jueves, 29 de septiembre de 2011

Noche de miedo 2011


Noche de miedo (Fright night)

(2011)

Director: Craig Gillespie
Guión   : Marti Noxon

Anton Yelchin
Colin Farrell
Toni Collette
Christopher Mintz-Plasse
David Tennant
Imogen Poots
Dave Franco



Un chico descubre que su recién estrenado vecino es un vampiro. Lo malo es que este se ha dado cuenta...

      Y vamos allá con otro ejemplo de esa moda tan curiosa de remakes que invaden las salas hoy día. La película está basada en un pequeño clásico de los ochenta dirigido por Tom Holland y que gozó de cierta fama allá por la época. La premisa de esta nueva versión es la misma que la de su predecesora y, desde el principio, la película va al grano: después de presentarnos de manera muy rápida a los protagonistas, la acción comienza a suceder y la sangre empieza a salpicar.
            A favor destaco a los actores. A ver, seamos sinceros, aquí no nos vamos a encontrar ninguna interpretación de óscar pero tampoco es que haga ninguna falta. Esta es una película para pasar el rato y tampoco hay que buscar más allí donde no hay. Alton Yelchin está bien metido en el papel de Charley, el protagonista que descubre, de rebote, todo el cotarro y lo interpreta, a mi modo de ver, de manera bastante creíble. Imogen Poots, como Amy, en el papel de chica, hace lo que se supone hace todo personaje de estas características en una película como la que tratamos: aporta cara bonita y sustenta al héroe, amén de tener unos ojos que tumban. Colin Farrel está bien como vampiro, poniendo caras de todo tipo, relamiéndose los dedos y bufando cual gato salvaje a cada rayo de sol que se le pone por delante. Vamos, que ni pintado. Y, si bien a lo largo de toda la película hay cierto espíritu de cachondeo (ahí tenemos el pasado del personaje, friki absoluto y total), este humor aumenta un poquito con la intervención de Peter Vincent, interpretado aquí por David Tennant, o con el aporte del vampirizado  Christopher Mintz-Plasse como Ed y sus frases demoledoras (“Esto me hace sentir un poco mariquita”, suelta cuando intenta morder a su amigo. No es Shakespeare pero...)
            No esperéis ver espectaculares efectos especiales, si bien los que hay me parecen muy interesantes. Por supuesto, tienen su importancia, pero hay que decir que en esta cinta la historia y las rayadas de los personajes (que las hay y muchas) tienen un poquito de más peso que la casquería de turno.  El maquillaje de los vampiros está muy conseguido y recuerda un poco a las películas de antaño: aquí están pálidos, lucen los colmillos de toda la vida, muerden el cuello y, por supuesto, tienen transformaciones bastante curiosas cuando les sale la vena sangrienta.
            En fin, una película que, para mí, cumple lo que promete: sin muchas más ambiciones, hora y media larga que tiene como propósito entretener al espectador con aires a terror ochentero hecho en el siglo XXI. No más, pero tampoco menos.
            Como curiosidad, comentar que, a mitad de la película, hay cierta sorpresa a modo de cameo.
            ¡Que paséis un rato... de miedo!
           

martes, 20 de septiembre de 2011

Las mujeres-gato de la Luna


 
Las mujeres gato de la Luna (Cat-women of the moon)
(1953)
Director: Arthur Hilton
Guión   : Roy Hamilton.
Sonny Tufts
Victor Jory
Marie Windsor
William Phipps
Douglas Fowley
Carol Brewster
Susan Morrow
Suzanne Alexander
Bette Arlen
Roxann Delman


Una expedición aterriza en la Luna. No saben que esta estará habitada por misteriosas mujeres gato…



El espacio siempre ha sido un lugar peligroso. Preguntad a los tripulantes de la Nostromo, a los habitantes de Mongo o a esos que están en una galaxia muy, muy lejana. Pues bien, no sólo de aliens raros se nutre el firmamento: también hay mujeres gato. O al menos mujeres con largas pestañas, cejas marcadas y zapatillas de ballet...

¿Qué puedo decir de esta película? Lo reconozco: no tenía ni idea de que existía y, cuando me encontré con ella de casualidad, no pude sino sorprenderme ante semejante título. Sabido es por todos que, si hay algo que caracterice a las pelis de ciencia-ficción de los cincuenta, son los títulos pero, aun así... ¿qué podrían hacer unas mujeres-gato en la luna? Raudo, me lancé a descubrirlo y...
Alucinante. No se me ocurre otra palabra para calificar esta película. Pero no ese “alucinante” producto de algo que acabas de ver y te ha dejado  sin palabras, no. Es ese alucinante de “¿pero qué es esto?” o, de algo peor: "¿Me están tomando el pelo?"
Comenzamos con una narración misteriosa y poética. Ok, estamos ante una de viajes espaciales, a la Luna en concreto. Nada más meternos en escena, comienza el cutre-espectáculo que te deja claro qué clase de producto tienes delante. Dentro del cohete vemos a los protas despertar de un estado de hibernación. ¿Qué hace la única chica del grupo nada más tomar contacto con la realidad? Sacar de un cajón un espejo y maquillarse. Porque en este cohete hay mesas, escritorios, taquillas y cajones. Y gravedad, montones de gravedad.

A partir de aquí, uno ya es consciente del plan: una sucesión de cutradas cada una más grande que la anterior. Y la susodicha astronauta no se queda ahí, qué va: necesita una caja de cigarrillos y cerillas “...para sentirme segura” sobre la superficie lunar. Y es que ambas cosas van a dar mucho juego en los acontecimientos venideros. ¿Qué mejor método para saber si en la Luna hay oxígeno que encender un cigarrillo?
Sigamos explorando. Después de pasar por una serie de decorados que al menos son curiosos, entran en una cueva. Pero... ¡las botas pesan mucho! ¿Por qué? ¡Porque hay oxígeno en esa cueva! Pero, ¿cómo asegurarse? ¡¡¡Pues con las susodichas cerillas!!! Efectivamente, prenden. Ya no hay duda. Que haya arañas colgando de cables que se ven da igual: hay oxígeno en UNA cueva de la Luna. Increíble, ¿verdad? Pues aún hay más, ya que al guionista, a partir de aquí, se le tuvo que ir la pinza presa de la ralladura mental que acababa de crear porque, tras la cueva, los protas, que siguen respirando tan panchos cuando la dejan, salen al exterior y ven una ciudad.
¡Miau!
Como puede verse, un despropósito considerable. Pero ahí no acaba la cosa. ¡Por favor! De hecho, ni siquiera ha empezado ya que que dicho despropósito alcanza magnitudes galácticas cuando hacen su aparición unas mujeres que visten mallas negras: las mujeres-gato ( o lo que sean) Y este es uno de los misterios más grandes de esta película, ya que nunca se dice que se llamen de tal forma ni por qué. Si a ello le añadimos interpretaciones más que dudosas (sobre todo la de Marie Windsor, que da el cante mucho cuando hace que se enfada y Victor Jory haciendo de tipo duro y ligón), una historia sin pies ni cabeza (ni nada de nada) y situaciones risibles (o alucinantes, depende de cómo te pillen), tenemos eso: una película de lo más cutre. Como curiosidad, vale, pero nada más. Puede que te rías en muchos momentos pero, también, que haga surgir la mala baba que hay en ti porque eres consciente de que, durante su metraje, podrías haber hecho algo de provecho, por ínfimo que sea.
Y como suele ocurrir en este tipo de producciones, muchos de los diálogos son de los que dejan huella. Aquí dejo unos cuantos:

—Debe de ser una civilización inteligente para robarnos los trajes. (Es decir, si mi gata me roba un calcetín y se lo lleva (cosa que hace a menudo) es un ser inteligente. Y punto en boca)
—Cuando (los antepasados) descubrieron que nuestra atmósfera empezaba a desaparecer decidireron conservar el orígeno. Ello lleva a reducción energética máxima: genocidio planeado para reducir la población. (Explicación que una mujer-gato da a una astronauta alucinada. Ok, no le busquéis tres pies al GATO (agudo juego de palabras))
En fin. para qué seguir. Como se dice en algún momento de este viaje alucinante, la película sólo puede ser un "...ataque de locura espacial..." O eso o una cinta bien cutre. Sólo un consejo: si vais al espacio, ni pistolas láser, ni phasers ni sables de luz que valga. Cigarrillos y cerillas. ¡Esa es la clave!
PD: las mujeres podrían haberse llamado de cualquier forma: mujeres de negro, mujeres-sombra, mujeres misteriosas, malla-women...

Vigilad el cielo... por si las mujeres gato.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Plan 9 del espacio exterior


Plan 9 del espacio exterior (Plan 9 from outer space)
(1956)
Director: Ed Wood Jr.
Guión   : Ed Wood Jr.
Gregory Walcott
Mona McKinnon
Duke Moore
Tom Keene
Carl Anthony
Paul Marco
Tor Jonson
Dudley Manlove
Bunny Breckinridge
Joanna Lee
Lyle Talbot
Bela Lugosi


¿Qué se puede decir de «Plan 9...» que no se haya dicho ya? Aclaremos las cosas: Plan 9 del espacio exterior es un clásico. Es, a las películas cutres, lo mismo que Lo que el viento se llevó, Casablanca o Ben-Hur son al buen cine.
            Partiendo del argumento, la película no tiene desperdicio: los extraterrestres invaden la Tierra. ¿Cómo? Esta vez toca el noveno de los planes, el que usa muertos vivientes a tal efecto. Pero, ¿por qué nos quieren destruir? Fácil: consideran que somos un peligro y que, tarde o temprano, inventaremos la bomba capaz de destruir el sol y eso provoque una reacción en cadena que acabe con todo el universo.
            Con semejante historia, la diversión está asegurada. Ed Wood quiso rodar su obra magna sea como fuere y tiró para delante a pesar de las adversidades. No hubo problema al que no se enfrentase del que no saliese airoso, aunque los resultados en pantalla fueran más bien confusos. Para empezar, se rodeó de un equipo de actores cuya capacidad interpretativa estaba a la altura del cordón de un zapato porque, más que profesionales de la interpretación, eran amiguetes de Wood. Todos menos Bela Lugosi, el gran Bela, que en esta cinta ya luce anciano y enfermo, pero era Bela Lugosi. Sabido por todos es que el pobre hombre falleció antes de terminar el rodaje. Quizás fuera lo mejor. ¿El resto? Gregory Walcott en el papel de Jeff parece que suelta las frases o más bien se le caen de lo mal que lo hace. Y, por si fuera poco, ved la cara de empanado que tiene a lo largo de toda la peli, sobre todo en la secuencia en la que, por segunda vez, se le ve en la risible cabina de avión pensando en su mujercita. El tío ni siquiera hace por simular que pone las manos en los “mandos” hechos de cartón. Luego tenemos a Tor Jonson y Vampira haciendo de zombis sin mediar palabra pero poniendo caras de todo tipo. Mención a parte tiene John Breckinridge, amigo personal de Wood que pasea amaneramiento alienígena en cada plano leyendo descaradamente sus frases en un papel que ponían a su disposición. ¿Y qué pensó Wood cuando Lugosi se fue al cielo de los actores? No hubo problema: contrató a Thomas R. Mason para que le sustituyera. Pero, ni este era actor ni se parecía lo más mínimo a Lugosi. De hecho, hasta era más alto y más joven. Haya calma: actuó toda la peli sin abrir la boca y tapándose la cara con un brazo, cosa que le daba un aire misterioso que tumbaba. Y, por supuesto, está Criswell en plan adivinador realista hablando con ese tono de voz teatrero y narrando todo lo narrable...
            Por supuesto hay muchas más cosas: ovnis que eran llantas de coche colgados por hilos que se ven a la perfección, cabinas de avión hechas con cortinas y mandos de cartón, escenas en el cementerio que unas veces son de día y otras de noche, el tono cutre que le da a muchas escenas el hecho de que Criswell, en plan narrador, te cuente lo que estas viendo con un tono teatralmente dramático...
            Mención a parte tienen los diálogos, cuya finalidad se supone que era aportar seriedad al tema pero que hacen que todo tenga un tono carcajeante bestial. Ahí van unos pocos:

            
            —Hay que castigar a los culpables y ser justos con los inocentes...
                        (Criswell) – Suena a película de juicios, ¿verdad?
            —He visto un platillo volante.
            —¿Un platillo volante? ¿De los que se ven en el cielo?
            —Sí, de esos... Tenía forma de un puro
                        (Diálogo entre matrimonio protagonista) ¿En serio? ¿Forma de puro?
            —¿Está muerto?
            —Sí.
            —Creo que el platillo tiene algo que ver.
            —Cualquier teoría es buena. Sólo estamos seguros de que el inspector Clay está muerto, asesinado, y alguien es el responsable        
(Diálogo entre policías) . Si te matan, fijo que alguien es el responsable.
            —¿Qué plan va a seguir ahora?
            —El plan 9...
            —El plan 9... (mira unos papeles grapados) ¡Ah sí! ¡El plan que trata de la resurrección de los muertos...!
                        (Diálogo alienígena) Así, como quien no quiere la cosa.

            En fin, una película que, de veras, no tiene desperdicio se mire por dónde se mire. Quizás por ello está considerada como la peor película de todos los tiempos y otorgó a Wood el título de peor director de la historia. Todo un despliegue increíble que quedará para la historia como eso: un clásico cutre. Sólo me quedan dos dudas a saber: si este era el plan 9, ¿cómo fueron los otro ocho? Y, a ver, ¿cuál es la más cutre, este Plan 9 del espacio exterior o Robot monster? Yo creo que andan ahí, ahí. La duda está servida.
            En fin, ved esta película y disfrutad. Después de todo, se hizo para eso.
            PD: A pesar de todo, para mí, lo más alucinante, es la cintura de Vampira.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Robot monster


Robot monster (Robot monster)
(1953)
Director: Phil Tucker
Guión   : Wyott Ordung
George Nader
Claudia Barrett
Selena Royle
John Mylong
Gregory Moffett
Pamela Paulson
George Barrows





 
Bien, vamos allá con una de esas películas que casi todos consideran de culto, unos por unas razones y otros por otras. “Robot monster” en un auténtico despropósito desde que empieza hasta que acaba. Se trata de uno de esos productos en los que se dan un cúmulo de cosas cada una de las cuales es más estrambótica que la anterior, una mezcla de cine de catástrofes, alienígenas, invasiones extraterrestres y supervivencia pero todo mezclado, agitado, confundido y cualquier palabra similar que queramos usar.
 
Comencemos por la historia, que no tiene desperdicio: la Tierra se ve asolada por la llegada de un extraterrestre llamado Ro-Man con aspecto de mono que se carga todo lo que ve y más PERO no lo hace usando naves, maquinaria o robots asesinos que no piensan. Nada de eso. Él no sabe a quién se lleva por delante, pero calcula (de hecho, se pasa haciendo cálculos toda la película) cuántas personas hay aquí o allí, usa un rayo que le manda en jefe desde su planeta natal y listo. Después de todo eso, quedan cinco personas como únicos supervivientes, una familia  compuesta por el padre, la madre y tres hijos, una de ellas la guapa de turno.  ¿Por qué? Nada más fácil para el guionista: el padre de la familia inventó un suero que cura TODAS las enfermedades. Por eso, el rayo del mono del espacio no les hace daño, porque están inmunizados contra toda enfermedad (eso quiere decir, bajo esta lógica, que si cosen a tiros a la familia superviviente tampoco se mueren porque están inmunizados)
 
 
 A todo esto, llega el novio de la chica (también inmunizado) y ayuda a la familia. No obstante, en mitad del caos que tienen encima, con el extraterrestre calculando y venga a  calcular, los tortolitos deciden casarse. Muy bien, el padre de la chica hace de pastor y todos felices. No obstante, el extraterrestre recibe la gran bronca de su jefe (se comunican en inglés, por cierto) porque no termina de rematar a los supervivientes a pesar de tanto cálculo. Al final, el mono espacial se harta y mata a la hija más pequeña, al recién estrenado yerno y encima descubre que posee sentimientos humanos. Y tanto es así, porque le mola la recién casada-viuda y se la lleva a su cueva para, supongo, descubrir los entresijos de la anatomía femenina. Aquí, el jefe del susodicho se cabrea del todo, se lo carga y destruye la Tierra. PERO hay una sorpresa final que no contaré porque ya he destripado bastante.
 
Con semejante sinopsis, el espectáculo está asegurado. Ya desde el principio, cuando unos dinosaurios de pega aparecen porque sí en la película, uno se da cuenta de que la cosa va a traer tralla. Todo el metraje (una hora más o menos) es una sucesión de secuencias alucinantes: cómo lloran a la niña asesinada y el pobre yerno se muere al lado de la tumba y no le hacen ni caso porque han inventado un plan para salvarse; los susodichos dinosaurios y su explicación al final de la peli, las pompitas de jabón que rodean a los extraterrestres porque sí a modo de efecto espacial tope guay...
 Pero, mención especial aparte merece el aspecto de Ro-Man: un traje de mono descarado y cutre que hace que el pobre hombre que estuviera dentro de pena sólo por el calor que debió pasar. Pero ahí no queda eso: para darle un toque intelectual, de ciencia ficción, le colocan un casco mega-cutre de astronauta en la cabeza, estrecho y pequeño a más no poder, que hace que, a veces se intuya la cara del actor y a veces no, más que nada por aquello del vaho. No pasa nada; al jefe de Ro-Man le pasa igual (¿Sería el mismo actor? Gran misterio...)
Lo más alucinante (por decirlo de algú
n modo en una serie de secuencias alucinantes y alucinógenas) es la portada de la peli. Si la veis, el alienígena peludo tiene un rostro a lo Skeletor que tumba y presenta un dinosaurio en primer plano que no se lo salta un galgo.
 
Como curiosidad, no tiene precio. Si os hacéis con ella, permitid un consejo: abrid la mente, la bolsa de palomitas y la lata de coca cola (os hará falta cuando la garganta se os seque de reír)
 
¡A disfrutar y... vigilad el cielo !