(1981)
Director: Sam Raimi
Guión : Sam Raimi
Bruce Campbell
Ellen Sandweiss
Richard DeManincor
Betsy Baker
Theresa Tilly
Unos jóvenes leen un libro maldito en mitad de un bosque, despertando a sanguinarios demonios...
Película clásica al canto. Y es que, si hay una cinta que pueda llevar el cartelito de "película de culto", es esta...
Los años ochenta fueron un buen campo de cultivo para el género de terror. De ahí surgieron esas películas que quedaron grabadas a fuego en nuestra memoria y así será para siempre porque tienen una magia especial de la que carecen las actuales; todas esas cintas repletas de maquillaje, sangre salpicando y mucha, mucha casquería. Si las vemos ahora pueden resultar algo desfasado pero, precisamente por esa magia, las sigues disfrutando como hace algunos cuantos años y comprendes que los efectos por ordenador serán todo lo modernos que quieran pero nunca cuajarán como los de antaño. ¿Ejemplos? Ahí están Pesadilla en Elm Street, Aullidos, Un hombre lobo americano en Londres... y esta Posesión infernal.
Bruce Campbell o el héroe anti-héroe |
Sam Raimi, director y guionista de la película, se reunió con unos cuantos amiguetes (como por ejemplo Bruce Campbell, interpretando a Ash, al que conoció en la universidad y era compañero de gamberradas variadas) y se despachó a gusto con un género que se le da pero que muy bien: el de terror. Eso sí, esto no es terror al estilo de Drácula o El Exorcista es decir, horror del serio de principio a fin y que te deja un regusto amargo cuando termina. Aquí hay incluído un cierto sentido del humor negro y ácido o, según se mire, ese que tiene un toque de mala leche considerablemente gamberra pero que, por eso, es muy divertido.
Vaya banda de infelices... |
Si ves esto salir del suelo, te mosqueas |
Las gracietas de Raimi |
¿Cosas que no me llaman mucho? Bueno, parece que criticar Posesión Infernal es, cuanto menos, un sacrilegio pero creo que el tiempo, como suele ocurrir, no pasa en balde para nadie. ¿Da miedo la peli? En algunos momentos sí, sin duda. Ya sólo ver a los demonios hace que te entre un cosquilleo de los malos o, al menos, te provoca ese estremecimiento que hace que los pelitos del brazo se te pongan como escarpias. Y mucha culpa la tienen los chicos de maquillaje, que se despacharon a gusto. En varias ocasiones los muñecos cantan (¡y mucho!) y otras es evidente que el maquillaje no lo tapa todo( mirad la foto de la izquierda...) pero... es una película de 1981 (¡ahí es nada!) y, por aquel entonces, fue lo que se pudo hacer con un presupuesto más que ajustado (unos 375.000 dólares, una nimiedad comparado con lo que se gasta hoy día en una película, aunque sea de las malas)
Con todo, un auténtico bombazo que se ha convertido en un clásico. Tal impresión causó en su momento que hasta en algunos países fue censurada debido a lo brutal de determinadas escenas. Su éxito fue tal que dio pie a dos películas más: Terroríficamente muertos (con un humor más marcado) y la genial El ejército de las tinieblas, que no sé muy bien si es una película de monstruos con humor gamberro o al revés.
Dicen que ya está preparado un remake con el guión finalizado. ¿Podrán las tecnologías de hoy superar o, tan sólo, igualar a este clásico del terror? Habrá que verlo... Miedo me da (sin necesidad de demonios gamberros) después de lo que hicieron con el remake de Pesadilla en Elm Street...
Un consejo: atentos a la escena final con Ash y los demonios. No tiene desperdicio. Allí donde no había ordenadores, usaron stop-motion y tan contentos. A fin de cuentas ¿no se trata de crear el efecto?
Como dato curioso, sólo comentar que la película está llena de errores, desde muñecos más que evidentes, caretas que se arrugan al recibir un golpe o fotos de la Luna mal pegada sobre un fondo que no le corresponde. Incluso he leído por ahí que hasta se ven los rieles de la cámara cuando se simula el efecto de la misteriosa fuerza maligna del bosque. Bueno, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...
Como dato curioso, sólo comentar que la película está llena de errores, desde muñecos más que evidentes, caretas que se arrugan al recibir un golpe o fotos de la Luna mal pegada sobre un fondo que no le corresponde. Incluso he leído por ahí que hasta se ven los rieles de la cámara cuando se simula el efecto de la misteriosa fuerza maligna del bosque. Bueno, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...
Pues eso. Vedla y pasar un rato endemoniadamente divertido.
Como dijo alguien: "Uyyyy. Mal rollito..." |
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