sábado, 13 de julio de 2024

Háblame



Lo peor que le puede pasar a una peli de terror es que no de miedo. Y lo peor que te puede pasar con una peli de terror es que leas por ahí que es lo más de lo más y a ti te parezca lo contrario.

Pues esto último me ha ocurrido con Háblame.

La cinta parte de una propuesta, cuanto menos, tan interesante como absurda: una mano de cera, que supuestamente contiene la mano de un vidente, te permite contactar con espíritus del más allá. Hasta ahí vaya y pase. Me ha recordado un poquito al planteamiento de las pelís de terror típicas que llenaban las estanterías de los video-clubs en los ochenta. Lo malo, para mí, es el desarrollo que tiene. 

Para empezar, la cinta me parece muy lenta hasta que la cosa se empieza a poner interesante y he quedado un poquito harto de la pandilla de jóvenes feos (tenía que decirlo) e indigestos gozando con la mano. ¿Por qué narices se ríen tanto? ¿Tu ves que alguien es poseído por un muerto y te partes de la risa? Y, ¿por qué resultan tan exagerados al hablar? Usan la mano del mismo modo que pueden usar el mando de la tele. Son poseídos por espíritus de gente muerta y, lejos de asustarse, se pasan la mitad de la peli riéndose no sabes por qué, si por los aspavientos de los poseídos, por los ojos tétricos que ponen o, simplemente, porque son imbéciles. Yo apuesto por esto último. Ah, no se puede estar cogido de la mano infernal más de noventa segundos porque sí; es como si fueran expertos en posesiones pero no explican de dónde sacan la información. La cuestión, claro es que uno de ellos está más tiempo cogido de la manita infernal y la cosa se complica.

A partir de ahí, la peli adquiere un poquito más de interés y hay unas cuantas escenas que, al menos, dan un poco de vidilla al asunto. Sí, es cierto que las apariciones de los espíritus están bien llevadas pero, admitámoslo, son predecibles. Bueno, al menos, ahí queda.

Un buen punto a favor de la cinta es que, si bien se. mueve en el terreno sobrenatural, se han dedicado a utilizar maquillaje a la antigua usanza, es decir, lo que vemos (lo poco que vemos) es mucho prostético que tiene como función crear un sentimiento desagradable en el espectador. Lo malo es que todo sucede un poquito rápido y, por alguna razón rara, o bien a oscuras o con la cámara muy pegada al espíritu de turno.

Pero, si bien después de la primera mitad con jóvenes feos y estúpidos haciendo el idiota la cosa remonta un poco, es evidente que el tramo final va a desembocar en una conclusión que, si bien he leído por ahí que es terrorífica, a mí me ha parecido de lo más predecible. Admitámoslo: si un personaje aparece en una carretera, tiene los dedos rotos y allá pòr donde pasa las luces se van a pagando, muy vivo, lo que se dice muy vivo, no está.

Pues esto ha sido todo. La verdad, esperaba más pero, al menos, entretiene un ratito. Yo esperaba mucho más terror, tanto del psicológico como del de toda la vida pero creo que la cinta, en conjunto, se queda corta. Material para unas buenas sorpresas y unos buenos sustos había pero parece que se han querido reprimir. Cosa curiosa, el boca a boca le ha hecho un gran favor y tiene una especie de fama de peli terrorífica. 

Por cierto, si estás dormido y el espíritu de un señora gorda, en lugar de asustarte, te chupa un pie, plantéate que puede que tengas un problema.


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