Después de ver La nueva generación quería mas Star Trek. El orden lógico era Espacio Profundo 9, así que me lancé a ello. Sí, ambas llevan en su título el Star Trek pero las diferencias son brutales.
Empiezo con las cosas a favor.
Para comenzar, aquí no hay misión de exploración porque todo sucede en una estación espacial. Es un buen cambio que, al menos, aporta originalidad. Por otro lado, hay dos constantes no muy comunes en el universo Star Trek. Por un lado, una guerra permanente con el llamado El Dominio. Por otro unas referencias religiosas y espirituales que marcan no solo a la serie, si no a muchos de sus personajes. El tema de los fundadores y el Emisario, que son muy recurrentes, quizás demasiado, se mantienen durante las siete temporadas.
Esto me parece acertado, en parte, porque aporta detalles que las serie original y la Nueva Generación no tocaban o lo hacían muy de refilón. Sí, en ambas hay conflictos armados pero vienen y van. Aquí es la constante de la serie y base de la misma. Esto da al conjunto otro, digámoslo así, sabor; un enfoque nuevo. Gene Roddenberry, creador de todo el cotarro original, ya había fallecido y dicen que dio el visto bueno a este enfoque.
Otro punto a favor es que, si bien hay personajes nuevos, como Sisko, Jadzia, Kira, Odo o Bashir (entre otros), se les suman los ya conocidos en la Nueva Generación que se van a desarrollar más, como O´Brien, Quark o Worf. Y este es uno de los puntos fuertes de la serie: el desarrollo personal de los personajes que influye en el conjunto global. Muchos capítulos están dedicados, de una u otra forma, a mostrarlos al espectador en diferentes facetas y eso resulta muy enriquecedor para la serie.
En cuestión de efectos, resulta convincente. Además, empezaron con maquetas, que era lo propio de la época, y acabaron con efectos digitales. Según parece, lo único que siguió en maqueta fue la estación en sí.
Pero la serie tiene un punto en contra que destaca por encima de todos: es LENTA. Hasta decir basta. Empieza bien, pero luego se detiene mucho en ciertos aspectos que a mí me han acabado aburriendo de manera considerable. Por ejemplo, el tema de los fundadores, las idas y venidas del Dominio. Todo se me ha hecho muy repetitivo. A ello hay que añadirle parones en la trama principal de la guerra que resultan innecesarios. Por ejemplo, esos capítulos independientes y autoconclusivos que no vienen a cuento, como ese del regalo de Jake a su padre, ese otro en el que los miembros de Espacio Profundo Nueve no tienen otra cosa que hacer que enseñar a unos tipos raros cómo jugar al béisbol o la despedida de soltero de Worf. Son, como digo, parones en la trama de la guerra que no parecen venir a cuento y que resultan de relleno. Todo esto hace que a esta serie le falten dos ingredientes fundamentales que actuaron de maravilla en la serie original y en La Nueva Generación. Por un lado, aventura. Demasiadas conversaciones, demasiados diálogos existenciales, demasiadas reflexiones. Por otro, y derivado de lo anterior, acción. Sí, aquí hay algún que otro disparo de armas o naves pero de manera muy puntual. No olvidemos que esto es Star Trek y emoción y acción, a su modo, son unos ingredientes fundamentales en el concepto del producto.
Pues esto es todo. En conjunto me ha resultado pasable. Tiene momentos curiosos pero, en general, no está a la altura de sus dos predecesoras. Quizás porque el listón estaba muy alto, quizás porque la novedad del concepto (dejar de lado la exploración y centrarse en una guerra eterna) fue demasiado radical y se pillaron los dedos con él.
Vigilad el cielo.
interesante análisis, pero honestamente me quede con la serie original, y las primeras películas que venían de la serie original, ya con Picard no me gusto mucho los cambios, existe todo un universo tanto de series, peliculas y comic, que por ahora digo paso, pero no me deja de interesar, si tuviera el tiempo...
ResponderEliminarsaludos!!!
A mí me gusta este universo pero, después de esta serie, he decidido hacer una parasita. ¡Saludos!
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