miércoles, 21 de marzo de 2012

The Walking Dead - Segunda temporada

The walking dead – Temporada 2 (The walking dead - Season two)
(2012)
Andrew Lincoln
Jon Bernthal
Jeffrey DeMunn
Laurie Holden
Sarah Wayne Callies
Scott Wilson
Norman Reedus
Melissa Suzanne McBride
Steven Yeung
Lauren Cohan
Rick y su grupo continúan sus aventuras en un mundo plagado de zombis. Por suerte, llegan a una granja donde hay supervivientes... 

Para todo el que no lo sepa, hay que dejar clara una cosa: The walking dead no es una serie original de la televisión, sino que está basada en unos cómics del mismo nombre y que son obra del escritor Robert Kirkman mientras que los lápices han contado con la colaboración de dibujantes como Tony Moore o Charlie Ardlar. Y, todo hay que decirlo, tiene fama de ser una de las mejores series de cómics que ha dado la industria en los últimos años, otro buen ejemplo de que las historietas, como medio de comunicación y disfrute, están a la orden del día, no tienen por qué ser material para niños y pueden suponer la tabla de salvación de muchas producciones cinematográficas y televisivas.
Visto lo visto, en una época de adaptaciones varias, teniendo en cuenta que los estudios de cine y los de televisión han visto en los cómics una especie de nuevo filón de cara a conseguir éxitos, estaba claro que esta serie tenía muchas papeletas de convertirse en un producto con actores en carne y hueso. A juzgar por la longitud del cómic, que son un montón de números, es normal que pensaran que el formato televisivo era el más adecuado para una adaptación en condiciones.
Por ello mismo, después de una campaña publicitaria como pocas, que hizo que todo el mundo se preguntara qué podría ser esa serie de zombis, nos llegó la primera temporada allá por octubre de 2010. ¿El resultado? Todo un bombazo, un éxito sin precedentes que hizo que muchos se engancharan (como este que escribe) de manera inevitable a la serie. La historia que presentaba era de lo más sencilla y la hemos visto hasta el aburrimiento: la humanidad se ve asolada por zombis que, levantados de sus tumbas, se meriendan a quien se ponga por delante. Ahora bien, entonces, ¿por qué ese éxito? En resumidas cuentas, porque es una serie muy bien hecha en todos sus aspectos, con personajes variados que resultan reales, buenos actores y unos efectos especiales más que sobresalientes para una producción televisiva.
Por eso, una segunda temporada estaba más que cantada. Los fans queríamos más aventuras, desventuras (esto, aplicado a ciertos personajes, no es un modo de hablar) y, sobre todo, más zombis dando guerra. Y así, en octubre de 2011, nos llegaba el comienzo de la segunda entrega. Y ganas había, porque, después del desolador final de la primera (recordemos, el Centro de Control de Plagas no valía para nada), uno no podía dejar de preguntarse qué iban a hacer Rick y su grupo.
Pues la respuesta la tenemos aquí. Ahora bien, una cosa sí había que tener en cuenta: como ya he dicho, la temporada anterior me encantó y de veras que engancha pero, ¿qué pasaría en la segunda? ¿Sería más de lo mismo? Ojo, que eso sería peligroso y de repetirse, podrían perder audiencia. La solución ha sido la única posible que los guionistas podrían tomar: hacer avanzar a los personajes y, por suerte, presentarnos a unos nuevos. Y, lo que es mejor, en un contexto distinto al de la primera temporada. Y es que en la anterior se pasaban huyendo todos los capítulos. En esta, hacen un parón en el camino en la granja de un señor llamado Hershel que, a su vez, convive con otros miembros de su familia (de una u otra forma), lo cual implica que las relaciones de los personajes originales se amplíen más y, a veces, colisionen unos con otros. Todo ello, aderezado con un montón de problemas acosando a muchos de los protagonistas que harán que, alguno que otro, sea una especie de bomba de relojería.
El bueno (y paciente) de Hershel
Pero, si hay algo por lo que destaque esta nueva temporada, y creo que es un buen punto a favor, es que, si bien la historia global que rodea a los personajes sigue, lo cierto es que estos evolucionan e, incluso algunos, cambian. La historia de los muertos vivientes está ahí de manera permanente (porque de otro modo, todo sería una tontería y carecería de sentido, claro) pero, también es verdad que queda un poco de lado para que los personajes se desarrollen (de un modo bueno o malo, pero lo hacen) y los conozcamos mejor. Van más allá, sabemos algo más de ellos y, sobre todo, interactúan entre sí y con los nuevos. Y para ello, la granja del amigo Hershel (que dicho sea de paso, tiene una paciencia infinita), viene que ni pintada. Así, vemos que Glenn nos ha salido ligón, que Andrea parece adaptarse más a la situación y deja ideas suicidas a un lado, o que Dale se confirma como la voz de la razón en el grupo. Lori está en mitad de un lío embarazoso (agudo juego de palabras) y, por supuesto, está el modo de evolucionar de Rick (quién lo iba a decir, con lo santito que parece) o Shane, cuyo lado oscuro se veía venir además de llegar a un encontronazo (del todo inevitable), con Rick. Todo ello hace que esta temporada tenga una carga  dramática y emocional mucho más contundente y directa que lo que vimos en la anterior y eso, sin duda, es un buen tanto para la serie. ¡Ya lo creo!
Los admito; este me encanta
¿Eso es todo? No, ni de broma. No hay que olvidar que esta serie es, después de todo, una de zombis. Y decir zombis y casquería (amén de otras cosas) es lo mismo. El maquillaje de los caminantes es impresionante, haciendo que sean todavía más espectaculares, asquerosos y reales. Pero lo que me ha gustado mucho es el modo que tienen de cargárselos porque, cada vez, el método resulta más directo y, como puede verse, efectivo. Y, como para muestra vale un botón, a ver qué os parece este pequeño vídeo que he hecho con algunos momentos “mata-zombis”. Sólo son unos pocos, claro, porque hay  muchos más:


Impresionante, ¿eh? Me quedo sin duda con el pobre diablo que, ahorcándose, se convierte en muerto viviente y con ese último que se carga Daryl.
Pero no todo puede ser matar a los muertos, ¿verdad? Por eso, aparte de buenos momentos que se derivan de la relación entre personajes antiguos entre sí y, además, con los nuevos, hay momentazos que hacen que el interés se dispare. Por ejemplo, ahí tenemos lo que sucede con Carl, la transición de Rick de buenazo a juez, verdugo, y dictador, la rebelión de Shane o, cómo no, el súper momentazo que a mí más me ha gustado: el final de la historia de Sophia.
Los actores están muy bien, muy metidos en su papel. Andrew Lincoln da una mezcla perfecta de liderazgo y vulnerabilidad ideal para el personaje de Rick. Jon Bernthal como Shane está clavado porque aporta ese toque de maldad que se veía venir pero que se ha hecho esperar y, desde que se afeita la cabeza, parece más fiero aún. Jeffrey DeMunn ofrece la seriedad que el personaje de Dale requiere mientras que Laurie Holden y Sarah Wayne Callies como Andrea y Lori respectivamente, a pesar de no tener tanta importancia como los dos primeros, sí aportan su granito de arena al conjunto. Y, por supuesto, no hay que olvidar a Scott Wilson como Hershel, personaje fundamental en esta segunda etapa y que me parece interpreta de manera muy convincente. El resto del elenco incluye a Norman Reedus (Daryl), con su toque salvaje y duro, Melissa Suzanne McBride (Carol) nos da el contrapunto dramático y sensible. Irone Singleton (T-Dog), Steven Yeung (Glenn) o Lauren Cohan (Maggie) respaldan a los demás y aportan lo que deben aportar: cierta cohesión al conjunto. Y es que no todo puede ser liderar al grupo… o ir en contra.
Eso te pasa por mirar a un ciervo...
¿Todo es fantástico? Casi todo. Por si no lo he dejado claro, a mi esta temporada me ha gustado mucho pero sí debo admitir una cosa: me ha parecido que, en ciertos momentos, sobre todo en los capítulos cuatro, cinco y seis, se produce un parón demasiado evidente en la historia. Quiero decir que, y esto lo digo desde mi más humilde opinión personal, que si uno ve una serie como esta es para una cosa fundamental: ver zombis morir y matar. Por eso, me ha parecido que, sobre todo durante estos capítulos, la acción se para un poco: mucha búsqueda de Sophia, mucho ligoteo de Glenn con la hija de Hershel o ese capítulo en el que Daryll sale y cae hasta quedar inconsciente. Menos mal que, durante todos ellos, hay sus golpes de efecto, como el problema de Lori o cierto granero lleno de zombis. Repito, para mí, aquí la cosa se detuvo un poco pero, con el (de nuevo) momentazo de la aparición de Sophia, todo se dispara otra vez.
En resumidas cuentas, amigos vigilantes del cielo, una segunda temporada muy digna y, por encima de todo, entretenida, que es de lo que se trata. Fijaos que el primer capítulo de la primera temporada lo vieron cinco millones y medio de personas. El de la segunda, casi ocho. Ahí es nada. En esta han dejado un montón de tramas secundarias para resolver en el futuro. ¿Qué pasa con ese aire dictatorial de Rick? ¿Se convierte en el nuevo Shane? ¿Qué es esa cosa que, espada en mano, vemos en el último capítulo? ¿Y esa construcción (¿es una prisión?) que se ve en la toma final de dicho capítulo? ¿Y qué pasa con el grupo de treinta personas al que pertenecía el pobre Randall? Las respuestas a todo esto es ya cosa de los guionistas; esperemos que se lo piensen bien. A juzgar por el trabajo que llevan hasta ahora, hay que suponer que mal no lo harán.
¿Qué nos traerá la tercera temporada?
Se aceptan apuestas...
¡A disfrutar con estos caminantes!

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