(1971)
Director: Boris Sagal
Guión : John William Corrington, Joyce Hooper Corrington
Charlton Heston
Anthony Zerbe
Rosalind Cash
Eric Laneuville
Lincoln Kilpatrick
El doctor Neville es el único superviviente a una catástrofe biológica que asoló la Tierra. No obstante, una extraña raza quiere acabar con él…
Esta película es una adaptación de la novela de Richard Matheson, I am Legend y que es, entre otras cosas, la responsable de la famosa idea de un hombre que, por unas razones o por otras, está solo en todo el planeta y las consecuencias que ello acarrea. Claro que la idea de “estar solo” es una mera curiosidad ya que, como uno puede suponer, hay otros seres que le rodean y que no precisamente se puede decir que sean humanos (al menos no en el sentido más vulgar de la palabra)
Antes de comenzar, me gustaría dejar clara una cosa. Y es que esta novela ha dado varias y muy diversas adaptaciones ya que, todo hay que decirlo, es una idea de lo más original. Pues bien, sólo, hasta el momento, ha habido una película que ha respetado con fidelidad la idea de la obra original. Y es que en esta, el personaje principal está solo en el planeta rodeado de… ¡vampiros! Curioso, ¿verdad? Pues bien, esto lo podemos ver en la película de 1964 protagonizada por Vincent Price, The last man on Earth (El último hombre sobre la Tierra)
La versión que nos ocupa data del año 1971 y tiene nada menos que a Charlton Heston como protagonista. Pues bien, en aquellos años, si había algo que caracterizaba al cine de ciencia-ficción de la época, es que era del todo catastrofista, mostrando una sociedad en ruinas y al ser humano al borde del más peligroso de los precipicios. El último hombre vivo es una muestra muy clara de aquel tipo de cine que era de todo menos optimista. Pues bien, vamos a ello…
La película tiene un buen comienzo. Charlton Heston, estrella absoluta de la misma, recorre la ciudad en su coche. Ya de primeras somos testigos de algo evidente y que, para mí, está muy bien mostrado a lo largo de todo el metraje: está solo. Y esta soledad se palpa a través de carreteras vacías, calles descuidadas o edificios que, obviamente, están abandonados. Buen punto a favor entonces para la ambientación, muy agónica y bien reflejada. Dicho ambiente de soledad no sólo se ve en lo que acabo de nombrar sino a través del hecho que todo está lleno de cadáveres, ya sea tirados en plena calle o dentro de cualquier establecimiento (como, por ejemplo, ese concesionario de coches en el que entra el prota.)
Otro detalle que me gusta mucho es el misterio que se mantiene desde el principio. Está claro que por el título (al menos en español, porque ya veis cómo se titula en su versión original) Heston está más solo que la una. Ahora bien, ¿por qué? Bueno, hay mucha película por delante. ¿Para qué decirlo desde el principio? Un misterio, en resumidas cuentas, muy bien llevado. No obstante, al poco de la escena inicial del coche, vemos que Neville ve moverse algo (no vemos muy bien el qué) y no se corta un pelo: saca una metralleta y se lía a tiros. ¿Quién es ese otro? ¿Y por qué tiene Neville tanto pánico al ver que, al salir del cine, casi ha anochecido? Lo que digo, bien por el misterio…
Después de comprobar que Heston vive en esa especie de palacio de la soledad del que es el rey, somos testigos de un buen momento a modo de flash-back que hace que el espectador se meta más en la trama: sabemos que hubo una guerra chino-rusa que, al parecer, fue el comienzo de todo y ahí oímos tres palabras clave: “proyectiles bacteriológicos” y “plaga” Aquí empezamos a atar cabos. No obstante, es un caramelo a medias, ya que el recuerdo se corta y hace que sigamos preguntándonos la razón por la que sólo un hombre aguantó toda la catástrofe. No hay que perder la paciencia. En un segundo flash-back, vemos que Heston era científico y que, tras ver cómo todo el mundo se desmoronaba a su alrededor, tuvo que probar la vacuna consigo mismo.
Sigamos. Otro aspecto a destacar que me ha gustado bastante de esta cinta es que el guión se las apaña para no estancarse y repetir la misma situación una y otra vez. Motivos hay, ya que el tema de la soledad de Neville podría dar para mucha monotonía pero da un pasito más allá en el momento en que sabemos dos cosas: en primer lugar, conocemos a los misteriosos personajes que rodean y acechan al protagonista durante las noches, su motivaciones y sus deseos, a saber, acabar con él. Por otro, que, aparte de los residuos nucleares andantes que suponen los miembros de la Familia, hay más personas sanas que hacen que el juego del protagonista crezca: Lisa, su hermano Richie y algunas personas más. Esto enriquece la trama poniendo el toquecito amoroso que toda historia debe tener y, de paso, hacer que el buen doctor se las apañe para generar una cura al problema. Todo ello hace que los acontecimientos desemboquen de la forma que vemos al final (y que, por si no habéis visto la peli, no pienso decir) Creo que, aún oscuro y agorero, el final es el apropiado y hasta veo cierta similitud entre la figura de un Cristo crucificado y la pose final de Heston. A fin de cuentas, es el salvador de la humanidad (lo admito, pasión de fan… ¿o no?)
Los actores me han parecido correctos. Claro que eso no lo aplico a Charlton Heston que, para mí, como siempre hacía, bordó un personaje que resulta heroico, vulnerable y, a fin de cuentas, humano. Durante un buen primer trozo del metraje lleva sobre sus hombros el peso de toda la peli, mostrando que, para hablar consigo mismo en voz alta o mantener una partida de ajedrez con un maniquí, hay que ser un actor como la copa de un pino y él, sin duda, lo era. Eso, aparte, de ser el reclamo principal de la historia, claro. Anthony Zerbe, como Mathhias cumple su cometido de malo ciertamente chiflado pero respetado y, además, luce lo mejor que puede el maquillaje, las gafas y la peluca. Rosalind Cash hace un buen personaje femenino para Neville y Eric Laneuville es un personaje secundario correcto que es el desencadenante de los momentos finales. Por cierto, si prestáis atención, descubriréis que el locutor que narra el origen de la catástrofe en el flash-back de Neville es el mismo actor que interpreta a Matthias. Curioso…
¿Cosas mejorables? Bueno, alguna. Quizás, la principal, para mí al menos, es que, por estética y por ciertos detalles, esta película se ha quedado algo anclada en el tiempo. Dicho de otra forma, tiene un aroma setentero que tumba. Esto se ve en la cinta de Woodstock, la ropa, los peinados de ciertos personajes… No obstante, no creo que esto tenga que ser considerado como fallo ya que obedece al orden natural de las cosas.
Si nos fijamos, hay ciertos detallitos que pueden resaltar. Por ejemplo, ¿de dónde sacan los malos las túnicas? ¿Y las catapultas? Y, lo que me ha parecido más curioso: las calles están hechas polvo, algunos locales medio destruidos pero, las tiendas de ropa o perfume casi inmaculadas. Bueno, como digo, meros detallitos que, desde luego a mí, no es que me molesten mucho…
Pero, si hay algo que me deja algo así, así, es el aspecto de los miembros de la familia encabezada por Matthias. Lo admito, entre las túnicas negras, los pelucones de color blanco tiesos como espadas y las gafas de sol, creo que no se aplicaron mucho en este tema. Por no hablar del mundo en el que parecen vivir dichos personajes porque, si se consideran a sí mismos como una especie de salto evolutivo, algo así como el siguiente paso en la existencia humana… ¿por qué razón viven anclados en la Edad Media como si fueran la renovación de la Santa Inquisición? No sólo visten tipo frailes o usan templos más o menos parecidos a iglesias tenebrosas, sino que se expresan como tales (“hermanos…”) o hasta parecen rezar en voz alta en plan grupal, por no hablar del momento en que Heston es capturado y le colocan un San Benito en toda regla. Lo dicho, es mi opinión personal pero ahí queda…
En fin, vigilantes del cielo, una película que, para mí, cumple su misión como es debido: entretener al espectador durante ciento y poco minutos. Es cierto que tiene ciertas cositas que, al menos desde mi punto de vista, podrían haberse hecho mejor pero debo admitir que me quedo con los aspectos buenos, que son muchos.
¿Recomiendo verla? Sí, sin duda. ¿Revisitarla? Por supuesto. Yo, al menos, pienso hacerlo siempre que surja la oportunidad.
Por cierto, otra versión de esta historia es Soy Leyenda, interpretada por Will Smith…
Vigilad el cielo.
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