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domingo, 28 de septiembre de 2014

Doctor Who y los Daleks


El doctor Who y los daleks (Dr. Who and the daleks)
(1965)
Director: Gordon Flemyng
Guión   : Milton Subotsky 
Peter Cushing
Jennie Linden
Roberta Tovey
Roy Castle
Barrie Ingham

El doctor Who y su familia viaja a un extraño mundo poblado de razas mutantes enfrentadas…
Para todos aquellos que no sepan quién es el doctor Who o los que tan solo hayan oído hablar de él de pasada:

Se trata del protagonista de una serie de gran éxito en Inglaterra y una de las más longevas. Basta decir que comenzó a emitirse en 1963 hasta 1989. Luego, en 2005, se reanudó su emisión con nuevos episodios y, claro está nuevos actores. Bien se puede decir que en las tierras inglesas esta serie despierta auténticas pasiones y es muy venerada. El protagonista de la misma es un tal doctor Who (que no tiene un nombre como tal) y que, a bordo de una máquina llamada Tardis construida por él mismo, es capaz de viajar en el tiempo o a mundos desconocidos y alucinantes. ¿Cómo es posible que unos actores aguanten tanto en una serie? Los guionistas se inventaron un truco de lo más efectivo: el amigo doctor es capaz de regenerar su cuerpo al borde de la muerte y, por ello, es posible cambiar de actor.
Pues bien, como es lógico, la serie dio lugar a alguna que otra película, como esta que nos ocupa, allá por los sesenta. Debo admitir, para vergüenza de este vigilante del cielo, que no tenía ni idea de este hecho pero, cuando me enteré de que Peter Cushing (actor que siempre me ha encantado y que alguna vez ha aparecido por este blog) interpretó al doctor, no dude ni un momento en hacerme con la peli para compartirla con vosotros.

El doctor Who y los daleks es una película propia de su tiempo. Esto quiere decir que el argumento es muy sencillo, los efectos especiales curiosos y los mundos que trata de reflejar alucinantes en todos los sentidos (los buenos y los no tanto) Pero, como correr nunca es bueno, vamos a ir por partes…

A favor debe destacar varias cosas. Para empezar, ya desde la primera escena se nos presenta a los personajes. Nada de perder el tiempo, como debe ser. Así, conocemos a una familia de lo más curiosa o, mejor dicho, empollona, ya que El doctor (Cushing) y sus dos nietas, una mayor, Barbara (Jennie Linden) y otra que es una niña, Susan (Roberta Tovey), están leyendo revistas científicas. Ni periódicos, ni revistas de moda ni novelas de aventuras. Vamos, el sueño de cualquier calculín. No obstante, el núcleo familiar se ve alterado por la llegada del novio de la más mayor, Ian (Roy Castle) Y si la familia del doctor es el colmo de lo científico y racional, el susodicho novio pertenece a la clase patosa, graciosita y payasil. Será verdad eso de que los polos opuestos se atraen.

La peli sigue yendo al grano y el doctor nos presenta a la Tardis, una especie de máquina del tiempo con aspecto de cabina telefónica por fuera pero por dentro es una barbaridad de espaciosa y está llena de aparatos raros de todo tipo (y, de paso, apunto que servidor estaría encantado de conocerla por dentro para marcarme un viajecito vete tú a saber dónde, ya sea en el espacio o el tiempo). En palabras del doctor “…representa el tiempo y la dimensión relativa en el espacio…” (ahí es nada)  Y ahí, gracias a la estupidez del novio recién llegado, la máquina se activa y se produce el viaje que dará lugar a la trama de la cinta.

Bien por el misterio inicial que se crea. Sabemos que, como es obvio, han viajado a alguna parte, pero no tenemos ni idea de a dónde. Vale, porque ellos tampoco. Este misterio se incrementa cuando vemos que el lugar donde están es de lo más extraño, una especie de sueño extraño hecho realidad donde, o bien pueden ocurrir cosas buenas o rematadamente malas.

El misterio sigue con el descubrimiento de una extraña ciudad. A destacar que, aprovechando que las puertas parecen abrirse solas, el guión nos ofrece algún momentito de humor mientras Ian trata de abrirlas. Depende de cómo te pille, esto te puede gustar o no y pienses que, quizás, está un poquito de sobra porque parece que quita algo de seriedad al tema. Bueno, cuestión de preferencias del personal.

Curioso el diseño de los habitantes de la ciudad, que resultan ser los no menos misteriosos daleks, que puedo definir como una especie de tatarabuelos de R2-D2, es decir, cabezones, sin piernas, se arrastran y resultan muy robóticos. Y es a costa de ellos cuando se nos informa de algo que sí me ha gustado: resulta que los mencionados daleks no son máquinas como tal, sino seres vivos que están obligados a vivir encerrados en esos cuerpos robóticos para protegerse de la radiación desatada por una guerra nuclear. La cuestión es que, además de ellos, hay otra raza que sí sobrevivió a esa guerra y se adaptó a las nuevas condiciones del lugar. Un detalle, repito, que, tras algún que otro momento cómico o light del guión aporta seriedad a la historia.

Seguimos. A destacar también los pequeños giros en el guión que hacen que, en mayor o menor medida, tratan de mantener el interés del espectador. Resulta que los daleks son muy bonitos y chulos, pero también, malos. Si eres fan de la serie esto no te pilla de nuevas. Debo reconocer que, en el momento de escribir esta reseña yo no estaba muy metido en el universo del doctor y la cosa me sorprendió (para bien) Ahora puedo decir que ya no soy tan novato en la materia (aún me queda mucho por descubrir) y admito que estos cabezones robóticos son muy malos pero, justo por eso, me caen muy bien. Atentos al propósito de los susodichos: quieren una droga que les permita salir de sus corazas y gobernar el planeta. Para ello, usan a la nieta pequeña del doctor para que salga a buscarla, cosa esta que será excusa para que conozcamos a la otra raza dominante, los Thals, derivando ello al aspecto más aventurero de la trama. De este modo, el guión que tienes por delante va a ser precisamente eso: pura aventura y diversión y un afán más que aceptable de que, el tiempo que dura la peli, estés en un planeta muy lejano pasando un ratito lo más agradable posible.

¿Cosas que me han parecido muy flojas? Unas cuantas.

Para empezar, hay ciertos detallitos en el guión que me han llamado la atención. Como siempre digo, puede ser porque no se lo curraron muy bien o, quizás, lo hicieron así porque les dio la gana, pero ahí quedan. Veamos, lo primero que destaca es que los personajes pueden ser muy listos, (demasiado, ya que el detalle de estar leyendo cosas de física avanzada da un toque de repelente bastante peligrosos) vale, pero se trasladan a un planeta de lo más extraño con ciudad misteriosa incluida y no se inmutan lo más mínimo. Se ve que la familia está acostumbrada a eso, claro pero, algún gesto de extrañeza no hubiera venido mal. Después de ver un par de temporadas de la serie (alucinantes y geniales, debo decir), esto lo he comprendido mejor porque, si has visto algún capítulo, lo de viajar en el tiempo es lo mismo que para ti o para mi beber agua pero, aún así, podrían haber añadido algún gesto de sorpresa en los personajes. Bueno, en el amor, la guerra y los viajes en el espacio y el tiempo, para el doctor Who todo vale.

Otro de los detalles: una vez en el mundo desconocido, llegan a la ciudad de los daleks (ellos no lo saben de momento, claro) y, ¿cuál es la ocurrencia del doctor? Pues separarse e investigar. Que uno de ellos sea una cría de diez u once años y otro el pretendiente patoso de la chica parece no importar nada. El caso es que se separan, investigan y encuentran lugares de entrada a la ciudad.

Sigamos. La ciudad de los daleks parece, en su interior, algo futurista, con puertas correderas que se abren porque sí, lucecitas a montones y alguna que otra lámpara de lava puesta de manera muy sutil en el decorado. Y si hablamos de los daleks no pude evitar pensar en una especie de aspiradora gigante a la que le sombran alguna que otra antenita o lucecita. No obstante, aquí debo reconocer que, precisamente por eso, no dejan de resultar entrañable. Ah, y hay una escena en la que se entrevé un dalek fuera de la coraza, una especie de mano moribunda que se asoma. Hubiera sido fantástico ver a la criatura de cuerpo entero para saber el aspecto que tienen  pero esto no me parece del todo mal; a fin de cuentas, así se mantiene el misterio con respecto a estos seres.

Pero, si de seres raros hablamos, tengo que hacer una mención especial a los otros habitantes del planeta, los mutantes buenos, por decirlo así. Me refiero, cómo no, a los Thals. Lo admito, la apariencia no me ha gustado nada. Esas pelucas rubio platino, el tono gris de las caras o los vestidos que parecen sacados de El tiempo en sus manos no me han parecido muy acertados. Pero todo esto tiene un pase (te guste o no) con respecto al detalle que menos me ha gustado de los: las pestañas enormes que les han puesto. Estas, en conjunto con lo anteriormente nombrado, dan a los mutantes un aire desfasado y, si nos ponemos algo malvados, tan cutre que contribuye a que la cinta haya quedado algo desfasada.

¿Más cosas? Sí, porque que el doctor Who incite en todo momento a pelear a los Thals, que entren en la ciudad con un montón de espejitos en la mano deslumbrando a las máquinas, que los decorados del planeta se reduzcan muchas veces a arbustos, matorrales o lagos con un cielo por completo negro o que los daleks realicen la cuenta atrás con números árabes, son detallitos que ahí quedan. Que, una vez dentro de la ciudad, los daleks sean tan fáciles de vencer (poco más que a base de empujones y coger sus antenas/laser y enfocarlas hacia otros daleks) ya son cosas que, según los gustos de cada uno, pueden resultar curiosas o, en el peor de los casos, algo cutrecillas.



Pero, lo que menos me ha gustado, sin lugar a dudas, es el modo tan absurdo y tonto de terminar la película. Que al final de todo, quieran regresar a la tierra y aparezcan en mitad de una batalla con romanos de por medio, me ha parecido, como poco, un final mal trabajado. Repito, es mi opinión…

Dejo los actores para el final. Debo admitir que yo me he atado la manta a la cabeza por Peter Cushing que, como siempre hace un buen trabajo, si bien es cierto que, en esta cinta, creo que se le nota un poquito el hecho de intentar parecer un anciano, caminado un poco espatarrado y con  chepa. Jennie Linden ni pincha ni corta, es sólo el personaje femenino. La niña,  Roberta Tovey, igual que su hermana, si bien me ha resultado un poquito repelente. Por último, Roy Castle como Ian cumple en un papel secundario y que aporta el tono gracioso que puede que te caiga bien o gordo, depende de cada uno. Por cierto, Castle también coincidió con Cushing en esa joyita llamada El doctor Terror y la casa de los horrores haciendo un papel muy parecido: graciosito y cargante.

Pues bien amigos vigilantes del cielo, hasta aquí hemos llegado. Una peliculita que, en mi opinión, se puede ver sin muchas pretensiones, más como curiosidad que como otra cosa. Le falta un poquito de gancho, quizás de seriedad, de acción y aventura pero sí es cierto que no llega a resultar tan absurda como muchas de las cintas del género. Si quieres pasar un rato curioso y ver un ejemplo de cine que ya, por unas o por otras, no se hace hoy día, te recomiendo que le des un pase. Puede que te parezca anclada a una época muy concreta y que no ha envejecido muy bien pero ahí está. Y, para que quede constancia, tuvo una secuela: Los marcianos invaden la tierra o, según donde busques, Los daleks invaden la Tierra.

Vigilando el cielo.


sábado, 16 de noviembre de 2013

Doctor Who - Temporada 5





Doctor Who (Temporada 5) (Doctor Who Season five) 

Matt Smith

Karen Gillan

Arthur Darvill
 








 

Hoy os traigo una serie que es todo un clásico. Pensad que se está emitiendo desde 1963, ahí es nada. ¿Cómo es posible? La respuesta a esto viene dada por la trama en sí y su protagonista. El Doctor (que no tiene nombre) es un Señor del Tiempo y, como tal, viaja a sus anchas por él (entre otras cosas). Pues bien, dicho personaje se caracteriza, entre otras cosas, porque ocupa distintos cuerpos a lo largo de sus existencias. Y esto, claro está, viene dado por el hecho de que son muchos y muy variados los actores que lo han interpretado. La solución siempre me ha parecido de lo más sencilla y, por eso, sublime.
Pues bien, en esta quinta temporada, es el turno del undécimo Doctor. ¿Listos? Pues, vamos allá…
La temporada que nos ocupa hoy ocupa un total de 13 episodios. Si hay algo que me ha gustado muchísimo de todos ellos es una constante que no te dejará indiferente: la originalidad de todos y cada uno de los capítulos que vas a ver si te animas a darle una oportunidad. Aquí hay de todos y para todos, como puedes comprobar en el resumen final que hago de los mismos. Los argumentos son pura, simple y llana fantasía, pero muy bien llevada, mostrando cosas, personajes y situaciones de lo más inverosímiles de manera de lo más normal o natural posible. Esto, para mí, es un gran punto a favor de la serie porque, allí donde otros podrían haber metido la pata cayendo en el más bochornoso de los ridículos, aquí se las apañan para resultar lo más normal posible. Podría ponerte muchos ejemplos pero si tenemos en cuenta que, aquí, los protas se enfrentan al fin del mundo varias veces, vemos que, en el futuro, viajaremos por el espacio en los lomos de una especie de ballena espacial gigantesca (este capítulo, como digo más abajo, me encantó), que hay ángeles de piedra con muy mala baba, vampiros venecianos que, en realidad, son extraterrestres o un montón de viajes en el tiempo (los capítulos de Van Gogh me parecen soberbios), lo que tenemos es una obra maestra de la fantasía, la ciencia ficción y, por encima de todo, la aventura.
La trama, depende de cómo la mires, puede explicarse de manera muy sencilla o, por el contrario, mucho más complicada de lo que parece a simple vista. Si optas por la primera opción, la cosa es de lo más fácil: vas a ver las aventuras del Doctor acompañado por sus amigos a través de distintos capítulos llenos de aventuras galáctico/temporales. La explicación complicada puede serlo y mucho. Y esto es así porque, desde el primer episodio, vamos a ver un elemento que va a estar incordiando al personal a lo largo de toda la temporada y que, conforme avanza la serie, va cobrando cada vez más importancia hasta que se produce esa eclosión final en el último capítulo. Me refiero, claro está, a esa grietecita que hay en la pared del cuarto de cierta niñita pelirroja. Esto, que lo podemos ver en ese primer episodio, puede parecer un elemento de lo más normal del mismo pero, cuando vemos que el tema se repite una y otra vez, poco a poco con más protagonismo, descubrimos que la serie puede llegar a ser más complicada de lo que parece y, desde luego, hay un nexo que une todos y cada uno de los capítulos de manera muy efectiva, aportando una cohesión entre ellos considerable.

 
Los personajes están clavados. Bien mirado, hay muchos pero nos podemos reducir a tres principales: el Doctor, Amelia y Rory. Los tres no paran de pasar aventuras, unas más retorcidas que otras (la palabra “retorcida” es relativa. ¿Qué lo es más, viajar en el tiempo o renacer como un romano?) Y, entre ellos hay una camaradería que beneficia mucho a la trama principal. Si nos paramos a pensar, aquí tenemos el paradigma tan usado y famoso de el héroe y los amigos del mismo que tienen que enfrentarse a peligros de todas clases. Luego, debo reconocerte que hay un cuarto personaje, River, cuyo misterio se mantiene muy bien a lo largo de esta quinta temporada y, si mal no recuerdo, buena parte de la sexta. Te lo podría ampliar más pero, de veras, ve la serie y me cuentas.
Otro aspecto que me ha gustado bastante y que me quisiera destacar es que, si bien los personajes principales están muy bien definidos (muy lejos de ser perfectos, por cierto), también es cierto que los secundarios que pululan por aquí no tienen desperdicio. ¿Ejemplos? Te voy a poner dos: Churchill, que conoce al Doctor de toda la vida (o vidas de este) o Van Gogh, que es capaz de dejar mensajes a lo largo del tiempo para la amiga Amelia (normal, yo también se los dejaría) Ah, y que no se me olvide: hablar del Doctor es hacer mención a ciertos némesis mecánicos, robóticos y cabezones que, al menos a mí, me recuerdan a algo así como los abuelos de R2-D2. Por supuesto, me refiero a los Daleks. Aquí descubrimos cuál es su origen y por qué hacen lo que hacen. Si te intriga, no te cortes, súbete a la Tardis y date un garbeo por la Segunda Guerra Mundial (lo admito, ese capítulo me pareció buenísimo).
Como puedes suponer, Doctor Who es una serie de fantasía pura y dura, muy bien conectada, con ciertos elementos basados en la realidad o en la propia Historia que le dan un aire que le viene muy bien. Todos sabemos que en una historia de esta característica tiene que haber un elemento fundamental: los efectos especiales. Pues bien, aquí otro aspecto que me ha parecido más que sobresaliente: nunca eclipsan a la historia y están (conste que no lo digo como algo malo) lejos de ser lo espectaculares que uno puede esperar de una serie así. Aquí el maquillaje, la gente disfrazada y las cosas que se tocan y son reales están a la orden del día, muy por encima de las tomas generadas por ordenador (que las hay, por supuesto, pero no tantas como puedas pensar) He leído por ahí que, para muchos, esto es un motivo perfecto para tildar a la serie de cutre. Para gustos, todos los colores son muy respetables. Para mí, este detalle lo que hace es darle a todo una aire tradicional y encantador que  me gusta mucho. Fijaos, por ejemplo, en los capítulo 4 y 5 (El tiempo de los ángeles y Carne y piedra II), donde, quizás, con mucho más presupuesto, se hubieran lucido mostrando a los ángeles de otra forma. El modo en que los han presentado, es decir, estatuas inmóviles que se acercan, me parece impresionante (y, de paso, nos muestra que la conexión que tiene la serie con el género de terror está más que demostrada)
Paso a los actores. Para mí, estupendos, todos ellos. Tengo que reconocer que, supongo por haber visto las pelis de Peter Cushing (sí, él también fue el Doctor en dos ocasiones. Espero compartir con vosotros las reseñas en breve) tenía una imagen del Doctor un poco tradicional, es decir, el tipo de sabio ancianete. Cuando vi a Matt Smith, tan joven y dinámico, con ese aspecto de profesor despistado, me dejó algo sorprendido. Luego, cuando comencé a engancharme, comprendí que dieron en el clavo con él. El tipo resulta serio y divertido a la vez pero, sobre todo, creíble. Y, si bien las pasa muy canutas en ocasiones, también es cierto que sabe adaptarse a otras situaciones, bien sea jugar al fútbol (El inquilino) o marcarse un baile a ritmo de Queen (El Big Bang) Hace muchas más cosas, claro, pero esas las dejo que las descubras por ti mismo. Karen Gillan se maneja pero que muy bien como Amy Pond, la compañera perfecta del Doctor: busca líos, adorable y lanzada a partes iguales. Y, tan mona como pelirroja. Arthur Darvill también queda muy bien como Rory. El amigo, en ciertos episodios, tiene una cara de empanado considerable (el personaje así lo requiere) y es el compañero idóneo para ambos, Doctor y Amy.


 Esto ha sido todo. De veras te recomiendo que veas esta temporada. Yo, debo decirlo, comencé a engancharme a mitad de la sexta temporada y, dicho sea de paso, no me enteré de mucho porque muchas cosas estaban avanzadas y las relaciones entre los personajes muy desarrolladas. Esta quinta temporada es perfecta para empezar a engancharte porque podría decirse que es una especie de reinicio de la historia, como puedes ver en el resumen del capítulo primero.  
Lo digo de nuevo: a mí, me ha encantado. Es todo un espectáculo lleno de aventura, fantasía y evasión pura de la buena. Pero, también, es un ejemplo de un serie muy bien llevada, perfectamente escrita  y desarrollada e interpretada de manera convincente. Si eres de los que le gusta viajar y visitar lugares extraños y conocer gente más extraña aún, no lo dudes: esta es tu serie.
Eso sí, pienso volver a ver la sexta temporada, ahora, a gusto y sabiendo muy bien de donde viene cada personaje.
De paso, deciros que la séptima está al caer… con un nuevo Doctor en la piel de otro actor: Peter Capaldi (más entradito en años que Smith)
Vigilad el cielo.
 
1. En el último momento
Una niña reza a Santa Claus para que arregle la grieta de su pared. Ante su sorpresa, aparece una cabina en su jardín. De ella sale el Doctor. La grieta, en realidad, es el lugar por donde ha escapado el misterioso prisionero cero. Una carrera desesperada para salvar a la Tierra del fin del mundo…
 Espectacular primer capítulo con una soberbia presentación de personajes. Una nueva Tardis y un nuevo Doctor listos para viajar hacia infinitas aventuras.
Y esto es sólo el comienzo.



2. La bestia de abajo
En el siglo 29, el ser humano huye a las estrellas debido a las erupciones solares. El Doctor y Amelia se encuentran con una niña que llora en la en UK, el equivalente al Reino Unido del futuro…
Amelia y el Doctor comienzan sus aventuras.
Un capítulo buenísimo y, sobre todo, muy original y lleno de sorpresas .Todo esto, condensado en apenas una hora de duración. Destaco la escena en la que el Doctor y Amelia están en la lengua de la bestia gigantesca que me recuerda mucho a El Imperio contraataca.
3. La victoria de los daleks
Segunda Guerra Mundial. Churchill tiene un arma secreta: nada menos que los daleks…
Una capítulo buenísimo depende conocemos el origen de los nuevos y coloridos daleks y una trama en la que se fusionan historia y ficción de manera soberbia. Muy, muy recomendable.

4. El tiempo de Los Ángeles
El Doctor se hace con una caja hogar que contiene un mensaje de River…
Me ha gustado mucho este capítulo, la mezcla perfecta entre ciencia ficción y sus dosis de terror. Hay que destacar las tomas de Amelia mirando al ángel acercarse, muy propias de una peli de miedo (y que recuerdan a The ring) Si a ello  le añadimos un Laberinto de los muertos lleno de estatuas de piedra, mejor.



5. Carne y piedra II
 
El grupo continúa  combatiendo a los ángeles...
Las aventuras dentro de la nave espacial continúan. Los ángeles siguen amenazando. En la nave se encuentran una especie de ecosistema natural lleno de oxígeno donde pueden sobrevivir. Un angustioso capítulo en el que destaco la escena en la que Amelia está sola en el bosque con los ojos cerrados rodeada de ángeles. Es curioso cómo sale de nuevo la grieta del primer capítulo. Y, además, se desvela que Amelia está loquita por el Doctor, pero resulta ser mucho más importante que eso.

6. Los vampiros de Venecia

El Doctor invita a Rory y Amelia a Venecia para que puedan hacer las paces...
Divertidísimo capítulo donde el Doctor se enfrenta nada menos que a vampiros venecianos. Pero, ya que se trata de él, no puede ser lo de costumbre porque, atentos, los vampiros son extraterrestre disfrazados que tratan de preservar su especie. Como trama, buenísima. Como todas, da para una peli pero, lo mejor, es que se condensa en cincuenta minutos.

7. La elección de Amy
El Doctor y sus amigos no saben sí duermen o están despiertos...
Un capítulo donde el Señor del Tiempo tiene que mostrar su valía contra el señor del sueño en un episodio lleno de aventuras, acción y momentos dramáticos.

8. La tierra hambrienta
Unos perforadores perforan más de la cuenta y encuentran una civilización alienígena  muy antigua que nos quiere reconquistar…
Originalísimo episodio donde el buen Doctor nos enseña una buena lección de Historia a través de unos seres llamados homo-reptiles muy bien hechos y con muy mala baba. Tan bueno es el capítulo que se divide en dos...

9. Sangre fría
El Doctor va a rescatar a Amy...
Continuación del episodio anterior donde descubrimos, otra vez, que los humanos lo resuelven todo matando. Y, además, un digno final para una buena historia. Lo bueno es que conecta con la brecha temporal del primer episodio y, atentos, hay un trozo de la Tardis en ella.


10. Vicent y el Doctor.
El Doctor ve una cara en un cuadro de Van Gogh. Decide viajar en el tiempo para hablar con él.
Como siempre, un episodio buenísimo y original que demuestra la razón por la que esta serie dura tanto: en ella tiene cabida de todo. En este capítulo, no sólo viajamos en el tiempo, sino que hay monstruo incluido y, además, entendemos por qué razón el pintor pintaba como pitaba. Y, si se viaja al pasado, también se puede hacer al futuro para que un artista vea la leyenda en la que se ha convertido. Repito: muy bueno.

 
11. El inquilino
El Doctor es expulsado de la Tardis y alquila una habitación. En el piso de arriba hasta la fuente que impide aterrizar a la Tardis...
Un capítulo muy curioso y, sobre todo, divertido, ya que vemos que el Doctor se ve forzado a comportarse como un ser humano normal lo cual implica tener amigos o incluso jugar al fútbol.

12. La Pandórica se abre
El Doctor es avisado acerca de un cuadro de Vincent donde vemos que la Tardis estalla y hay un mensaje: la Pandórica se abre. En el mundo romano se genera el caos, ya que don réplicas de los recuerdos de Amy…
Un capítulo alucinante que mezcla a Vincent Van Gogh, los daleks, Churchill y descubrimos el verdadero propósito de Stonehenge: esconder la Pandórica. Un capítulo genial que tiene una sorpresa muy recomendable. Atentos a la toma final en la que estallan todos los universos.

13. El Big Bang
Amy, de niña, va a ver la Pandórica de niña a un museo. La grieta temporal de su habitación ha copiado sus recuerdos. El caos es tal que el universo debe reiniciarse: el Big Bang 2. En el reinicio, nadie recordara nada. Para ello, el Doctor debe terminar su existencia…
Un capítulo que puede parecer algo lioso en un principio pero que es colofón perfecto a una temporada sobresaliente. Y muy divertidas las escenas de la boda en las que el Doctor regresa.
 

Y, por supuesto, es un punto y seguido...