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sábado, 28 de julio de 2012

El Caballero Oscuro: la leyenda renace

El caballero oscuro: La leyenda renace (The Dark Knight rises)
(2012)
Director: Christopher Nolan
Guión   : Jonathan Nolan, Christopher Nolan, David S. Goyer
Christian Bale
Gary Oldman
Tom Hardy
Joseph Gordon-Levitt
Anne Hathaway
Morgan Freeman
Marion Cotillard


Hace ocho años que Batman desapareció. Bane, un seguidor de la Liga de las Sombras, llega a Gotham para destruirla… 

Peliculón.
Esa es la impresión que he podido sacar después de las más de dos horas y media de proyección de esta tercera parte de Batman. Así de claro. Han dado en el clavo desde el principio hasta el final, reuniendo una serie de elementos, personajes y situaciones que hacen que te pegues a la butaca y, simplemente, te dejes llevar. Todo un espectáculo de los buenos, de esos que aparecen por las pantallas cada equis tiempo y que hay que disfrutar.  Pero, como siempre digo, no hay que acelerarse aunque la ocasión lo requiera, así que, vayamos por partes.
¿Aspectos a favor de esta cinta? Muchos. A patadas, de hecho. Para empezar, a lo largo de todo el metraje, se respira, se masca, si me apuráis, el sentimiento que ya Nolan y su equipo nos puso en bandeja en las otras dos películas acerca del personaje: REALISMO. Esto se aplica a los personajes, sus motivaciones, tramas y subtramas y, por supuesto, a las situaciones que vemos.  Por supuesto, lo mismo que ocurría en las dos primeras entregas, vamos a ver explosiones, altercados, peleas, una ciudad en estado de ley marcial y muchas cosas más, sí, pero, todo ello desde un punto de vista real y lógico como creo que nunca se ha visto en una película de estas características. Y, encima, bien hecho.
La trama me parece muy buena. Nadie intenta conquistar el mundo, ni siquiera una ciudad. Todo lo contrario, ya que los propósitos de Bane, muy bien enlazados con el tema de La Liga de las Sombras de la primera película, apuntan justo a lo opuesto: Gotham no puede seguir en el mundo y hay que quitarla de en medio como sea. Y es que uno de los puntos fuertes del argumento es que, en lugar de darnos otra aventura independiente del personaje, lo que se hace en esta entrega es conectar con la primera entrega para así atar cabos, solucionar algunas dudas y, de paso, dar toda una lección de lo que una saga debe ser y tener: un planteamiento, un nudo y un desenlace. ¡Y qué desenlace! La idea de utilizar de nuevo la influencia alguien tan importante como R’as Al Ghul me ha parecido estupenda y, además, da mucha profundidad un personaje que, incluso en el ámbito de los cómics, está lejos de ser el simple villano que quiere conquistar la ciudad o acabar con el héroe.
Pero, si de tramas hablamos, podemos decir sin lugar a dudas que esta es una película de subtramas que, como se supone que deber ser siempre, se orientan a la principal y la refuerzan. Así, por un lado, tenemos al personaje de Bane y lo que ello conlleva: es un líder loco, temido y sin escrúpulos. Por otro, está la cuestión del estado en el que se encuentra Bruce Wayne (prácticamente una sombra de lo que fue, un fósil en su enorme mansión) y empresas Wayne, que  no pasan por su mejor momento. Aquí conocemos los entresijos de algunos directivos y directivas de la empresa y cómo andan relacionados con el protagonista. Luego tenemos el tema de Gordon, carcomido por los remordimientos con respecto al asunto de Harvey Dent/Dos Caras (de nuevo, se enlaza con la segunda peli) y cómo afecta eso a la ciudad, que toma a Harvey por un héroe/mártir. Y cómo no, está el hecho de que Batman hace la friolera de ocho años que ha desaparecido, ya que se le acusa del asesinato de Dent. Como puede verse, un montón de tramas entrelazadas entre sí que, quizás, de haber caído en manos de otro, podrían haber dado al traste con una idea más que buena. Por suerte, Nolan y equipo se mueven como pez en el agua con todo esto y nos han regalado un producto perfectamente hilvanado, muy entretenido y lleno de momentos que estoy seguro que quedarán para el recuerdo. Por ello mismo, matrícula para el guión y el modo de llevarse a cabo.
Otra cosa que siempre me llamado la atención de las películas del amigo Christopher para con el personaje es que sí, sale Batman y este se supone que es un superhéroe. Ok, negarlo sería una tontería propia de alguien que no piensa. No obstante, el modo de representarse en pantalla siempre me ha parecido que está a años luz de lo que se supone que es una película de superhéroes. ¿Y que es una cinta de esa clase? Pues una historia colorista, llena de aventuras, con un personaje con el que te puedes identificar que afronta peligros, los salva y gana al final.  Pues bien, Batman begins y El caballero Oscuro nunca me parecieron en esta misma línea. Y esta tercera película no ha sido una excepción. Todo lo contrario, ha ido más allá y ha roto todas las barreras. Por eso, y esto lo digo como nota puramente personal, yo no identificaría a esta peli como una de superhéroes al estilo Los Vengadores, Iron man o Superman (la de 1978, claro). Me ha parecido una especie de mezcla rara y explosiva de thriller, aventuras y acción más que otra cosa. Y bienvenido sea el cóctel, la verdad. De hecho, no sé si me ha dado esa impresión o estaba demasiado alucinado en el cine, pero creo que esta es, de las tres, la cinta en la que sale menos Batman (y no lo digo en absoluto como fallo, que conste) ¿Molesta eso? En absoluto, ya que el interés del espectador anda sumido en la trama (¡y subtramas!) de tal modo que se olvida de  desear ver a alguien disfrazado pegar puñetazos, patadas o hacer cabriolas.
Los personajes me parecen muy bien definidos. Para empezar, Bruce Wayne (que no Batman) se nos presenta de forma real, alejado del héroe/prota que lo puede todo. De hecho, aquí no es que las cosas le salgan precisamente bien: está mucho más amargado, físicamente hecho polvo (al menos, al principio. Y aquí, las referencias al cómic Batman, el regreso del señor de la noche, de Frank Miller me han parecido muy claras), todos creen que ha muerto y hasta le roban es sus narices para luego destrozarle a nivel empresarial. Y, cosa curiosa, parece que todo le da igual. Alfred, aunque no salga mucho, aporta mucha seriedad a todo el entramado Wayne y es, hasta la fecha, la mejor utilización el personaje  (con el permiso de Michael Cough y Alan Napier pero, las cosas, claras) Lo mismo sucede con Gordon, que aquí se luce bastante e incluso aporta cierto toque dramático. ¿Es todo? No. Por suerte, conocemos a tres incorporaciones más: Bane, salvaje, bestia y extrañamente parlanchín (claro que, después de los diálogos Shakesperianos que le dieron al  personaje en Batman y Robin, un eructo sería de Oscar) pero, otra vez, tiene un bagaje y una historia, algo que le defina y haga al espectador comprender sus motivaciones. Catwoman/Selina Kyle era un personaje que de veras, estaba deseando ver en la pantalla. Su representación aquí sigue la estela de toda la saga y, al fin, la vemos como lo que es: una ladrona. Su representación huele a la de los años sesenta de lejos (¡Genial!) y, la verdad, me ha parecido muy correcta (lo digo: el trajecito de Pfeiffer nunca me hizo gracia) Y, menos mal, aquí hace lo que se supone que tiene que hacer: robar. Lo de lamerse y lavarse en plan gata o meterse pájaros en la boca es algo que dejo para el señor Burton (no nombro la interpretación de Pitof con Hale Berry porque, simplemente, esa no me parece Catwoman) Blake me ha parecido una adquisición muy interesante y, al igual que Miranda, lleva incluida sorpresita final (que no diré para que la veáis) y aportan tanto protagonismo como el que más. 

Los actores cumplen pero que muy bien. Christian Bale ha demostrado ser el mejor Batman hasta la fecha. Resulta dramático, heroico y creíble. Anna Hathaway como Catwoman me parece bien y se la ve a gusto con el papel (¿El bailecito con Bruce Wayne es un homenaje al que tienen en Batman vuelve?). Tom Hardy haciendo de Bane sí me ha gustado, más que nada porque yo esperaba algo frío, impersonal y ha resultado no ser así (¡bien por eso!) Marion Cotillard como Miranda sigue la senda de sus compañeros. Por otro lado, secundarios como


 Morgan Freeman, Michael Caine o Gary Oldman (lo de secundario con este es algo más que relativo) aportan sobriedad, seriedad y un buen refuerzo a los demás. Jason Gordon-Levitt asume con mucha solvencia mucho del protagonismo de la historia, algo notable en un personaje que, se supone, ayuda a los principales (y atentos a la escena final de este en las catacumbas de la Batcueva. ¿De nuevo alusión al final de Batman, el regreso del señor de la noche? Por cierto, a modo de nota imprevista: las referencias a este cómic están más que repartidas. Si lo habéis leído (cosa que os recomiendo, sin duda) veréis que la escena de reaparición de Batman durante la persecución y el poli veterano aleccionando al novato, entenderéis lo que digo.



Los efectos están muy bien llevados y, al igual que en las otras dos entregas, resultan bastante comedidos. Es decir, no apabullan al espectador y sirven, sobre todo, para ayudar a contar una historia que, a fin de cuentas, es muy humana. Al fin vemos la versión de Nolan del aparato volador de Batman (depende de lo que se lea o se vea, llamado usualmente Batwing) Como todo en la saga, a pesar de su espectacularidad, lo han sabido mostrar de manera ciertamente realista con ese toque que tiene de vuelo de helicóptero que le han dado. Aquí no hay batmovil, pero sí esa moto tan chula que vimos en la segunda entrega y que, en esta ocasión, maneja sobre todo Catwoman (atentos a lo que hacen las ruedas) Pero, si de efectos hablamos, ojo al momento en que Bane hace estallar las bombas subterráneas y toda Gotham parece desmoronarse. Los momentos del partido de fútbol me parecen, simple y llanamente, impresionantes.


¿Aspectos mejorables? La verdad, yo sólo diría dos. Uno, que Catwoman me ha sabido a poquito, después de tanta publicidad y tanto bombo. ¿El otro? Que la peli, claro está, se acaba.
Eso es todo. Como dije antes, peliculón. Vedla, que merece la pena cada uno de sus segundos de metraje. Un broche final perfecto a la lección magistral que Nolan y su equipo comenzó a darnos con Batman Begins y que ha experimentado un crescendo que, al menos para mí, roza lo sublime; un caso raro dentro de las adaptaciones de superhéroes basado en el respeto, la seriedad, el realismo y la acción, con sus dosis perfectamente calculadas de heroísmo y humanidad y todo bien mezclado con unos actores que, de veras, están metidos en sus papeles hasta las cejas. ¿Se puede pedir algo más?
Sí, que salga pronto en Blu-ray.
¡Vigilad el cielo y que viva Batman!



domingo, 22 de julio de 2012

Batman Begins



Batman Begins (Batman Begins)
(2005)
Director: Christopher Nolan
Guión: Christopher Nolan, David S. Goyer 

Christian Bale
Liam Neeson
Michael Caine
Morgan Freeman
Katie Holmes
Rutger Hauer
Cillian Murphy



 Gotham está sumida por la delincuencia. A la vez, el hijo pródigo de la ciudad, bruce Wayne, hace su aparición estelar cuando todos le daban por muerto. Pero nadie sabe que está dispuesto a cambiar las cosas…

 Después de varios escarceos a lo largo de los años, bien en forma de seriales, series de televisión o una saga de películas que levantan tantas pasiones como indiferencia (o iras), el resumen que se puede hacer de Batman en las pantallas (pequeñas o grandes) sólo puede calificarse de irregular más el aliciente de que el hombre disfrazado de murciélago es de los que ha aguantado sobre sus carnes más chorradas de las que mereciera un personaje de su categoría. Sí, muchas de las pelis arrasaron en taquilla, eso está claro, pero creo que se puede decir que, a nivel general, el aficionado al personaje siempre ha esperado algo más, ese empujoncito que ni series ni películas supieron dar. Pues bien, después de la última incursión cinematográfica de Batman en forma de ese producto que se llamó Batman y Robin, sucedió que nadie apostaba por el hombre murciélago en las pantallas… hasta que Christopher Nolan se atrevió a dar el paso.
Todo empezaría de nuevo: saga, actores, personajes y, lo que era más importante, las intenciones de la historia hacia un personaje que, por unas o por otras, nunca tuvo una trama que le hiciera justicia. Veamos…
La película tiene muchos, pero que muchos tantos a favor. Pero, antes de hablar de todos ellos, o al menos, aproximarme, hay uno en particular que destaca en toda el metraje y que es una constante en las películas de Nolan para con el personaje: REALISMO. En efecto, todo lo que ocurre en la película está explicado sobre una base de realidad. No hay tonterías ni payasadas; el histrionismo quedó fuera y lo que vemos no ocurre nunca porque sí.  Cada artilugio, cada cosa, cualquier modo de actuar tiene una lógica… y lógica era lo que, aparte de otras cosas, le hacía falta al personaje en la pantalla.
Una vez aclarado esto, puedo decir…
La película, para mí, se divide en tres partes: la búsqueda interior de Bruce mientras se le cree muerto, su preparación en Gotham una vez vuelve y, finalmente, su estreno como Batman y lo que ello conlleva.
Para empezar, ya de entrada, en el primer tercio de la película acudimos al conocer el origen de un montón de cosas acerca del personaje que cualquier aficionado al personaje sabe pero nunca vimos explicado en pantalla.  Así, en la primera escena, ya conocemos lo que será la batcueva cuando Bruce niño cae en ella, hecho del cual se deriva su obsesión por los murciélagos. Aquí somos testigos de otro detalle interesante: por fin, conocemos a los padres de Bruce, quiénes son, qué hacen, a qué se dedican y por qué tienen tanto dinero. Detalles, repito, que todos sabíamos pero que nunca vimos de manera fiel y seria en la pantalla. En todas las adaptaciones anteriores, la presencia de los padres de Batman se reducía al momento del asesinato, no más. Aquí vemos la relación tan estrecha que había en la familia y, cómo no, vemos de nuevo el tema del crimen, detalle que al guión le sirve de excusa perfecta para dar a conocer a otro personaje de vital importancia en el universo de Batman y que en las cuatro pelis anteriores era poco menos que un comparsa: Gordon.

El nacimiento de Batman

Seguimos con Bruce. Al fin sabemos a dónde fue tras el asesinato de sus padres y, lo que es más importante, lo que hizo. Así, conocemos a R’as Al Ghul, y cómo le entrena en las artes de combate y camuflaje, conociendo otra cualidad de Wayne: se cree responsable de lo que le pasó a sus padres (además, vemos aliviados, con la presencia de Al Ghul, que no todo en Batman deber ser el Joker o el Pingüino) Todo ello hace que el espectador que no sabe mucho del tema comprenda, al fin, por qué el personaje se muestra siempre tan sieso, triste y amargado. No obstante, se nos deja muy claro que Bruce Wayne puede querer venganza o tener los pensamientos más negros, pero no es un asesino, así que me parece muy adecuada esa escena en laque se le pide ser verdugo y se niega, una excusa perfecta para abandonar los parajes nevados y volver a Gotham.
Pasamos a la que pare mí es la parte intermedia, que consiste en el momento en que Bruce regresa, se encuentra con Alfred y se da cuenta de que tiene toda la empresa de su padre a su disposición. Muy bien por ello porque, de esta forma, el guión justifica el hecho de que Batman utilice todos los gadgets y tecnología que usa. De nuevo, todo desde un punto de vista muy realista: le vemos camuflar de negro el uniforme, construir la máscara o los audífonos que utiliza para escuchar a distancia, explicando al espectador como puede realizar todo eso a través de distintas empresas fantasmas. Chapeau por el guión. Destaco los momentos que son una delicia para el aficionado, como ese en que habla con Alfred acerca de ser un símbolo.
Aquí comprendemos que la trama no solo avanza, sino que se amplía a través de otros personajes (el doctor Crane, el señor Fox) o ampliando los conocidos (Rachel) o lo relacionado con Empresas Wayne. A tener en cuenta la escena en la que Bruce hace suya la batcueva y se rodea de murciélagos. Ya no hay miedo; Batman está a punto de nacer. Y, si de guiños hablamos, atentos al personaje de Flass que, al igual que el cómic (me remito a Año 1) es igual de repulsivo y corrupto, un modo estupendo de mantener ese equilibrio que se mantiene a lo largo de todo el metraje entre cómic y película.
Rachel

Fox

La tercera parte de la película consiste en el despliegue de Batman en todo su esplendor. Muy buena esa escena en la que se muestra por primera vez haciéndose cargo, sin que se le vea, de todos y cada uno de los delincuentes hasta que al fin le vemos (“¡Soy Batman!”, referencia a la peli del ochenta y nueve) Poco, pero le vemos, eso aumenta la sensación de misterio.

Y aquí debo hacer referencia a un detalle que me resultó un alivio y, por supuesto, me encantó cuando vi esta película por primera vez: al fin vemos Gotham. Se nos muestra como una ciudad enorme, oscura y llena de vida. Y digo que es un alivio porque si hubo algo que no me gustó nada de las cuatro películas anteriores, fue el hecho de que Gotham me parecía muy artificial, claramente construida para la ocasión, con muchas estatuas retorcidas y todo eso pero, a fin de cuentas, muy artificial. Aquí la ciudad sigue las mismas trazas que el resto de la peli: realismo en sus calles, edificios o los vagabundos que la habitan.
¿Momentos para el recuerdo? A patadas: el origen de la batseñal con Falcone en medio de un foco enorme, el doctor Crane como el Espantapájaros, el momento genial del Batmóvil surcando los edificios o haciéndose invisible (de manera realista, ojo), el caos en Gotham o el enfrentamiento final con R’as. Destacar en la escena final el momento en que Batman, montado a caballo, trata de hacer su trabajo, una referencia más que evidente de El regreso del señor de la noche, de Frank Miller. Lo mismo ocurre con el batmovil, claro.

 

Los actores me parecen muy bien, todo ellos muy metidos en su papel, todo hay que decirlo. Christian Bale me parece un Batman muy apropiado, si bien debo admitir que, quizás, si fuera más alto (detalle que es una nota habitual en los actores que interpretan al personaje) hubiera quedado mejor pero, con todo, un buen Bruce Wayne y un buen Batman, de eso no hay duda, aportando seriedad, amargura y misterio. Y menos mal que alguien dio con la solución para que el actor pudiera hacer algo tan simple como mover la cabeza (en todas las pelis anteriores, la capucha es enteriza, con lo cual, ni Keaton, ni Kilmer ni Clooney podían girar el cuello. De ahí las poses que, a veces, tenían que lucir) El elenco que le respalda está muy bien; vamos, de lujo. Liam Neeson como R’as A Ghul es, desde cierto punto de vista, el némesis ideal de Batman: reflexivo y muy poderoso. Y digo lo de “cierto punto de vista” porque, bien mirada, la concepción de la Liga de las Sombras puede llegar a ser medianamente aceptable… en un infierno como se supone que es Gotham. Y me ha parecido muy bien que enlacen dicha organización con la caída de Roma o Constantinopla, aportando cierto toque histórico al tema.  Michael Cane me ha resultado muy buen Alfred. ¡Al fin vemos a un Alfred que se luce en la pantalla! Le vemos actuar con Wayne, implicarse, ser parte, en fin, de la trama de Batman. Y me refiero a esto porque, al igual que Gordon, en las otras pelis, el mayordomo más famoso de los cómics (con el permiso de Jarvis o Lothar, entre otros) se lució muy poco. Gary Oldman, como siempre, muy bien, ofreciendo un muy buen Gordon, muy creíble. Katie Holmes es la que más sosita me parece de todos pero debo admitir que esta actriz tampoco es que sea de mis favoritas. Con todo, me parece bien que su personaje no se reduzca a la eterna novia enamorada del héroe para, al final, descubrir su personalidad secreta (Nota: en todas las pelis de Batman, la chica de turno descubre quién es. Aquí, al menos, se lo dice el propio Batman) Morgan Freeman cumple muy bien como el señor Fox, resultando el vínculo fundamental para que el espectador comprenda de dónde saca Wayne todos los trucos que usa. Rutger Hauer, a pesar de que sale poco, se ve a la legua por donde irá en la trama y, sin duda, es un gran apoyo dentro del reparto. Por su parte, Cillian Murphy no sale mucho pero lo poco que hace sí merece la pena para el personaje que interpreta: el Espantapájaros.


Con respecto a los personajes, me gustaría destacar una cosa muy a favor de esta cinta: tiene el valor de utilizar no sólo a Batman, sino al Espantapájaros, Falcone, Ra’s Al Ghul, Falcone y muchos más en una trama en la que las subtramas de todos ellos se unen para seguir la principal y, aún así, se las han apañado para hacerlo de manera coherente, mantener el interés del público y, o que es mejor, hacerlo de manera seria y realista. Y digo esto, repito, como gran punto a favor ya que la anterior saga de Batman no puede decirse que fuera muy hábil a la hora de mezclar personajes de manera convincente (y aquí me remito a Batman vuelve, Batman forever y, sobre todo, Batman y Robin, donde entre Alfred, su sobrina, Batman, Robin, Hiedra Venenosa y Bane hicieron una tortilla de lo más extraña)

A pesar de que esta es una película de superhéroes, debo admitir que, en cuestión de efectos especiales, es muy comedida. Claro que hay pero debo admitir que, al menos para mí, no se imponen en la pantalla para dejar sin aliento al espectador. Destaco, por supuesto, lo momentos del batmovil o esos en los que el veneno del doctor Crane hace de las suyas: no es que apabullen al espectador pero, como debe ser, ayudan a contar una historia que, además, está muy bien.
Lo único que puedo decir a modo de “pero” es que, cuando me enteré de que Ra’s Al Ghul iba a ser el enemigo de Batman en la nueva entrega, mi mente de lector de cómics se disparó directa a una idea: Tanlia, la hija de R’as que en los cómics es el motivo de muchos quebraderos de cabeza de Batman, más que nada porque ambos se enamoran e, incluso, tienen un hijo cuya existencia Batman desconoce (y aquí me remito a la novela gráfica Batman, el hijo del demonio, obra de Mike W. Barr y Jerry Bingham que, por cierto, tiene una portada alucinante pintada al óleo) Con todo, no es más que un apunte de fan del personaje.
Pues esto es todo. ¿La recomiendo? Sí. Si no la habéis visto, dadle una oportunidad y, sobre todo, hacedlo olvidando todo lo que conozcáis sobre la mayoría de las pelis de superhéroes y, sobre todo, de la anterior saga del personaje. Si ya lo habéis hecho, no os extrañará que os anime a verla de nuevo, al menos, de vez en cuando. Toda una lección de cómo adaptar un personaje a la pantalla tomándolo muy en serio y dejando de lado las cosas que, por la naturaleza del mismo, no le pegan ni con cola. Sí es cierto que hay muchos que consideran que, después de todo, es demasiado realista, que da explicación de todo y eso quita un poquito de magia al asunto. Bueno, puede ser. Como siempre digo, para gustos, los colores. Yo insisto: dale una oportunidad. Y, de paso, también a su secuela, El caballero Oscuro.

Por cierto, el final de la película está sacado de manera literal del final del cómic Batman, año 1 de Frank Miller.
Buen visionado y vigilad el cielo.
 Curiosidades:
-Christian Bale fue la opción para ser Robin en Batman Forever.
-Ewan McGregor fue una opción para interpretar al Espantapájaros. También en Marilyn Manson (¡Alucinante!)
-La carta del Joker que se ve al final de la peli es al que usó Jack Nicholson en 1989.
-Nolan decretó que nada de segundas unidades (que ruedan a la vez que la principal) Por eso, supervisó todas y cada una de las tomas.
-Cillian Murphy se rompió el brazo en la escena en la que envenena a Batman.
-Nolan fue quien decidió que nada de quintas partes: se empezaría de cero.
-Nombres de directores que se barajaron: Joel Schumacher (cosa rara después de la cuarta entrega), David Fincher, Clint Eastwood, los hermanos Wachowski, Darren Aronofsky y Wolfgang Petersen.
-Daniel Day-Lewis fue considerado para el papel de Ra’s Al Ghul.
-Para el papel de Rachel sonaron Natalie Portman y Sarah Michelle Gellar.
-Seguimos con actores: se pensó en Anthony Hopkins para ser Alfred…
-… O Dennis Quaid para Gordon.
-El Batmovil está sacado del que dibujó Frank Miller en El regreso del señor de la noche.
-Por primera vez, desde la serie de los sesenta con Adam West soltando frases raras, vemos que Batman tiene más cortas las orejas de la máscara.