Invasores de Marte

 

Invasores de Marte.

Invaders form Mars.

1986

Director: Tobe Hooper.

Guión: Richard Blake, Dan O'Bannon, Don Jakoby.

Hunter Carson.

Karen Black.

Timothy Bottoms.

Laraine Newman.

Louise Fletcher.

James Karen.

Un niño ve cómo un ovni aterriza. Los extraterrestres poseen a sus padres...

Esta película es un ramake de un clásico de ciencia ficción de los años cincuenta y que lleva el mismo título. Es una película que te recomiendo ver porque, sin duda, estaba muy bien llevada. Tanto que un niño llamado Tobe Hooper alucinó con ella y, ya de mayor y haciéndose director, quiso rendir su propio homenaje.

Antes de empezar, es necesario hacerte una advertencia: esta es una película de Cannon films, es decir, la responsable de que, si sobrepasas los cuarenta, recuerdes cómo sus títulos inundaban las estanterías de los video clubs de la época y la culpable de que Chuck Norris o Charles Bronson sean recordados hoy como tales.

¿A favor? Ahí va.

La historia es muy original, claro que, como dije antes, es un remake de una película de unos treinta años antes. Por suerte, el guión dejó la trama esencial es decir, la de que unos aliens llegan y suplantan a un montón de personas, centrándonos en los padres de un niño, David. 

Otro de los puntos a favor es que lo interesante, es decir, la llegada de los marcianos, no tarda mucho en producirse; prácticamente después de presentar a la familia protagonista. A partir de ahí, lo único que tienes que hacer es dejarte llevar por una peli muy, pero que muy irregular y, si estás por la labor, soltar un par de sonrisas ante las grilladas mentales de un guión que se supone debía de ser terrorífico pero que lo que hace más o menos bien es mantener el interés y, sobre todo, el entretenimiento. Esto tiene en su contra que, si has visto la versión anterior (infinitamente superior a esta) ya vayas con los deberes hechos pero ahí queda.

Los efectos son de la época, es decir, lo que vemos se construyó con las manos y eso se nota, cosa que no quiere decir que quede mal. Hay que tener en cuenta que aquí hay dos nombres que van a resaltar por encima de todo (a parte del director): John Dykstra y Stan Winston. Si no te suenan (cosa que dudo) te refresco la memoria. El primero se inventó los efectos especiales de La guerra de las galaxias. El segundo, nos trajo a Terminator o a muchos de los dinosaurios de Parque Jurásico.

Los personajes están bien planteados y dan lo que prometen desde que salen por primera vez: David es arrojado (luego comentaré esto), el general es el secundario necesario para la trama y la enfermera la aliada del protagonista que, por unas o por otras, necesita siempre de un amigo. Los aliens, más malos que un dolor de muelas, como debe ser. Vamos que, sorpresas en esto, ninguna.

En cuanto a los actores, cumplen sin más. Hunter Carson me parece demasiado inexpresivo y acartonado. Sus padres, Timothy Bottoms y Laraine Newman me resultan artificiales, más aún, cuando están bajo el influjo de los aliens. Louise Fletcher sí me gusta porque esta mujer, desde que la vi en Alguien voló sobre el nido del cuco (era la enfermera demoníaca) me cae muy bien. James Karen, como general, bueno, ahí queda. Karen Black, como la enfermera, me parece muy acertada.

Y, ahora, vamos con lo mejorable, que lo hay.

Lo primero que hay que tener en cuenta es el dato que di antes: Cannon. Eso quería decir poco dinero, rodajes rápidos, mucha acción y calidad cuestionable. Y es cierto que, allí donde la peli de los cincuenta se explayaba y ataba bien las cosas, aquí parece que se les va un poco de las manos en algunos momentos y el resultado queda bastante raro. Voy a ponerte unos cuantos ejemplos de escenas que, o bien no se curraron o bien, filosofía de la casa, les importó un pimiento.

Para empezar, David, por la noche, ve y oye el ovni aterrizar en mitad de un sonido tremendo. Sus padres, que deben estar sordos, no. Ni de lejos. Como poco, es raro. Lo de la excusa de la tormenta no me vale. 

Se supone que, cuando las personas están poseídas, actúan de manera extraña pero con cierto disimulo para no ser descubiertas de golpe. Aquí actúan como payasos, poniendo gestos ridículos y cara de idiotas que se supone amedrentan pero, más bien, son muy risibles. El padre de David es cantoso a más no poder, lo mismo que los tipos del mono naranja. Vale que la profe loca se salva pero también se le ve venir, Esto, además, hace que, en muchas ocasiones, se derive a escenas totalmente estúpidas y ridículas, por el contenido y la actuación. Ahí tenemos la de los padres comiendo bacon churruscado o cuando el padre aparece de la nada con el tipo de la telefónica o el momento, otra vez del padre, tomando café con sacarina. Eso quita misterio al tema y pone cierto aire de cachondeo no intencionado.

Y, si de escenas curiosas hablamos, la peli está plagada desde los primeros veinte minutos más o menos en adelante. Por ejemplo, David escucha hablar a la profe con el poli a una buena distancia, demostrando que tiene un buen oído (a lo mejor por eso solo él oye el ovni aterrizar). Como es valiente que no veas, la persigue y la ve comerse una rana. Sí, eso es. Pero la profe, además de poseída, es imbécil porque lo hace con la puerta bien abierta, para ser interrumpida por cualquiera en cualquier momento. 

Hablando de la profe, tiene un par de momentos curiosos. A ver, sabes que el niño te ha descubierto y no haces nada. Es más, te llevas a toda la clase de excursión (para dárselos a los aliens, digo yo) menos a él sin preocuparte de que se chive de algo. Y, cuando está frente a la Inteligencia suprema, lease alíen feo, desagradable y bien hecho... ¿¿¿recita las vocales en inglés??? ¿Para qué narices (por no decir otra cosa) hace eso?

El cúmulo de situaciones raras continua pero el guión te las pone delante como si tal cosa. La enfermera, maja a más no poder, le da a David su dirección y llaves como si tal cosa, amén de que hay un momento, escondidos en el cole, que parece que se van a a enrollar en plan momento erótico festivo. Aquí debo hacer mención a cuando llegan los polis malos y, sin previo aviso, se abre el suelo, aparece una máquina alien y David y la enfermera escapan. De todo el pueblo, de todo el colegio, eso aparece ahí por que sí.

Todo esto, y más, hace que el conjunto, en general, quede raro, como si tuviera una intención buena pero no supiesen arrancar bien.

Los personajes en sí también tienen su aquel. Así, el ejército de los Estados Unidos no solo deja pasar a un chaval de unos once años y a la enfermera de su cole a una base; también, les reciben y les hacen caso a pies juntillas. A ver, como poco, es curioso. David, o al menos a mí me lo parece, se pasa de valiente y, sobre todo, de listo. Por ejemplo, suelta al general el por qué el radar no detectó al ovni o trata de hacer entrar en razón a los extraterrestres. Por cierto, es este momento el protagonista de una escena Cannon cien por cien. Atento:

David trata de razonar con los marcianos, cosa que no surte efecto. Pues bien, el chico, arrojado como él solo (demasiado, como ya he dicho), da un bofetón al jefe de los marcianos, arranca el moño a la profe poseída y esta, del empujón, cae en la boca de un extraterrestre que, ya puestos, se la come. Ejem...

Y, por supuesto, no puede haber peli rara sin diálogos absurdos. Mira: 

"Los marines no tienen escrúpulos en matar marcianos" (El general)

"¿Alguno de ustedes tiene una moneda de cobre?" (El general. Sí , otra vez)

"No solemos traer dinero al combate, señor" (Respuesta de un soldado a la estupidez de su superior)

Como dato curioso, si has visto el excelente documental La loca historia de Cannon films, los de la compañía señalan que Menahem Golam y Yoran Globus, es decir, los amos de Cannon, odiaban la película, ya que Tobe Hooper les prometió terror y, en cambio, el resultado fue lo contrario. Y es cierto, tiene un tono por completo alejado de la premisa inicial y eso hace que la peli quede coja. ¿Entretiene? Sí, claro que sí. Pero pudo haber sido mucho mejor. Quizás con otra productora, quizás con otro guión, quizás con algo más de sentido... 

Eso sí, te recomiendo la original.

Por cierto, ¿qué ve David en la escena final al entrar en el dormitorio de sus padres? Lo dejo a vuestra imaginación.

Vigilad el cielo.