La maldición

La maldición.
The grudge.
2002.

Director: Takashi Shimizu.

Guión: Takashi Shimizu.

Megumi Okina.
Misaki Itô.
Misa Uehara.
Yui Ichikawa.
Kanji Tsuda.
Kayoko Shibata.

Después de un sangriento asesinato, un espíritu misterioso y vengativo persigue a cualquiera que se atreva a entrar en la casa donde reside...

¡Muy buenas!

Por todos es sabido que los japoneses son muy buenos (entre otras muchas cosas) en dos aspectos principales: crear unos animes alucinantes basados en unos mangas que no lo son menos y generar unas pelis de terror con muy mala uva que van a hacer todo el daño posible teniendo presente una sana idea fundamental: que el espectador lo pase mal. Que, además les mola que no veas usar niños para asustar al personal es algo que sobra decir. Pues bien, esta maldición va a ir de eso: de terrores, maldiciones, fantasmas y niños espectrales con muy mala baba.

Para empezar, lo que hay que destacar es la historia. No solo lo que cuenta que, desde cierto punto de vista es muy simple: un tipo se carga a su mujer y a su hijo y ello genera una maldición muy molona en la casa en la que se produjo el asesinato de forma que todo el que la pisa o tiene que ver con ella cae. Lo importante, desde luego, es cómo lo cuenta. Y es que en lugar de contarnos la historia en orden normal y cronológico, como lo que hubiera hecho cualquier hijo de vecino, la peliculita va a centrarse en distintos personajes, todos ellos muy dispares, que tienen que ver con la maldita casa (nunca mejor dicho) y, por tanto, con la dichosa maldición. Así, a lo largo de distintas entregas (separadas unas de otras por el nombre del desgraciado protagonista) vamos a asistir a un festín fantasmal de muchos quilates que va a hacer que, desde luego, te quedes bien quietecito en el sofá y que, además, te encojas sin que te des cuenta.

Y es que el tipo de terror que vamos a ver en esta cinta es el más básico de ellos: el del miedo a lo desconocido que se oculta en los rincones, sombras o desvanes. A todo ello hay que añadirle algo fundamental: la presencia de entes sobrenaturales que, retorciéndose cual insectos o apareciendo de la nada, se van a encargar de los (repito) desgraciados protagonistas y de que el espectador de un par  de buenos botes. Y es que ese es uno de los platos fuertes de esa peli: las apariciones fantasmales. Unos sabe lo que va a pasar y lo ve venir de lejos pero da igual porque el guión se las apaña para que no quites los ojos de la pantalla. Si oyes el ruidito ese (si ves la peli lo vas a recordar) sabes que el puñetero niño, Toshio, va a aparecer. Si ves un manchón no te equivocas: es su (de nuevo), puñetera madre, Kayako, la que va a hacer que des el brinco pero está tan bien hecho que da igual, el golpe de efecto está logradísimo. Sin duda, yo me quedo con el de Kayako arrastrándose por la el suelo mientras oímos ese sonido tipo "bichos siendo pisoteados" Muy, muy bueno.

Pero qué mala idea.

Paso a los efectos. Si esperas ver efectos especiales espectaculares puede que te lleves una decepción pero, y esto es otro de las buenas cosas de la peli, ahí radica su gracia. Salvo un poquito de sangre aquí o allí en plan mancha, aquí todo se va  a ver reducido a dos cosas: caras grises y ojos abiertos como platos. ¿Simple? Que no veas, pero la mar de efectivo.

¿Y los actores? Yo diría que todos muy bien y, desde luego, expresivos. Lo admito: las paso canutas para diferenciar a unos de otras pero todo es ponerse y concentrarse.

Y, sin duda, atentos a la escena final. Como puedes suponer, una película así  es raro que termine bien y esta no es una excepción. Lo cierto es que el final es bastante impactante y, sin duda, acorde a la historia que estamos viendo. No digo nada para que la veas por tus propios medios pero, lo digo de nuevo, es el colofón perfecto para una historia tan... retorcida.

¿Cosas que me ha parecido mejorables? Pues puede que, a lo peor, te pase lo mismo que a mí y lo considero normal. Y es que, al principio, me he hecho un pequeño lío tratando de saber quién es quién y la relación entre los personajes, nombres raros (para mí) e impronunciables (para mí) a parte. Y esto es porque, como dije antes, si esperamos ver una historia lineal vamos listos. Ojo que no lo digo como malo ya que, en cierto sentido, ese modo de contar la historia es una de las señas de identidad de la peli.

Desde luego, la recomiendo ver. Muy buen terror, una peli que va directa a eso, a hacer pasar miedo y creo que, a su modo, lo consigue de sobra. Por supuesto, los americanos hicieron un remake pero esta versión original me ha parecido muy, pero que muy sobresaliente.

Nota: si ves a u niño en el rincón de tu casa y no tenía por qué estar ahí, no lo dudes: CORRE.

Vigilad el cielo.