
El fin de los días.
End of days.
1999
Director: Peter Hyams.
Guión: Andrew W. Marlowe.
Arnold Schwarzenegger.
Gabriel Byrne.
Robin Tunney.
Kevin Pollak.
Rod Steiger.
CCH Pounder.
1999
Director: Peter Hyams.
Guión: Andrew W. Marlowe.
Arnold Schwarzenegger.
Gabriel Byrne.
Robin Tunney.
Kevin Pollak.
Rod Steiger.
CCH Pounder.
Un ex-policía se debe proteger a una chica para que el Mal no pueda engendrarla...
¡Saludos a todos!
Hoy os traigo una peliculita de allá de finales de los noventa y que, como narraba la moda del momento, tenía el componente sobrenatural y demoníaco de turno. Esta vez, además, contó con la dosis adecuada de acción porque, no olvidemos esto, esta es una peli del amigo Arnold y eso manda y dicta unos cánones determinados.
Muy bien, con el contexto del fin de siglo por delante, os puedo decir lo que sigue:

Con este planteamiento tan directo uno no puede evitar hacerse sus propias quinielas con respecto a la identidad de la niña. Tampoco es que la peli se ocupe mucho de disimularlo y, si no la has visto, no creo que esto te coja por sorpresa: la niñita, de adulta, será la madre del Demonio. Por eso, lo que nos queda de peli y trama por delante no puede ser más sencillo: Arnold, que es una especie de escolta que está hecho una piltrafa humana y mental, por razones del azar y del destino, tiene que proteger a la futura mami para así evitar que el maligno la deje embarazada. Para dar un poquito de más emoción al cotarro, el encuentro maldito tiene que suceder antes de que el año dos mil llegue. Cosa curiosa cómo el tema del cambio de milenio agudizó la imaginación del personal.


Y, siguiendo con los personajes, hay que decir que, la verdad, no es que haya muchos en esta historia pero los pocos que interesan están muy bien definidos y tampoco hacen falta más. Jericho, como ya os he dicho, me parece muy acertado en su intento de protagonista imperfecto. Christine (de nuevo, ojito con el nombre y lo que implica), también. A fin de cuentas, la pobrecita tiene un buen papelón encima. El padre Kovak aporta la sabiduría y y el fondo religioso que viene tan bien a la historia. Y luego, claro está, tenemos al personaje del poseído que comienza siendo una cosa y, fruto de la posesión, acaba siendo otra muy distinta y muy mala. Curiosamente, se puede decir que este es el motor de la historia y el tipo es tan rematadamente malo (atentos cómo le gustan las mujeres. Prueba de ello es la escena en la que, recién poseído, deja su carta de presentación a la chica con la que estaba comiendo) que, en algunas escenas, hasta despierta las simpatías del personal. Será que a mí me tira el Lado Oscuro.


Sí. El Diablo besa a tu chica y a ti se te queda
esta cara de idiota.


Pero, si hay una que me gusta y que quiero destacar, es una en la que ni hay efectos, ni ordenador, ni nada por el estilo, pero si una ancianita que le da una tralla a Arnold que no veáis. Mirad:

Y, siguiendo con los actores, me gustaría hacer una mención especial a los encargados del doblaje. Aquí hay muchas tablas y eso se nota. Ernesto Aura encaja a la perfección con los gestos y ademanes de Schwarzenegger. Manolo García lo borda con Gabriel Byrne y tres cuartas de lo mismo con Joaquín Díaz dando voz a Steiger.
En cuanto a las cosas que me parecen mejorables, creo que solo puedo decir una que, por otra parte, puede ser un poco absurda: ¿por qué Jericó se empeña en ser un arsenal humano si sabe de sobra que no puede acabar con su enemigo? Y digo lo de absurdo porque, sin este detallito ni habría acción ni, si me apuráis, peli.
La cinta me gustó cuando, en su momento, la vi en el cine y me sigue gustando ahora que la tengo para siempre a mi alcance. Creo que, en conjunto, es una historia muy bien llevada, con sus toques de originalidad adecuados y, sobre todo, muy entretenida que hace que te centres en el argumento y te olvides de todo. Si a esto le sumáis escenas de acción muy logradas, momentos dramáticos (véase la tentación de Jericó) y actores muy metidos a lo suyo, creo que no se puede pedir más. Por eso, lo escribo sin dudas: dale un vistacito. Si ya lo has hecho, no pasa nada por recordarla.
Vigilad el cielo.

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