Esta película es en realidad una adaptación de un libro de Julio Verne llamado Escuela de robinsones, del cual el director, Juan Piquer Simón coge la idea y luego mete los adornos que le da la gana para, supongo, atraer al máximo de público.
La película nos va a contar la historia de Jeff y su criado Tartelett que, durante un viaje de barco, acaban en una isla llena de todo tipo de peligros y que, claro, incluyen monstruos.
Como se puede ver, la trama no puede ser de lo más sencilla y, todo hay que decirlo, respeta la esencia de la obra literaria en la que se basa. Lo que nos va a reservar el guión es una peliculita de aventuras que busca justo lo que consigue: entretener. Por eso, la cinta está repleta de problemas propios de los naufragos: la comida, animales, algunos personajes que se dedican a fastidiar a los protas y, sobre todo, aventura, mucha aventura.
Uno de los aspectos más destacables de la peli es que, al margen de alguna que otra cueva demasiado bien decorada para estar en una isla abandonada, es que los escenarios y exteriores resultan muy reales porque, en efecto, se rodaron en plena naturaleza. Eso le da a la cinta un toque muy artesano (además de otras cosas más) que resulta encantador y divertido a la vez.
Si bien el gancho de la cinta es «Isla de los monstruos», lo cierto es que la película aprovecha los elementos del libro para hacer avanzar el guión y las situaciones de los personajes que conllevan una buena sorpresa final con mucho respeto a la obra de Verne. Todo esto hace que la cosa avance sin problemas y, como dije antes, pases un buen rato.
Sin duda, el gran "pero" que se le pone a la peli es lo rematadamente mal que ha envejecido. Y es bien cierto. Los monstruos iniciales que se meten en el barco, algo así como un sucedáneo de La mujer y el monstruo, cantan muy desafinado si los miras con los ojos de hoy en día, lo mismo que esos otros que están cubiertos de algas. Lo mismo se puede decir del dinosaurio, por llamarlo de algún modo, porque no sé qué es, que sale más o menos a mitad de la peli o las orugas que echan aire. Es cierto, muchos, incluso, se reirían en la época (1981, ahí es nada) pero, si ves hoy la peli, sabes a lo que te expones. Por suerte, al menos para mí, lo que queda por encima de todos estos detalles cutres sigue cumpliendo su función.
¿Actores? Pues aquí te encuentras a pesos pesados como Peter Cushing, Terence Stamp (cuyo personaje y trama es obra de Piquer Simón pero, oye, queda bien), con otros como Ana Obregón cuando empezaba a ser Ana Obregón. Ian Sera (el tipo de rizos de Mil gritos tiene la noche al cual un zombi le rebana sus partes) queda algo estático pero, bueno, no se puede pedir más. A destacar David Hatton como Tartelet. Muchos le tachan de histriónico y exagerado y, sí, puede que tengan razón pero lo cierto es que es fiel reflejo del personaje literario.
Pues esto es todo. La peli fue un éxito más que considerable. Incluso hicieron un cómic que servidor se compró en la época porque, lo digo sin miramientos, me flipó la peli cuando la vi en el cine.
A disfrutar.
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