(1981)
Director: John Landis.
Guión : John
Landis.
David Naughton
Griffin Dunne
Jenny Agutter
John Woodvine
Unos
jóvenes, de vacaciones, son atacados por un lobo de tamaño gigantesco…
¡Hola
a todos!
Hoy
os traigo la que, sin duda, es mi película favorita acerca de los hombres lobo.
Este licántropo procedente de las Américas que, en un principio, va a pasar
unas tranquilas vacaciones por tierras inglesas, se ha convertido en un clásico
dentro del género. Razones para esto hay a patadas (o zarpazos) y, por
supuesto, todas ellas bien variaditas y dignas de tener en cuenta.
¿Dientes
afilados? ¿Zarpas listas? ¿Cuerpo cubierto de pelo? ¡Pues, allá vamos!
Lo
primero que va a entrar en la mente del espectador y, para ser más concreto,
por sus orejas, es la banda sonora con la que arranca la peli y que es un
aperitivo de los buenos con respecto a lo que vamos a oír a lo largo de todo el
metraje. Los títulos de crédito iniciales se arrancan con Blue Moon. ¿Esto es
casualidad? No porque, si prestas atención y afinas el oído, todas y cada una
de las canciones que vas a escuchar a lo largo de la película llevan la palabra
“luna” (léase “moon” si me pongo en plan sir británico) en el título o en
alguna parte de la letra. Si esto es un modo subliminal de concienciar al
espectador con respecto a la historia que tenemos por delante, al menos,
conmigo, lo consiguen cada vez que la veo.
Los
personajes son presentados desde la primera escena, por lo menos, los protas. Ya, desde estas tomas iniciales, conocemos a los ejes sobre los que se va a apoyar una parte muy
importante del guión: David y Jack. Si no has visto esta peli, pero sí otras,
puede que te pase lo mismo que a mí la
primera vez que lo hice: me llamó mucho la atención que dos jovenzuelos se
llevaran el protagonismo. Digo esto porque, si estás acostumbrado a ver aullar
a la luz de la luna a un Lon Chaney, un Bela Lugosi o un Oliver Reed, puede que
te choque un poco. Como vas a comprobar, no es que haya muchos personajes en la
peli pero, los poquitos que hay, surgen cuando son necesarios y aportan lo
justo que se espera de ellos. No hay que esperar mucho para conocer a cierta
guapa enfermera llamada Alex y al doctor Hirsch, que va a llevar a cabo unas
investigaciones muy importantes. Además, claro, hay varios y muy variados pero,
todos ellos, en su mayoría, víctimas que pasan por la pantalla, mueren y
caminan en plan zombi.
La
trama no tarda tiempo en aparecer. De hecho, ni hace falta que te la digan; en
cuanto ves a esos dos pardillos de vacaciones por la campiña inglesa a pie,
sabes que uno de los dos va a caer. No obstante, la escena crucial viene a
continuación, un momento que, me encanta y que creo que está llevado con auténtica
maestría. Me refiero, cómo no, a la escena de la taberna donde hay unos
aldeanos bebiendo (cómo no) y jugando a los dardos. Pero, también hay algo más:
una estrella de cinco puntas. Siempre me ha gustado mucho este momento. Al
principio, todos son muy bordes y cortantes; luego, viene el momento de los
chistes (se cuenta el chiste de El Álamo al completo o la conversación absurda
a costa del té)… hasta que a Jack se le ocurre preguntar el por qué de esa
estrella y vuelve la bordería de nuevo. Y aquí viene la frase que me encanta
(un poco antes de echarlos a la calle): “…No os salgáis del páramo. Y cuidado
con la luna…”
La
película no es que dure demasiado. Por eso, la escena del ataque de la bestia
sucede a continuación. Después de esos momentos tan bien llevados de pura
tensión en el que oímos un aullido que se acerca cada vez más, ocurre lo
inevitable, la escena que todo el mundo espera en una peli de hombres lobo: el
momento en el que la maldición se hace con el pobre y desgraciado protagonista
que se pondrá aullando a la luz de la luna cuando esta esté llena.
A
partir de este momento, la historia que tenemos a nuestra disposición es lo
típico dentro del argumento que uno puede esperar en una película de hombres
lobo, es decir, las aventuras y desventuras del protagonista que, cuando se
convierte en lobo, no deja títere con cabeza. No obstante, y aquí está la gran
diferencia entre este título y los otros previos referidos al personaje, nos
vamos a encontrar con dos aspectos que hacen de esta cinta única.
El
primero y más evidente, son los efectos especiales. Lo digo y lo seguiré
diciendo: hoy día podemos disponer de toda la tecnología, todos los ordenadores
y todos los efectos digitales que nos dé la gana pero, para mí, esta película
es la que mejor ha plasmado la transformación de un hombre en lobo y, puede que
sea pasión de fan, creo que nunca la igualarán. Vale, la de Benicio del Toro
estuvo muy bien, de eso no hay ninguna duda pero sigo quedándome con la de la
cinta que hoy nos toca. La escena en la que David se convierte por primera vez
en lobo es, sencillamente, genial, majestuosa… bestial (palabra que viene que
ni pintada) Puede que me equivoque pero creo que esta fue la primera vez en la
que el proceso se nos mostró como lo que, en teoría, debería ser: algo
doloroso. Seamos sinceros. Si eres humano, con músculos humanos y huesos humanos y, todo ello se descoyunta, se
estira o se encoge, debe doler. Y eso es lo que vemos en el momento de la
transformación: una transmutación horrenda pero, también, mucho dolor. El
sufrimiento del prota se hace latente: se le ve sudar, temblar y, en definitiva,
sufrir. La cámara, sin miedo ninguno, a plena luz (cosa que no todas las
producciones hacen hoy día, por mucho apretar botones que aprieten) se recrea
en las distintas partes del cuerpo de David para mostrarnos como deja de ser
humano y se convierte en lobo. El momento inicial de la mano estirándose es
tremendo. Fijaos como, poco a poco, el pobre desgraciado parece que no puede
mantenerse derecho y, a cada momento, se va poniendo cada vez más a cuatro
patas y boca abajo. No tengo ni idea de cómo hicieron las escenas del
crecimiento del pelo. Atentos a ese momento en el que David, medio hombre,
medio lobo, mira directamente al espectador y estira una mano como si pidiera
ayuda. Y, para terminar, el gran momento; ese que vas a recordar te guste o no
la peli y que se ha copiado hasta decir basta: la cara deja de ser humana, el
morro crece y tenemos el lobo al completo. Lo repito: horrorosamente espectacular.
La primera vez que vi esta escena me quedé con la boca abierta y, la verdad,
aún me sigue pasando. Luego, puestos en plan mal pensado, cuando veo otras
pelis en las que se usan los fundidos de siempre y el actor parece no sufrir
nada (Lon Chaney se quita los calcetines, supongo, por aquello del pelo) se me
quedan algo cojas, pero bueno…
Pero
los efectos no sólo se reducen al lobo. Y es que, en toda peli de licántropos,
debe de haber víctimas. Aquí las hay a patadas y, todas ellas, sangrientas (¿o
ensangrentadas?) como ellas solas. Esto es porque los efectos de maquillaje que
vamos a ver en la peli no solo se centran en la criatura, sino, también, en sus
víctimas. Y, todas ellas, destrozadas hasta decir basta. Con respecto a estas
debo hacer mención especial a tres de ellas. La primera, el momento del metro.
Venga, ¿no os ha pasado que, después de ver esta peli, cuando andáis por los
pasillos del metro hay algo que os recuerda a esta escena? Luego, el momento
cine, donde David se ve con sus víctimas, ensangrentadas, muertas y cabreadas.
Y, por supuesto, el aspecto de Jack conforme avanza la peli: de víctima
reciente y troceada, pasando por cadáver podrido hasta esqueleto parlanchín.
Impresionante y me quito el sombrero ante Rick Baker y su equipo.
El
segundo de los aspectos distintivos de esta peli es el humor. Pero no entendido
como los momentos de risa metidos con calzador, sino como cachondeo y, a veces,
mala leche. Así se explica el momento en el que David quiere ser detenido
(“¡Shakespeare era francés!”), las muecas de este en el metro, los detectives idiotas o, mi
favorito, lo que ocurre en el cine. Porque, si eres un zombi, y quieres quedar
con tu amigo hombre lobo y sus víctimas, lo haces en un cine porno. Y, encima, las víctimas le abroncan por haberles matado. Fijaos cómo
la narración se detiene y la cámara se centra en la pantalla del cine para
mostrarnos la escena de “¡me he equivocado!” Mucho ojo, no me gustaría que
pensaras que la peli es de risa o que te vas a partir con ella. Sí te digo que,
al menos para mí, es un equilibrio perfecto entre momentos muy serios y otros
que no lo son tanto. Que te guste o no ya depende de ti.
Sí, después de ser lobo, estás desnudo. |
Los
actores siempre me ha parecido que cumplen en unos papeles de lo más típicos.
David Naughton no es que rebose un carisma tremendo ni una expresividad pasmosa
pero, ahí queda. Griffin Dune como Jack es digno de tener en consideración ya
sea solo por el aguante de soportar todo ese maquillaje. John Woodvine me
parece creíble como doctor-investigador, si bien me resulta un poco como
Naughton: algo inexpresivo. Jenny Agutter es la enfermare que todos hemos
deseado tener alguna vez: agradable, guapa y se mete en la ducha contigo
después de llevarte a su cada cuando dejas el hospital. Al margen de esto,
siempre me ha parecido algo sosita pero es que el personaje tampoco da para
más.
¿Aspectos
en contra? Pues, mirad, yo solo puedo decir dos. Siempre me ha parecido que el
momento en el que David se convierte en lobo, ese en el que está leyendo el
libro y, de repente, se pone a berrear) muy acelerado; pasa de leer sonriente a
gritar de golpe. Esto, repito, es una apreciación mía. Por otra parte, la
escena del sueño de David y los zombis nazis me parece más sacada de un vídeo
de heavy metal ochentero pero…
Esto
ha sido todo por hoy. Claro está, por toda la charla que te he soltado, te
recomiendo que la veas y, si no ya lo has hecho, pues la revisitas y en paz.
Siempre lo digo y siempre lo haré: junto con Aullidos, me parece la mejor peli
de hombres lobo que se ha hecho hasta la fecha.
Y,
sí, tuvo un remake; bastante tardío además, situando la acción en París. Pero,
por lo menos a mí, no me gustó nada: mucho humor idiota, situaciones forzadas y
lobos por ordenador sin gracia ninguna.
Cuidado
con la luna y…
…
Vigilad el cielo
De
remate, os dejo unas cuantas curiosidades:
-Sí: el
director, John Landis, también dirigió los vídeos Thriller y Black or White,
the Michael Jackson.
-La escena de la
transformación se tardó más de una semana en rodar.
-Cuando David
despierta en la jaula de los lobos, estos son reales y, en efecto, el actor
está dentro con ellos. Para evitar desgracias, cebaron a los animales a lo
bestia para que no tuvieran hambre y no se comieran a nadie. Esto, hoy día,
sería imposible de llevar a cabo.
-Landis mezcló
en esta peli dos de sus miedos más potentes: los hombres lobo y los zombis.
-Muchos han
buscado la peli porno cuyo fragmento vemos en el cine. Malas noticias, amigos:
dicho trozo se rodó en exclusiva para esta peli.
-Rick Baker,
encargado del maquillaje, también hizo lo propio en la versión reciente con
Benicio Del Toro.
-Esta fue una de
las escenas más complicadas para el actor. ¿La razón? Las lentillas.
-Durante años,
Landis estuvo tratando de vender a los estudios el guión. Lo curioso era la
actitud de los ejecutivos: unos decían que era demasiado de terror; otros, en
cambio, opinaban que tenía demasiado humor.
-David Naughton, David en la peli, pidió salir a Jenny Agutter. Ella le mandó a paseo.
Supongo que él se tuvo que contentar con rodar la escena de la ducha.
-En una de las
escenas finales, cuando el lobo sale del cine, un coche atropella a un peatón.
Este es John Landis.
-El guión
original data de 1969.
-Los productores
apostaban por caras conocidas: Dan Aykroyd y John Belushi. Landis tenía claro
que lo mejor eran actores no muy conocidos.
-Frank Oz, la
voz de Yoda, es quien habla con David cuando este despierta.
-Tomadura
de pelo en los títulos finales: "Todos
los personajes y situaciones de esta película son ficticios. Cualquier
similitud con sucesos actuales o personas, vivas, muertas, o no-muertas es pura
coincidencia".
-Al
final, hay una nota de felicitación para Carlos de Inglaterra y Diana, recién
casados.
-Gracias a esta
peli se creó el apartado del Óscar a los mejores efectos de maquillaje…
-… Que, desde
luego, ganó.
-Baker quería un
hombre lobo tradicional, léase, de forma humanoide, caminando sobre sus patas
traseras. Landis se emperró en el animal grande y cuadrúpedo que vemos aquí. A
partir de esta cinta, muchos fueron los licántropos que vimos de esta guisa.
-El aullido del
lobo, nada convencional en plan “¡AUUUUUU!”, fue una mezcla de aullidos reales y
sonidos emitidos por elefantes.
Siempre me ha encantado esta película, me parece de las mejores en este género.. y tiene la mejor transformación hombre-lobo de la historia (encima teniendo en cuenta como se hacían los efectos especiales por aquellos tiempos, lo cual lo hace más creíble que usando ordenador.)
ResponderEliminarSaludooos
Completamente de acuerdo contigo, compañero.
EliminarTodo un clásico y, además, muy bien hecho.
¡Nos leemos!
Me has tocado la fibra con ésta peli. Mi favorita del tema hombres-lobo sin ninguna duda. Yo me quedo con las siguientes escenas: el ataque original del principio del lobo, el final en el cine y, desde luego, la primera transformación del protagonista que le valió el oscar a los mejores efectos especiales. Gracias por recordármela.
ResponderEliminarTraffic-Club. Club de Cinéfilos.
Coincido contigo, Daniel. Además, yo incluiría la escena del ataque en el metro. Increíble que sin mostrar nada, se diga tanto.
Eliminar¡Gracias y no s leemos!
¡Hola Israel!
ResponderEliminarEsta peli es un clásico y siempre que la dan por la tele no puedo evitar quedarme a verla. ¡Una entrada muy buena!
¡Nos leemos!
¡Muchas gracias, Laura!
EliminarDesde luego, creo que esta cinta es muy difícil de igualar y, por supuesto, imposible de superar.
¡Nos leemos!
Yo nunca he visto la película y por la forma en que la cuentas suena a que me he perdido de algo muy buena, con la escena de la transformación que no dejaste me sorprendí mucho, es muy buena y no tengo idea de como la hicieron en aquella época sin ordenadores.
ResponderEliminarInteresante las curiosidades de que el creador del video de Triller también haya hecho esta película y lo de que la categoría de premio a mejor efectos de maquillaje sea por esta película.
Y pues en conclusión..debo verla pero de ya.
Saludos.
¡Hola, Warrior!
EliminarSi puedes, dale una oportunidad. Creo que, a parte de la trama y del tratamiento del personaje, una de las cualidades que la hacen tremenda es, precisamente, la ausencia de ordenadores porque sabes que, todo eso, es real y, lo que ves, existe.
Ya me cuentas.
¡Nos leemos!
¡Hola, Israel!
ResponderEliminarSin duda, una de las mejores películas de hombres lobo; y sin duda, la mejor transformación. Los efectos especiales son impresionantes, incluso, aún hoy en día, las pelis de hombres lobo que se han rodado no llegan a ser tan realistas. Me encantan cuando los efectos especiales se hacen a base de maquillaje, me parece un trabajo a admirar (sin menospreciar, claro, a los efectos informáticos). Las escenas increibles y esa tensión que se compensa con pequeños toques de humor para relajar y volver a tensar. De lo mejor del género. Gracias por recordarla.
¡Saludos!
¡Hola, Mari Carmen!
EliminarDesde luego, creo que esta peli, a pesar del paso de los años, hace lo que el buen vino: ganar cada vez más. Una historia muy bien planteada, personajes definidos, unos efectos de bandera y un montón de escenas antológicas. ¡Menudo cóctel!
¡Gracias por leerme!
¡Saludos!
Mucho antes de ver la película, vi la escena de la transformación. Creo que tenía 7 u 8 años y la pusieron en la Tv en un programa de cine que emitían por aquella época -no recuerdo el título -. Recuerdo que me impresionó tanto que durante un tiempo, llegué a tener miedo hasta de los dibujos de Mickey Mouse porque me recordaban esa escena.
ResponderEliminarMuchos años después vi la película y la he visto muchas veces mas y no me canso de verla. Una plícula excelente y uno de los mejores films de hombres lobo de la historia. El único defecto que le encuentro es que se hace demasiado corta.
Saludos
Completamente de acuerdo; con esta película todos estuvieron en estado de gracias.
Eliminar¡Saludos!