(2012)
Director:
Joss Whedon
Guión : Joss
Whedon
Chris Evans
Robert Downey Jr.
Chris Hemsworth
Scarlett Johansson
Mark Ruffalo
Jeremy Renner
Samuel L.
Jackson
Tom Hiddleston
La
tierra se ve amenazada por el asgardiano Loki, que planea conquistarla con la
ayuda de un ejército extraterrestre. Los Vengadores tratarán de impedírselo…
¡Al
fin!
Lo
reconozco: jamás creí que pudiera llegar a ver este cómic adaptado a la
pantalla. Pero, cuando se empezaron a estrenar las pelis de los distintos
personajes y vi esa escena sorpresa al terminar Iron Man, una luz muy lejana se
hizo en mitad del túnel. La cosa se fue poniendo bien, los medios hablaban de
la posibilidad de convertir el título en realidad y, encima, desde Marvel,
parecían estar encantados con la idea hasta tal punto que la cosa siguió
sugiriéndose en Iron Man 2. Cuando Thor y El Capitán América se hicieron
realidad ya no había ningún tipo de duda: los Vengadores serían el próximo gran
proyecto de Marvel en el cine para gozo y alborozo de este que escribe.
Ahora
bien, fue obvio que en las adaptaciones de los súper-héroes de la Casa de las
Ideas hubo un progreso en forma de crescendo más que evidente: desde Iron Man hasta
el capitán América el tema se puso cada vez más interesante; las historias
parecían entrelazadas (al igual que sucede en los cómics de Marvel) y todas con
vistas al cenit de la cuestión: reunir a todos los personajes en una sola
película a modo de orgasmo súper-heroico como nunca se conoció.
¿Objetivo
cumplido?
¡NI
DUDARLO!
Para
empezar, asistimos al meollo del problema desde la primera escena: ya sabemos
que el dichoso cubo místico va a ser el eje y problema de
toda la cinta; está en Shield y parece descontrolado. Pero la cuestión es que,
una vez que la cosa se va de las manos, resulta que aparece Loki, el
hermanastro de Thor que, con la intención de liderar un ejército
extraterrestre, los Chitauri, quiere conquistar la Tierra. Muy bien, ¿a quién
vamos a llamar?
Loki en su salsa |
Pues,
uno a uno, se nos presenta el futuro equipo.
Por
un lado, comenzamos con el Capitán América que, si bien ya tiene los pies en el
suelo, se nos regala ciertos flash-backs de su aventura en solitario. Me ha gustado
que incluyan, aunque se ve poco, ese momento en que aún está congelado. Pasamos
a Iron Man. Tony Stark sigue igual de chulo, borde e irónico y es el que
arranca más carcajadas a la sala. Turno de Hulk. Bruce Banner está de incógnito
y parece que vive feliz hasta que la Viuda Negra le recluta. ¿Es suficiente?
No. Falta Thor que, a fin de cuentas, es familia (más o menos) del amigo Loki y
regresa a la Tierra para hacer entrar en razón a su hermanastro. Ojo de Halcón,
sin la máscara de los cómics (una pena, porque a mí me gustaba mucho), cierra
el grupo. Nick Furia, a modo de mandamás, tratará de coordinarlos… aunque eso
no quiere decir que ponga todas las cartas sobre la mesa.
Con
semejantes personajes, icónicos del universo Marvel donde los haya, cualquier
guionista se volvería loco sólo con la ansiedad que puede provocar manejarlos
para que se luzcan a la vez en una pantalla de cine evitando que uno o dos
destaquen sobre los demás (al ejemplo de Lobezno en los X Men me remito) No
obstante, Joss Whedon se las apaña para manejarse muy bien con todos ellos,
potenciar cada uno de sus puntos fuertes y dotarles de un protagonismo que da a la
peli un sentimiento de coherencia más que destacable. Eso, aparte de regalar al
alucinado espectador (como yo mismo) tres cosas: diversión, acción y
toques de humor en su justa cantidad. Todo ello en una película en la que los
cánones de siempre se cumplen y, por supuesto, dan buenos resultados: el malo
(y los malos con él) es malo con avaricia, los buenos, muy buenos (y nobles,
graciosos, prudentes y heroicos). Los malos quieren conquistar la Tierra y los
buenos tienen que emplearse a fondo para evitarlo. Sí, amigos, el viejo cliché
de siempre, vale, pero también el que da mejores resultados.
Ahora
bien, no hay que olvidar que esta película es un cómic adaptado y, para más
inri, uno de súper-héroes. Eso quiere decir que, amén de tíos cachas, héroes, heroínas
y malos que lo demuestran a cada paso que dan o palabra que dicen, debe de
haber algo fundamental: efectos especiales. Por suerte, el campo ha avanzado
tanto que, si se llevan bien y se usan para no apabullar la peli y contar la
historia como debe ser, la cosa sale redonda. Y es eso justo lo que ha pasado
aquí. Los efectos están desde la primera escena y no sé si me paso al decir que
rara es la toma que no los lleva. ¿Eso es malo? No, porque, aparte de muy bien
hechos y espectaculares se les mire por donde se les mire (qué gozada esa
batalla final), ayudan a hacer avanzar la historia, contarla y hacerse destacar
cuando se tienen que hacer destacar, que es para lo que se supone que sirven.
La transformación de Hulk está muy bien llevada (rápida, al grano. Total, ya
sabemos que las camisetas las rompe, ¿no?) El propio Hulk me ha encantado y es,
de todas las versiones, el que quizás más me recuerde a los cómics. Y, sí, aquí habla; poco
pero lo hace (en un momento muy divertido, debo añadir) No obstante, como
podréis comprobar, el tema de la espectacularidad queda relegado, al menos en
la primera parte de la peli, al tema e importancia de cada uno de los personajes en sí (el Capi y
su escudo, Thor y su martillo, Iron Man y sus vuelos…) Hay que esperar a la
secuencia final del ataque alienígena para sorprendernos con lo que nos tienen
preparado, toda un caramelo, en la que se mezcla acción, espectacularidad y
mucha aventura. Los momentos de esas serpientes espaciales voladoras
destrozando edificios son, sencillamente, increíbles.
Pero
una película no debería alimentarse sólo de efectos o secuencias de acción (que
las hay, repito, y muy bien hechas) Hay que destacar también el trabajo de los
actores que, al menos para mí, no tiene desperdicio. Robert Downey Jr. es el
perfecto Tony Stark: borde y chulesco a partes iguales, irónico como el que más
pero aportando ese toque cínico e inteligente que le viene tan bien al personaje
y es el responsable de que la gente suelte alguna que otra carcajada en el
cine. Chris Evans cumple a la perfección como Capitán América, no sólo con el
físico (espectacular, por cierto), sino por carácter, remarcando la nobleza que
destila el Capi por los cuatro costados. Chris Hemsworth sigue estando muy bien
como Thor. Aquí, al menos esa es mi impresión, le he visto más dios que en la película
en solitario pero también es cierto que, cualquiera que haya leído un cómic del
grupo sabe que, en realidad, el personaje es así. Una pena que no luzca el
casco. Ah, y sí, también muy cachas. Mark Ruffalo es un buen doctor Bruce
Banner, transmitiendo cierta sensación de inquietud en sus ademanes y gestos,
como si el hombre procurase no estallar (cosa que, al final, por suerte, hace)
Scarlett Johansson me ha parecido una muy buena Viuda Negra. Aquí sigue igual
de inalterable salvo en cierta escena con cierto dios encerrado y se demuestra
que, a fin y al cabo, es letal pero también humana. Jeremy Renner me ha gustado como Ojo de halcón
si bien, lo repito, he echado en falta algo parecido a la máscara del personaje
original pero me ha parecido un buen trabajo. Tom Hiddleston está metido hasta
los cuernos en el papel de Loki, ofreciéndonos un malo perfecto: malvado,
traicionero, rastrero y, claro está, con cierto toque cínico que tan bien le
viene a los malos. Y luego, claro está, Samuel L. Jackson tiene al fin su
momento de gloria como Fury. Cobie Smulders como Maria Hill ha estado bien pero
su personaje me ha sabido un poquito a poco. Desventajas de acostumbrarte a los
cómics, supongo. Estoy seguro de que en las próximas entregas (que las habrá),
se lucirá un poquito más.
¿Es
todo? No. La película, amén de una historia que está muy bien llevada, tiene la
virtud de regalar al espectador unos cuantos momentos muy buenos que me han gustado
mucho, auténticos momentazos que yo, como aficionado a los cómics, he
agradecido de veras. Sin destripar mucho la peli para quien no la haya visto:
todos y cada uno de los momentos de Thor, sobre todo, en su primer encontronazo
con Hulk, las broncas que tienen los héroes (al principio), las chorradas de
Tony Stark, el momento Hulk/Loki y la cara de este último al final de dicha
escena (en cuanto o veáis sabréis a qué me refiero) o los toquecitos de humor
que salpica el metraje aliviando así tensiones (y aquí hago especial mención a
ese segundo Hulk/Thor después del momento de pelea) Eso sí, no hay que temer
tonterías porque sí, sino toquecitos de humor ingenioso y ocurrente que te
puede soltar el personaje que menso te esperas y que, precisamente por eso, son
bienvenidos.
Whedon, el padre de la criatura |
Pues
esto es todo, vigilantes del cielo. ¿Es necesario decir que hay que verla? No
pero, por si acaso, lo digo: HACEDLO, merece la pena. Si alguno se excusa en
que no ha visto las entregas de los héroes en solitario, os puedo decir que no
es problema: se las han apañado tan bien que no hace falta verlas (si podéis,
hacerlo, que están muy bien) para saber de dónde vienen estos vengadores. Todo
un espectáculo pero de los buenos, des esos que suceden de vez en cuando en los
cines y que, cuando llegan, son para disfrutarlos al cien por cien; un cóctel
perfecto de acción, espectacularidad, aventuras, emoción y humor muy bien hecho
que se digiere sin problemas y consigue que, durante dos horas y media (que se
me han pasado en nada), te pegues a la butaca del cine y no quites los ojos de
la pantalla. ¿No es eso lo que se supone debe conseguir una película de este
tipo? Pues eso…
Ah,
y si de momentos hay que hablar, mención especial hay que hacer al MOMENTAZO
después de unos segundos de títulos de crédito. Cuando lo he visto, no me lo
podía creer, pero lo reconozco: he botado en la butaca cuando ÉL se ha girado y
ha mirado al público.
Pues,
hala… ¡VENGADORES, REUNIOS!
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