de flash-back, vamos a conocer a los personajes
implicados en la misma. Así, nos presentan al extraño/friki/excéntrico Aldrich
Killian (Guy Pearce) que, según parece, es una especie de genio pobre que tiene
un buen secreto entre manos. También pululan por ahí Rebacca Hall (Maya Hansen)
que es una amiga de, por el aquel entonces, niño mimado Tony Stark y que,
también, tiene su descubrimiento científico. Nada más terminar el flash-back no
tenemos que esperar mucho para ver quién va a ser el enemigo de Iron Man en
esta entrega: nada menos que el Mandarín (¡al fin!) que no se anda con
chiquitas y está dispuesto a cargarse a todo lo que se ponga por delante.
Y
es aquí donde tengo que nombrar el primer, para mí, gran logro de la cinta. Y
es que, aparte de poner por fin a un malvado de cómics, me ha parecido (al
menos en un primer momento, luego haré una referencia a este comentario) que el
modo de presentar a el Mandarín está pero que muy bien. Si has leído algún
cómic, sabrás que es una especie de brujo/místico chiflado con muchas ganas de
mandar y fastidiar al personal. Pues bien, aquí se han dejado llevar por esa
vena realista que impera en las adaptaciones de súper héroes (gracia a Nolan y
sus pelis de Batman) y lo han representado de manera muy real: es un terrorista
sacado de cualquier telediario o masacre que podemos ver en cualquier canal de
la tele. El modo de enfocarlo, con ese aura mística, al son de esa tenue música
de fondo y con capucha a lo Sith, precedido siempre de una especie de
noticiario donde vemos imágenes de atentados y demás, me parece muy bien realizada
y toda una sorpresa de las buenas.
Esto
me lleva a otro aspecto del personaje que creo enriquece mucho la trama y, por
esa regla de tres, la película: el matiz político que lleva implícito el
argumento. El Mandarín no es ningún personaje de tebeo que quiere gobernar el
mundo porque sí o destruir una ciudad por el placer de hacerlo. Más bien quiere
derrocar el gobierno de los Estados Unidos y, para ello, ataca y se dirige
directamente al presidente. Y lo hace con tal resolución y desenvolvimiento
que, en ocasiones, resulta bastante intimidante.
Paso
a otro aspecto fundamental y que me ha gustado mucho. Me refiero, claro está,
al personaje de Tony Stark. Vamos a ver; si has visto cualquiera de las dos
pelis anteriores sabes por dónde va el amigo millonario: es borde, irónico,
cachondo mental y puede crispar los nervios de cualquiera. Muy bien, aquí sigue
así y, de hecho, es una de las gracias del personaje (gracias que, dicho sea de
paso, no están ni han estado nunca en los cómics pero, caso raro, han venido
bien en la adaptación) pero han añadido algo fundamental y que le ha venido muy
bien: humanidad. Aquí comprobamos que Stark es rico y sigue son sus bordería
habituales, sí pero, también, es humano. Y esto es así porque todo lo que ha
pasado hasta ahora, sobre todo sus peripecias con Los Vengadores, le están
pasando factura. Nada de envenenamientos de la sangre ni cosas por estilo (como
vimos en la segunda entrega) sino algo tan sencillo y normal como una ansiedad
descomunal que se le manifiesta a través de ataques de pánico que no puede
controlar o noches enteras sin dormir. Y es que, da igual que seas rico,
inteligente y borde. Si te enfrentas a una legión tremenda de extraterrestres
que se cuelan por un agujero de gusano, participas en la salvación de toda una
ciudad o guías un misil atómico al espacio sabiendo que posiblemente no
vuelvas, eso debe de pasarte factura. Por eso, Tony, aquí, está hecho una
piltrafa, cosa que aumenta cuando el Mandarín se mete en medio. Y no hay que
olvidar que Tony, cuando desafía a el Mandarín, lo hace por pura, llana y
simple venganza. Todo ello, desde mi humilde opinión, ha hecho que veamos un
personaje bastante humano y, en definitiva, creíble que hace que la trama gane
muchos puntos.
Sigo.
Relacionado con lo anterior, se puede ser héroe y tener una armadura muy chula
pero eso no te hace invulnerable. Y es que otro de los puntos a favor de esta
peli es que Stark recibe por todos lados. Si ya lo dicen: que la chulería no se
te suba a la cabeza y no des tu dirección en un informativo de la tele. Por
eso, el millonario las pasa pero que muy mal porque le dan para el pelo a base
de bien. Vamos, que de su espectacular mansión no dejan piedra sobre piedra en
una escena más que espectacular. Y aquí paz y después gloria. Esto es motivo
para otro detalle que me gusta mucho: Stark, lejos de su casa, tiene que
empezar desde cero con la ayuda de un chico que conoce por casualidad. Y, de
este modo, acudimos a una faceta poco asociada al héroe: la de investigador en
plan detective que trata de solucionar una trama de hechos que es mucho más
complicada de lo que parece a simple vista y en la que están implicadas muchas
y muy variadas personas.
Pero
si hay algo que me ha sorprendido, amén de trama, efectos y escenas
espectaculares, es el giro argumental que sucede más o menos hacia la mitad de
la peli y que tiene como centro al villano de turno, a El Mandarín. Tranquilo,
que no voy a soltar prenda pero ocurre una cosa con respecto al personaje que,
al menos a mí, me dejó con la boca abierta y que me parece un giro argumental
soberbio con el que uno no cuenta ni puede imaginar contar. Tanto es así que
puedo decirte que, al menos yo, creo que la peli tiene dos partes: una antes de
este giro y, otra, después. La primera me resulta muy realista y me recuerda,
en cierto modo, a las nuevas pelis de Batman. La segunda, en cambio, es más
animadita, más “peli Marvel” Con todo, repito, no diré nada; lo ves y me
cuentas.
¿Más
cosas a favor? Una cuantas. Algo muy curioso: aquí, claro está, sabemos quién
es el súper héroe pero, las cosas claras, durante una buena parte del metraje,
de Iron Man, poco. Mucho más de Tony Stark y otros personajes. Ojo, que esto me
parece un logro porque, aun así, el guión se las apaña para que no despegues
los ojos de la pantalla. Eso sí, en el tramo final, sobre todo en la escena
final, te vas a hinchar de Iron Men (y fíjate que lo pongo en plural)
Los
efectos especiales me parecen muy conseguidos, algo muy típico en este tipo de
películas y que ya hoy es difícil que sorprendan. Eso sí, las explosiones y
destrucciones (de nuevo, la escena de la casa de Stark), las tomas de vuelo,
las luchas y las virguerías que hacen las armaduras (y hacen muchas, te lo
puedo asegurar), me siguen pareciendo espectaculares. Lo mismo lo ocurre en lo
que se refiere a los villanos de turno con esos ojos (amén de otras cosas) de
fuego que lucen cuando atacan.
Paso
a los actores. Todos ellos estupendos. Guy Pearce me parece muy bien metido en
su papel y, si bien tengo que reconocer que el tipo siempre me ha parecido más
que soso (como señalé en No tengas miedo a la oscuridad), debo reconocer que aquí me gusta bastante, bien
en su faceta ingenua del principio, bien en la de tío pero que muy inteligente,
una especie de Tony Stark en otra dimensión. Gwyneth Paltrow se luce un poquito
más que en las otras dos películas y aporta su granito de arena heroico en la
trama. Don Cheadle luce palmito también como Iron Patriot (léase Máquina de
Guerra) Ben Kingsley es el Mandarín perfecto en TODAS sus facetas (ojo a las
mayúsculas que pongo) Y, por supuesto, Robert Downey Jr. sigue siendo el Tony
Stark/Iron Man perfecto. El amigo aporta humor e ironía pero, también, heroísmo
y, en esta entrega, un toque dramático y humano considerable. Y es que, Iron
Man 3 me ha parecido, por encima de todo, una historia sobre Tony Stark más que
sobre la armadura y, en definitiva, una trama muy humana.
¿Aspectos
mejorables? Lo único que puedo decir es lo que siempre he pensado acerca de la adaptación
de este personaje al cine que no solo se puede aplicar a esta tercera entrega,
sino a toda la saga: me ha faltado la nula alusión al problema del alcoholismo
que Stark sufre en los comics y que, en mi modesta opinión, podría haber dotado
de una profundidad dramática a ambos, saga y personajes, considerable. Supongo
que alguien ha debido pensar que eso no es muy comercial. Bueno, un mero
detallito…
¿La
recomiendo? Ni dudarlo. Para mí, Todo un espectáculo del entretenimiento más
digno que te puedas imaginar, dos horas y pico muy bien llevadas que, al menos
a mí, se me pasaron en un tris con una serie de puntos que van a hacer que te
metas en la trama de lleno. Y lo digo bien claro: para mí, la mejor de toda la
saga.
Y
ahora, los efectos colaterales. ¿Habrá más Iron Man? Las cosas están, a fecha
de hoy, así, así. Por un lado, Downey Jr. está pendiente de negociación que,
según dicen, depende del montón de ceros que pongan en su cheque. Por otro,
Joss Whedon (director de Los Vengadores, que se ha convertido en una especie de
gurú todopoderoso de los personajes Marvel en el cine), acaba de decir que
contempla una segunda parte del equipo sin Iron Man e incluso he leído que se
plantea la posibilidad de seguir con el personaje… con otro actor. Eso sí, al
final de esta tercera entrega, se dice que Tony Stark volverá, pero no con qué
cara. Hay que tener en cuenta que lo que vemos en esta tercera peli parce un
punto y final, una especie de colofón
donde parece que se cierra al saga y queda todo dicho. A saber…
Mi
opinión: me resulta, ahora mismo, pensar en Iron Man sin Downey Jr. porque creo
que el actor lo clava. Y ¿los Vengadores sin el tipo de la armadura? No sé yo…
Por
cierto, hablando de finales, como suele pasar, esperad a que pasen los títulos
de crédito. Esto no os cogerá por sorpresa, ¿no?
Vigilad
el cielo.
Thanks for finally talking about > "Iron Man 3" < Liked it!
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