sábado, 4 de mayo de 2013

Iron Man 3

Iron Man 3 (Iron Man 3)
(2013)

Director: Shane Black
Guión   : Drew pearce, Shane Black

Robert Downey Jr.
Gwyneth Paltrow
Don Cheadle
Guy Pearce
Ben Kingsley
Rebecca Hall
William Sadler
Jon Favreau
Ty Simpkins

 
 
El Mandarín planea un ataque directo contra el gobierno de los Estados Unidos. Iron Man deberá detenerle, si bien Tony Stark no pasa por su mejor momento…

 Tony Stark y su alter ego Iron Man están de vuelta. Y a bombo y platillo, debo decir. Y es que la tercera entrega de las aventuras del millonario experto en armas, amén de súper héroe público, han sido anunciadas a bombo y platillo. Tres han sido los factores que han hecho calentar motores a base de bien. En primer lugar, un cambio en la dirección de la cinta ya que, según se dice, las discrepancias entre Downey Jr. y Jon Favreau (director de las dos primeras) fueron más que evidentes en Iron Man 2. Por otro lado, las expectativas con respecto a la cinta estaban muy altas después de los (para algunos) fríos resultados de la segunda entrega y los espectaculares de los obtenidos en Los Vengadores. Y, finalmente, muy importante, siempre se habló de que, al fin, el antagonista del héroe metalizado sería, un villano sacado del os cómics (cosa que no ocurrió en las dos primeras pelis): nada menos que el Mandarín que, para Iron Man, es algo así como Cráneo Rojo para el Capitán América.

Pues bien, ha sido Shane Black el responsable de llevar la batuta de todo el cotarro. Vamos a ello…

A favor tengo que decir muchas, pero que muchas cosas y todas ellas muy buenas. Para empezar, la peli no se anda por las ramas en absoluto porque, desde la primera escena, a modo de flash-back, vamos a conocer a los personajes implicados en la misma. Así, nos presentan al extraño/friki/excéntrico Aldrich Killian (Guy Pearce) que, según parece, es una especie de genio pobre que tiene un buen secreto entre manos. También pululan por ahí Rebacca Hall (Maya Hansen) que es una amiga de, por el aquel entonces, niño mimado Tony Stark y que, también, tiene su descubrimiento científico. Nada más terminar el flash-back no tenemos que esperar mucho para ver quién va a ser el enemigo de Iron Man en esta entrega: nada menos que el Mandarín (¡al fin!) que no se anda con chiquitas y está dispuesto a cargarse a todo lo que se ponga por delante.
Y es aquí donde tengo que nombrar el primer, para mí, gran logro de la cinta. Y es que, aparte de poner por fin a un malvado de cómics, me ha parecido (al menos en un primer momento, luego haré una referencia a este comentario) que el modo de presentar a el Mandarín está pero que muy bien. Si has leído algún cómic, sabrás que es una especie de brujo/místico chiflado con muchas ganas de mandar y fastidiar al personal. Pues bien, aquí se han dejado llevar por esa vena realista que impera en las adaptaciones de súper héroes (gracia a Nolan y sus pelis de Batman) y lo han representado de manera muy real: es un terrorista sacado de cualquier telediario o masacre que podemos ver en cualquier canal de la tele. El modo de enfocarlo, con ese aura mística, al son de esa tenue música de fondo y con capucha a lo Sith, precedido siempre de una especie de noticiario donde vemos imágenes de atentados y demás, me parece muy bien realizada y toda una sorpresa de las buenas.
Esto me lleva a otro aspecto del personaje que creo enriquece mucho la trama y, por esa regla de tres, la película: el matiz político que lleva implícito el argumento. El Mandarín no es ningún personaje de tebeo que quiere gobernar el mundo porque sí o destruir una ciudad por el placer de hacerlo. Más bien quiere derrocar el gobierno de los Estados Unidos y, para ello, ataca y se dirige directamente al presidente. Y lo hace con tal resolución y desenvolvimiento que, en ocasiones, resulta bastante intimidante.
Paso a otro aspecto fundamental y que me ha gustado mucho. Me refiero, claro está, al personaje de Tony Stark. Vamos a ver; si has visto cualquiera de las dos pelis anteriores sabes por dónde va el amigo millonario: es borde, irónico, cachondo mental y puede crispar los nervios de cualquiera. Muy bien, aquí sigue así y, de hecho, es una de las gracias del personaje (gracias que, dicho sea de paso, no están ni han estado nunca en los cómics pero, caso raro, han venido bien en la adaptación) pero han añadido algo fundamental y que le ha venido muy bien: humanidad. Aquí comprobamos que Stark es rico y sigue son sus bordería habituales, sí pero, también, es humano. Y esto es así porque todo lo que ha pasado hasta ahora, sobre todo sus peripecias con Los Vengadores, le están pasando factura. Nada de envenenamientos de la sangre ni cosas por estilo (como vimos en la segunda entrega) sino algo tan sencillo y normal como una ansiedad descomunal que se le manifiesta a través de ataques de pánico que no puede controlar o noches enteras sin dormir. Y es que, da igual que seas rico, inteligente y borde. Si te enfrentas a una legión tremenda de extraterrestres que se cuelan por un agujero de gusano, participas en la salvación de toda una ciudad o guías un misil atómico al espacio sabiendo que posiblemente no vuelvas, eso debe de pasarte factura. Por eso, Tony, aquí, está hecho una piltrafa, cosa que aumenta cuando el Mandarín se mete en medio. Y no hay que olvidar que Tony, cuando desafía a el Mandarín, lo hace por pura, llana y simple venganza. Todo ello, desde mi humilde opinión, ha hecho que veamos un personaje bastante humano y, en definitiva, creíble que hace que la trama gane muchos puntos.
Sigo. Relacionado con lo anterior, se puede ser héroe y tener una armadura muy chula pero eso no te hace invulnerable. Y es que otro de los puntos a favor de esta peli es que Stark recibe por todos lados. Si ya lo dicen: que la chulería no se te suba a la cabeza y no des tu dirección en un informativo de la tele. Por eso, el millonario las pasa pero que muy mal porque le dan para el pelo a base de bien. Vamos, que de su espectacular mansión no dejan piedra sobre piedra en una escena más que espectacular. Y aquí paz y después gloria. Esto es motivo para otro detalle que me gusta mucho: Stark, lejos de su casa, tiene que empezar desde cero con la ayuda de un chico que conoce por casualidad. Y, de este modo, acudimos a una faceta poco asociada al héroe: la de investigador en plan detective que trata de solucionar una trama de hechos que es mucho más complicada de lo que parece a simple vista y en la que están implicadas muchas y muy variadas personas.
Pero si hay algo que me ha sorprendido, amén de trama, efectos y escenas espectaculares, es el giro argumental que sucede más o menos hacia la mitad de la peli y que tiene como centro al villano de turno, a El Mandarín. Tranquilo, que no voy a soltar prenda pero ocurre una cosa con respecto al personaje que, al menos a mí, me dejó con la boca abierta y que me parece un giro argumental soberbio con el que uno no cuenta ni puede imaginar contar. Tanto es así que puedo decirte que, al menos yo, creo que la peli tiene dos partes: una antes de este giro y, otra, después. La primera me resulta muy realista y me recuerda, en cierto modo, a las nuevas pelis de Batman. La segunda, en cambio, es más animadita, más “peli Marvel” Con todo, repito, no diré nada; lo ves y me cuentas.
¿Más cosas a favor? Una cuantas. Algo muy curioso: aquí, claro está, sabemos quién es el súper héroe pero, las cosas claras, durante una buena parte del metraje, de Iron Man, poco. Mucho más de Tony Stark y otros personajes. Ojo, que esto me parece un logro porque, aun así, el guión se las apaña para que no despegues los ojos de la pantalla. Eso sí, en el tramo final, sobre todo en la escena final, te vas a hinchar de Iron Men (y fíjate que lo pongo en plural)
 
 
Los efectos especiales me parecen muy conseguidos, algo muy típico en este tipo de películas y que ya hoy es difícil que sorprendan. Eso sí, las explosiones y destrucciones (de nuevo, la escena de la casa de Stark), las tomas de vuelo, las luchas y las virguerías que hacen las armaduras (y hacen muchas, te lo puedo asegurar), me siguen pareciendo espectaculares. Lo mismo lo ocurre en lo que se refiere a los villanos de turno con esos ojos (amén de otras cosas) de fuego que lucen cuando atacan.
Paso a los actores. Todos ellos estupendos. Guy Pearce me parece muy bien metido en su papel y, si bien tengo que reconocer que el tipo siempre me ha parecido más que soso (como señalé en No tengas miedo a la oscuridad), debo reconocer que aquí me gusta bastante, bien en su faceta ingenua del principio, bien en la de tío pero que muy inteligente, una especie de Tony Stark en otra dimensión. Gwyneth Paltrow se luce un poquito más que en las otras dos películas y aporta su granito de arena heroico en la trama. Don Cheadle luce palmito también como Iron Patriot (léase Máquina de Guerra) Ben Kingsley es el Mandarín perfecto en TODAS sus facetas (ojo a las mayúsculas que pongo) Y, por supuesto, Robert Downey Jr. sigue siendo el Tony Stark/Iron Man perfecto. El amigo aporta humor e ironía pero, también, heroísmo y, en esta entrega, un toque dramático y humano considerable. Y es que, Iron Man 3 me ha parecido, por encima de todo, una historia sobre Tony Stark más que sobre la armadura y, en definitiva, una trama muy humana.
 
 
¿Aspectos mejorables? Lo único que puedo decir es lo que siempre he pensado acerca de la adaptación de este personaje al cine que no solo se puede aplicar a esta tercera entrega, sino a toda la saga: me ha faltado la nula alusión al problema del alcoholismo que Stark sufre en los comics y que, en mi modesta opinión, podría haber dotado de una profundidad dramática a ambos, saga y personajes, considerable. Supongo que alguien ha debido pensar que eso no es muy comercial. Bueno, un mero detallito…
¿La recomiendo? Ni dudarlo. Para mí, Todo un espectáculo del entretenimiento más digno que te puedas imaginar, dos horas y pico muy bien llevadas que, al menos a mí, se me pasaron en un tris con una serie de puntos que van a hacer que te metas en la trama de lleno. Y lo digo bien claro: para mí, la mejor de toda la saga.
Y ahora, los efectos colaterales. ¿Habrá más Iron Man? Las cosas están, a fecha de hoy, así, así. Por un lado, Downey Jr. está pendiente de negociación que, según dicen, depende del montón de ceros que pongan en su cheque. Por otro, Joss Whedon (director de Los Vengadores, que se ha convertido en una especie de gurú todopoderoso de los personajes Marvel en el cine), acaba de decir que contempla una segunda parte del equipo sin Iron Man e incluso he leído que se plantea la posibilidad de seguir con el personaje… con otro actor. Eso sí, al final de esta tercera entrega, se dice que Tony Stark volverá, pero no con qué cara. Hay que tener en cuenta que lo que vemos en esta tercera peli parce un punto y final,  una especie de colofón donde parece que se cierra al saga y queda todo dicho. A saber…
Mi opinión: me resulta, ahora mismo, pensar en Iron Man sin Downey Jr. porque creo que el actor lo clava. Y ¿los Vengadores sin el tipo de la armadura? No sé yo…
Por cierto, hablando de finales, como suele pasar, esperad a que pasen los títulos de crédito. Esto no os cogerá por sorpresa, ¿no?
Vigilad el cielo.
 

1 comentario:

  1. Thanks for finally talking about > "Iron Man 3" < Liked it!

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