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sábado, 4 de abril de 2015

Interstellar



Interstellar
(2014)

Director: Vhristopher Nolan.
Guión    : Jonathan Nolan, Christopher Nolan.

Matthew McConaughey.
Anne Hathaway.
Jessica Chastain.
Michael Caine.







Ante la situación agónica de la Tierra, unos astronautas deben ir al espacio en busca de planetas habitables para el ser humano...


¡Hola a todos!

Por fin lo he hecho. 

Después de muchas idas y venidas he visto esta peli. Y debo decir que lo he hecho un poquito con la mosca tras de la oreja. ¿La razón? Al principio era porque, como muchas de las pelis de Nolan, goza de cierto prestigio solo por este hecho. Luego, creo que se está extendiendo una especie de leyenda rara acerca de la misma que, más o menos, viene a decir que, salvo que seas un genio, no vas a entender lo que ves, al menos, si lo haces solo una vez. A esto hay que sumarle que he oído que en Estados Unidos han decidido abrir los cines de manera gratuita para ver la cinta cuanto quieras y, de una vez, comprenderla. Esto me puso un poco a la defensiva porque soy de los que suponen que el cine, a fin de cuentas, es para pasar el rato; vale, hay veces que ves una historia que te hace pensar pero de ahí a sentirte como una cagarruta intelectual va un paso muy grandecito. Bueno, pues ya está. Sin ser Sheldon Cooper, esto es lo que os puedo decir.

Ante todo, me ha gustado la historia. Sí, se puede decir que, desde cierto punto de vista, la hemos visto, por lo menos en parte, hasta decir basta. A ver, ¿cuántas pelis cuentan la historia de que, en el futuro, la Tierra da asquito, estamos condenados y necesitamos irnos del planeta para destrozar otro? A patadas. Así, sin pensar mucho, me viene a la cabeza Cuando los mundos chocan. Bueno, vale. La cuestión es que el modo que vamos a tener de ver esta trama aquí es lo que la diferencia del resto: tiene un tratamiento realista-científico-fantasioso que tumba. Por eso, sabemos que el planeta se muere, que hay una plaga y que los humanos están hechos polvo pero ni hay asesinatos raros, ni zombis comiéndose al personal ni plagas de bichos mutantes; aquí, como mucho, el personal tose y se muere. No más; no menos. Lo que tenemos a continuación, en casi tres horas de cinta, es lo que este hecho nos acarrea y que, al menos para mí, está muy bien contado.

Por eso, creo que se puede decir que la peli tiene tres partes diferenciadas. La primera es la que vemos en la Tierra y que plantea la premisa a la que ya me he referido, es decir, todo está hecho polvo (con mucha nube de ídem, por cierto) y se decide la opción más arriesgada, esto es, ir a investigar si el ser humano puede establecerse en otro planeta. Por si acaso, hay un plan B: llevar óvulos listos para ser fecundados cuando se tercie, un modo de perpetuar la especie en un "aquí te pillo, aquí te mato" Esta primera parte cumple todos y cada uno de los requisitos del cine de ciencia ficción catastrofista a la perfección: presentación de personajes que no tienen por qué ser heroicos pero que se meten en un embolado de miedo, detalles técnicos por aquí y por allá (que luego se elevan a la infinita potencia) y el típico viaje por el espacio. 

La segunda parte es la más fantasiosa (si es que la primera no lo es) y es la que comprende la búsqueda de planetas para ver si alguno vale y que, por supuesto, es bastante catastrófica. Aquí, la trama se las apaña para no basarse solo en descorazonadas varias, sino que va añadiendo ciertas sorpresas y detalles que creo le vienen muy bien: los astronautas que partieron años atrás en misiones de colonización han fracasado. Sí, hay alguno como el doctor Mann que sobrevive pero, a su modo, saca los pies del tiesto haciendo que la trama de un giro considerable y que, al menos en mí, ha hecho que aumente el interés por lo que tenía delante. Si a esto le añades detallitos como las verdaderas intenciones de los científicos de la Tierra, que sabían de sobra que el planeta estaba condenado, la cosa  hace que el interés se mantenga sin problemas.

¿Y la tercera parte? La más alucinada o, si quieres, científica; esa que, desde mi humilde opinión, es la responsable de que esta película tenga fama de difícil o, si te lo planteas desde el punto de vista del ser humao normal, rara. Me refiero, claro, a lo que el prota Cooper tiene que pasar para llegar a la resolución del problemón que tiene encima. Aquí está todo el cotarro del teseracto, la resolución de los extraños seres que se nombran desde el principio y todo el enigma de la parafernalia que implica los problemas de la relatividad del tiempo y que hacen que lo que le pasó a Charlton Heston en El planeta de los simios sea algo parecido al jugar al escondite. Te aviso, llegados a este punto, tienes que afinar la atención. Si estás tomando un café, lo dejas en la mesa. Si estás con las palomitas o las chuches las dejas de comer un rato y, si estás con el/la churri, resérvate y déjalo para luego. Creo que esta película es de esas que empiezan bien pero te hacen pensar que, depende de cómo la acaben, pueden pifiarla o terminar como Dios manda. Para mí, no hay duda: se trata del segundo caso. Fijo que parece algo lioso pero me parece lo apropiado; haber optado por una solución tipo: "llegamos donde sea y salvamos a la humanidad" hubiera sido algo propio de un guión vago propenso a desinflarse. Por si no lo has notado, no quiero estropearte mucho hablando del tema; prefiero que lo descubras tú y que te formes tus propias teorías. 

A todo lo que te acabo de soltar, tengo que añadir una cosa. Y es que, si bien la peli tiene un toque fantasioso de proporciones cósmicas (se nota que estoy en plan astronómico) también es cierto que toda la historia está bañada por cierta capa de drama y toque lacrimógeno considerable. Creo que irte al espacio de misión heróica para, años después, encontrar a tu hija anciana tiene que ser, como poco, descorazonador. Y hasta aquí puedo escribir.





Los efectos están clavados en todas sus acepciones. Las naves, el espacio, los planetas raros o las explosiones aquí y allí están muy bien hechas y, sobre todo, reales. No esperes ver cruceros estelares rugiendo por el espacio porque, en lo que a efectos se refiere, en esta peli ocurre lo que en el resto de sus cosas: el realismo impera sobre las ralladuras mentales.

En cuanto a los personajes me parecen muy correctos y bien presentados y mostrados. Cooper es el héroe antihéroe de toda la vida, pero, al menos, no todo le tiene por qué salir bien. Brand es la compañera ideal, lista y valiente. El doctor Mann es un comodín bastante eficiente, lo mismo que Murph (en sus diversas representaciones)

¿Y los actores? Pues yo diría que muy bien pero seamos sinceros: esta es una peli por y para Matthew McConaughey. El chico lo hace muy bien y conste que, lo que es a mí, siempre me ha caído como si recibiera una patada traicionera en los bajos. Lo admito: me sigue cayendo igual pero también hay que ser justos y admitir que lo hace bien; además, con ese aspecto delgaducho y de piltrafilla el personaje sale reforzado. Anne Hathaway cumple como Drand pero no esperes mucho porque tampoco es que se luzca demasiado. Jessica Chastain refuerza a los demás y la presencia de  Michael Cane siempre habla por sí misma.






¿Cosas que no me han gustado? Bueno, a parte del aluvión de datos científicos que hay aquí, creo que puedo decir que, al menos para este que escribe, es algo lenta, sobre todo, al principio. Ten en cuenta que son casi tres horas de naves, acoplamientos, planetas y desgracias varias...

Fin. ¿La recomiendo? Sí, claro. Creo que es una película muy notable que, a pesar de lo rara que pueda parecer, está muy bien contada y cumple su objetivo: entretener. ¿Se pudo haber hecho un poquito más amena? Desde mi profunda ignorancia, sí. También es cierto que, en otras manos, hubiera sido una amalgama de datos y cosas raras bastante considerable. Venga, si tienes un ratito, aprovecha, dale un vistacito y me cuentas.

Por cierto, ¿qué te parece el final? Te pregunto esto porque el original era aún peor: Cooper se va a hacer puñetas en el interior de un agujero negro y se acabó; una referencia obligada (y más realista) a la Ley de Murphy, que se nombra un  montón de veces a lo largo de la peli.

Vigilad el cielo.




sábado, 8 de junio de 2013

La mano.

La mano (The hand)

(1981)
 

Director: Oliver Stone.
Guión   : Oliver Stone.

Michael Caine
Andrea Marcovicci
Annie McEnroe
Brian Ferguson
Mara Hobel







Un dibujante de cómics pierde su mano en un accidente de coche… o eso cree él.


Vamos allá con una peliculita que, a pesar de los nombres que la respaldan (nada menos que Michael Caine delante de la cámara y el mismísimo Oliver Stone tras ella) suele pasar como un producto más o menos desapercibido dentro de los cánones del género, algo así como una especie de plato de segunda categoría. Se ve que después de dirigir su primer largometraje, Tango Macabro (1974), al señor Stone le gustó eso del miedo y el suspense y se decidió por el tema de la mano sobrenatural y asesina (nada nuevo, Las manos de Orlac pueden atestiguarlo) Además, hay que decir que, después de firmar el guión de Conan el bárbaro (sí, la peli que dio fama a Arnold, dato que suele acabar eclipsado por la presencia del actor), el director adquirió fama y prestigio. Yo la he visto ya varias veces, así que aquí os traigo mis impresiones:

A favor puedo destacar que, desde luego, la peli no pierde el tiempo, ni en los personajes ni en la trama. Por eso, desde la primera escena, conocemos a los protas que van a  ser el eje de todo: Jonathan Lansdale (Caine), su esposa Ann (Andrea Marcovicci) y la pequeña de ambos, Lizzie (Mara Hobel) Si, desde ya, vemos que él se dedica a los cómics, no hace falta ser un adivino para saber qué va a pasar. No obstante, el guión se las apaña para dejarnos clara la situación familiar, ya que el matrimonio no está muy bien que digamos y la posibilidad de comprar un apartamento en Nueva York puede ser motivo para que todo se vaya al traste. A lo largo de toda la peli, los personajes se van a desarrollar, cada uno a su modo, claro. Unos por el derrotero loco/psicótico/criminal y otras por el de mujer independiente que quiere empezar de nuevo. A lo largo de la cinta, los personajes se las apañan para mostrarse todo lo humanos que pueden y debo decir que se alejan de los tópicos del héroe/heroína de turno. Sí debo decir que el de Ann, la esposa de John, no termina de caerme bien del todo ya que me da que no parece saber muy bien qué quiere pero debo admitir que es una buena excusa para que muchas de las cosas que vemos en la peli puedan suceder.

Los secundarios, por su parte, léase Brian (Bruce McGill) y Stella (Annie McEnroe), complementan, a su modo, el argumento que los principales ponen en bandeja. No más, pero tampoco menos. Y es que hay que decir que esta no es una peli en la que, precisamente, haya un elenco de personajes muy extenso (y, bien mirado, algunos, hasta me sobran)

La trama, como uno puede imaginarse, no puede ser más simple: el prota tiene un accidente, se queda sin mano y esta, como por arte de magia (muy puñetera) se dedica a masacrar al personal. Supongo que algunos te dirían que esto es un spoiler o, dicho de otro modo, datos que te pueden amargar la fiesta de la peli pero no creo que este sea el caso ya que, como dije antes, si lees el título y ves la portada, no es necesario que seas un genio para saber de qué va el asunto. Lo mismo que ya dije en el apartado de los personajes, el meollo de la cuestión no se hace esperar mucho y, si mal no he calculado, el accidente fatal (y sangriento) sucede a eso de los diez minutos, lo cual quiere decir que tienes lo que resta de metraje para deleitarte con las gracias de la mano del dibujante. No obstante, el argumento no solo va a centrarse en eso (menos mal) y es enriquecida con varias subtramas que mantienen en mayor o menos medida el interés de la cinta. Así, por un lado, está el tema de la mujer de Jonathan, Ann, que lo único que hace es amargar todavía más a su (ya amargado por circunstancias evidentes) marido. Por otro, está la historia que este tiene con una alumna (bien crecidita, por cierto) a modo de canita al aire. Y es que si tu mujer se liga a un profesor de yoga, tú haces lo propio con una alumna de psicología. Y, si no lo haces, es que eres manco y, además, tonto. De este modo, no todo en la peli son crímenes y muertes variadas: hay cierto toque de drama y, sobre todo, de misterio. Que esto guste o no, ya es cuestión de cada uno.

Ahora bien, esta es una historia que se suele englobar en el cine de terror (cosa que comentaré más abajo) Por eso, tiene una serie de escenas que me gustaría destacar. Así, me gusta esa del principio en el que la niñita juega con el rabo cortado de un lagarto mientras a este se lo manduca un gato, un modo muy curioso de mostrarnos, en forma de aperitivo, lo que ha de venir. El momento del corte de mano (que no de manga. Lo admito, chiste malo que no vienen a cuento) me parece muy bien llevado: es rápido pero se ve lo que tiene que ver y salpica lo que tiene que salpicar (que es mucho)

Sigo. Me gustan las escena del susodicho miembro arrastrándose por el campo, podrido y lleno de bichos, así como la “activación del mismo” cuando le proponen al dibujante uno que le sustituya mientras el centollo, langosta o lo que sea que tiene en el plato se mueve (cosa que, por cierto, a nadie importa un pimiento porque no dicen nada) Y es que eso de que usen un sustituto no es, a veces, buena idea. Si a esto le añadimos sueños extraños (en blanco y negro) o que los dibujos que ha hecho tu sustituto han sido tachados de manera muy poco artística, tenemos un complemento bastante bien llevado entre lo escatológico y terrorífico con lo misterioso. Eso, por supuesto, con el toquecito de drama al que he hecho mención antes.

Los actores me parecen normalitos, si bien es cierto que todo el peso de esta peli recae sobre Michael Caine y creo que, de no estar él, la cinta estaría en un olvido más oscuro aún del que está habitualmente.  Andrea Marcovicci, como Ann, me queda un poquito simple y sosa y debo reconocer que el personaje me cae mal porque no sé muy bien qué quiere: al principio dice que quiere hablar y quince minutos después quiere poner tierra de por medio largándose a la ciudad. Bruce McGill como Brian es un mero apoyo y una excusa perfecta para ser cadáver. Annie McEnroe haciendo de Stella aporta un pelín de drama y tensión y es el personaje ideal para que haya desnudo y sexo de por medio (eso sí, me gusta los ojos que pone cuando la vemos en el maletero del coche) Y la chica es arrojada ya que se queja a su profesor (un desconocido) que el chico que le mola no la mira el culo y, segundos después, se queda en pelotas ante el primero. Misterios de la docencia…

En cuanto a Michael Caine, debo decir que sí me gusta y, repito, sin él, ya veríamos dónde hubiera acabado la peli. Bien cierto es que, si buscas en Internet, las opiniones acerca de su actuación en esta peli están divididas: unos creen que lo hace muy bien y otros, si bien no es que digan que lo hace mal, sí opinan que se pasa de histriónico y que, en definitiva, sobreactúa un pelín. Yo creo que me pongo con los del primer grupo. Me gusta cómo lo hace y tengo que mencionar de manera especial sus momentos de lunático entre los que incluyo ese en el que se entera de que Stella se va (vaya cara de Lado Oscuro) y la escena final con la doctora (que no sé de dónde sale) Eso sí, reconozco que en las dos escenas en las que hace el amor, el amigo Caine peca un poquito de impasible y cara de cartón (entiendo que tu mano sea artificial pero SOLO tu mano)

Como aspectos que no me han gustado mucho debo destacar unos cuantos. Para empezar, la total ausencia de sorpresa que supone la totalidad de la peli. Si la ves sabes a lo que te vas a enfrentar y, digo yo, debió de ser muy difícil dar originalidad al tema pero lo que se dice sorprenderte, no te vas a sorprender. Como dije antes, suele hablarse de esta cinta dentro del tópico de cine de terror pero yo la enmarcararía más bien en el de misterio o, si lo queréis, un drama considerable (un tío al que le amputan su mano, instrumento de trabajo, cambio de profesión (de dibujante de éxito a profe rutinario, oscuro y desmotivado), situación familiar desastrosa, cuernos por ambas partes, amnesia peligrosa…) con puntos de misterio basados en un aspecto demasiado sobrenatural. Para mí, le hace falta emoción, terror y sustos. Siempre me ha parecido que la acción se enrolla mucho con las grilladas del dibujante y deja de lado el tema terrorífico propiamente dicho pero, por supuesto, es mi opinión.  Y, sí, para mí, el final tiene mucho de Psicosis. Con sus variaciones, pero ahí queda.

¿La recomiendo? Para pasar un ratito curioso, sí. No es el colmo del terror (¡ni mucho menos!) pero estoy seguro de que pasarás ciento y poco minutos más o menos distraído. Eso sí, puede que la olvides rápido y, como mucho, se te quede alguna escenita de con mano incluida, pero poco más.

Como curiosidades os digo que:

-El tema de la mano que hace de las suyas es cualquier cosa menos novedoso. Ahí tenemos Las manos de Orlac, Ahora empiezan los gritos (puedes leer la reseña aquí) o una de las historias de El doctor Terror y la casa de los horrores, en concreto, el episodio del crítico de arte con Christopher Lee y Michael Cough (reseña disponible aquí)

-Michael Caine no fue la primera opción. Primero se pensó en Jon Voight, Christopher Walken o Dustin Hoffman. Todos ellos rechazaron el papel.

-Caine es un tipo sincero: aceptó hacer la peli para pagarse las obras de su nuevo garaje, cosa que demuestra que el glamour de Hollywood, a veces, no lo es tal. Y al amigo ha confesado que ha hecho algunas pelis para pagarse caprichos. Si yo pudiera, haría lo mismo.

-Una cosa que no me queda clara: cuando Stella va a ver a Jonathan, le entrega un bloc de dibujo conde vemos el dibujo de una chica montada (sexualmente hablando) en una mano. Luego se dice que el dibujo lo hizo él. A ver, ¿quién de los dos hizo el dibujo?

-Al final, ¿él está en un psiquiátrico? A mí me parece cualquier sala de interrogatorios de Expediente X.

-Hablando de esta escena, vaya seguridad cutre: un lunático a solas con una doctora.

-Bien mirado, el amigo dibujante escondía un lado oscuro y asesino considerable, ¿no?

-Como nota personal: ojalá se hubiera cargado a Ann y al profe de Yoga. Cuestión de gustos.

-El borracho de la calle es Oliver Stone.
Vigilad el cielo.
  

sábado, 28 de julio de 2012

El Caballero Oscuro: la leyenda renace

El caballero oscuro: La leyenda renace (The Dark Knight rises)
(2012)
Director: Christopher Nolan
Guión   : Jonathan Nolan, Christopher Nolan, David S. Goyer
Christian Bale
Gary Oldman
Tom Hardy
Joseph Gordon-Levitt
Anne Hathaway
Morgan Freeman
Marion Cotillard


Hace ocho años que Batman desapareció. Bane, un seguidor de la Liga de las Sombras, llega a Gotham para destruirla… 

Peliculón.
Esa es la impresión que he podido sacar después de las más de dos horas y media de proyección de esta tercera parte de Batman. Así de claro. Han dado en el clavo desde el principio hasta el final, reuniendo una serie de elementos, personajes y situaciones que hacen que te pegues a la butaca y, simplemente, te dejes llevar. Todo un espectáculo de los buenos, de esos que aparecen por las pantallas cada equis tiempo y que hay que disfrutar.  Pero, como siempre digo, no hay que acelerarse aunque la ocasión lo requiera, así que, vayamos por partes.
¿Aspectos a favor de esta cinta? Muchos. A patadas, de hecho. Para empezar, a lo largo de todo el metraje, se respira, se masca, si me apuráis, el sentimiento que ya Nolan y su equipo nos puso en bandeja en las otras dos películas acerca del personaje: REALISMO. Esto se aplica a los personajes, sus motivaciones, tramas y subtramas y, por supuesto, a las situaciones que vemos.  Por supuesto, lo mismo que ocurría en las dos primeras entregas, vamos a ver explosiones, altercados, peleas, una ciudad en estado de ley marcial y muchas cosas más, sí, pero, todo ello desde un punto de vista real y lógico como creo que nunca se ha visto en una película de estas características. Y, encima, bien hecho.
La trama me parece muy buena. Nadie intenta conquistar el mundo, ni siquiera una ciudad. Todo lo contrario, ya que los propósitos de Bane, muy bien enlazados con el tema de La Liga de las Sombras de la primera película, apuntan justo a lo opuesto: Gotham no puede seguir en el mundo y hay que quitarla de en medio como sea. Y es que uno de los puntos fuertes del argumento es que, en lugar de darnos otra aventura independiente del personaje, lo que se hace en esta entrega es conectar con la primera entrega para así atar cabos, solucionar algunas dudas y, de paso, dar toda una lección de lo que una saga debe ser y tener: un planteamiento, un nudo y un desenlace. ¡Y qué desenlace! La idea de utilizar de nuevo la influencia alguien tan importante como R’as Al Ghul me ha parecido estupenda y, además, da mucha profundidad un personaje que, incluso en el ámbito de los cómics, está lejos de ser el simple villano que quiere conquistar la ciudad o acabar con el héroe.
Pero, si de tramas hablamos, podemos decir sin lugar a dudas que esta es una película de subtramas que, como se supone que deber ser siempre, se orientan a la principal y la refuerzan. Así, por un lado, tenemos al personaje de Bane y lo que ello conlleva: es un líder loco, temido y sin escrúpulos. Por otro, está la cuestión del estado en el que se encuentra Bruce Wayne (prácticamente una sombra de lo que fue, un fósil en su enorme mansión) y empresas Wayne, que  no pasan por su mejor momento. Aquí conocemos los entresijos de algunos directivos y directivas de la empresa y cómo andan relacionados con el protagonista. Luego tenemos el tema de Gordon, carcomido por los remordimientos con respecto al asunto de Harvey Dent/Dos Caras (de nuevo, se enlaza con la segunda peli) y cómo afecta eso a la ciudad, que toma a Harvey por un héroe/mártir. Y cómo no, está el hecho de que Batman hace la friolera de ocho años que ha desaparecido, ya que se le acusa del asesinato de Dent. Como puede verse, un montón de tramas entrelazadas entre sí que, quizás, de haber caído en manos de otro, podrían haber dado al traste con una idea más que buena. Por suerte, Nolan y equipo se mueven como pez en el agua con todo esto y nos han regalado un producto perfectamente hilvanado, muy entretenido y lleno de momentos que estoy seguro que quedarán para el recuerdo. Por ello mismo, matrícula para el guión y el modo de llevarse a cabo.
Otra cosa que siempre me llamado la atención de las películas del amigo Christopher para con el personaje es que sí, sale Batman y este se supone que es un superhéroe. Ok, negarlo sería una tontería propia de alguien que no piensa. No obstante, el modo de representarse en pantalla siempre me ha parecido que está a años luz de lo que se supone que es una película de superhéroes. ¿Y que es una cinta de esa clase? Pues una historia colorista, llena de aventuras, con un personaje con el que te puedes identificar que afronta peligros, los salva y gana al final.  Pues bien, Batman begins y El caballero Oscuro nunca me parecieron en esta misma línea. Y esta tercera película no ha sido una excepción. Todo lo contrario, ha ido más allá y ha roto todas las barreras. Por eso, y esto lo digo como nota puramente personal, yo no identificaría a esta peli como una de superhéroes al estilo Los Vengadores, Iron man o Superman (la de 1978, claro). Me ha parecido una especie de mezcla rara y explosiva de thriller, aventuras y acción más que otra cosa. Y bienvenido sea el cóctel, la verdad. De hecho, no sé si me ha dado esa impresión o estaba demasiado alucinado en el cine, pero creo que esta es, de las tres, la cinta en la que sale menos Batman (y no lo digo en absoluto como fallo, que conste) ¿Molesta eso? En absoluto, ya que el interés del espectador anda sumido en la trama (¡y subtramas!) de tal modo que se olvida de  desear ver a alguien disfrazado pegar puñetazos, patadas o hacer cabriolas.
Los personajes me parecen muy bien definidos. Para empezar, Bruce Wayne (que no Batman) se nos presenta de forma real, alejado del héroe/prota que lo puede todo. De hecho, aquí no es que las cosas le salgan precisamente bien: está mucho más amargado, físicamente hecho polvo (al menos, al principio. Y aquí, las referencias al cómic Batman, el regreso del señor de la noche, de Frank Miller me han parecido muy claras), todos creen que ha muerto y hasta le roban es sus narices para luego destrozarle a nivel empresarial. Y, cosa curiosa, parece que todo le da igual. Alfred, aunque no salga mucho, aporta mucha seriedad a todo el entramado Wayne y es, hasta la fecha, la mejor utilización el personaje  (con el permiso de Michael Cough y Alan Napier pero, las cosas, claras) Lo mismo sucede con Gordon, que aquí se luce bastante e incluso aporta cierto toque dramático. ¿Es todo? No. Por suerte, conocemos a tres incorporaciones más: Bane, salvaje, bestia y extrañamente parlanchín (claro que, después de los diálogos Shakesperianos que le dieron al  personaje en Batman y Robin, un eructo sería de Oscar) pero, otra vez, tiene un bagaje y una historia, algo que le defina y haga al espectador comprender sus motivaciones. Catwoman/Selina Kyle era un personaje que de veras, estaba deseando ver en la pantalla. Su representación aquí sigue la estela de toda la saga y, al fin, la vemos como lo que es: una ladrona. Su representación huele a la de los años sesenta de lejos (¡Genial!) y, la verdad, me ha parecido muy correcta (lo digo: el trajecito de Pfeiffer nunca me hizo gracia) Y, menos mal, aquí hace lo que se supone que tiene que hacer: robar. Lo de lamerse y lavarse en plan gata o meterse pájaros en la boca es algo que dejo para el señor Burton (no nombro la interpretación de Pitof con Hale Berry porque, simplemente, esa no me parece Catwoman) Blake me ha parecido una adquisición muy interesante y, al igual que Miranda, lleva incluida sorpresita final (que no diré para que la veáis) y aportan tanto protagonismo como el que más. 

Los actores cumplen pero que muy bien. Christian Bale ha demostrado ser el mejor Batman hasta la fecha. Resulta dramático, heroico y creíble. Anna Hathaway como Catwoman me parece bien y se la ve a gusto con el papel (¿El bailecito con Bruce Wayne es un homenaje al que tienen en Batman vuelve?). Tom Hardy haciendo de Bane sí me ha gustado, más que nada porque yo esperaba algo frío, impersonal y ha resultado no ser así (¡bien por eso!) Marion Cotillard como Miranda sigue la senda de sus compañeros. Por otro lado, secundarios como


 Morgan Freeman, Michael Caine o Gary Oldman (lo de secundario con este es algo más que relativo) aportan sobriedad, seriedad y un buen refuerzo a los demás. Jason Gordon-Levitt asume con mucha solvencia mucho del protagonismo de la historia, algo notable en un personaje que, se supone, ayuda a los principales (y atentos a la escena final de este en las catacumbas de la Batcueva. ¿De nuevo alusión al final de Batman, el regreso del señor de la noche? Por cierto, a modo de nota imprevista: las referencias a este cómic están más que repartidas. Si lo habéis leído (cosa que os recomiendo, sin duda) veréis que la escena de reaparición de Batman durante la persecución y el poli veterano aleccionando al novato, entenderéis lo que digo.



Los efectos están muy bien llevados y, al igual que en las otras dos entregas, resultan bastante comedidos. Es decir, no apabullan al espectador y sirven, sobre todo, para ayudar a contar una historia que, a fin de cuentas, es muy humana. Al fin vemos la versión de Nolan del aparato volador de Batman (depende de lo que se lea o se vea, llamado usualmente Batwing) Como todo en la saga, a pesar de su espectacularidad, lo han sabido mostrar de manera ciertamente realista con ese toque que tiene de vuelo de helicóptero que le han dado. Aquí no hay batmovil, pero sí esa moto tan chula que vimos en la segunda entrega y que, en esta ocasión, maneja sobre todo Catwoman (atentos a lo que hacen las ruedas) Pero, si de efectos hablamos, ojo al momento en que Bane hace estallar las bombas subterráneas y toda Gotham parece desmoronarse. Los momentos del partido de fútbol me parecen, simple y llanamente, impresionantes.


¿Aspectos mejorables? La verdad, yo sólo diría dos. Uno, que Catwoman me ha sabido a poquito, después de tanta publicidad y tanto bombo. ¿El otro? Que la peli, claro está, se acaba.
Eso es todo. Como dije antes, peliculón. Vedla, que merece la pena cada uno de sus segundos de metraje. Un broche final perfecto a la lección magistral que Nolan y su equipo comenzó a darnos con Batman Begins y que ha experimentado un crescendo que, al menos para mí, roza lo sublime; un caso raro dentro de las adaptaciones de superhéroes basado en el respeto, la seriedad, el realismo y la acción, con sus dosis perfectamente calculadas de heroísmo y humanidad y todo bien mezclado con unos actores que, de veras, están metidos en sus papeles hasta las cejas. ¿Se puede pedir algo más?
Sí, que salga pronto en Blu-ray.
¡Vigilad el cielo y que viva Batman!