Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald.

Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald.

Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald.

2018

Director: David Yates.

Guión:J. K. Rowling.

Johnny Depp.

Eddie Redmayne.

Zoë Kravitz.

Dan Fogler.

Alison Sudol.

Katherine Waterston.

Ezra Miller.

Callum Turner.

Jude Law.

El mago Albus Dumbledore encarga a Newt Scamander encontrar a Credence Barebone. El malvado Grindelwald tmbién lo quiere para así hacerse con el poder...

Muy buenas, vigilantes. 

Hoy os traigo una peli que se prepara para ser un bombazo. Razones no le faltan: es la secuela de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, la cinta de hace un par de años que planteaba personajes y situaciones muy interesantes relacionadas con el mundo de la magia y cierto colegio mágico donde, años después, estudiará un tal Harry Potter.

¿Listos? ¡Vamos allá!

Como siempre, voy a empezar por los aspectos que me gustan, así que me arranco con la historia.

Si viste la primera entrega, quizás te pasara como a mí: es una película muy bien llevada, aventurera y, sobretodo, ideal para pasar un rato divertido, así que me dejó con ganas de más, más aún con esa escena final donde veíamos a Grindelwald revelarse al fin. Pues bien, uno de los grandes aciertos de la película es que aquí, el amigo Grindelwald se muestra y se luce a partes iguales porque, no lo olvidemos, es un mago de los malos y eso debe notarse. Sabemos que el colega la va a liar parda en cuanto pueda y eso hace que el interés hacia el personaje y lo que implica aumente por momentos. Gran acierto, por cierto, que se hayan alejado bastante de la imagen de Voldemort, mostrando un Grindelwald más o menos cercano y, por encima de todo, esperpéntico.

Se puede decir que la cinta contiene una gran trama principal, la del mago malo, y otra derivada de ella en relación con la anterior que hace que la película avance y, a su vez, conecte con la anterior entrega. Me refiero, claro está, a todo lo de Credence. Éste, aunque parezca extraño, fue el eje de la primera y lo sigue siendo, puede que con más intensidad, en esta segunda. Por eso, me ha gustado mucho que esté en el centro de todo y todos se lo rifen ya que, por un lado, Newt tiene que encontrarle por mandato de Dumbledore (sí, el mago vejete y canoso de Harry Potter sale aquí más joven y lozano. La docencia, sea mágica o no, hace estragos en los cuerpos) y, por otro, Grindelwald, por supuesto para alguna maldad, también le quiere a su lado. La cuestión es ver quién da primero con él y, en eso, la película gana muchos puntos porque el tiempo se te pasa volando esperando ver quién logra el objetivo. Y, para ello, el guión se las arregla para seguir con personajes ya conocidos (Jacob, Queenie o Leta) y presentar a otros nuevos (Yusuf, Nagini, Theseus, a su modo, Dumbledore...) mostrando al espectador las aventuras y desventuras de todos ellos de manera interesante y, sobre todo, muy amena y mágica (esto suena hortera pero tenía que ponerlo)

Otro detalle bastante interesante es el motivo por el cual se empieza a liar la que se empieza a liar. Lo vimos con Voldemort y resulta que el colega de la serpiente no fue el primero: Grindelwald, al igual que Voldemort años después, busca algo así como una limpieza étnica total y absoluta solo que en el mundo mágico, es decir, los sangre sucia deben de ser eliminados de la faz de la Tierra y los sangres puras (los magos de pura cepa) deben gobernar todo el cotarro con él como cabeza clave. Vamos, la eterna historia de la intolerancia que hemos visto tantas veces. La cuestión, y esto es una opinión personal, es cómo se las va a arreglar en futuras entregas (se supone que son cinco en total) para mostrar esto sin que la cosa parezca un calco de lo que Voldemort hará unos añitos después. Desde luego, de momento, van bien.

Pero, por encima de todo, me gustaría destacar dos cosas acerca de esta cinta. La primera, es que es un disparo directo al corazoncito del fan acérrimo de Harry Potter. Por eso, aquí vemos Howarts al son de las notas de John Williams, conocemos más de Leta Lestrange (curioso ver que una descendiente suya sea la perra arpía de Bellatrix), comprender que Mcgonagall fue joven, conocer a Nicholas Flamel o, una de las cosas que más me ha llamado la atención, conocemos a la verdadera Nagini. Y es que, sí amigos, la odiosa y espectacular serpiente de Voldemort fue un ser humano, una chica de aires orientales, por cierto, que se puede convertir en animal... hasta que ya no pueda ser humana otra vez. Genial. Ah, y que no se me olvide la relación entre Dumbledore y Grindelwald, que me recuerda, a su modo a Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker.

¿Y la segunda cosa? Pues una que me ha parecido un grandísmo acierto: en esta peli hay sorpresas, como la identidad de Credence, su origen o el por qué Dumbledore y Grindelwald no se lían a golpe de magia de una vez. Estas sorpresas están puestas al final y, la verdad, son la guinda perfecta al pastel. Tranquilos, que no desvelaré nada. 

Los efectos están muy bien. Te crees los animales, los hechizos y las criaturas variadas que pululan por aquí. Eso sí, continuaré hablando de ellos en el apartado de cosas mejorables.

Los personajes me han parecido muy acertados y cumplen según se espera de ellos. Sí me ha gustado mucho que no se ceben demasiado con Jacob, que tiene sus momentos de lucimiento, y con Queenie por aquello de no cansar al espectador y repetir el esquema de la otra peli. Eso sí, mi favorito es Grindelwald. Y es que soy de los que opinan que, en el mundo mágico, los malos molan mucho más que los buenos.

Los actores me resultan muy acertados. Eddie Redmayne es un Newt ideal, tímido, valiente a la vez y ciertamente sensato y friki (del mundo mágico y sus criaturas, pero friki) Dan Fogler se mueve como pez en el agua haciendo de Jacob, lo mismo que Alison Sudol como Queenie. Zöe Kravitz me gusta como Leta y Callum Turner sale poquito pero ahí queda como Theseus. Katherine Waterston cumple como Tina y Ezra Miller está bien aunque me ha costado quitarme de la cabeza su lado friki como Flash. Con respecto a Jude Law, creo que, simplemente, han dado en el clavo. Por supuesto, Johnny Depp está clavado como Grindelwald y es perfecto para un papel a su medida por cantoso, estrafalario y amenazante. Vamos, que ha encontrado a otro Sparrow solo que menos simpático.

Con respecto a las cosas que no me han convencido mucho o, mejor dicho, que me parecen mejorables, tengo que destacar dos. La primera, algo que ya mencioné en la reseña de la primera entrega de la saga: no sé si le dirigen así, si le da la gana si o es una condición del personaje, pero me pone nervioso que Redmayne no mire a los otros personajes cuando habla con ellos. Parece que, o es tímido que no veas, o está ciego pero si te fijas, no mantiene la mirada. ¿Cómo es posible? Alguna razón mágica habrá. La segunda, lo que suelo comentar cuando se trata de una peli más o menos moderna: los efectos, espectaculares, te los crees y quedan que ni pintados pero, en su inmensa mayoría, de noche. Un poquito de riesgo hombre, que Lucas y Spielberg mostraron hace años a sus criaturas a plena luz del día...

Esto ha sido todo. Una secuela muy digna que tiene un aliciente muy bueno: es más oscura que la anterior y, además, se adentra en los personajes y da un buen par de sorpresas. ¿La recomiendo? Ni dudarlo. Creo que aquí, lo bueno, está aún por llegar pero, como apunté antes, van muy bien. Una película muy bien llevada, divertida y que te deja con ganas de más porque, está claro, aquí va a haber mucha miga. ¿Qué nos queda por ver? Yo estoy deseando saberlo.

Vigilad el cielo.