sábado, 9 de marzo de 2013

Oz, un mundo de fantasía


Oz, un mundo de Fantasía
 
Oz, un mundo de fantasía (Oz the great and Powerful)
(2013)

Director: Sam Raimi
Guión   : Mitchell Kapner, David Lindasy-Abaire


James Franco
Mila Kunis
Rachel Weisz
Michelle Williams






El mago Oz es transportado a un mundo mágico donde debe cumplir una profecía… 

Y vamos allá con una película que, de veras, tenía muchas, pero que muchas ganas de ver. Por un lado, soy un gran admirador del libro El Mago de Oz escrito por Frank Baum (petición personal a maestros y maestras: mandadlo como lectura en clase. A veces, lo mejor, lo tenemos delante de nuestras narices) Por otro, me encanta hasta límites desorbitantes la película de 1939 dirigida por Victor Fleming e interpretada, como todos tenemos en nuestra memoria colectiva, por Judy Garland. Además, había varios factores a favor de esta película que la hacían, a priori, muy interesante. Así, tras las cámaras tenemos a Sam Raimi, el individuo responsable de gamberradas varias como la trilogía de Posesión infernal o los paseos por Nueva york red arácnida en mano de la primera Trilogía de Spiderman. Además, su intérprete principal, James Franco me parece un actor más que interesante. Por último (entre otras muchas cosas), esto no es un remake (tan en boga hoy día) sino una precuela (que, vale, también abundan) Personalmente creo que una película en la que se nos narre de dónde viene cada uno de los personajes de la historia que todos conocemos me parece original y, si se hacía bien, muy acertada.

Muy bien, vamos a por ello. A favor puede decir:

Me gustan mucho los título iniciales a modo de lo que me han parecido recortables antiguos al son de una música característica, tarareable y muy pegadiza que define muy bien al hombre detrás de la partitura: Danny Elfman (curioso cuando lo he visto porque Elfman, después de la mala experiencia con Raimi en Spiderman 2, juró y perjuró que no trabajaría más con el director. Por suerte, se ve que han arreglado sus cosas) Dicha musiquita se va a repetir de manera más menos variada a lo largo de toda la película y, sobre todo, cuando aparecen ciertas cajas de música a modo de utensilio para ligar. Con todo, la banda sonora de esta peli me parece más que destacable y tiene momentos muy recomendables.

Oz, un mundo de Fantasía
Nada más terminar los títulos, debo de señalar algo que me ha gustado mucho: los primeros minutos de metraje son en blanco y negro. ¿Es esto un eco de lo que vimos en la peli antigua? NI dudarlo pero creo que, aparte de un sonado homenaje, queda muy bien porque nos hace conectar de firme con la historia clásica. Además, el tono y matiz del blanco y negro queda muy natural y, al menos para mí, muy conseguido. ¿Es eso todo lo que evoca a la anterior peli? No porque, de entrada, vemos un circo y oímos el nombre de una ciudad: Kansas. Lo que viene a continuación es cuestión de dejarse llevar y pasarlo bien.

Oz, un mundo de FantasíaLa peli no se detiene mucho. De hecho, de manera inmediata conocemos al que va a ser el personaje principal, el mago Oz (James Franco) Y, desde ya, sabemos que el amigo es caradura, egocéntrico y, sobre todo, ligón. Tanto que todo lo que tiene faldas y se le pone por delante, a por ello que va. Y para ligar, qué mejor que hacer un buen truco de magia. Aderecémoslo con cajita de música (que tiene esa melodía tan pegadiza de Elfman) y con una historia de tu abuela incluida y ya está: planazo a la vista. Lo malo es que el colega Oz se intenta ligar a la que parece que es la novia del forzudo oficial del circo. Muy bien, si puedes huir, estupendo. Usa un globo que te facilite el asunto. Lo que pasa es que las cosas se pueden complicar cuando se levanta un tornado y vas directo a él. El resto, como suele decirse, es historia.

Oz, un mundo de FantasíaY de la buena. Durante la proyección que tenemos por delante el metraje va a definir a los personajes y explicarnos por qué, en el futuro, las cosas serán como serán. Pero algo que me gustaría destacar es la inmediatez. Y es que nada más poner el pie en Oz (sí, la tierra se llama como el mago), este se lleva otra sorpresa de las buenas con las formas, curvas y rostro de Theodora (Mila Kunis) que nos explica de la manera más simple posible el eje de la trama: hay una profecía que dice que un poderoso mago vendrá para luchar contra el mal. Más simple imposible, ¿verdad? Sí, pero, también, efectivo. Y es que ya lo he dicho  muchas veces: lo de siempre puede ser lo mejor y en una peli así no creo que merezca la pena andarse con zarandajas raras. Y, de nuevo, ese “ir al grano” continúa muy bien su senda cuando conocemos la Ciudad Esmeralda y a otra bruja, Evanora (Rachel Weisz) Aquí uno puede extrañarse y pensar: “¡Un momento!” ¿Tanta bruja y todas tan monas, estilizadas y guapas? Pues sí. Qué le vamos a hacer. Y si Theodora y Evanora te parecen monas, Glinda (Michelle Williams) no lo va a ser menos. Si quieres ver brujas feas y malas y, en concreto, una muy fea y muy mala (amén de muy verde), debes esperar un poquito pero, tranquilo, la habrá.
 
Oz, un mundo de Fantasía
 

La película, como puede verse, sigue el patrón clásico de la lucha del bien contra el mal, metiendo el tan usado (ojo, que no lo digo como algo malo) recurso de la profecía de que alguien poderoso debe venir a poner las cosas en orden. Y ese carácter clásico se aplica, claro está, a los personajes. Aquí, amigos vigilantes del cielo, los buenos, a pesar de chulos y arrogantes, son muy buenos y los malos, malos con ganas, avaricia y mala baba. Como debe ser. Y los buenos se rodean de amigos en forma de monos parlantes o niñitas de porcelana y los malos (léase malas) de monos voladores con idéntica mala idea que ellas. Y aquí paz y después gloria. Ah, y me gusta mucho el giro de acontecimientos que se produce en las dos hermanas brujas que hace que, sin duda, el interés del espectador se mantengan de manera bastante correcta. Tranquilo; no diré nada por si te animas a verla.

Otro aspecto que me gustaría destacar de la peli es que, aparte de ser bastante respetuosa con la peli clásica, se esmera bastante por hacernos creer que el tiempo no ha pasado (para el espectador claro; recordad que esto es una precuela) Por eso, el camino de baldosas amarillas sigue estando ahí, la Ciudad Esmeralda luce majestuosa y, además, hay ciertos guiños evidentes a la primera cinta. Ahí están las burbujas de Glinda, el campo de amapolas mortal, referencias a Espantapájaros o cierto momento en el que Oz se enfrenta, con un truco de los suyos, a un león al que, por huir, califica de cobarde. Los monos voladores de la bruja mala, aún algo cambiados, siguen recordando a los anteriores y han sabido añadirles un lado más salvaje. Y, claro está, cierta bruja, al volar, deja estela. Servidor, que ha visto la peli de 1939  un buen montón de veces (y las que me quedan por delante), he agradecido estos detallitos; espero que tú sientas lo mismo.
 
Oz, un mundo de Fantasía
 
Pero esta es una peli de fantasía (gracias, Señor) y eso, en el siglo XXI, con los adelantos que tenemos en el cine, debe notarse. ¿Hay efectos potentes en esta peli? Sí, eso ni lo dudes. Ahora bien, al menos para mí, debo reconocer que sirven para contar la historia y no para apabullar al espectador. Por supuesto, los hay sutiles (los seres que pululan por el país de Oz, la ciudad esmeralda, la escena final o los monos voladores) y luego bastante significativos, como el que muestra a Franco ya como Oz luciéndose antes las brujas malas. Debo decir que este último me ha gustado mucho no por cómo lo han mostrado (que está genial) sino porque es clavadito a lo que el viejo mago Oz hace en la anterior película, es decir, mucho ruido, mucho humo y una cara enorme con voz teatral al frente. Y, claro está, luego están las virguerías que evidencian un presupuesto elevado y que aquí toman forma de niña de porcelana o de mono parlanchín y volador vestido de botones. Con todo, me parecen unos efectos muy bien llevados. Ah, y muy buenos esos “toques made in Raimi” que son la primera aparición de la bruja malvada del Oeste como tal (esa mano en primer plano y luego arañando la mesa) o la bruja en la que se convierte Weisz a modo de demonio colgando y poniendo caras. Raimi (por suerte), no puedes evitarlo.
Oz, un mundo de Fantasía
 


Oz, un mundo de FantasíaPaso a los actores. Para mí, muy bien todos ellos. Me gusta cómo Rachel Weisz se columpia en un personaje que empieza siendo una cosa y acaba siendo otra. No obstante, se la ve venir. Michelle Williams queda muy acertada como Glinda en un papel muy de personaje clásico de hada rubia y encantadora. Con Mila Kunis me ocurre lo que con Weisz: empieza muy bien siendo una cosa y se mueve con bastante desparpajo a lo largo de toda la peli. Pero, para mí, el mejor de todos es, sin duda, James Franco. Como opinión personal, creo que el esfuerzo del actor por quitarse de encima el estigma de “amigo de Spiderman” le está dando unos frutos más que buenos y se está labrando una carrera muy a tener en cuenta. Aquí, Franco se mueve como pez en el agua bordando un personaje que, como ya es dicho, es chulo, engreído, mujeriego y hasta bocazas pero noble y valiente a fin de cuentas, otro ejemplo del viejo cliché de “El viaje del héroe”: un personaje empieza siendo una cosa y termina siendo otra. Creo, desde mi humilde opinión, que escoger a este actor ha sido, sin duda, un gran acierto.
¿Aspectos mejorables?
Bueno, yo sólo diría un par. El principal, sin duda, es la propia bruja malvada del oeste. Vamos a ver, no estoy diciendo en absoluto que la actriz lo haga mal (no te pienso decir quién es) pero el aspecto que le han dado no me ha terminado de convencer; me ha parecido que la cara es demasiado redonda y que se han limitado a ponerle una nariz y barbillas enormes. No es que me moleste pero no me ha terminado de gustar. En mi mente tengo la imagen de la bruja de la peli de Fleming, de andares jorobados y rostro cadavérico de pómulos marcados y expresión malvada. Y es que, con todos los respetos a la señorita, la sombra y recuerdo de Margaret Hamilton, la actriz que interpretó a la bruja en 1939 son y serán (al menos para mí) muy, pero que muy alargados. Además, en esta peli, la intervención de la verdosa bruja del Oeste me ha sabido a poco. Cuestión de gustos (y a mí me encantan que los  malos se luzcan, que por eso son malos)
 
Oz, un mundo de Fantasía
 

Y por último, una mera reflexión personal más propia del fan que otra cosa pero ahí queda: ¿qué hay de los famosos chapines de rubíes que son el eje principal de lo que ocurrirá años después? Ahí queda eso…
Con todo, recomiendo verla. Me ha parecido la excusa perfecta para ir al cine, comprar una buena bolsa de chuches y pasar un rato divertido de ese que hace que, por un espacio de dos horas largas, te olvides de tus problemas y viajes a un lugar mágico. Si te animas, compra un billete y déjate llevar.
Muchas gracias y recordad: vigilad el cielo.
 
Oz, un mundo de Fantasía
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario