(2010)
Director: Kevin
Munroe
Guión : Thomad Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer
Brandon Routh
Anita Briem
Sam Huntington
Taye Diggs
Kurt Angle
Peter Stormare
Un
detective de los sobrenatural es contratado para un nuevo caso…
Hace
unos años, en una publicación especializada en cómics que tuvo escasa vida
(creo recordar que se llamaba “Viñetas”) leí un amplio artículo acerca del
personaje de Dylan Dog. Una de las cosas que decía es que Umberto Eco (el autor
de El nombre de la rosa), afirmaba que podría leer La Biblia y Dylan Dog sin
aburrirse.
Dicho
esto, me gustaría dejar una cosa clara: no todo en el mundo de las adaptaciones
de cómics al cine debe provenir de cómics americanos. Por suerte, en el resto
del planeta también se hacen otros cómics y muy buenos, además. Tal es el caso
de Dylan Dog, un clásico de la historieta italiana, obra de Tiziano Sclavi y
que cuenta con gran cantidad de admiradores. La trama general no puede ser más
atractiva: Dylan Dog es una especie de detective de lo sobrenatural y, por ello
se enfrenta a toda clase de bichos raros. Con semejante bagaje, era cuestión de
tiempo que los olfatos de Hollywood se fijaran en la obra de Sclavi para
llevarla al cine. Ahora bien, si una peli de corte fantástico se rueda y, por
razones que nadie dice, el estreno comienza a retrasarse más y más, no queda
más que pensar que algo huele a podrido (expresión muy propia en esta peli,
como vas a leer más abajo)
La
película comienza bien y va directa al grano desde la primera escena cuando
vemos a la que va a ser la chica protagonista que ve que cae sangre sobre un
plato. ¿De dónde viene? La peli acaba de empezar, así que tiempo al tiempo. Si
le añadimos que algo mata a su padre y ese algo tiene forma de bicho humanoide
peludo y saltarín, hay que admitir que el comienzo promete.
La
rapidez sigue su curso cuando el personaje principal, Dylan Dog, es presentado
como un detective a la antigua usanza, léase a través de su propia voz en off.
Y parece un tío de lo más normal: algo descuidado, derrotado por la vida y con
un compañero, Marcus, que es una especie de socio venido a menos que tira a
chico para todo. Eso son los que podríamos llamar buenos.
Pero
esta es una peli de fantasía. ¿Verdad? Pues bien, una cosa que me ha llamado la
atención es que aquí, al menos al principio (luego te acostumbras) se habla de
vampiros y hombres lobo como si tal cosa; como si fuese lo más normal del
mundo. Y ahí es donde viene el toque fantástico de la peli: el amigo Dylan, al
menos en el pasado, trataba con ellos. Si a esto le añadimos que ciertos
vampiros están esperando una especie de objeto raro o sagrado llamado El
Corazón, la trama está servida. Y, como suele ocurrir en este tipo de
películas, todo depende de la maña del personal para que la cosa quede aparente
o, en el peor de los casos, todo se tuerza y se vaya al garete.
Sigo.
Otra cosa que es destacable de la peli es que, en mitad de ese ambiente
fantasioso y sobrenatural (por mucho que hablen de hombres lobo con tanta
naturalidad, la cosa destaca por sí misma), es el tufillo a peli de serie negra
que, al menos, intentan dar a todo el metraje. Y, como en toda peli de serie
negra que se precie, amén de misterios, se supone que tiene que haber cierta
labor detectivesca, que viene dada por cortesía de Dylan y nos descubre todo
tipo de clanes, mafias vampíricas y lobunas y demás seres por el estilo.
Porque, como todos sabemos, cuando se desencadena un conflicto entre bandas, la
cosa puede acabar en una guerra sin cuartel. Bueno, pues a esto le sumas que el
conflicto conlleva garras, pelo y colmillos. Y, claro está no pueden faltar los
asesinatos. Y aquí los hay, empezando por el del socio del prota, Marcus. Lo
que pasa es que, mira tú por dónde, aquí muchos se mueren pero vuelven en plan
zombi. Sí, lo que has leído. ¿Es todo para la trama? No. Para completarla y,
digo yo, tratar de hacerla un poquito más complicada, se añade un venato
suelto. Si te preguntas qué es eso, te lo digo yo: un cazador de monstruos que
mata a cuantos se les pone por delante, sin control de ningún tipo.
Y
esto conecta con otro aspecto que, al menos para mí, no queda mal y que supongo
han sacado del cómic: se las han apañado para dar cierta profundidad al
personaje de Dylan ya que se nos explica que fue un investigador, una especie
de inspector imparcial… de la actividad monstruosa y sobrenatural, claro. Lo
malo para el chico es que, en el proceso, perdió a su novia, Casandra. De este
modo, tenemos el puntito dramático que le da cierto toque realista al personaje.
Y,
cómo no, si hay algo que te va a llamar la atención de esta peli (hay otras
cosas, como voy a señalar más adelante) es la incursión de dos elementos que,
depende de cómo te pillen, te pueden hacer más o menos gracia: la acción y el
humor. De la primera hay a patadas, ya que las ídem y los puñetazos abundan a
lo largo de todo el metraje. La segunda, al igual que la anterior, se extiende
por muchos minutos de la peli. Debo decir que, ni me he emocionado con la
primera ni me he partido de la risa con la segunda. No es que me molesten pero
ahí quedan. Que te gusten o no ya depende de ti.
¿Aspectos
mejorables de esta cinta? Yo diría que unos pocos.
Para
empezar, aparte de todo lo que te he contado, va a haber una cosa que va a destacar desde prácticamente la primera escena y que notarás que,
conforme avanza la peli, se hace cada
vez más evidente hasta que canta por sí misma: el bajo (o, si me apuras,
escaso. Mira la foto anterior) presupuesto con la que contaron. Ojo que esto no lo digo como algo malo
pero sí está claro que hace que algunas escenas cojeen un poco. ¿Un ejemplo?
Cualquiera de los bichos raros que salen dejan claro que aquí se trata de
maquillaje y disfraz. En este sentido, y repito, no quiero decir que sea un
fallo pero está claro que en cuestión de dinero, no anduvieron muy boyantes.
Más.
Como dije antes, el humor va a ser algo muy evidente en esta peli. Aquí debo
hacer un pequeño alto. Y es que todos sabemos que lo bueno, si breve, dos veces
bueno. Pues bien, aquí el supuesto humor se va a centrar en Marcus, el socio
zombi de Dylan. Al principio, vaya y pase; el tipo resulta graciosito y parece
aliviar un poco la tensión de la trama. Lo malo es que, desde que se convierte
en muerto viviente, no hay escena en la que no haga o diga una excentricidad/tontería
o que cualquiera de estas esté relacionada con él (por ejemplo, que pidan un
ambientador para el coche porque, a fin de cuentas, está muerto, se descompone
y apesta o que la prota lo maquille como una Barbie) Dicho de otra forma, lo
han querido forzar de tal modo que, al menos a mí, me ha acabado resultando
cargante, estúpido y, de veras, he deseado que se quedara muerto sin necesidad
de volver como zombi.
Si
el tema cómico terminase ahí no pasaría de ser un mero apunte anecdótico pero
el asunto es mucho más grave y va más allá, haciendo que las supuesta comicidad,
desde mi humilde opinión, cruce el absurdo y se convierta en ridículo y allí
donde debiera haber una sonrisa hay una cara de alucine total. Por eso, los
médicos que trabajan en la morgue son zombis (que apestan y se descomponen),
hay un taller de recambios para zombis (sí, lo has leído bien, una especie de
Norauto pero con brazos, ojos, piernas, cabezas…) o el plan de belleza que, se
supone, debe seguir Marcus en su vida de zombi: legía, y friegasuelos y
detergente a modo de gel. ¿Y la dieta? Bichos de basurero o gusanos. Eso sí,
todos sabemos lo bonito que es, como decían los Beatles, seguir adelante con la
ayuda de los amigos. Aquí, si eres zombi, tienes amigos zombis y si necesitas
un grupo de ayuda/terapia, lo tienes sin problema, pero es un grupo de
ayuda/terapia zombi para aquellos muertos vivientes que no se adaptan a su
nueva vida. Si esto te parece chistoso, estupendo; te lo vas a pasar bien. A
mí, lo digo desde mi gusto particular, me ha parecido una chorrada. Zombi, pero
chorrada.
Sigo,
que, como decía Súper Ratón, hay más. La trama tiene alguna cosilla que podría
haberse cuidado mejor. Porque, si estás amargado por el recuerdo de tu novia
muerta por algún ser de la oscuridad… chico, no te lances a por la `primera que
te contrate por muy rubita y mona que sea. Al menos, aguanta el tipo un poco.
¿Es todo? Creo que la escenita de Dylan en plan Schwarzenegger, entrando con
pistolas en mano disparando a todo lo que pilla queda pelín sosa y, si me
apuras, hasta desfasada. ¿Cómo es posible que Dylan, que recibe golpes y
patadas que le hacen volar por los aires fuera de la pantalla, siga vivo
después de semejantes mamporros? Vale que el chico fue Superman pero podrían
haber dado algo más de realismo. Vamos, un labio o una cejita rotos, algún
moratón… Ah, y Marcus será todo lo zombi que quieran y apestará más aún pero, a
lo largo de toda la peli, no le vemos descomponerse un ápice. ¿Será que el tema
de la corrupción es como la barba, que a unos les sale rápido y a otros no? Es
solo una teoría.
Pero,
si ha habido un momento donde las alarmas de lo cutre me han sonado, ha sido en
la pelea final que la chica tiene contar el monstruo de turno. Fijaos que, cuando
es enfocada de frente, es una chica normal y corriente pero, cuando se le
enfoca de espaldas, se ven los músculos y espaldas de lo que puede que sea un
especialista muy masculino. Tranquilos;
en Red Sonja ocurre lo mismo. Vale, solo era un detalle en plan tiquismiquis pero
es que, me hizo gracia.
Paso
a los actores. Todos sabemos que, en este tipo de pelis, la menos o mayor
fortuna de una trama cogidita por los pelos (como esta) y un presupuesto
raspadito (como este) pueden verse salvadas (al menos lo justito) por el elenco
protagonista. Pues bien, este no es el caso. Siento decirlo pero no es así. Sam
Huntington como Marcus acaba resultando cargante y para nada gracioso. Taye
Diggs como Vargas el mafioso vampiro ni quita ni pone. Anita Briem aporta cara
y cuerpo (cuando es el suyo, claro. Ok, me pasé de malo) pero nada más, resultando
poco expresiva. Pero si dé poca expresión hablamos, el amigo protagonista,
Brandon Routh, se lleva la palma. Routh demuestra tener, al menos en esta
cinta, la personalidad de una baldosa y su mismo carisma y expresión. Le falta
carácter y fuerza para interpretar a un héroe (cosa que ya demostró en esa cosa
que fue Superman Returns) Hay más pero poco aportan. Creo que unos
protagonistas más metidos en faena y que se crean un poquito más lo que hacen y
dicen hubieran salvado un poco el cotarro. Eso, claro está, es mi opinión. Ah,
como curiosidad, deciros que tanto Routh como Huntington coincidieron en la
(para mí) espantosa Superman Returns como Superman y Jimmy Olsen
respectivamente.
Y
hasta aquí he llegado. En conjunto, una peli muy, pero que muy flojita. Tiene
sus puntos originales (ver hombres lobos maquillados sin tanto ordenador,
humanos adictos a la sangre de vampiros o balas con puntas de madera) pero le
faltan muchas cosas y todas ellas importantes: presupuesto, una trama mejor
llevada y unos protagonistas más creíbles. La impresión que me ha dado ha sido
la de un quiero y no puedo, buenas intenciones pero resultados muy regulares
debido a unos medios que quizás no sean los acertados para el nivel de
exigencia del público de hoy día acostumbrados a estas pelis. Si la ves, seguro
que te parecerá el primo lejano y cutre de productos muchos mejores como Blade,
Buffy, Constantine (sobre todo esta) y, según dicen, True Blood. Con todo, creo
que puedes pasar un ratito más o menos curioso viéndola pero, casi de seguro,
la olvidarás nada más dar al stop.
Por
cierto, en el comic, el personaje de Marcus como tal no existe (lo cual quiere
decir que el resbalón es obra del estudio) ¿Quién es el compañero de Dylan?
Agárrate: Groucho Marx. Sí, el de los hermanos. Lo que pasa es que, en la
dimensión en la que se mueve, es uno más y, como tal, un desconocido absoluto.
Chapeau por el cómic…
Y,
para terminar, ¿qué habrá pensado el señor Eco si ha visto la peli? SI la ha
visto…
Gracias
por el ratito y vigilad el cielo.
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