La máscara del demonio

La máscara del demonio.

La maschera del deminio/Black sunday.

1960

Director: Mario Bava.

Guión: Ennio De Concini, Mario Serandrei.

Barbara Steel.

John Richardson.

Andrea Checchi.

Ivo Garrani.

Una bruja es ejecutada con la Máscara del Demonio y jura venganza...

Esta película es un clásico. No solo del género de terror, si no del subgénero de brujería que tantas alegrías ha dado al personal a lo largo de los años. Además, es una de las obras más representativas de su director, Mario Bava. ¿Razones? A patadas.

La historia que tenemos por delante es muy sencilla. Es la típica de venganza que tantas y tantas veces hemos visto en el cine. Por eso, la peli no puede ser más clásica. Desde la impresionante escena inicial en la que se tortura a lo bestia y ejecuta con la máscara a la bruja Asa, sabemos perfectamente lo que va a suceder a lo largo de todo el metraje siguiente. Más que nada porque nos lo dice ella antes de que se la claven (la máscara, malpensado) a fuerza de un buen martillazo: se va a vengar de manera demoníaca de todos sus ejecutores y, ya puestos, de la descendencia de estos. Siempre he dicho que, si te vengas, lo hagas con estilo, mala baba y tiempo. ¿Qué tenemos a continuación? Pues eso; una historia de venganza sobrenatural que va a ocupar hasta el último minuto de la película. Sí, hay algún retazo de breve y simplona historia de amor entre Gorobec y Katia pero poco más.

Y es que, por encima de todo, hay un especial énfasis en todo la cinta que va a destacar por encima de todas las cosas: el empeño por parte del guión y la dirección de dejarnos bien claro que estamos viendo una historia de terror. Pero una de terror clásico, de ese de toda la vida que tan bien sabe. Y por ello, no escatima recursos para llevar este objetivo a cabo. Los decorados son siniestros y oscuros albergando siempre lo peor. La música acompaña todo momento de terror dispuesta a incrementar el drama y horror y la sensación de misterio, desasosiego y susto. La brutalidad de ciertas escenas, como la inicial cuando ejecutan a la protagonista, es totalmente intencional.

Pero si una cosa vas a recordar de esta peli, que potencia el terror y lo hace de maravilla, es cómo se hace uso del maquillaje para crear el miedo. El ejemplo más básico de esto son las caras de Asa, la bruja mala y protagonista. Si nos fijamos bien, lo único que hay aquí es maquillaje y expresión. ¡Pero qué bien queda! Esa palidez, el modo en que la pintura resalta los ojos negros y, sobre todo, los agujeros provocados por la máscara, crean un efecto sublime que, incluso hoy en día, sigue resultando muy terrorífico y efectico. Lo mismo, aunque en menor modo, puede decirse del maquillaje del zombi Vadja. Repito que aquí solo hay maquillaje, expresión y efectos de iluminación pero, el conjunto, queda de maravilla.

La película tiene unas cuantas escenas que me han gustado mucho. Como ya he comentado, la ejecución inicial está muy bien. Ved cómo se recrea cuando marcan a Asa con el hierro incandescente. La vuelta a la vida de la propia Asa, mientras la cuenca de los ojos se le llena de una especie de líquido viscoso lleno de gusanos es simplemente genial, lo mismo que esos momentos rápidos y precisos en los que el rostro de Katia parece envejecer de manera muy sutil. ¿Otro momentazo? La vuelta a la vida del amante de Asa. Es lento, recreándose la cámara en cómo la tierra se remueve y sale el muerto viviente. Ah, y mirad, en los momentos finales, cuando Gorobec retira el vestido de la bruja y, bajo este, hay un cuerpo podrido. Impresionante. Siempre he pensado que demasiado fuerte para la época.

Los actores están muy bien pero es obvio que aquí hay una que destaca por encima de todos: Barbara Steel como Katia/Asa. Perfecta. Su expresión, esa mirada enloquecida, con esos ojazos, se te clavan en la memoria. John Richardson como Gorobec Y Andrea Checchi haciendo de Kruvayan cumplen pero es cierto que el segundo se luce más que el primero, más que nada, porque siempre destacas más cuando hace de muerto vivo que de enamorado un poco hortera. Ivo Garrani como Vadja sale poco pero, la verdad, intenso. Por cierto, si Richardson te suena y no lo ubicas, me sucedió lo mismo. Ponle barba, pelo largo y ropa de cromañón y, sí, es el compañero de Raquel Welsch en hace un millón de años.

Y, ya que estamos con los actores, aquí van unas cuantas curiosidades de Steel. Y es que, aún siendo su primer papel protagonista, según parece, la chica dio una lata considerable. Por ejemplo, se estaba quejando siempre de la peluca y de unos colmillos que llevaba inicialmente pero que, al final, se descartaron en el montaje por resultar muy artificiales. Además, estaba obsesionada con no mostrar ningún tipo de desnudo hasta tal punto que en las escenas de poca ropa utilizaron una doble pero a ella tampoco le gustó, así que terminó haciéndolo. Esos sí, recurrió al alcohol para darse un poquito de vida. Cosas de la farándula...

Esto ha sido todo, Una gozada de principio a fin, una maravilla que hay que ver las veces que haga falta y que recuerda que antes, con poco, se hacía mucho. Me da la sensación de que estuvo muy cuidada en la realización, cosa que se nota. Una pena, al menos pienso yo, que no se esfuercen tanto hoy en día.

Vigilad el cielo.