Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones.
Esta película es el perfecto ejemplo de la mala idea que puede reinar por las redes sociales. ¿La razón? Cuando simplemente se lanzó el póster (la cosa es para reírse por no llorar) la pusieron a parir por el propio póster. Todo esto sin que nadie viese un minuto de la cinta. ¿Y luego? Pues a callarse la boca y a tragarse los insultos.
La película destaca por muchas cosas pero, sobre todo, por la historia. Esta es la típica película palomitera que está perfectamente diseñada pa racumplir con un objetivo: entretener. Y lo consigue sin ningún tipo de problemas. Se trata de una cinta de aventuras que no quiere dejar ni un minuto tranquilo al espectador y se aplica, y mucho, en ello. Por eso, una de las constantes de todo el guión es no parar ni un momento. Cuando no está sucediendo una cosa está sucediendo otra. Pero, sin duda, desde este punto de vista, lo mejor es que la historia se las apaña para hacer que cada episodio por el que tienen que pasar los protagonistas sea más espectacular que el anterior. Si huimos de una cárcel, lo siguiente puede ser sin problemas encontrar ese casco mágico. Y, para ello, hay que ir a un cementerio, hablar con muertos vivientes a los que hay que despertar. Pues se hace. ¿Luego? Pues a liarla con un dragón. ¿Luego? Pues un torneo de pruebas mortales pero muy divertidas. El caso es ir de una cosa a otra sin dar la opción a pausa y eso hace que toda la peli se te pase en un santiamén.
Otra de las constantes en la cinta, que ya se apreciaba en el trailer, es el humor. No, no para partirse el pecho de la risa pero sí hay una especie de tono de cachondeo en situaciones (léase el despertar de los muertos) como de los personajes (todos) que hace que sirva de repulsivo entre tanta aventura a lo bestia y que, encima, la complementa sin problemas. No cansa, no satura al personal ni sobra, con lo que tenemos, como resultado, la película ideal para pasar un rato brutal.
Y, donde hay humor y aventuras, también puede haber un poquito de espacio para el drama. Con este ocurre lo que pasa con el tema del humor: está ahí, cumple su función y, lo que es mejor, no abusa. Por eso tenemos la trama de la mujer del protagonista o la hija del mismo. Son, como digo, pequeños detallistos que no saturan y complementan muy bien al resto de los ingredientes de la trama.
Los efectos son muy, pero que muy buenos. Barcos, dragones, muertos vivientes... De todo y todo muy bien hecho, ya sea a plena luz del día o en mitad de la noche. Solo os voy a decir tres letras que dicen muchísimo: ILM. Con eso basta añadir nada mas, ¿verdad?
Y si aquí vamos de acierto en acierto, la cosa sigue con los actores. Clavados, todos ellos. Chris Pine lo borda como Edgin. Cosa curiosa, creo que al tipo le han querido encajar de manera bastante evidente como héroe/galán pero creo que el amigo tiene un potencial tremendo como actor de comedia. Y aquí puede verse. Michelle Rodríguez hace de ella misma como Holga y lo hace muy bien y, detalle personal, la veo un pelín rara; no sé si más mayor, más embrutecida o porque se haya hecho algún retoque. Ojo, que todo esto me da igual pero es lo que me ha parecido. Hugh Grant excelente como el caradura/mentiroso/estafador Forge con ese toque de humor propio que siempre usa. Sophia Lillis, Regé-Jean Page, Justice Smith, Chloe Coleman y Daisy Head complementan muy bien a los principales. Head como bruja Sofina es espectacular en todos los sentidos.
Y una cosita como colofón: todos los que vivimos en los ochenta disfrutamos de ese pedazo de serie que fue Dragones y Mazmorras (ahora seguro que estás canturreando la cancioncita y es solo y exclusivamente culpa mía) y, al leer el título de esta peli, viajamos al pasado de manera automática. Pues bien, puntazo a favor porque el grupito del bárbaro, el arquero, acróbata, magos y el caballero está ahí. Y, sí, boté en la butaca cuando los vi.
Aquí acabo. Como dije antes, una película para disfrutar, dejarse llevar y olvidarte de la asquerosa rutina durante dos horas. Creo, a parte de porque es muy buena peli, que ha triunfado tanto porque no somos pocos los que extrañamos este tipo de cintas; esas que son puro espectáculo y que hacen que te lo pases de fábula mientras las ves. A ver si espabilan y hacen más así. Solo hay que querer y currar un poco.
Y, para todos aquellos que sacaron la lengua a paseo sin saber ni de qué iba, aprended la lección y no seáis tan BOCAZAS.
Vigilad el cielo.
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