sábado, 8 de febrero de 2014

El pueblo de los malditos




El pueblo de los malditos (Village of the Damned)
(1960)
Director: Wolf Rilla
Guión   : Stirling Silliphant, Wolf Rilla, Ronald Kinnoch 

George Sanders
Barbara Shelley
Martin Stephens
Michael Gwynn
Laurence Naismith






En un pueblecito, todo el mundo parece desmayarse. Al despertar, todas las mujeres están embarazadas… 

“Cariño, estaba durmiendo en el suelo. Qué cosa más extraña” (Gordon)
¿Nos hemos desmayado?(Anthea)
“Sí, eso parece” (Gordon)
“No solo os ha pasado a vosotros. Todo el pueblo se ha dormido” (Alan)


El pueblo de los malditos es un ejemplo claro de película de ciencia-ficción de la época. Y, además, es de los buenos. En ella se dan una serie de elementos, con el toque justo de fantasía correspondiente, que han hecho de esta cinta todo un clásico y que es un placer ver de vez en cuando. Por supuesto, hay que mencionar que está basada en el libro The Midwich Cockoos y que fue escrito por John Wyndham. Debo admitir que no lo he leído (cosa que me gustaría remediar), así que lo que voy a comentar en las líneas que siguen es la película como tal, sin tener en cuenta si es o no fiel a la obra original.
A favor deben destacarse muchas cosas. Par empezar, y como ya he dicho en alguna que otra ocasión, esta cinta cumple el canon de las películas del mismo género de la época, es decir, no pararse en detalles que sobran e ir directa al grano. En la primera escena ya se habla de que algo raro (que no malo, al menos, aún), sucede en el pueblo donde va a transcurrir la trama. Por eso, el militar, Allan, está preocupado porque no hay comunicaciones. Estupendo. Si a eso le añadimos un autocar tirado en mitad de la carretera y un poli que se desmaya de golpe, así, porque sí, la cosa comienza a ponerse más que interesante. La escena que sigue me parece muy bien llevada, cuando los militares se ponen a investigar y descubren que, pasando cierto punto, la gente se desmaya. ¿Qué le añadimos que un avión se estrella porque el pobre piloto se duerme? Mejor. Eso provoca, al menos para mí, dos reacciones en el espectador: que la curiosidad aumente y que uno quiera seguir viendo la peli justo para acabar con esa curiosidad y ver qué pasa. A fin de cuentas, ¿no son esas dos cosas lo que debería tener toda buena historia y toda buena película?
La cinta, una vez presentada la trama, tiene una introducción de personajes muy correcta, cada uno de ellos reaccionando, a su modo, a lo que acaba de pasar, esto es, todos se acaban de despertar sin ton ni son. Por eso, conocemos al médico, el profesor Scott, su mujer, Anthea, profundizamos más en el personaje de Allan, el militar del comienzo… y, claro está, ciertos ciudadanos del pueblo que, si bien no van a ser más que meros comparsas en el reparto, cada uno, a su modo, va a tener su trocito de protagonismo en ciertas escenas.  Todo ello a un ritmo pausado que, sin llegar a cansar o a ser muy lento, me resulta muy adecuado para que el espectador se meta bien en una historia de la que, en realidad, no sabemos mucho.
La película continúa y es cuando se produce el gran momento: Gordon y su mujer esperan un hijo. Esto suena como algo de lo más normal… si no fuera porque todas las mujeres del pueblo en edad de concebir están embarazadas. Este segmento de la peli tiene momentos muy buenos, como ese en que el cura se ve asediado hasta romper el secreto de confesión, que los fetos se desarrollan de manera muy rápida o que todos los hombres/maridos del pueblo se sienten muy cornudos y en perfecta conjunción y todos ellos acuden a la taberna (todos en silencio, bebiendo) para ahogar penas. Y el drama ya se huele: “Ojalá ninguno sobreviva”, suelta uno.      
La película tiene dos partes muy bien diferenciadas y que, sin duda, tienen objetivos muy distintos pero, en ambas, igual de conseguidos. En la primera la cosa está clara: enganchar al espectador, dejar pistas y hacer que todo resulte misterioso y fantástico sin que esto último sea muy evidente o destacable para no caer en el ridículo. La segunda, una vez nacidos los niños, se va a centrar en estos y en el espectáculo infantil/maligno que van a desplegar.
Por eso, como ya dije antes, la cinta va a ir poco a poco dejando detalles muy importantes: el perro, Bruno, que ladra cuando David nace y se va gruñendo; la cara de Gordon viendo a su hijo en la cuna (feliz, al hombre, no se le ve mucho) o que, cuando David se quema con la leche, su madre, de manera inexplicable, mete la mano en el cazo hirviendo. Una palabra se abre camino en la mente del espectador: maldad. Si le añadimos al cóctel que los nenes tiene uñas raras, pelo más raro aún (y rubito) y una inteligencia fuera de lo común que hace que todos estén conectados, no hay duda posible: habría que llamar a Herodes para que acabara con todos ellos. 

Con respecto a los niños, hay un aspecto de la peli que es necesario destacar y que suele ser la marca de fábrica, algo relacionado con los efectos especiales. Veamos, efectos como tales no busquéis mucho en esta cinta porque no los vais a encontrar; no es una cinta de explosiones, naves gigantescas o criaturas estrambóticas (los niños, a su modo, lo son claro) Aquí todo está muy comedido y de espectacularidad, poca. ¿Eso queda mal? Ni pensarlo. Es más, es algo que beneficia mucho al conjunto. Por eso, lo que más llama la atención es el efecto de los ojos de los nenes cuando hacen cualquiera de sus travesuras: aparece en ellos un extraño brillo que les otorga un aire maligno considerable. Además, si prestamos atención, cuando esto se produce, la imagen del niño en cuestión se queda totalmente congelada (no es que los niños no se muevan: se congela el fotograma) lo que le da un aire de irrealidad muy apropiado. Un efecto de sonido más misterioso aún de fondo y el paquete está servido. Aquí os dejo un ejemplo. Hay más pero, si os gusta, es la excusa perfecta para que veáis la peli.
Y esto es solo el comienzo. El despliegue de mala baba infantil que sigue en la peli no tiene precio, ya sea con el pobre desgraciado que casi atropella a una niña, con el hermano del mismo cuando intenta matarlos o, qué demonios, con el pueblo entero cuando, antorchas en mano, sale a la calle en plan masa popular asesina para acabar con los niños. Que estos lo permitan ya es otra cosa.
Otro momento clave: la reunión que intelectuales y militares tienen para decidir el futuro de los rubios (que no tiernos) infantes. Aquí sabemos que suceden dos cosas que encaminan la peli a su final. Primero, que hay más colonias de niños asesinos. Segundo, que en ciertos lugares (como cierta comunidad esquimal), los han eliminado. ¿Qué harán los protas? Pues lo que hacen es orientar la peli hacia su final. En una historia como esta, ¿las cosas pueden acabar bien? Yo lo tengo muy claro y el guión también. El final me parece el más adecuado porque, a fin de cuentas, la película puede ser de ciencia ficción con la fantasía incorporada que esta trae consigo pero, por encima de todo, esta es una historia dramática y ya sabemos todo como acaban los dramas. Yo me voy a estar calladito para que os entre la curiosidad y os animéis a verla. 

¿Y los actores? Para mí, correctos. No menos, no más (o viceversa) Creo que todos están creíbles en sus papeles. George Sanders resulta bastante convincente como profesor pero, también es cierto que queda un poco estirado. Cosa curiosa, en toda la peli no sabemos dónde trabaja o da clase y de qué es profesor aunque, queda claro que las ciencias andan de por medio porque, además, es muy respetado por los militares. Barbara Shelley, haciendo de la amante y modosa Anthea pasa por el metraje sin destacar demasiado. Lo mismo le pasa a Michael Gwynn como Alan, el hermano militar de Anthea. Debo destacar al niño Martin Stephens haciendo del pequeño y maligno David, cuyos ojos, expresión y gesto, sin dejar entrever una sola emoción, hace del personaje alguien bastante memorable. 

¿No os recuerda un poco a Sheldon Cooper?
 ¿Cosas mejorables? La verdad, esta película me gusta mucho y lo único que puedo decir es que no se deja muy claro de dónde saca Gordon la bomba final con la que se soluciona todo. Supongo, digo yo, que se la prestaron sus amigos militares pero, en ese caso, quizás Alan debería saber algo. No es más que una mera teoría mía.
Hasta aquí he llegado. Toda una joyita del género y un clásico se mire por donde se mire. Para mí, una película muy bien llevada, con un ritmo muy bien marcado y, sobre todo, cazando el interés del espectador en todos y cada uno de sus minutos, cosa que hace que, lo que tenemos por delante, sea de muchos quilates. Recomiendo verla, claro. Ciencia ficción de la clásica y, además, de la buena.
Como curiosidad, debo decir que en mil novecientos noventa y cinco fue objeto de un remake y, cosa rara, fue un producto más que digno y destacable. Su director fue John Carpenter y tuvo a Christopher Reeve y Kristie Alley como protagonistas. Fue una versión muy fiel salvo en una cosa: en la versión moderna se deja claro la procedencia extraterrestre de los niños malditos. En esta versión de mil novecientos sesenta, si bien uno lo puede suponer, la verdad es que no se nos explica por las claras el origen de David y compañía. Es otro de sus logros.

Vigilad el cielo.

10 comentarios:

  1. ¡Hola, Israel!

    A medida que iba leyendo tu crítica pensaba, ¿no se hizo una versión con Christopher Reeve? Y luego he visto que no estaba equivocada. Esta versión no la he visto, pero sí la de Reeve y me gustó, pero de esto hace años. Los niños dan bastante "miedito" así que a ver si saco tiempo y la veo :) Por cierto, me encanta lo de Sheldon Cooper jajajaja.

    ¡Nos leemos!

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    1. ¡Hola, Laura!

      Pues sí, como digo al final de la reseña, hay un remake con Christopher Reeve a la cabeza (creo que fue su último o penúltimo trabajo antes del accidente) que también me gusta mucho. En ambas los niños dan mucho repelús, de hecho, hasta hay un capítulo de los Simpsons donde se hace un homenaje a esta peli.
      Y, sí, mientras preparaba la reseña, no podía evitar pensar el Sheldon. ¿Verdad que guarda parecido en cara y expresión? Eso explicaría muchas cosas acerca de Cooper jejejejeje....

      ¡Gracias y nos leemos!

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  2. Muy buena peli, muy recomendable y muy lograda la inquietante atmósfera que se crea desde ese ritmo al que haces alusión. También resulta interesante el momento en el que se dictaminan los embarazos, y como éstos originan entre algunos vecinos de Midwich sospechas de infidelidades, o el rechazo de la joven que niega a gritos el haber mantenido relaciones sexuales.

    Un saludo

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    1. Sin duda, un gran clásico que, a primera vista, puede parecer algo sencillo pero que, bien mirado, tiene muchos quilates.

      ¡Gracias por comentar y nos leemos!

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  3. Esos críos daban bastante mal rollo. Tampoco me disgustó la versión de John Carpenter. Un saludo.

    Traffic-Club. Club de Cinéfilos.

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    1. Yo creo que es por ser tan rubitos y tener esa cara tan impersonal. Con todo, para mí, una peli digna de disfrutarse.

      ¡Nos leemos!

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  4. No he visto ni esta ni el remake pero estoy seguro que ya había leído sobre ella, el detalle de la bomba lo recuerdo de alguna reseña en otro lado... jaja bomba sacada de la nada... Además creo que un capitulo de los Simpson donde Bart y los niños se dedican a espiar a los adultos y hacer un programa de radio con los chismes y secretos hacen referencia a esta película por como les brillan los ojos a los niños.

    Saludos.

    The Outsiders 2099

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    1. Hi, Warriror!

      Lo de la bomba es algo que siempre me ha descuadrado, claro que, bien pensado, y dando rienda suelta a la imaginación, se la podían haber dejado los militares...
      Recuerdo ese capítulo de Los Simpsons... ¡Uno de mis favoritos!
      Si puedes, da una oportunidad a ambas, esta y el remake; a mí me gustaron mucho.

      ¡Saludos!

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  5. Qué buen post :D Recuerdo que vi el remake del 95 cuando tenía 13 años, la ví con mi abuelo y nos quedamos pegados a la pantalla. La del 60 la descubrí tres años atrás, gracias a Youtube buscando la del 95. Cada versión tiene detalles que las hacen únicas e interesantes (aunque la del 95 me fastidió un poco que se tardara tanto en llegar a la secuencia del desmayo). Destaco algunas cosas en particular de cada una: en la del 95 se deja bien en claro que los niños son de origen extraterrestre, ya que se muestra que la doctora ha conservado al único feto que no sobrevivió al parto (aunque su abrupto cambio de forma aún no me la explico). Además, el tema principal de la banda sonora es uno de mis favoritos, tanto por ritmo e instrumentalización, y un detalle tan exótico como agregarle castañuelas. Segundo: me parece un detalle interesante que en la versión de los 60 se muestre la reacción del perro en el nacimiento de David como una señal premonitoria. Tercero, siempre se me parte el corazón al final de la versión antigua, con el profesor despidiéndose de su perro y conteniendo las lágrimas. Cuarto: la versión del 95 plantea dilemas éticos y morales de forma muy interesante y dinámica. Quinto: es interesante notar un detalle que, en mi opinión, contribuye a aumentar la prolijidad y maestría con que fueron hechas ambas películas: en ambas versiones aparece entre los niños un par de gemelos (niñas en los dos casos), lo cual en mi opinión cotribuye a resaltar la naturaleza igualitaria, casi clónica, de los niños. Sin duda son clásicos del cine de terror (me animo a decir que del terror psicológico, aunque podría estar equivocada), y aunque no soy fan del género,son películas que las he visto en más de una ocasión,y que a mi manera he disfrutado de ver.

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    1. ¡Hola, Milagros!
      Coincido en todo lo que dices. Sin duda, las dos películas tienen muchos puntos a favor y, al menos para mí, la del 95 es un caso raro de remake que vale la pena. Cosa curiosa, siempre he pensado que, cuando vemos al extraterrestre en ese tanque la cosa pierde un poco de fuerza, como si el misterio se rompiese pero, al margen de eso, muy buena. Esta antigua me parece que tiene ese toque de ingenuidad que da a la cinta una gracia especial. Además, los actores me gustan mucho (y los del remake... ya no te digo) En definitiva, a mi entender, una cinta que hay que revisar y disfrutar, que bien lo merece.

      ¡Muchas gracias y espero verte por aquí muy pronto!

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