Temblores

Temblores.

Tremors.

1990

Director: Ron Underwood.

Guión: S. S. Wilson, Brent Maddock, Ron Underwood.

Kevin Bacon.

Fred Ward.

Finn Carter.

Michael Gross.

Reba McEntire.

Unos seres que salen del suelo tratan de comerse a los habitantes de un pueblo...

¡Saludos!

La peli de hoy ya tienes unos añitos pero, la verdad sea dicha, tenía muchas ganas de volver a retomarla e incluirla en el blog. No la veía desde allá por principios de los noventa, cuando el Canal Plus era lo más de lo más y podías decir a tus colegas que podías ver una peli como Temblores las veces que te diera la gana y, además, para colmo del fardeo, incluso había pases en versión original.

Muy bien, nostalgia aparcada, dedos preparados y teclas dispuestas. ¡Vamos allá!

La verdad es que esta cinta, sin ser el culmen de las súper producciones (de hecho, los de "súper" creo que habría que quitarlo) tiene varios puntos a favor que me gustaría señalar. Para empezar, uno de los más llamativos, la historia. No me digáis que no es original pensar que, bajo tierra, hay una especie de gusanos gigantes que no tienen otra cosa que hacer que zamparse al personal. A mí, como idea, me parece estupenda y, sin duda, es una muestra de cómo los guionistas de hace unos añitos hacían algo que lo de ahora parecen haber olvidado: estrujarse el cerebro para inventar una historia original, divertida y que enganche. Pero, sin duda, y relacionado con este punto, hay otro detallito fundamental que fue lo que siempre me cautivó de la cinta y que creo que, en mi modesta opinión, mantiene la frescura del producto incluso hoy. Me refiero, claro está, al tufillo a peli de serie B de los cincuenta que tiene. Fijaos. Hay monstruos, se comen a la gente y unos ciudadanos completamente anónimos, alejados por completo del concepto de héroe, tienen que luchar contra los susodichos bichos de manera totalmente aislada. Pero, además, nos se da ni una sola explicación de por qué sucede lo que vemos en pantalla. ¿De dónde vienen los gusanos? ¿Por qué se han manifestado ahora? ¿Qué son, a fin de cuentas, los pobrecitos míos? Y la cuestión es que NO IMPORTA EN ABSOLUTO. No ha explicaciones, ni delirios científicos ni lógicas rocambolescas que valgan. Y, aún así, el guión mantiene la atención un poco más de hora y media sin ningún tipo de problema. Esto, lo repito, ha hecho que en servidor, después de los años, la peli siga haciendo el mismo efecto que al principio.

El guión, como uno puede deducir, podría considerarse una mezcla rara de ciencia ficción, fantasía y su puntito de terror. Pero, ojo, no es terror de sustos; es de ese en el que sabes que va a pasar algo y estás deseando que el bichito de turno se luzca para verlo. Pero, por encima de esto, se respira a lo largo de toda la historia cierto tono de humor o, mejor dicho, de cachondeo que, muy, pero que muy alejado de llegar a provocar carcajadas, mantiene un equilibrio perfecto entre la seriedad de la situación y el modo de resolver algunas escenas. Si la veis, fijaos en el momento de las pértigas, lo flipados que están Burt y esposa con las armas o lo imbécil en el buen sentido, que es Melvin. Pero, por encima de todo, está la relación de los protas, Val y Earl, que son una especie de Pepe Gotera y Otilio pero en plan bordes y chapuceros. Y para mí, todo esto, es un puntazo a favor porque le da la cinta cierto aire poco serio que le viene muy bien.

Paso a los personajes. La verdad, me parecen muy acertados y, lo bueno, es que el guión no tiene tiempo para perder el tiempo creando relaciones raras y profundas entre ellos. Nada más salir en pantalla, sabes que Val y Earl son como hermanos y a cada cual más flipado (a su modo) que el otro. En cuanto Rhonda aparece con crema del sol en la nariz es obvio que se liará con Val y que es la empollona de turno pero sin caer mal. Y Burt, su mujer, Melvin y los demás son los secundarios ideales que los refuerzan. Más no; menos, tampoco. ¿De veras creéis que, en un guión así, merecería la pena un trasfondo dramático de unos tíos que se dedican a colocar alambradas o, quizás, la intervención del ejército para enfrentarse a los monstruos? Yo creo que no...

Otro de los aspectos destacables son los efectos. Veamos y dejemos esto claro: mil novecientos noventa. Eso quiere decir que Terminator 2 aún no había roto moldes y que Spielberg y su Parque Jurásico no nos habían alucinado aún. Dicho de otra forma: nada de ordenador, ni CGI ni zarandajas informáticas. Aquí los gusanos son monstruos de verdad, manejados por técnicos. Las casas, los coches, las explosiones y la arena son reales. Y todo esto se nota y refuerza ese aire clásico y entrañable de la peli. Y ojo que todo lo que vemos aquí está pero que muy bien hecho, marcando una diferencia abismal con determinados productos que invaden las salas hoy en día. Por eso, destaco varias escenas: la del matrimonio atrapado en el coche está muy bien, lo mismo que el ataque a la casa de Burt o cualquier escena en la que los gusanos atacan. Y muy curioso ese momento en el que un obrero usa  su martillo eléctrico en el suelo, sale sangre  y sale disparado clavado en algo.

Los actores están muy bien y, a su modo, creíbles. Kevin Bacon y Fred Ward lo clavan como Val y Earl. Resultan muy naturales y, además, caen bien los dos, alejados de la idea del héroe guapito al que todo le sale bien y no se despeina ni a la de tres. Finn Carter cumple como Rhonda si bien es cierto que su personaje no es tan atractivo como los otros dos. De los secundarios destaco a Michael Gross como Burt y Robert Jayne haciendo de Melvin, que están muy bien.

Pues esto ha sido todo. Por si no lo has notado, la peli me gustó en su momento y, la verdad, me sigue gustando. Creo que, en absoluto, se concibió como un  producto ambicioso en plan bombazo pero, está claro que quisieron entretener al espectador con todo su metraje y esto es algo que cumple a las mil maravillas. Vista ahora, es una peli de otra época pero, ni por asomo, hay que pensar que eso es malo. Si no la has visto, dale una oportunidad, que creo que puedo decir que no te vas a arrepentir.

Vigilad el cielo.