sábado, 22 de octubre de 2022

Los anillos de poder - Temporada 1

Si en su entrada digo que Hulka es la serie de la polémica, esta no se queda corta. Ya desde su rodaje la cosa traía cola, como cuando John Rhys-Davies (Gimli en la película) dijo algo así como que Tolkien se revolvería en su tumba sabiendo lo que estaban haciendo con su obra en forma de precuela.







Pues bien, yo ya la he visto y esto es lo que puedo decir.

A favor, o lo primero que entra por los ojos es lo bien que han utilizado el dinero, que me da que ha sido mucho, en cada fotograma de la serie. Decir que visualmente es espectacular es quedarse muy cortito. El vestuario, la ambientación, decorados, uso del ordenador... Todo está clavado y, la verdad, es que es un aspecto que atraviesa la pantalla.

La serie cuenta con el efecto sorpresa o nostalgia, según te pille, y es algo que aprovecha muy bien. Así, si eres un mínimo conocedor de la obra de Tolkien, se te encienden las alarmas cuando ves a personajes clásicos en su juventud, como Elrond, Galadriel o cuando se oye por primera vez el grito de «¡Isildur!» porque sabes perfectamente lo que va a ocurrir con ellos en el futuro.

La historia me ha parecido bien planteada (ojo, su desarrollo es otra cosa) y se apoya, yo creo que bien, en dos pilares. Por un lado, cómo se va gestando la forja de los anillos que en el futuro darán mucho dolor de cabeza. Por otro, algo con lo que no contaba, la identidad de Sauron, cuyo misterio se va acentuando hasta el capítulo final.

¿Cosas que me han dejado frío?

La primera y principal, eso que se comentó desde el primer capítulo y creo que de manera por completo justificada: la serie es LENTA. Pero con ganas, avaricia y mala baba, hasta tal punto que yo, al menos, he tenido que hacer eso de «a ver cuánto le queda» en muchos episodios. De hecho, de los ocho capítulos, la cosa solo me ha resultado interesante en los dos últimos. Los seis primeros se me han hecho muy largos, repletos de secuencias muy lentas y diálogos interminables. Ahí quedan las charlas de Elrond con Durin, las idas y venidas de Nori y su banda pre-hobbits o el hecho de que el extraño que viene de las estrellas se pasa atontado siete capítulos. Las situaciones, charlas y filosofías varias se me han hecho muy pesadas y han provocado, al menos en este servidor, ese sentimiento de «sí, todo muy bonito, pero aquí no pasa nada» Creo que le sobra mucho pero que mucho material y, si me apuráis, hasta personajes. Todos sabemos que la obra de Tolkien ágil, precisamente, no es y creo que aquí se han dejado llevar por ese espíritu calmado de manera demasiado descarada. Una cosa es recrearse en algo y otra, en el peor de los casos, aburrir.


Por otro lado, si bien los personajes me han gustado, tanto como tales como su interpretación, me ha parecido que algunos son muy distintos a los del libro. Por ejemplo, Galadriel me resulta algo pedante y listilla en muchos casos y Elrond, en cambio, más humano que como resulta en el futuro. Claro que una posible explicación a esto es queda fin de cuentas, toda la trama está en pañales y falta mucho por venir. Cuestión de esperar.


Creo que la serie se salva por los dos últimos capítulos por detalles muy puntuales, como la formación de Mordor o lo que pasa con el supuesto Sauron pero, hasta llegar aquí, sobra paja. Espero que, para la segunda, espabilen un poco y haya más acción y menos charla.


Vigilad el cielo.

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