(1981)
Director: Desmond Davis
Guión :
Beverly Cross
Harry Hamlin
Judi Bowker
Neil McCarthy
Burgess Meredith
Lawrence Olivier
Maggie Smith
Perseo
se ve obligado a pasar por un sin fin de aventuras para salvar a la bella Andrómeda
del temible Kraken.
Y
aquí tenemos una película que, con el paso de los años, se ha alzado como un
pequeño clásico y una obra de obligada referencia si se habla de historias de
griegos, dioses y monstruos mitológicos variados. Una cinta a la antigua usanza
que lleva los ingredientes de siempre: buenos muy buenos y malos malísimos.
Pero, por encima de todo, esta es una película (quizás la última durante muchos
años) de monstruos, entendidos estos como seres gigantescos que aparecen en pantalla
dispuestos a hacer la vida imposible (aunque sea un par de minutos) al prota en
cuestión.
La
película cuenta, para mí, con varios puntos a favor. Para empezar, vamos a lo
que será el meollo de la cuestión desde la primera escena cuando vemos a la princesa
sufrir su castigo acuático. Después vemos el Olimpo como un conjunto de
miniaturas muy bien conseguidas, rodeado de montañas de aspecto brumoso. Ya
somos testigos de que los efectos “artesanales” van a estar presentes cuando
Poseidón pasa de ave a forma humana. Aún así, al usar sólo la silueta del
actor, me parece un golpe de efecto muy bien conseguido. Y aquí pasamos a la
presentación de los dioses olímpicos como Ursula Andress, Maggie Smith o Clair
Bloom teniendo nada menos que a Lawrence Olivier a la cabeza como Zeus. La
representación de dichos dioses no difiere mucho de la que, por ejemplo,
pudimos ver en Jasón o los argonautas,
es decir, la que todo el mundo tiene en mente: túnicas blancas, dioses barbudos
y diosas bellas y elegantes. Que de la espalda de Zeus surjan rayitos de color
azul de manera permanente ya es otro cantar…
Y,
tras la presentación de los inmortales, pasamos a la de los mortales con Harry
Hamlin a la cabeza dando vida a Perseo. Y ahí es donde la película sigue las
trazas de la aventura clásica: un personaje cambia de estatus, pasa por un
montón de aventuras y se convierte en héroe. Clásico, sí, pero de lo más
efectivo.
El
elenco de actores, dioses a parte, interpretados por actores más
experimentados, incluye al ya mencionado Harry Hamlin como protagonista
absoluto y héroe de la peli. Hamlin, desde mi punto de vista, no lo hace mal
pero a veces luce tan serio (quizás le dirigieron así, claro está), que me
resulta un poquito acartonado. Vamos, que salvo que se pelee contra algún
escorpión gigante o luzca triunfal al cabeza de la Medusa a modo de trofeo (y
ni aún así), el amigo casi no mueve un músculo del rostro. Bueno, supongo que
ser héroe es lo que tiene. Luego tenemos su contrapunto femenino, Judi Bowker,
cuya presencia en la cinta se limita a lucir cara angelical y mejillas bien
sonrosadas, aportando el toque amoroso que es el motor de la cinta. Burguess
Meredith está muy bien como mentor. Por su parte, Neil McCarthy es un Calibos
malvado, atormentado y cornudo que resulta tan maligno como efectivo. Destaco
aquí la labor de maquillaje que el pobre hombre tuvo que pasar para interpretarle,
un ejemplo que evoca al mal más clásico y que todos tenemos en mente: un
personaje de aspecto repulsivo con el cuerpo lleno de pelo, largas uñas, y,
como colofón, cuernecitos de demonio y larga cola ondeante. Por cierto,
McCarthy fue Calibos sólo en los primeros planos. Cuando sale de cuerpo entero
es un muñeco animado con stop-motion (y muy bien animado por cierto)
Calibos: la cara es el reflejo del alma. |
Otro
aspecto que me gusta bastante en esta cinta es la ambientación que, desde mi
punto de vista está muy bien conseguida. Destaco, además del ya nombrado
Olimpo, los decorados que configuran los palacios, los templos derruidos (como
por ejemplo el de la Gorgona) o, el que es mi favorito, la ciénaga donde vive
Calibos: tétrica, brumosa, fantasmal. Así mismo, otra cosa a tener en cuenta es
el atrezo y vestuario, bastante bien hecho a nivel general ya sea con los
buenos o los malos (bueno, aquí me sobra un poquito la pinta de cavernícolas
que tienen los siervos de Calibos, pero…)
Si
hay que destacar algo de esta película, amén de todo lo dicho anteriormente, es
el aspecto fantástico en sí y que viene representado por los maravillosos
efectos especiales que se lucen en ella. Y hablar aquí de efectos es hablar de Ray
Harryhausen, el gran Harryhausen, el hombre que nos regaló criaturas como las
de Sinbad y la princesa, El monstruo de
tiempos remotos, Surgió del fondo del mar o la espectacular Jasón y los argonautas. Todas ellas
joyas del cine de fantasía y ejemplos magistrales de la stop-motion más
clásica. Y esta Furia de titanes no
es una excepción. Aquí asistimos a todo un despliegue final (luego explicaré
esto) del mago Harryhausen que nos
deleita con buitres gigantes, escorpiones enormes, caballos voladores (qué
maravilla de Pegaso) o el gigantesco Kraken. Y dejo para el final mi monstro
favorito de cuantos ha hecho: la Medusa. La escena de este personaje ya es
clásica, con ese monstruo de rostro malvado y horrible, arrastrándose mientras
hace sonar su cola en forma de cascabel de serpiente (increíble que todo eso se
hiciera fotograma a fotograma) mientras escuchamos una especie de jadeo agónico
y entrevés la silueta del monstruo en la pared. De verdad que sientes el alivio
del actor cuando, al fin, le rebana el cuello… Por cierto, si os fijáis en la
primera toma de la sombra del monstruo, se aprecia un rostro de lo más
femenino, nada que ver con lo que vemos luego. Y otro golpe de efecto a
destacar es el barquero. ¿Se nota que es una figura? Sí, pero el impacto global
de la escena me encanta.
Medusa... ¡y sin ordenador! |
Harryhausen: El padre y sus criaturas |
¿Todo
es maravilloso? No, claro.
Para
mí, el tema principal de la música está demasiado hecho para que “quede bonito”
o tarareable en la misma línea de películas que ya se habían estrenado y que
marcaron todo un hito en la utilización de la música como tema de entrada (véase
La guerra de las galaxias, Superman o Indiana Jones) pero, debo admitir, que
luego, a lo largo de la cinta, los otros temas acompañan bastante bien, como
por ejemplo el del barquero, un tema muy tétrico y misterioso.
Otra
cosa a destacar, y esto es opinión mía personalísima, es que la relación
Amón/Perseo, tiene un aire a Obi-Wan/Luke muy evidente. Por no hablar de lo que
menos me gusta de la peli y que creo que no pinta nada, dándole un toque un
poquito infantil: el búho Bubo. Que una diosa tenga un búho metálico como
mascota me queda algo raro pero… Y, sí, para mí, tiene un tufillo a R2-D2 con
sus beeps y boops muy claro. En fin…
Detalles curiosos: el amigo Perseo recibe regalos de los dioses en forma de armas espectaculares tales como espadas que lo cortan todo o cascos que te hacen invisibles. Pues bien, se ve que el colega es difícil de impresionar porque la espada se la olvida en la misma escena en la que se la regalan y el casco no tarda mucho en perderlo. Bueno, papi Zeus ordena que le den un escudo (menos mal que no lo pierde) y a seguir con la aventura. Y, con respecto a Zeus, el dios de dioses, es severo como él solo y se hace respetar pero, cuando se da la vuelta, le torean a base de bien: la diosa Tetis coge a Perseo y le manda bien lejos en un arrebato de venganza y Atenea se niega así, porque sí, a dar su búho a Perseo. No contenta con eso, le larga el dichoso búho mecánico…
En
fin. Con todo, una deliciosa película de aventuras que, por unas razones u
otras, tiene el encanto de las películas “de antes” porque, en cierto modo, es
la última de su especie. Como dije antes, todo un despliegue final de
Harryhausen porque fue la última película en la que intervino. Según comentó
varios años después, cuando los dvd’s
permitieron ese lujito de los extras y los comentarios, los efectos especiales
clásicos no podían competir con lo que sucedió en el mundo del cine a raíz del
éxito de La guerra de las galaxias.
Y, dicho sea de paso, muchos de los genios de la espectacularidad de hoy día,
como Dennis Muren (de la Industrial Light And Magic), han admitido que están
donde están por la influencia del maestro.
La
película ha contado no hace mucho tiempo con un remake espectacular donde la
stop-motion se ha sustituido por tomas digitales con monstruos generados por
ordenador. ¿El resultado? Espectacular. No obstante, aún así, puede que tire
más hacia esta Furia de titanes de 1981. Y es que cuando ves una peli en video
siendo un niño, rodeado de amiguitos en el salón de tu casa un viernes a la
salida del odioso colegio, te toca la fibra sensible de tal modo que te llega
muy dentro.
¡Disfrutad
con estos titanes enfurecidos y vigilad el cielo!
esta pelicula a pesar de los años me parece que es mejor que la nueva
ResponderEliminarAMI TAMBIEN ES SUPER UN CLASICO
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