Love, death and robots

Love, death and robots.

2019.

Varias historias, apocalípticas y futuristas, nos muestran episodios donde el amor, la muerte y los robots son los protagonistas...

Lo reconozco. Me encontré con esta serie de pura casualidad y debo admitir que, al principio, pasé de ella de manera clara y descarada. Supongo que la tomé por una serie más  de las muchas que alimentan la parrilla de Netflix y no le dí la mayor importancia. Luego, poco a poco, comenzó a llamarme la atención y, con la ayuda del boca a boca (fundamental en este mundillo), al final, caí.

Por todos es sabidos que las series están en su edad dorada. Quizás, su edad más dorada y reluciente. Tanto es así que, cosa impensable hace muy poquito tiempo, la atención del personal está más en ellas que en las salas de cine. Quizás sea porque ahora manejan unos presupuestos a los que hace años no podrían aspirar ni en sueños; quizás porque incluso cuentan con estrellas que lo hacen en series tan bien como en la pantalla grande. O puede que las series, y esto es lo importante, aportan una originalidad contra la que las pelis del cine, enclaustradas en adaptaciones, remakes, precuelas, secuelas, reboots y demás, no pueden competir. Y esto es lo que Love, death

and robots ofrece: originalidad. Y sangre. Y bestialidad. Y sexo. Y...
Para empezar, el grandísimo punto a favor que tiene la serie es que no hay ningún tipo de línea a seguir. Tenemos por delante la friolera de dieciocho capítulos que se van a a caracterizar, en primer lugar, porque son absolutamente independientes. No tienen nada pero nada que ver unos con otros. Por tanto, es una serie que puedes ver cuando te de la gana y hasta en el orden que te de la gana. Pero esa independencia se amplía aún más cuando te pones a ver los episodios y te das cuenta de que no hay un patrón de duración para ellos. Dicho de otra forma, los hay cortos, largos o muy cortos. Esto hace que, al no tener una duración marcada, no haya ese efecto de relleno tan evidente en algunas series. Esto es: se cuenta lo justo, lo que hace que la efectividad de las historias y, en muchos casos, la sorpresa final, sean muy impactantes.
La diversidad no solo se aplica a la duración; tampoco hay una tónica en lo que se refiere al tipo de animación que vamos a ver. Sí, la animación va a estar presente en todos los capítulos pero en unos va a ser vía ordenador y en otros, poquitos, de manera tradicional. Lo mismo ocurre con el grafismo, que nos vamos a encontrar aquí. Sí, los episodios hiperrealistas ganan por goleada pero, incluso así, en mucho se mantiene una estética más o menos caricaturesca.

Y esto me lleva a otro gran acierto. Y es que el nivel de competencia es tal que, en algunos capítulos, el grado de realismo es considerable. Destaco, por encima de todos (si bien no es el único) Más allá de Aquila. Los primeros momentos es difícil decir si son actores u ordenador y, como ya comento más abajo, el aspecto del protagonista al final da miedo. Dicho de otra forma, me da que, en cuestiones tecnológicas, se lo han currado muy bien y tenían presupuesto.

Pero, sin duda, otro de los atractivos de la serie es que, en todos y cada uno de los capítulos,  hace honor a su título: Love, death and robots sobre todo, a la parte de "muerte" y "robots" Amor, la verdad, hay poquito y, lo poco que hay, como que pasa desapercibido y, para serte sincero, yo lo hubiera cambiado por "sexo", que de eso hay y mucho. La muerte y la violencia van de la mano y de ambas hay para hartarse y más aún. Con respecto a robots, los hay también, si bien es cierto que podemos hablar del término "tecnología" más que otra cosa. Todo, en conjunto, hace que esta serie sea para ver solo y únicamente por adultos cuando los menores no estén en cerca o, mejor aún, cando estén fuera o profundamente dormidos. Vamos, que nadie sea tan idiota de ver que es animación y ponérsela a un menor.

¿Cosas que no me han gustado? Por decir algo, y solo por decirlo, tengo que admitir que hay un par de episodios que, la verdad, ni pinchan ni cortan; lo que sucede es que destacan más frente a los que son muy, pero que muy buenos. Esto no es que lo diga como algo malo por necesidad porque, como es obvio, en una temporada de dieciocho episodios, tiene que haber, por necesidad, alguno más flojo. Ojo, he dicho flojo, no malo.

Esto ha sido todo. Creo que, cuando lo que se reseña es una serie, es mejor escribir poco en el cuerpo del post y centrarme más en cada capítulo, cosa que voy a hacer a continuación. 

Un último apunte: dicen que va a haber otra temporada. Bueno, es cuestión de ver y disfrutarlo pero creo que se lo van a tener que currar mucho para no caer en un agujero muy peligroso: el de la repetición. 

Vamos a ver...

¡A disfrutar y que salpique la sangre!

La venganza de Sonnie

En las cloacas de la ciudad, hay peleas ilegales de monstruos...

Uno de los episodios más bestias y, sin duda, más espectaculares, un comienzo soberbio para la serie. El realismo es brutal y, sin duda, el plato fuerte es el genial combate de los monstruos, donde los golpes y la sangre hacen que te quedes clavado en el sofá. Todo ello, aderezado con una animación que hace que te olvides que eso está hecho a partir de ordenadores.

Una perfecta carta de presentación para lo que vendrá: sangre, violencia y sexo sin tapujos.

Tres robots

Tres robots se dedican a pasear por una ciudad postapocalíptica y a reflexionar acerca del ser humano, tratando de comprenderle...

Lo mejor de todo es la perspectiva de la vida que tienen los tres robots protagonistas que, a través de diálogos simples y muy claros, demuestran la estupidez del ser humano. Además, hay que destacar el diseño de los protas, una especie de mezcla rara de los robots más famosos de los cómics, el manga y el cine. Al final, siempre sobreviven los más fuertes: los gatos.

La testigo.

Una chica ve un asesinato desde su ventana...

De nuevo, volvemos a la bestialidad, a la sangre y a los desnudos. El diseño, al menos a veces, parece un poco manga y destaco la imagen sucia en cada fotograma. Además, si uno se fija bien, hay onomatopeyas muy rápidas tipo BLAM que, si estás fijándote en otras cosas (y lo harás) ni las notes. Para que luego digan del Batman de Adam West.

Y es que, amigos, la vida es un bucle...

Trajes

Unos granjeros se ven asediados por unos insectos que destruyen cosechas...

Volvemos al realismo sin olvidar la estética del cómic. Lo que aquí tenemos es una mezcla entre Transformes y Starship Troopers. Lo mejor es ver a lo granjeros liarse a tiros con todo lo que se mueve. Quizá todo se hace un pelín largo porque lo único que importa es el plano final que te dice dónde estamos en realidad.

Devorador de almas

Unos exploradores se enfrentan a vampiros...

El gran punto a favor de este episodio es la utilización de animación tradicional, digo yo, que con algo de ordenador disimulado por aquí y por allí. Muy curiosa el uso de los gatos (frente al arsenal de armas, que es considerable) Quizás el final se vea venir un poco y el conjunto quede como una excusa para ver unas cuantas personas pegar tiros.

Yogur al poder

Un yogur se convierte en el gobernador absoluto...

Si has puesto un gesto raro al leer el título, me pasó igual. Y eso es porque los guionistas pasan de la ciencia ficción o al terror pasando por la ironía y el cachondeo sin problemas. Lo mejor es ver cómo un producto lácteo ,poco a poco, se hace con el poder sin violencia. A destacar el diseño de los personajes: por ordenador pero muy cómicos. La próxima vez que me tome un Danonino me lo pienso. Chapeau...

Más allá de Aquila

Una tripulación ha llegado donde no debía...

De mis favoritos. No solo por la impresionante animación y el brutal realismo (a veces,parece una peli con actores de carne, hueso y sudor) si no por el tono agobiante que se respira a lo largo del capítulo ya que sabes que, desde luego, algo va mal. Demoledora escena final que no voy a comentar aquí pero el aspecto del protagonista da hasta miedo. Está claro que los guionistas la idea del bucle temporal les mola que da gusto...

Buena caza

Un cazador y su hijo van a la caza de una Huli Jing, un bello ser mitad hombre mitad animal que seduce, presuntamente, a los hombres...

Volvemos a la animación tradicional en una especie de cuento cuyo atractivo radica no solo en que da para una película de duración normal, sino porque el aspecto tradicional de la historia se ve, poco a poco, aplastado por el tema tecnológico. No hay que olvidar que la palabra "robot" aparece en el título de la serie.

El vertedero.

Un inspector del gobierno comunica al protagonista que debe abandonar su casa que, por cierto, es un vertedero.

Otra grillada mental que cuenta con una animación espectacular y esa mezcla entre gráficos de ordenador y personajes caricaturescos. Lo mejor es ver la interacción entre los personajes. Quizás, un punto en contra es que lo ves venir. Aún así, hay que disfrutarlo.

Metamorfosis

Unos soldados, los perros de la guerra, son capaces de convertirse en animal para olfatear y combatir al enemigo...

Una historia muy original adornada con un toque realista considerable. Lo mejor, sin duda, la pelea entre hombres perro que te dejará con la boca abierta. Quizás esperaba algún desenlace más bestia pero, bueno, debe de haber de todo en la serie.

Mano amiga.

Una astronauta debe ingeniárselas para sobrevivir en el espacio después de alejarse de su nave.

Capítulo hijo de Gravity, la peli de Sandra Bullock. Es absolutamente agobiante porque ves que a la prota le sale todo mal. Impresionante la escena en la que deja su brazo desnudo en el espacio que hará que te duela a ti. Y, ojo, que eso es solo el comienzo porque lo que hace luego con él es aún peor. 

Un capítulo muy cortito, muy bien llevado y, sobre todo, muy intenso. Y, sí, el titulito tiene muy mala leche.

Noche de criaturas marinas

Dos personajes se quedan tirados en el desierto cuando el coche se estropea...

Uno de los episodios más flojos porque parece que todo está cogido con pinzas y la cosa está un poco forzada. La animación está muy bien; creo que es ordenador imitando a la tradicional pero no estoy seguro. Sabes que se masca la tragedia pero, como digo, el conjunto está un poco forzado. A ver, si un pez fantasmal te atraviesa el pecho y no te hace nada, es ridículo que un tiburón, también fantasmal, te devore y te mate. Vamos, digo yo...

Afortunados

Una nave de combate tiene mala fama pero eso va a cambiar.

Volvemos al realismo. La trama me recuerda, a su modo y dando vía libre a mi imaginación, a la historia de Stephen King de Christine. Cambiamos un coche que siente por una nave de combate y listos. Eso sí, con el entorno de la guerra de por medio. A pesar de la espectacularidad de las imágenes, no es de mis favoritos porque el conjunto es algo soso y está claro cómo va a terminar.

Zima blue

Un artista plástico está a punto de culminar su carrera.

Alucinante. Eso es lo primero que puedo decir de este episodio. En primer lugar, el diseño de los personajes me encanta, muy de cómic e irreal. Pero, sin duda, lo mejor es cómo avanza la trama y cómo vamos descubriendo la verdad del personaje, que resulta tan alucinante como todo el conjunto. Y es que, a veces, cuando se tiene todo, hay que volver a las raíces. O los guionistas estaban muy, pero que muy inspirados o bajo los efectos de alguna sustancia chunga.

Punto ciego

Unos cyborgs de carretera se disponen a llevar a cabo un robo...

Otro de los flojos. Quizá el que más. Animación muy conseguida, lo mismo que las escenas de acción y velocidad, una especie de homenaje bestia a Mad Max condensado e unos pocos minutos. El problema es que la historia me parece muy floja, una especie de relleno en la serie. Para gustos, los colores...

La edad de hielo

Unos personajes descubren que en su nevera se ha formado una civilización que evoluciona a pasos agigantados...

Ya el resumen te lo dice todo. De nuevo, a los guionistas se les fue la pinza o se copiaron del capítulo de Los Simpsons en los que Lisa crea vida y una civilización a partir del moho de un experimento de clase. El capítulo destaca porque es el único con actores reales. Lo mejor, al menos para mí, es el final: ¿se vuelve a los orígenes?

Historias alternativas

Seis opciones muestran qué hubiera pasado con Hitler y su repercusión en nuestra realidad.

Una obra maestra. A lo largo de las seis realidades alternativas, cada cual más surrealista, comprobamos cómo el mundo podría haber sido otro si Hitler hubiera muerto, bien asfixiado por un flan de gelatina, bien atropellado por un vehículo o aplastado por un meteorito. El diseño de los personajes es muy gracioso y, desde luego, acorde a la historia.

La guerra secreta

Unos soldados rusos del Ejército Rojo se enfrentan a criaturas asesinas...

Y nos despedimos con hiperrealismo. La animación está clavada, lo mismo que el aspecto de los personajes. No son héroes perfectos, sino todo lo contrario: sucios, feos y con barba de varios días. Las secuencias de muertes y ataques está muy logradas, lo mismo que los bichos (o lo que eso sea) La pena es que el final me ha resultado muy simple. Como capítulo final esperaba algo más... contundente.

Vigilad el cielo.