lunes, 19 de julio de 2021

Historias de terror



Historias de terror.
Tales of horror.
1962
Director: Roger Corman.
Guión: Richard Mathewson.

Vincent Price.
Peter Lorre.
Basil Rathbone.
Maggie Pierce.
Leona Gage.
Joyce Jameson. 
Debra Paget.
David Frankham.

Tres historias basadas en los relatos de Edgar Allan Poe...


Historias de Terror es otro ejemplo más del matrimonio que el productor y director Roger Corman hizo con los relatos de Edgar Allan Poe allá por los sesenta. La fórmula le salió redonda y el tipo no se molestaba en cambiarla: cogía una historia de siete u ocho páginas, conservaba su título y luego la inflaba sin ningún tipo de miramiento. Al conjunto le ponía actores de primera como Vincent Price, Ray Milland o Peter Lorre y el buen resultado estaba garantizado. Y no le fue nada mal porque todas estas adaptaciones son consideradas (y yo lo suscribo) como clásicos dentro del terror gótico.

Pero, en esta ocasión, lo que el bueno de Corman hizo no fue adaptar una historia y luego engordarla con lo que le diese la gana, no. Cogió tres e hizo una película con ellas. Y tres potentes, nada menos: Morella, El gato negro y La historia del señor Valdemar. Todas ellas cortadas por el mismo patrón a saber: están basadas muy de lejos en los originales literarios, tienen a Vincent Price como actor principal y, en todas, se respira una atmósfera rara de terror gótico que les viene de maravilla.

El primer segmento es Morella y cuenta la historia de un tipo totalmente chiflado que conserva el cadáver de su mujer en su camita porque no puede evitarlo. Además, culpa a su hija, que le visita, de su muerte. 

La atmósfera en este capítulo es preciosa y es como si condensara todas las películas que había filmado antes basadas en Poe en una historia corta. La ambientación, el vestuario, la casa enorme pero dejada de la mano de Dios, con sombras y telarañas por todas partes... Todo esta clavado. Tengo que destacar dos cosas. Por un lado, la actuación de Price (aquí el tipo se luce por triplicado y con méritos propios) y los momentos en los que vemos a la difunta Morella en la cama en plan cadáver. Atentos a la escena final, con Leonora y su madre muertas pero sonriendo. Todo está muy bien llevado y eso se nota en la pantalla.




¿Cosas en contra? Como dije antes, es la más parecida, por estética e intención, a cualquiera de las películas de Poe que Corman filmara antes y, quizás, la que resulta menos impactante. Eso sí, la transfiguración de Leonora a Morella está muy, pero que muy conseguida, lo mismo que el clímax que se produce al final. También tengo que admitir que Morella es una historia que, de verdad, me parece muy difícil de adaptar al cine.

El segundo capítulo es nada más y nada menos que El gato negro, obra famosa por excelencia de Poe y la culpable de que veamos un gato de ese color y pensemos en algo malo, demoníaco o infernal. 




Lo mismo que con el capítulo anterior, la ambientación y el vestuario están muy bien cuidados. Y, de igual forma, Corman toma una idea muy vaga de la narración escrita y la hincha sin cortarse un pelo. Solo que aquí incluye un aspecto que, poco a poco, iba a utilizar, supongo, por no acabar siendo repetitivo en este tipo de películas: el humor. Sí, aunque suene raro y macabro, es así. Lo hizo aquí y lo volvió a hacer en El cuervo. En esta historia va a haber dos cosas que vas a recordar. Una es la magistral actuación de Peter Lorre y Vincent Price. El primero se pasa todo el segmento borracho salvo un par de minutos finales. El segundo interpreta a un personaje cómico, estirado y ridículo en total contraposición a lo que hizo en el capítulo anterior. ¿La segunda cosa? El duelo de catadores de vino entre Lorre y Price. Las caras de este han pasado a la historia del cine demostrando que tenía una vis cómica considerable. Absolutamente sublime.




Y llegamos al tercer capítulo: La historia del señor Valdemar. El relato de Poe es maravilloso y solo a un genio o a un tipo que está como un ejército de regaderas se le puede ocurrir: un moribundo es hipnotizado en el justo y preciso momento de su muerte. Magistral. Pues bien, en esta historia es, quizás, la que menos inventa con respecto a la original, quitando la historia de amor de la mujer del protagonista y el personaje del hipnotizador malvado. El conjunto es muy acertado y los momentos de Price muerto e hipnotizado a la vez, junto con el final, me siguen pareciendo muy efectivos. Aquí hay que destacar, además, la presencia de Basil Rathbone. Sí, el malo de Robin Hood y el, para mí, mejor Sherlock del cine.




Tres relatos, tres historias y una película. Una delicia, muy bien dirigida, maravillosamente interpretada y, lo que es más importante, asegura un entretenimiento que se mantiene inalterable a lo largo de los años. Una pena que este tipo de cintas ya no se hagan; será, supongo, porque películas como estas dejaron el listón muy alto en lo que al genero se refiere.


Vigilad el cielo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario