(2008)
Director: Catherine Hardwicke
Guión :
Melissa Rosenberg
Kristen Stewart
Robert Pattison
Billy Burke
Sarah Clarke
Taylor Lautner
Ashley Greene
Nikki Red
Kellan Lutz
Edi Gathegi
Peter Facinelli
Vamos
allá con la primera película basada en todo un fenómeno literario que, junto
con los libros de Harry Potter, han arrasado librerías y salas de cine a partes
iguales.
Para
quien no lo sepa, la saga Crepúsculo es obra de la escritora Stephanie Meyer y
consta de cuatro libros, a cual más tocho que el anterior, que narra la
historia de amor entre una chica humana y un vampiro. ¿Es todo? No, porque el
triángulo amoroso final también incluye a un hombre-lobo. Todo ello, aderezado con el hecho
(fundamental) de que el asunto está enfocado desde el punto de vista del amor
entre adolescentes, aspecto que ha sido fundamental para que se convierta en
todo el fenómeno de masas que es. Como es obvio, Hollywood no iba a dejar pasar
semejante caramelo y se lanzaron a las adaptaciones de los libros. Esta cinta
que hoy nos ocupa es la primera de las cinco películas (ya que del último libro
han hecho dos). Bien, afilemos colmillos, saquemos las garras y vamos a por
ello…
Ya,
nada más empezar, y aún a sabiendas que esta es una historia de amor
monumental, tenemos una escena inicial en la que vemos a alguien, muy rápido,
cazar un ciervo. ¿Quién es? Bueno, sólo son los primeros segundos, demos tiempo
al tiempo.
A
partir de aquí, comenzamos con la adaptación a través de la voz en off de
Bella, la protagonista. Así, se presenta ella misma, a su padre y el cambio de
residencia que acaba de vivir en sus carnes. Lo mismo sucede con los
secundarios en forma de nuevos amigos de instituto. Y este es un de los buenos
tantos que, para mí, tiene esta cinta: respeta el hecho de que, en el libro,
todo está basado en los pensamientos de Bella y, aún así, se las apañan para
narrar todos ellos en forma de película que, además, mantiene el interés.
Si
de presentaciones hablamos, me gusta mucho cómo muestran a los Cullen: a través
del diálogo que Jessica tiene con Bella. Y no hay nada más que verlos para
saber que, muy normales, desde luego no son. No por pálidos, que lo están, sino
por el aspecto que les han dado: demasiado perfectos para ser seres humanos
normales y corrientes. Admitámoslo, ningún ser humano luciría tan bien como
ellos a no ser que hubiera algo sobrenatural de por medio.
Por
suerte, después de todo esto, conocemos a los vampiros que van a dar la lata y
que, por supuesto, son malos. Por eso, asistimos al asesinato de uno de los
amigos del padre de Bella. Bien porque, de este modo, tenemos una pausa en
mitad de todo el despliegue amoroso. No obstante, un punto a favor de la
capacidad para insinuar en lugar de mostrar: nada de sangre ni truculencias
varias: se intuye en lugar de verse.
Ahora
bien, tengamos en cuenta una cosa: en esta peli hay, sobre todo, vampiros (los
hombres lobo los dejamos para la siguiente entrega, Luna Nueva) y eso quiere decir que el toque fantástico está
asegurado. Y, si nos referimos a dicho toque, tenemos que hacer referencia a
algo fundamental: los efectos especiales. Pues bien, aunque aquí pasan muy
desapercibidos, eso no quiere decir que sean malos. ¡En absoluto! Lo que sucede
es que tenemos que tener en cuenta que las novelas de la saga no están en la
línea habitual de vampiros y hombres
lobo a la que estamos acostumbrados. En ellas, el toque vampírico y lobuno
supuestamente espectacular cede el paso a la sutilidad. Pues bien, para mí, la
película refleja muy bien ésta través de determinados toquecitos muy bien
llevados y mejor realizados. Destaco la escena de la camioneta, muy rápida.
También el detallito de Edward atrapando la manzana de Bella antes de caer
(puedes ser vampiro pero eso no quita que chulees un poco con la nena que te
gusta), el partido de baseball, las escaladas por los árboles o, un efecto que
me gusta bastante, la luz sobre la piel de Edward. Estupendo este ya que en el
libro se describe de ese modo, como el sol dando de pleno a diamantes (y, de
paso, nadie se derrite)
Baseball vampírico |
La
película, en su conjunto, me parece narrada de manera bastante ágil. Siempre
suceden cosas (no necesariamente espectaculares) pero se las apañan muy bien,
como ya comenté antes, para contar lo que en una novela de un motón de páginas
son pensamientos de una adolescente. A tener en cuenta aquí el modo de mostrar
la investigación de Bella para averiguar que Edward es vampiro, muy bien
llevada. Y sólo utilizan la voz en off al principio. Como poco, muy bien…
Y,
por último, destacar la pálida fotografía que impera a lo largo de todo el
metraje. Aquí no hay colorines; todo tiene cierto aire lúgubre, triste y
descolorido. Vamos, el ambiente ideal para que una familia de vampiros pueda
vivir camuflada entre humanos, normales, vulgares y corrientes (y, digo yo,
apetitosos)
Vamos
con los actores. Para mí, muy bien. Creo que dieron en la diana con todos pero,
sobre todo, claro está, con los protagonistas. Kristen Stewart es la perfecta
Bella. Nunca pensé que esta chica fuera el típico bellezón de Hollywood en la línea de otras actrices y, al menos
para mí, es justo por eso por lo que encaja tan bien en el papel. Además, se
muestra insegura y, a su modo, débil de manera bastante convincente. Muy buen
toque que la hayan oscurecido los ojos a base de lentillas. Y, ¿qué se puede
decir de Robert Pattison? La verdad, a mí siempre me ha resultado muy, pero que
muy soso, con ese aspecto de tirillas que tiene y su mirada de estreñimiento
perpetuo pero debo reconocer que eso le viene muy bien al personaje. Menos mal
que, de vez en cuando, el amigo sonríe un poquito. Y sí, aquí también sale Jacob
(Taylor Lautner) solo que con melena al viento y bien tapadito. El colega se
reserva para, a partir de la segunda entrega, lucir músculos variados, deleitar
al personal femenino y recordarnos a los tíos normales que somos eso: tíos
normales y corrientes.
Los
personajes secundarios en forma de amigos están bien conseguidos. Con todo, al
margen de ellos, debo destacar a Billy Burke como Charlie. Creo que, con él,
dieron con el actor perfecto.
Y,
como colofón, la película tiene dos bandas sonoras: una, la instrumental y otra
hecha a base de canciones donde incluso Pattison pone su granito de arena
cantando Never Think. En conjunto, me parecen que todas están pero que muy
bien. Destaco
Supermassive Black Hole, de Muse o Flightless Bird, American Mouth, de Iron and
Wine.
Crepúsculo
inauguró una nueva era dentro de la literatura fantástica. Novelas de vampiros,
hombres lobo, mezcla de ambos y sus posibles combinaciones hubo a patadas desde
esta primera novela. Por supuesto, como película, fue (y es) todo un fenómeno
cinematográfico, haciendo que cada estreno se convierta en un auténtico
acontecimiento mediático y, claro está, Stewart y Pattison se han convertido en
estrellas de estrellas. También es cierto que novelas y películas despiertan
tantas pasiones como iras e indiferencias. Muchos de los que las atacan
argumentan que, ante todo, son algo ñoñas, mucho amor y mucho romanticismo.
Bueno, razón no les falta pero, también, hay que tener en cuenta que las cuatro
novelas narran eso, por encima de todo: una relación amorosa tan grande que no
puede pararla nada (ni razones vampíricas ni lobunas)
A
mí, las novelas, me gustaron bastante y me parecen muy conseguidas. ¿La
película? Pues también. Se toma unas cuantas licencias (obvio) pero, en
conjunto, me parece una buena adaptación y, sobre todo, una película que cumple
con su cometido: entretenerme durante todo el metraje. ¿Qué más puedo pedir?
Os dejo un vídeo con el momento de la confesión:
Os dejo un vídeo con el momento de la confesión:
Pues
eso, vigilad el cielo.
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