sábado, 14 de enero de 2012

Posesión infernal

Posesión infernal (Evil dead)
(1981)
Director: Sam Raimi
Guión   : Sam Raimi

Bruce Campbell
Ellen Sandweiss
Richard DeManincor
Betsy Baker
Theresa Tilly





Unos jóvenes leen un libro maldito en mitad de un bosque, despertando a sanguinarios demonios...

       Película clásica al canto. Y es que, si hay una cinta que pueda llevar el cartelito de "película de culto", es esta...
        Los años ochenta fueron un buen campo de cultivo para el género de terror. De ahí surgieron esas películas que quedaron grabadas a fuego en nuestra memoria y así será para siempre porque tienen una magia especial de la que carecen las actuales; todas esas cintas repletas de maquillaje, sangre salpicando y mucha, mucha casquería. Si las vemos ahora pueden resultar algo desfasado pero, precisamente por esa magia, las sigues disfrutando como hace algunos cuantos años y comprendes que los efectos por ordenador serán todo lo modernos que quieran pero nunca cuajarán como los de antaño. ¿Ejemplos? Ahí están Pesadilla en Elm Street, Aullidos, Un hombre lobo americano en Londres... y esta Posesión infernal.
Bruce Campbell o el héroe anti-héroe
 Sam Raimi, director y guionista de la película, se reunió con unos cuantos amiguetes (como por ejemplo Bruce Campbell, interpretando a Ash, al que conoció en la universidad y era compañero de gamberradas variadas) y se despachó a gusto con un género que se le da pero que muy bien: el de terror. Eso sí, esto no es terror al estilo de Drácula o El Exorcista es decir, horror del serio de principio a fin y que te deja un regusto amargo cuando termina. Aquí hay incluído un cierto sentido del humor negro y ácido o, según se mire, ese que tiene un toque de mala leche considerablemente gamberra pero que, por eso, es muy divertido.
Vaya banda de infelices...
La premisa de la película no puede ser más sencilla y se ha copiado hasta el aburrimiento: un grupo de jóvenes va a una solitaria cabaña y allí despiertan a unos demonios que no pararán hasta masacrarlos. Sencillo, sí, pero muy efectivo porque, no hay que olvidar que, a veces, lo simple es lo que mejor queda y más alcance tiene. A partir de cierto descubrimiento de cierto libro encuadernado en piel humana (para que digan que leer es bueno) y escrito con sangre, la casquería está servida. Sí, hay que ser idiota para coger la grabación en cinta del susodicho tomo, ponerla a todo volumen y enfocar el altavoz hacia un bosque oscuro y tétrico pero, si buscamos lógica y coherencia, mejor nos ponemos un documetal o un telediario porque, de otro modo, no habría película. Y Ash, el prota de la cinta y responsable de la acción idiota que acabo de comentar, no es precisamente un héroe a lo Skywalker ni a lo Indiana Jones...
Si ves esto salir del suelo, te mosqueas
Cosas que me gustan de la cinta? La puesta en escena y cómo el misterio se va incrementando desde el principio hasta que se produce el momento clave del despertar de los monstruos. Las tomas de los demonios colgando como si tuvieran el cuello desencajado (esto le mola a Raimi mucho; ved Arrástrame al infierno) o el golpe de efecto de algunas escenas de terror (como esa en la que vemos lo que sucede desde el punto de vista del demonio en plan visión subejativa encerrado en ese sótano mientras oímos su “voz”) siguen impactando lo mismo que hace años. Por supuesto, hay veces que el maquillaje es impresionante. Y, claro está, ese aire gamberril que impera cuando uno menos se lo espera y que hace 
Las gracietas de Raimi
que pases del susto a la risa de golpe: los demonios en plan cachondeo (intencionado, por supuesto) lo consiguen. Y es que esa es una de las gracias de esta peli y una constante en la filmografía de Raimi (salvo en Spiderman, que el chico se pone un poco serio... o le obligan a serlo): el humor gamberro que mete en mitad de escenas que se suponen que son terroríficas y te descolocan del todo.
 ¿Cosas que no me llaman mucho? Bueno, parece que criticar Posesión Infernal es, cuanto menos, un sacrilegio pero creo que el tiempo, como suele ocurrir, no pasa en balde para nadie. ¿Da miedo la peli? En algunos momentos sí, sin duda. Ya sólo ver a los demonios hace que te entre un cosquilleo de los malos o, al menos, te provoca ese estremecimiento que hace que los pelitos del brazo se te pongan como escarpias. Y mucha culpa la tienen los chicos de maquillaje, que se despacharon a gusto.  En varias ocasiones los muñecos cantan (¡y mucho!) y otras es evidente que el maquillaje no lo tapa todo( mirad la foto de la izquierda...)  pero... es una película de 1981 (¡ahí es nada!) y, por aquel entonces, fue lo que se pudo hacer con un presupuesto más que ajustado (unos 375.000 dólares, una nimiedad comparado con lo que se gasta hoy día en una película, aunque sea de las malas)
Con todo, un auténtico bombazo que se ha convertido en un clásico. Tal impresión causó en su momento que hasta en algunos países fue censurada debido a lo brutal de determinadas escenas. Su éxito fue tal que dio pie a dos películas más: Terroríficamente muertos (con un humor más marcado) y la genial El ejército de las tinieblas, que no sé muy bien si es una película de monstruos con humor gamberro o al revés.
            Dicen que ya está preparado un remake con el guión finalizado. ¿Podrán las tecnologías de hoy superar o, tan sólo, igualar a este clásico del terror? Habrá que verlo... Miedo me da (sin necesidad de demonios gamberros) después de lo que hicieron con el remake de Pesadilla en Elm Street...
            Un consejo: atentos a la escena final con Ash y los demonios. No tiene desperdicio. Allí donde no había ordenadores, usaron stop-motion y tan contentos. A fin de cuentas ¿no se trata de crear el efecto?
             Como dato curioso, sólo comentar que la película está llena de errores, desde muñecos más que evidentes, caretas que se arrugan al recibir un golpe o fotos de la Luna mal pegada sobre un fondo que no le corresponde. Incluso he leído por ahí que hasta se ven los rieles de la cámara cuando se simula el efecto de la misteriosa fuerza maligna del bosque. Bueno, el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...
            Pues eso. Vedla y pasar un rato endemoniadamente divertido.      

Como dijo alguien: "Uyyyy. Mal rollito..."

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