Vamos allá con una película rara. Y digo esto por lo estrambótica que parece en muchos aspectos; tantos que llega a rozar un poco lo surrealista pero, cosa muy curiosa, te engancha de manera bastante inexplicable. Eso sí, en la introducción dice que es todo un clásico y, lo digo desde ya, no tengo duda de ello.
La película tiene la virtud de presentar personajes y trama desde el principio. Así, sabemos que Víctor, que está como un cencerro, hace esculturas de mujeres rociándolas con acero fundido. Y esto es la primera escena. Claro, si empieza así, te preguntas: ¿ya sabemos quién es el asesino? Pues ahí está la cosa y es que, cuando John quiere pedir a Víctor cuadros para su galería, comienza el festín de cosas raras. Esa es, quizás, la mayor gracia de la peli: te desconcierta de manera más que considerable y hace que sigas viéndola.
Y es que, por un lado, se nos muestra muy bien y de manera más o menos pausada la casa de locos donde están los personajes. Víctor no se corta en tirar los tejos a las jóvenes que le gustan y tiene cara de estár más salido que un ejército de lanzas. Cosa rara, a las chicas no es que les agrade pero da a entender que les mola el ligoteo descarado. Por otro, la madre de Michael, hijo de Víctor, es una trastornada brutal vestida de niña mientras que Michael se pasa borracho casi toda la peli. Y, esto es interesante, hay muertes. Cuchilladas, pedradas... Vamos, que va bien surtida la cosa.
Pero, claro, si ya sabemos que Víctor es asesino, la cosa no tiene gracia, ¿no? Pues es justo por eso que la película tiene una resolución, como poco, curiosa. O, al menos, no esperaba que saliesen por esos derroteros que, además, me parecen un pelín cogidos por los pelos pero ahí queda.
Tengo que destacar, a parte de la trama curiosa, el trabajo de los actores, que quedan muy bien. Sobre todo, dos: Mike Raven como Víctor (psicópata, chulo, egocéntrico, salido, raro, acosador) y Ronald Lacey haciendo de Michael que, como dije, está borracho casi todo el metraje. ¿Te suena? Búscale en En busca del Arca perdida como Arnold Toht.
Pero na peli así tiene que tener cosas... raras. Por ejemplo, el momento en el que el mecenas de John quiere comprar la estatua de la chica muerta es raro, lo mismo que su muerte. La escena de las pedradas a Michael así, porque sí, es más raro aún. Y, sobre todo, el guión parece tan centrado en mostrar las grilladas que ocurren en la casa que parece evitar la pregunta evidente: ¿por qué se quedan allí?
Con todo, la película, por rara, entretiene y, a su modo, engancha solo por saber cómo va a acabar. Lo repito: el final, como poco, es curioso y, a su modo, precipitado pero el conjunto te capta la tención y, desde luego, asegura un rato entretenido.
¿Os animais?
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