sábado, 20 de septiembre de 2025

Nosferatu (2024)



La verdad, no tenía mucha fe en este proyecto porque soy total fan de la versión muda (y me gusta, con ciertas reservas, la de Klaus Kinski) y creo, a los clásicos, hay que dejarles en paz justo porque lo son.

Bien, pues ya la he visto y esto puedo decir.

La película, claro, es un remake de la versión de 1922 y, si bien ve ciertas cositas de la película de Coppola, va a tener como base principal la cinta con Max Schreck a la cabeza.

Lo primero que destaca es la ambientación tan bien conseguida que se respira a lo largo de todo el metraje. Ropas, decorados, lugares... todo resulta de matrícula, lo que da una sensación de realidad más que considerable. 

La cinta arranca rápido y, desde que oímos el nombre de Orlok y que Hutter tiene que hacer su viaje, está claro que la fidelidad para con la película muda es más que evidente. No hay más que ver que el vestuario de Hutter es clavado al de 1922.

Otro de los aspectos a tener muy en cuenta, y que está muy bien llevado, es el hecho de que, desde los minutos iniciales, se nos va introduciendo en ese mundo mágico, irreal y siniestro que va descubriendo Hutter conforme avanza en su viaje y que culmina cuando se abren las puertas del castillo y vemos la figura de Orlok. Es a partir de este momento cuando el guión y la dirección se empeñan en mostrar una especie de terror directo, crudo y desagradable que va a imperar a lo largo de la cinta. Como prueba, todo el primer encuentro que sucede entre Hutter y el conde.

Y es esta una de las constantes de la película. Su terror está basado en aspectos fugaces que hacen que el espectador afine todos los sentidos para poder disfrutarlos. Por ejemplo, el rostro del conde no se desvela hasta bien entrada la película, quedando en la sombra, a lo lejos o parcialmente desenfocado. Lo mismo ocurre cuando el vampiro se lleva por delante a las niñas: está en la sombra, todo es rápido y los efectos de sonido ayudan bastante. No es un terror para morirse del miedo ni saltar en el sofá pero el impacto es algo que cumple muy bien.

Los actores cumplen bastante pero hay que ser sinceros: Lily-Rose Melody Depp se lleva todas las miradas, más que nada porque se pasa la peli con cara de diarrea descomunal y por los gestos y expresiones que pone durante las posesiones y que tantos memes ha generado. Y sí, porque esa frente tan enorme y despejada y las cejas más pobladas que las de Max Schreck hacen que no la pierdas de vista. Nicholas Hoult está muy correcto como Hutter. Lo mismo que  Willem Dafoe como doctor, aunque su interpretación y papel están más que basados en lo que hizo Anthony Hopkins en Drácula, de Bram Stoker. ¿Y Bill Skarsgård como Orlok? Muy bien.

¿Cosas mejorables?

La primera y más importante: el aspecto de Orlok. Se habló mucho del tema antes de darse a conocer y las expectativas eran enormes. Incluso se hicieron versiones de cómo podría quedar el actor.  Pues bien, a mí no me ha gustado. Vale, conservan algo de esa nariz afilada pero el tupé me parece ridículo y el bigote aún más. Sí, el Drácula literario llevaba mostacho y esto es un homenaje pero el resultado me ha dejado frío. Max Schreck sigue siendo insuperable con ese maquillaje y no entiendo que la peli haya sido tan fiel pero, justo en eso, no.

Más. Una pena desaprovechar ciertos momentos del metraje de 1922 que aquí se saltan y no sé por qué. Por ejemplo, los momentos en el barco. ¿Cómo no han añadido el despertar del conde levantándose de su ataúd? ¿Por qué se saltaron el momentazo de Orlok esperando en el pasillo frente a la habitación de Hutter? Como digo, bastante decepcionante en ese aspecto.

Y otra más: la historia de los amigos de Hutter encarnado por Aaron Taylor-Johnson y Emma Corrin. Ni pincha ni pone, ni corta, ni nada. Y la escena de Harding en el mausoleo con el cuerpo de su mujer sí, muy cruda, muy directa, muy de mal rollo, pero es un pegote puesto ahí que no aporta nada.

¿Veredicto? Una buena película muy bien llevada que destila cada dólar que han invertido en ella, que entretiene y resulta muy efectiva en ciertos momentos y que deja con sabor a más en otros Pero que quede claro: ni supera ni iguala a la versión de Murnau.

Dos cositas de última hora:

Una: el que los vampiros no muerdan en el cuello pero sí en el corazón es, como poco, raro.

Dos: si bien el doblaje es muy bueno (a Ellen, al principio, no se le entiende muy bien porque habla entre sollozos y susurros... aunque toda la peli habla entres sollozos y susurros) el conde Orlok gana muchísimo en versión original. Siempre pensé que, de tener sonido en la versión muda, el vampiro hubiera tenido una voz así, profunda, distorsionada, terrorífica. Nunca me gustó la vocecita que le puso Kinski al personaje.

Disfrutad.




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