sábado, 17 de enero de 2015

Indiana Jones y el Templo Maldito


Indiana Jones y el Templo Maldito
(Indiana Jones and The Temple of Doom)

Director: Steven Spielberg.
Guión   : Willard Huyck, Gloria Katz, George Lucas.

Harrison Ford.
Kate Capshaw.
Jonathan Ke Quan.
Amrish Puli.






El doctor Indiana Jones se ve metido, de casualidad, en la búsqueda de las misteriosas piedras Shankara en mitad de la India...



Saludos a todos.


Vamos allá con la segunda de las aventuras del arqueólogo más famoso de la historia del cine y que, cómo no, es una historia repleta de aventuras y emociones variadas y, lo digo desde ya, una de mis favoritas de la saga.


Tras En busca del Arca Perdida se confirmaron dos cosas: por un lado, la película fue un éxito de los rotundos; por otro, el doctor Jones conectó con el público de forma aplastante. Por eso, ayudado por el hecho de que La guerra de las galaxias inauguró la moda de hacer sagas, estaba claro que habría más entregas con las aventuras de Jones como protagonista. Así, tres años después de la primera entrega, Lucas, Spielberg y Ford nos relagalaron un viaje al más maldito de los templos. Muy bien, allá voy...


Para empezar, la historia me encanta por dos razones. En primer lugar, resulta muy exótica. Creo que fue un gran acierto pasar de los desiertos de la primera peli a las exuberantes junglas de la india que vamos a ver a lo largo del metraje y, además, todo eso le da un aspecto brutal de peli clásica mezclada con los seriales de los años treinta que Lucas y Spielberg adoran tanto. Por otro lado, es que todo lo que vamos a ver en esta peli es extremadamente divertido.

Yendo por partes, la escena inicial es tremenda. No tiene en absoluto nada que ver con el resto de la trama pero, en la más pura línea de las pelis de James Bond, se nos presenta a los personajes principales de manera muy efectiva. Lo que sucede en el Obi-Wan club es una de los momentos, para este servidor, más divertidos de toda la saga. Peleas, números musicales (atentos a como Indy suelta un puñetazo a una camarera), malos malísimos y rubias algo bobas, tiros y salidas por la ventana escudándose en un gong. ¡Y esto es solo el principio! Lo bueno es que es la escena perfecta para conectar, ahora sí, con la trama principal porque, cuando los protas se van en ese avión (donde se monta otro momentazo), acaban con sus huesos en mitad de la jungla donde, mira tú por dónde, hay un poblado que les necesita.

Y a partir de este momento, tenemos la trama principal. Todo lo que sucede en el palacio de Pankot y la relación de sus dueños con el siniestro (y divertido) culto Togui va a ser el motor de la trama de la peli y directo responsable de que esta cinta lleve la coletilla de "El templo maldito" Tengo que decir que me encanta como los acontecimientos van de menos, con sus presentaciones o cenas con menús asquerosos, a más, desde que Indy, que no se corta un pelo en nada, decide robar las piedras Shankara y descubre lo que se cuece en el dichoso palacio. Esto, para mí es un gran acierto y, sin duda, un cambio radical con respecto a la anterior entrega, En busca del Arca Perdida. Y es que, como muchos sabéis, esta segunda entrega es, con diferencia, la más oscura de toda la saga y la que, por eso, se llevó muchas críticas pensando que a Spielberg y Lucas se les fue un poco la pinza. Todas y cada una de las cosas que ocurren en de las puertas del templo para dentro son muy bestiales pero, sin duda, un acierto en cuanto a que no se dedicaron a copiar situaciones y elementos de la peli anterior y, por lo tanto, no llega a ser más de lo mismo.


Pero si hay algo que llame la atención de esta peli es, al menos para mí, el equilibrio tan perfecto que hay entre truculencia (sea de la naturaleza que sea) y cierto sentido del humor que, en muchos momentos, relaja la tensión. Si nos fijamos, las muertes y sus derivados que se producen aquí son muchas y, además, se muestran casi en su totalidad: el tipo que trata de matar al Indy en su cuarto, la bestia parda que acaba triturado bajo la piedra o la cantidad de seguidores Togui que caen, bien a tiros, bien en la escena (sublime) de la persecución en la mina o en la del puente.

Ese sonidito no era pan tostado

Pero, sin duda, la escena estrella de la cinta (que tiene muchas, como supongo ya sabéis) es esa en la que vemos al puñetero de Mola Ram (encarnación del malo, malísimo por naturaleza) sacar a un pobre desgraciado el corazón y, mientras vive, lo lanza a la lava de un volcán subterráneo. La escena es mostrada sin un ápice de censura, recreándose en todos y cada uno de sus planos para gozo y alegría de este que escribe. Si a eso le acompañas una banda sonora (que luego comentaré) de lo más tétrico, el resultado es, por supuesto, una genialidad propia de Lucas y Spielberg.



Aún así, como ya apunté antes, el humor es otra de las constantes de la cinta y algo que se te queda. Lo que ocurre es que, en su mayoría, son momentos que vienen dados por Willie, la chica de Indy en la peli. La pobrecita, a parte de sufrir y gritar durante las casi dos horas de metraje, tiene el dudoso privilegio de llevar sobre sus hombros muchas de las escenas macabras que pululan por la peli, léase la de la famosa cena o, mi favorita que, aún hoy hace que me de repelús, la de los bichos. Nadie, me atrevo a decir, ha aguantado de manera tan estoica tanta mala leche como ella. Menos mal que luego se ligó al director. Tapón, aunque menos, también tiene lo suyo, bien aporreando al Maharajá o con sus comentarios típicos de "¡Tú llámale doctor Jones, muñeca!"

Y el tío va y eructa satisfecho...

Los personajes siguen funcionando a las mil maravillas. Indy sigue siendo Indiana Jones y creo que con esto os digo todo: heroico, aventurero, bromista, cínico y, a su modo, chiflado. ¿Cómo, de otra forma, va a cortar las cuerdas de un puente colgante y tirar para delante? Y el tío, encima, se ríe antes de hacerlo. Nada, Indy en su estado más puro. Willie, a diferencia del personaje de Marion en el Arca, es la típica compañera del héroe que debe y necesita ser rescatada a todas horas cuyos gritos resuenan a lo largo de todo el metraje pero cae muy bien. Además, me parece un personaje muy graciosos. Tapón es el perfecto compi del héroe... aunque tenga ¿once años? ¿Diez? Además, debo decir que, por una vez, Speilberg se las apañó para que el niño no fuera repelente y se atragantase. Mola Ram es el malo estrambótico que parece sacado de cualquier serial de los años treinta y que, desde luego, a mí me encanta. No se dice muy bien quién o qué es, de dónde viene o a dónde va pero ni falta que hace. Eso sí, los cuernos que luce son alucinantes. Hay más, como Chattar Lal, el capitán Blumburtt o Lao Che (este me gusta mucho a pesar de lo poco que sale) o el pequeño Maharajá que complementa a los principales.

Los actores están geniales; todos ellos. Harrison Ford sigue siendo el Indy por excelencia, el aventurero con mayúsculas y el tipo demuestra que con barba de tres días, sudado y hecho añicos (incluso se hernió en la vida real en la escena en la que hay un espía en su habitación) atrae a masas masculinas y femeninas a partes iguales. Lo he dicho en todas las entradas que he publicado con él como protagonista y lo diré siempre: me parece un actor como la copa de un pino y lo mejor que hicieron Lucas y Spileberg al preparar la saga. No me puedo imaginar estas pelis sin él. Además, aquí se muestra un poquito más humorístico que en el Arca. Kate Capshaw, maravillosa como Willie Scott con sus gritos y aires de grandeza. La mujer cae bien desde que, en la escena del baile inicial, casi se cae, hasta el final. Sin duda el objeto de todas las malas ideas de Lucas y Spielberg y una gran elección para el papel. Jonathan Ke Quan me encanta como Tapón porque cae muy simpático y, como dije antes, no se atraganta ni resulta repelente. Amrish Puli, clavado como Mola Ram, con esa mirada de bestia sin escrúpulos y la voz cavernosa que muetra. Salir, sale poco pero, lo que hace, se te queda grabado en la memoria. Por cierto, Dan Aykroyd está en esta peli; búscale en la escena en la que, huyendo de Lao Che, se montan en el avión.







Paso a un detalle esencial en todo lo que a Indy se refiere: la música. Como siempre, John Williams absolutamente genial. Si ya en El Arca Perdida deja con la boca abierta, aquí continúa en su línea, ofreciendo piezas igual de espectaculares pero, lo mismo que el tono de la peli, mucho más oscuras. Escuchad The Temple of Doom (impresionantes los coros) o Slave Children's Crusade (hermana de The Imperial March) y lo entenderéis.


Y, ¿escenas míticas? Esta peli, como la anterior entrega, está plagada de ellas. La del comienzo en el club Obi-Wan es sublime. Toda la de los bichos, banquete truculento incluido, hace que todavía me arrugue cuando la veo. El gran acierto de esto es que, lo que vemos, son bichos de verdad y eso deja su huella en la pantalla de forma tremenda. La del pobre del corazón fuera de su sitio, irrepetible, lo mismo que la de la persecución de las minas. Y, toda la del puente, inolvidable.

Por cierto, como último apunte, decoros que las piedras Shankara, supuestamente, existieron de verdad. Yo siempre creí que fue un recurso inventado para el guión pero, ante mis sorpresa, entra en el mismo saco de El Arca Perdida, el Santo Grial o los extraterrestres del área 51. Qué cosas...

Esto ha sido todo. Una maravilla, puro espectáculo desde que empieza hasta que acaba. No solo te la recomiendo; es una de esas pelis que hay que ver y que tiene la magia y el poder de hacer que durante unas dos horas te olvides de todo. Y eso debe ser algo difícil de conseguir porque, de otro modo, lo lograría cualquier peli. Además, debo admitir que tengo una especial predilección por este episodio porque, dejo salir la nota nostálgica, fue la segunda peli que alquilé en el glorioso VHS (la primera, claro, fue La guerra de las galaxias)


Vigilad el cielo.





8 comentarios:

  1. Una gran película con buenos efectos, de las mejores que he visto.

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    1. Gran verdad esa, Dark. Y sin ordenadores de por medio.

      ¡Saludos!

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  2. Excelente artículo Israel, sin dudas esta es una de mis películas preferidas de George Lucas junto a la saga de Star Wars. Indiana Jones es entretenimiento desde el principio al fin, la acción nunca para y es de esas películas que siempre quieres volver a ver. Al leer tu artículo ya me dio ganas de verla nuevamente. Un gran saludo, Oz.

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    1. Gracias, Oz.¡Me alegro de que te haya gustado!
      La verdad es que la peli no tiene ni un solo punto débil y es puro, simple y llano entretenimiento; toda una gozada para ver y disfrutar.

      ¡Saludos!

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  3. ¡Hola, Israel!

    ¡Cómo me gustan las pelis de Indiana Jones! Aunque reconozco que no he visto la última, para mí siempre será una trilogia. La verdad es que estas películas las suelo asociar con mi infancia y me traen muy buenos recuerdos. ¡Una entrada excelente!

    ¡Nos leemos!

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    1. ¡Hola, Laura!

      A mí también me entusiasma Indy. De hecho, después de La guerra de las galaxias, es mi saga favorita. Este segundo episodio me sigue pareciendo el colmo del entretenimiento. Con respecto a la cuarta, soy de los que opinan que es Indy al cien por cien y es toda una aventura digna de él. ¡Anímate y me cuentas!

      Por cierto, espero que los problemas con el blog se hayan solucionado. A veces esto da una lata que no veas.

      ¡Saludos!¡

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  4. ¡Hola!

    Ay, qué bien escribes y defines a la perfección un peliculón como éste!!! Me encanta y me la he visto miles de veces y otra mil que me las puedo ver. Cuando mis sobrinos pequeños sean algo más mayores, me gustaría que vieran las pelis, para ver qué les parecen.

    ¡Saludos!

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    1. ¡Ay, que me sacas los colores!
      Este episodio siempre me ha tocado la fibra friki (y sensible). Cada vez que lo veo, es como si fuera la primera.

      ¡Gracias y nos leemos!

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