sábado, 18 de febrero de 2012

Cowboys y aliens

Cowboys y Aliens (Cowboys & Aliens)
(2011)
Director: Jon Favreau
Guión    : Roberto Orci, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Mark Fergus, Hawk Otsby
Daniel Craig
Harrison Ford
Olivia Wilde
Sam Rockwell
Clancy Brown
Paul Dano
Keith Carradine


Un vaquero despierta en mitad del desierto pero no recuerda nada. Desorientado, acude al pueblo más cercano en busca de ayuda. Pero allí le aguardará una sorpresa mayor aún…
Esta película es una adaptación de una novela gráfica de igual nombre cuyos autores son Scott Rosenberg (el responsable de Men in black), Fred Valente y Andrew Foley y que se empezó a publicar en 2006.
El cómic
En una época en la que Hollywood e incluso las series de televisión parecen haber redescubierto las posibilidades del mundo del cómic de cara a la pantalla, no era de extrañar que, tarde o temprano, le tocase a esta obra. A fin de cuentas, el argumento es muy original y atractivo: nada menos que mezclar vaqueros con extraterrestres. Vamos, que ni pintado para la meca del cine…
El amigo Gwangi.
¡Menudo delirio!
Aunque parezca lo contrario, la verdad es que en Hollywood no es la primera vez que se lleva a cabo una mezcla que, a priori, parece imposible. De hecho, ya hace unos cuantos años, también se utilizaron vaqueros para mezclarlos con dinosaurios en la cinta El valle de Gwangi, allá por 1969, dando como resultado una película tan delirante como divertida. Pues bien, ya en el siglo XXI, Jon Favreau, el responsable de Iron Man y su correspondiente secuela, ha querido aprovechar el momento de fortuna que vive para avanzar y tratar de dar una vuelta de tuerca al género de la fantasía. Estos cowboys enfrentados a unos aliens muy galácticos, con muy mala idea espacial (como debe ser), a los que les gusta el oro a más no poder, le han  venido que ni pintados.
Y si tenemos un director de fama y calidad, no lo iba a ser menos el reparto. La película está protagonizada por Daniel Craig y nada menos que Harrison Ford que, desde Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no se paseaba por los atractivos y delirantes mundos de la fantasía descontrolada. Dicho de otra forma, el dúo protagonista lo componen nada menos que James Bond e Indiana Jones (o Han Solo. Yo me quedo con ambos) Y, como no puede ser de otro modo, en mitad de tanto tío duro y sucio mezclado con extraterrestres bien feos, debe haber una cara bonita que destaque. Y, en este caso, es la de Olivia Wilde, ex de House y lanzada ya de lleno al mundo del cine. Les respaldan otros nombres como Keith Carradine, Clancy Brown (el malo malísimo y bestia de Los Inmortales) o Sam Rockwell, que ya se dejó ver en Iron man 2.  
¿Qué pasa aquí?
La película comienza con una escena inicial muy curiosa donde se nos presenta a Craig, aunque lo de “presenta” es muy relativo porque nadie sabe lo que pasa, qué hace ahí o quién es. Genial porque él tampoco lo sabe. No obstante, que algo raro le sucede es más que evidente, sobre todo porque tiene un extraño adorno en el brazo. A partir de ahí, tras ver que el prota puede manejarse muy bien solito, vamos con él hasta el pueblo donde se nos presentan muy bien presentados todos los personajes de la trama: el sacerdote (Brown), el sheriff (Carradine) o el doctor poca cosa (Rockwell) Y, a través del idiota de Percy (Paul Dano), conocemos coronel  Dolarhyde (Ford) que, además, de su padre, es borde, duro y cascarrabias a partes iguales. Pero, por suerte para todos, espectadores incluidos, también rondará con sus dosis de misterio Ella (Wilde)
Eso pasa por no vigilar el cielo...
La cinta no se detiene demasiado en aspectos inútiles y eso es un buen punto a favor. Una vez que conocemos bien a los cowboys y la cosa está a punto de liarse entre ellos, se nos recuerda la otra parte del título porque los aliens aparecen y hacen muy bien de las suyas en una escena de lo más curiosa y que a mí me ha gustado mucho: aquí no abducen o teletransportan al personal, qué va. Aquí los cazan con lazo. A fin de cuentas, estamos en el oeste, ¿no?
A partir de ese momento, la cinta mantiene muy bien el interés a través de las relaciones entre los protagonistas que, como se puede ver, son muchos y variados, mientras vamos descubriendo cosas acerca de ellos. Y aquí bien por el guión, ya que potencia el misterio en torno a un Daniel Craig que no tiene ni idea de quién es pero cuyos flashes de memoria no indican nada bueno.
Harrison Ford. ¡Qué grande!
Los actores me han gustado mucho, todos ellos, ya que se les ve bien metidos en el papel. Craig quizá está peca de demasiado duro e inexpresivo pero debo reconocer que eso le hace más atractivo como personaje (la verdad, no me lo imagino llorón y desamparado, mucho menos en el oeste en el que está situada la acción) Olivia Wilde cumple con papel que conlleva sorpresa incluida y que, a pesar de saberse a mitad de la trama, sigue haciendo que el personaje funcione (muy buena cierta escena con ciertos indios y cierta pira funeral) Paul Dano, a pesar de lo poco que sale, consigue caer gordo como hijo del coronel y resultar gracioso a la vez. Pero, debo reconocer que, de todo el reparto, me quedo con Harrison Ford. Este hombre tiene unas tablas tremendas, un todoterreno que ha demostrado ser capaz de hacer cualquier cosa. Y aquí lo demuestra en todas sus formas: puede ponerse duro con cualquiera de sus hombres, sensible y echar al lagrimita cuando se le toca el corazoncito o pasar por chulo y aventurero. Todo un monstruo de la pantalla al que da igual lo que le echen, ya sea vaqueros, indios o aliens. Como debe ser, que, a fin de cuentas, estamos hablando de Han Solo o Indy en persona. Y, no sé si es mi imaginación, casualidad o ninguna de las dos, pero decidme si la primera vez que aparece el amigo Harrison en pantalla no os recuerda a la presentación que tiene en En busca del arca perdida, es decir, de espaldas al espectador dejando entrever muy poco del rostro…
Esto sí es un oeste salvaje
Y, claro está, en esta película hay efectos especiales. Y muy bien llevados, me atrevería a decir. No en vano están en medio los magos de la Industrial Light and Magic, los hombres de George Lucas que, literalmente hablando, pueden crear cualquier cosa. El vuelo de las naves me parce muy real y me gustan mucho los aliens, muy originales con esas dos manos que surgen del pecho. Y están tan bien hechos que se atreven a lucirlos a plena luz del día. ¡Bien por la ILM! Pero lo que más me gusta de los susodichos efectos, es que no saturan al personal con explosiones, escenas rebuscadas o cosas espectaculares que, por ser así, te las meten con embudo en mitad de la pantalla. Nada de eso. Aquí, como ocurre en las buenas historias, los efectos sirven para contar la que nos ocupa y salen cuando deben salir. Y este es uno de los motivos por el que muchos han criticado esta peli: mucho cowboy y poco alien. Bueno, puede ser. A mí me gusta como está porque, de otro modo, hubiese caído en el tópico previsible de siempre: mucho efecto, poca chicha. Con todo, para gusto, los colores.
Pues todo eso. Yo definiría esta cinta como una peliculita con espíritu de serie B (de esas que empezaban con una cosa y luego acaban con otra; ved El enigma de otro mundo o el ya mencionado Valle de Gwangi) con un más que claro presupuesto de una de serie A (no hay más que ver el reparto y los medios de los que disponen) A mí, como se puede ver, me ha gustado mucho: ofrece una trama de lo más original y dos horas de diversión sana de la buena. ¿Qué más puedo pedir?
            Pues…
            ¡… Vigilad el cielo, estéis en el lejano oeste o no!


1 comentario:

  1. Buen artículo para extraña película. Seguiremos vigilando el cielo...

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