(2010)
Director: Louis Leterrier
Guión : Travis
Beacham, Phil Hay, Matt Manfredi.
Sam Worthington
Liam Neeson
Ralph Fiennes
Gemma Arterton
Alexa Davalos
Jason Flemyng
Perseo,
hijo de Zeus, ve cómo su familia es masacrada por hades. Jura venganza…
Durante
años se habló de hacer un remake (moda más que discutible que reina en
Hollywood en los últimos tiempos) de una peliculita de aventuras de 1981 que
lleva el mismo nombre y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo
un clásico del cine de aventuras. Furia
de titanes (1981) no sólo ha alcanzado el estatus de película clásica (o de
culto, depende del punto de vista de la persona) sino que pertenece a ese
grupito de cintas de fantasía que, a pesar de que sus efectos han quedado algo
obsoletos (pero en absoluto desmerecen) o una trama de lo más simple e
inocente, los aficionados que la
defienden (entre los que me cuento sin duda) lo hacen precisamente por eso: es
una cinta a la antigua usanza cuya marca de fábrica es un rasgo distintivo
propio y que se disfruta ahora igual que antes.
Pero
desde que el cine con tecnología digital parece invadirlo todo, hay una especie
de tendencia que consiste en coger todas esas pelis antiguas y volverlas a
filmar pasando por el filtro de los efectos digitales todo el metraje. Esto, hay que decirlo, es
normal que se haga; si algunas películas ya eran, desde el punto de vista
visual, espectaculares hace años, con los nuevos recursos, el asunto puede no
tener límites. Otra cosa es que puedan reemplazar al original o hacerlo
olvidar.
Pues,
al fin, nos encontramos con el amigo Perseo y sus compañeros de aventuras en la
búsqueda de una posible solución para destruir a la bestia conocida como
Kraken. Ahora bien, ¿el viaje mereció la pena? Veamos…
Empezamos
con una introducción corta pero efectiva que nos explica calramente quién es
quién en el Olimpo y ya aparece un
nombre: el Kraken. Acto seguido, conocemos a Perseo y su origen. Y esta es una
de las cosas que más me gustan de la peli: en esta versión, se ahonda más en el
personaje; no sólo sobre su origen, sino sobre su familia adoptiva y lo que
siente al saber que no es como los demás recalcando, sobre todo, su lado
humano, aspecto que en la versión antigua se ignoraba por completo ofreciendo
un héroe bien concebido pero algo plano.
A
partir de ahí, la historia sigue las trazas de la película original si bien va
a incluir tres aspectos que merece la pena señalar: por un lado, hay un toque
más que realista dentro del tono fantástico de la cinta. Los palacios, los
uniformes, las calles o las ciudades tienen un aspecto más mundano, sucio si lo
queremos expresar así, aportando ese toque de realidad que impera en el cine de
hoy y que se aleja por completo de la versión de 1981, donde todo era más
limpio y bonito. Por otro lado, si bien la historia es la misma, sí es cierto
que hay variaciones: Perseo no está solo esta vez y aunque la figura a lo
Obi-Wan Kenobi del personaje que interpretó Burguess Meredith desaparece, lo
cierto es que aquí está rodeado por un buen puñado de guerreros tan duros como
la más dura piel del escorpión más gigantesco que, además, le influirán de cara
a su futuro. Y, finalmente, tenemos el personaje de Perseo en sí: es el héroe,
vale pero, también, está lleno de problemas internos remarcando esa dualidad
humano /dios que creo viene muy bien al personaje, dándole una profundidad muy
convincente.
Y
si de nuevos personajes hablamos, tengo que decir que, por un lado, me
sorprendió ver que Calibos en esta entrega, roza lo que podemos llamar un papel
secundario. Sale, claro, y hace de las suyas, pero no más. El malo, malísimo es
nada menos que Hades, muy bien interpretado por Ralph Fiennes y que, como debe
ser con todos los malos, destila mala leche olímpica por todos los lados (¿a alguien
le recuerda (muy, pero que muy de lejos) al personaje de Disney?) Los momentos
del dios del Inframundo están, para mí, muy logrados y definen un personaje más
que interesante.
Otros
que no estaban en la película original pero que también me han gustado son los Djinn, esos habitantes
del desierto que tienen el cuerpo hecho con cortezas de árbol y que son la
excusa perfecta para lucir (más aún) el tema de los escorpiones. Me parecen muy
logrados aunque debo admitir que, quizás, su presencia en la película hubiera
podido explotarse un poco más. En fin, nada es perfecto.
Y,
cómo no puede ser de otro forma, hablar de una película de estas
características hace necesaria una mención a los efectos especiales. Para este
que escribe, espectaculares. Aquí hay unos cuantos momentos más que m memorables:
la escena inicial de las arpías convirtiéndose en Hades, los escorpiones tan
grandes como rápidos (increíble cómo se mueven) o, el cénit de la película, el
Kraken, un monstruo que creo debe ser una especie de caramelo de proporciones
bíblicas para cualquier departamento de efectos especiales. Y estos son sólo
ejemplos porque las tomas del Olimpo (mostrando a los dioses gigantescos
observando la Tierra como su de una maqueta se tratase), la entrada de Caronte
(con esos esclavos que tiran del barco) o las de la Medusa son igual de
tremendas. Pero no todo puede o tiene por qué ser efectos digitales. Destaco un
buen punto a favor: las tres brujas son actrices con toneladas de maquillaje. A
fin de cuentas, si lo pueden hacer actores de carne y hueso, ¿por qué no tirar
hacia delante? Ah, y me encantó ver que los dioses olímpicos están
representados vistiendo brillantes armaduras y no las túnicas de siempre,
quitándoles cierto aire infantiloide para añadirles ese aspecto guerrero.
Los
actores están bien. Unos más que otros, claro. Liam Neeson es un Zeus perfecto
y, de hecho, cuando me enteré que sería él el encargado de interpretarlo me
dije “No puede ser otro”, mostrándose
majestuoso e inmortal. Ralph Fiennes es un buen Hades, tétrico, malvado y
cruel, como tiene que ser. Sus ademanes, gestos y movimientos me han recordado
un poquito a Voldemort pero ahí queda.
Claro que estar frente a estos dos debe ser un poco difícil y creo que si bien
Sam Worthington cumple como Perseo, también es cierto que se queda un pelín
acartonado (o embrutecido, eso va en gustos) en el papel. Hay que señalar que,
tras el estreno, prometió en una entrevista actuar mejor en la segunda parte.
Con respecto a Alexa Davalos como Andrómeda, pasa sin más ni más ya que el personaje
en sí no importa demasiado en esta versión (al contrario que en la original)
Por otra parte, Gemma Arterton no está mal como Io pero, será por aquello de
que es semi-diosa, queda un poco estirada. En fin…
Esto es furia y lo demás, tonterías... |
Majestuosa, estilizada... |
Sigamos.
Si hay algo que destaque en la peli antigua, amén de la historia, monstruos y
demás, es un personaje que se ha convertido en una especie de emblema de la
cinta: la Medusa. Ahí va la pregunta: ¿cuál preferís, la antigua (muñeca, stop-motion,
fea como ella sola pero fascinante) o la
moderna (digital y guapita)? Tengo que admitir que esta última está muy bien
hecha, si bien la cara de los humanos y las CGI aún tienen trabajo por delante.
No obstante, y aun repitiendo que la nueva está pero que muy bien, la antigua
sigue teniendo algo. Quizás ese rostro inhumano, quizás el modo lento de
arrastrase o ese siseo adornado con el sonido del cascabel. No sé… El caso es
que Harryhausen se lució, y mucho, con ese efecto. No obstante, como siempre
digo, para gustos, los colores…
Tiene algo... |
Pero,
si hay un personaje que me defraudó un poquito en la nueva entrega, fue
Calibos. Me explico: no digo ni mucho menos que el nuevo sea malo o que el
maquillaje no esté bien, pues creo que sería pasarse. Lo que sucede es que el
otro fue un malo muy, pero que muy bueno. Tenía una apariencia malvada clásica
donde las hubiera (con esos cuernecitos, la cola, el aspecto de chivo-diablo) y
creo que fue un personaje muy digno y motor de toda la peli. Aquí, en cambio,
es muy secundario, de aspecto casi totalmente distinto al original y, de algún
modo, parece que se lo quitan de encima de un plumazo. Claro, no hay que
olvidar que en esta nueva peli, el malo es Hades. Como dije, cuestión de
gustos…
El clásico (James McCarthy) Si es cierto que la cara es el espejo del alma, se lucieron con el personaje. |
El nuevo (Jason Flemyng) Amenazador y rápido pero, quizás, con menos encanto... |
¿Más
cosas? Poquitas. Sólo decir que eso de tener una espada mágica que cuando el
prota la coge sale un filo de luz poderoso me recuerda demasiado a los sables
de luz de los Jedi y hubiera preferido más una como Zeus manda pero… Ah, y
menos mal que han tenido el sentido común de ni incluir a
Bubo (sale, pero de pasada) ni hacer una nueva versión del mismo.
Pues
esto es todo. Recomiendo verla. A mí, en conjunto, sí me ha gustado y no me he
sentido para nada decepcionado con el resultado final. ¿Se pudo haber hecho
mejor? Sí, claro, como todo, pero lo que ha salido me ha parecido un producto
más que digno. Yo llevaré siempre el recuerdo de la versión de 1981 pero qué le
vamos a hacer; cosas de los remakes. Así que…
¡…LIBERAD
AL KRAKEN…!
¡… y vigilad el cielo…!
Una breve selección:
Medusa |
Las brujas y su ojo |
Djinn |
Io |
El mejor para el último |
liberad al kraken jajajja
ResponderEliminarme gustó mucho esa parte,
amigo israel querido mío, no me contestaste en los comentarios que hice de Bela, en la parte de Crepusculo, espero respuesta urgentemente.
adios
tigra
traffic-club.
¡Por Zeus que me encanta esa fraseeeeeeeeeee!
EliminarMi queridísima Tigra, creo que la comunicación ha fallado porque te respondí, pero en tu blog de la Nasa jejejeje.
no hay problema, ahora mismo voy a la entrada de Crepúsculo y te respondo allí de nuevo. Eso sí, espero tu respuesta de confirmación.
¡No tardes!