El hobbit: un viaje inesperado (The Hobbit: an unexpected journey)
(2012)
Director: Peter Jackson
Guión: Fran
Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro
Martin Freeman
Ian McKellen
Richard Amitage
Cate Blanchett
Ian Holm
Christopher Lee
Hugo Weaving
Andy Serkis
Elijah Wood
El
hobbit Bilbo ve su rutina alterada por la llegada del mago Gandalf, que le
propondrá un viaje lleno de aventuras…
A
pesar de que a más de uno le extrañe lo que voy a escribir a continuación, creo
que merece decirse y ser tenido en cuenta:
El hobbit no es El señor de los
Anillos. Semejante obviedad puede resultar el colmo de lo evidente pero
creo que es una reflexión que debe tenerse en cuenta. El hobbit, como libro, es
una historia infantil para niños. El señor de los anillos, no. ¿Por qué digo
esto? Porque allí donde la primera obra es una historia de aventuras donde
pasan muchas cosas, la segunda (los tres libros) constituyen una historia de
aventuras, sí, pero con un toque épico más que considerable. Quizás por eso,
las aventuras de Bilbo Bolsón ocupan unas trescientas páginas y las de su
sobrino Frodo más de mil y pico. Y es aquí donde se crea la controversia: ¿El
Hobbit debe contarse en pantalla de igual modo que El señor de los anillos?
Antes
de meternos en faena, hay que decir que la película que hoy nos toca ha estado
rodeada de polémica desde mucho antes de rodarse. Para empezar, el estudio
siempre quiso que Peter Jackson fuera el director porque, seamos sinceros, le
ha cogido el truquillo a la obra de Tolkien. No obstante, una serie de
diferencias monetarias hicieron que Jackson se desligase de la peli y otros
directores fueron pensados para sustituirle. Al final, se llevó el gato al agua
Guillermo del Toro, que estuvo como director del proyecto implicado algo así
como un año (quizás el tiempo me falle) pero, diferencias creativas
irreconciliables, hicieron que abandonase y Jackson, una vez arreglados los
problemas, se hiciera cargo de todo. A todo ello hay que sumarle la gran
controversia, esa que hizo que las alarmas sonasen y muchos (entre ellos este que
escribe), se pusieran alerta: el Hobbit pasó de una peli a tres. El problema
que esto planteaba estaba claro ya que nadie entendía como una novelita de
trescientas páginas podría convertirse en una trilogía cinematográfica donde
cada entrega duraría más o menos tres horas. La respuesta fue sonada: Jackson y
equipo añadirían esto o aquello (mucho de ello de cosecha propia) para enlazar
la historia de Bilbo con la del dichoso añillo.
Pues
bien, aquí tenemos la primera de las películas de El Hobbit. Os comento mis
impresiones:
A
favor, desde luego, hay que destacar muchas cosas. En primer lugar, el regreso
a la Tierra Media está garantizado. Es como si no hubiera pasado el tiempo. Hobbiton
(Bolsón Cerrado) sigue estándo ahí y resulta tan realista como lo estaba en lo
que vimos en la trilogía de El señor de los Anillos. Por eso, los ambientes,
las ciudades, los paisajes en general hacen que te creas que, de veras, está en
mitad de la Tierra Media. La ambientación fantástica está asegurada bien en
forma de pueblo Hobbit, de ciudad de los enanos o de cualquier caverna atestada
de orcos inmundos y salvajes. Desde este punto de vista, han sabido conectar
con lo que ya conocíamos y, al menos para mí, eso da muchos tantos a la
película. Y, desde luego, uno de los decorados que más me gusta, lo mismo que
sucedió con la trilogía anterior, es Rivendell. No si es que se lo curraron
más, si ha dado esa casualidad o si tan solo ha ocurrido así pero, al menos
para mí, siguen dando en el clavo con la ciudad de los elfos; sigue resultando
majestuosa y mágica a la vez, algo que recuerdas cuando al peli acaba.
Vamos
allá con otra cosa que destila la película por los cuatro costados:
espectacularidad. No podemos olvidar que esto, a fin de cuentas, es el mundo de
Tolkien y, además, se nota que han estado sobrados de dinero para reflejarlo.
Por eso, la peli comienza con una larga escena (que recuerda de manera clara a
la que da comienzo a La Comunidad del
anillo) en la que se nos cuenta la historia de la ciudad de Thror, su
relación con Thorin (protagonista en la sombra) y el ataque del pérfido Smaug.
Si no conoces nada acerca de la obra literaria, esto, por lo menos te mete bien
en situación y, además, te deja con ganas de saber más, ya que no vemos a
Smaug. Vale, quizás alguna pata, algo de fuego por aquí, la punta de una cola
por allí, pero nada del dragón. Aún quedan dos películas por delante, ¿por qué
mostrarlo desde el principio? Lo que sí está claro es que el amigo debe ser
tremendo y yo, por lo menos, quiero verlo ya en todo su esplendor.
La
película cuenta con varias sorpresas que ya se anunciaron a bombo y platillo y
que a más de uno extrañó. La primera, nada espectacular, sale Frodo. ¿Y eso?
Pues porque está ayudando a tito Bilbo a preparar la famosa fiesta de
cumpleaños que ya conocíamos en La
Comunidad del anillo. De este modo, se nos deja bien claro que El Hobbit no
es una aventura independiente (como, bien mirado, es el libro) sino una más
dentro de una gran trama. Porque lo que vamos a ver en este metraje es un
gigantesco flash-back… del cual quedan aún unas seis horas de película
(¡Fiuuuuuuu!)
Lospersonajes me parecen muy bien reflejados y
creo que han dado en el clavo con todo ellos, al menos con los que salen en el
libro (luego explicaré esto pero, si has visto la peli y has leído la novela,
sabes a lo que me refiero) Los enanos me han resultado muy apropiados, si bien
es cierto que han enfatizado mucho el carácter guerrero de los mismos (lo
admito, en cuestión de enanos, sigo pensando en los del tipo Blancanieves) Por
eso, me llamó mucho la atención verlos con ese aspecto fiero y, aveces, tatuado que muestran algunos. Con
todo, me parecen bien. Gandalf sigue igual al que vimos en las otras pelis,
solo que el actor está algo más mayor, claro. Los elfos continúan tan
espectaculares y elegantes. Pero, lo que más me ha gustado, es el repertorio de
elfos, orcos o wargos que pululan por la peli. Todos diferentes y todos igual
de asquerosos y repulsivos. Más aún, me atrevería a decir, que lo que ya
conocemos. Me remito aquí a esa especie de rey Orco de las cavernas que me
recuerda a Jabba el Hutt o a cualquier súbdito de Azog (personaje del que luego
hablaré) Y, desde luego, me encantan los wargos, que aquí se lucen más y mejor
de lo que vimos en Las dos Torres.
Vamos
allá con los efectos. Impresionantes. La peli te puede gustar o no, la puedes
considerar fiel o no pero, en cuestión de efectos especiales, se han lucido y a
base de bien. Toda la cinta está plagada
de ellos solo que, por suerte, se integran en la trama sin hacerse notar
demasiado (aunque hay otros que, claro está, persiguen el lucimiento puro y
duro, como la de los gigantes de piedra, pero eso es algo que nadie, ningún
director, ninguna película, puede evitar) Empezamos por el efecto “más
sencillo”, es decir, el de reflejar la estatura de hobbits y enanos con
respecto a humanos normales y corrientes y orcos o trolls que son cualquier
cosa menos normales y corrientes. Como ya vimos en la trilogía del Anillo, muy
bien hecho, muy natural. Los personajes creados de manera digital están
integrados en la imagen de manera excelente y ya creo que se puede decir que no
se notan que lo sean. Destaco aquí todos los tres trolls estúpidos que acaban
convertidos en rocas olo orcos de todas
clases, tamaño y caras.
Pero, si de efectos se habla, me gustaría
hacer una mención especial a tres elementos que me parecen muy bien
conseguidos. En primer lugar, el personaje de Azog, muy expresivo y
terrorífico. Segundo, la escena de los gigantes de piedra, que queda
estupendamente y de veras que quería comprobar si habían dado el paso y los habían
incluido en la película. Y, para el final, el mejor: Gollum. Sabido por todos
es que el amigo Smeagol ya había dejado el listón muy alto en la anterior
trilogía. Pero es que, aquí, se han lucido todavía más con él. Los movimientos,
las expresiones, los detallitos en plan lucimiento como esos en los que le
vemos en la oscuridad con los ojos brillantes están simple y claramente
sublimes. Los gestos que pone cuando está en mitad de la competición de
acertijos ya hacen que esta peli tenga que verse. Sin duda, todo un acierto que
dejará al personal con la boca abierta. Y no todo pueden ser personajes
grotescos. Ahí está las águilas gigantescas para demostrarlo. Eso, por
supuesto, entre otras cosas más.
Los
actores me han parecido muy bien. Aquí hay un montón (¡tan solo los enanos son
trece!) así que me voy a centrar en los principales, claro. Ian McKellen, como
siempre, metido hasta la barba en el personaje de Gandalf y sintiéndose muy a
gusto con lo que hace. Richard Armitage resulta un Thorin bastante convincente.
Valiente, noble y algo cerrado en sí mismo. Pero aquí la estrella es, sin duda,
Martin Freeman, que hace el papel del saqueador Bilbo Bolsón. Para mí, todo un
acierto. Freeman ha sabido hacerse con un personaje que, bien mirado, tenía su
complejidad y, además, debía competir con otros hobbits (y sus correspondientes
actores) que ya conocíamos. Para mí, despliega cierto encanto e ingenuidad
basados de manera bastante acertada en sus gestos y movimientos corporales. ¿El
resultado? Un Bilbo en toda regla, muy natural, muy creíble y, en definitiva,
muy hobbit. Creo, desde mi humilde opinión, que el gran acierto en este tipo de
papeles, es escoger a alguien no muy conocido que hace que el espectador lo
identifique de manera más fácil con el personaje que interpreta (ahí están, en
sus primeros momentos, Harrison Ford, Mark Hamill, Christopher Reeve o Hayden
Christensen entre muchos otros). Y aquí, de nuevo, esa regla funciona. También
me gustaría hacer mención a dos más. Uno, Hugo Weaving, que repite como Elrond
y que, nada más aparecer en pantalla, hace que te des cuenta de una cosa: aquí
aparece más afable, más normal que en la trilogía del Anillo, donde resultaba
tan inexpresivo como un ladrillo. Aquí, al menos, gesticula, tiene más expresiones
y, en definitiva, hasta parece hasta más humano (afirmación algo incongruente
si hablamos de un elfo, pero espero que me hayáis entendido). Y, claro está,
Christopher Lee como Saruman que, salir, sale poco y se mueve menos (está muy
mayor ya) pero esos ojos, ese gesto y esa cara (rejuvenecida un poco, claro
está) le hacen igual de amenazador o más.
¿Todo
es magnífico en la peli? No, al menos, para mí. Parece que hablar de cualquier
cosa relacionada con el universo de Tolkien en pantalla debe implicar que se
bombardee de elogios a Jackson y equipo. Pues bien, debo señalar algunas
cositas que no dejan de parecerme curiosas. Veamos…
El
principal talón de Aquiles que creo puede tener esta peli es lo referido ala fidelidad. Vamos a dejar clara una cosa:
¿sigue la trama general del libro? SÍ. Ahora bien, si de una novelita de
trescientas páginas hacen tres pelis de tres horas (minuto arriba minuto
abajo), ¿implica que han cambiado cosas? También, SÍ. De hecho, más que cambiar
(que, desde luego, han cambiado), lo que han hecho es añadir. Desde un primer
momento se dijo que, para justificar el hecho de la trilogía, Jackson y
compañía añadirían cosas de su propia cosecha y, según he leído, sacadas de
apuntes de Tolkien (que, evidentemente, quedaron descartadas por el autor en su
momento) La impresión que a mí me ha dado es que, a veces, los cambios son muy
cantosos y los añadidos más aún. Otra cosa es que te gusten o no.
En
primer lugar, debo admitir que tanto espectáculo de los enanos al principio se
me hace un poquito largo. Vale, en el libro van llegando de uno en uno. Pero
tanto metraje con la comida, la bebida y las canciones (sobre todo esa al
recoger) me cargan un poquito. Cualquiera que haya leído el libro sabe que hay
cancionespero, al menos desde mi
humilde opinión, una cosa es leerlas y otra cosa que se líen la mata a la
cabeza y se pongan a cantarlas en la peli. Y, conste, que a lo largo del
metraje hay tres canciones. Repito: para mí, sobran todas. Si encima están dobladas,
ya no digo nada más (A Aragorn no le doblaron cuando se arranca por soleares en
la última peli…)
Vamos
allá con otro punto de controversia referido a ciertos personajes. Si bien se echan
en falta unos cuantos, lo cierto es que también aparecen otros con los que el
espectador no contaba. Por eso, yo he echado en falta a Beorn, el tipo que se
convierte en oso. Tenía ganas de ver cómo se las apañaban para reflejarlo y,
sobre todo, ver esas transformaciones en pantalla. Lo mismo estoy hablando por
hablar y le vemos en la segunda película. Y allí donde hay ausencias, también
hay añadidos porque, cosa que no esperaba, resulta que sí sale Radagast. Lo curioso
es que, por lo menos a mí, me ha parecido que su inclusión en la película es
totalmente innecesaria y ni pincha, ni pone ni corta en la historia. En el
libro, se le nombra de pasada. Aquí tiene un par de escenas que no es que
aporten demasiado y, además, puestos en plan criticón, no me ha gustado el
aspecto que le han dado: resulta demasiado cómico y tiene, en su lado derecho
de la cara, algo a camino entre la corteza de un árbol y los excrementos de un
pájaro. Al menos, eso me parece a mí.
Se
ve que no se contentaron con ausencias y apariciones inesperadas, no. Además,
han añadido. Me refiero, claro está, al personaje de Azog. Este orco tan
paliducho como cachas no está en el libro (en realidad es un personaje que
Tolkien creó para los libros conocidos como Legendarium. La pregunta es muy
sencilla: ¿por qué añadirlo? La única respuesta que se me ocurre es una: en el
libro, no hay un malo como tal; no hay ningún Saruman, ningún personaje en plan
Darth Vader que se configure como el némesis principal. El único que se aproxima
a esta idea es Smaug y sólo sale al final. Me da que aquí se lo han sacado de
la manga para completar el esquema bueno/malo, una excusa para complementar al
personaje de Thorin. A mí, Azog no me molesta, pero sí me chocó verlo y, como
es obvio rompe parte de la magia del libro, ya que hace que ciertas partes de
la historia caigan en lo habitual y se alejen de la magia que desprendía la novela.
Además, hay un efecto secundario en todo el metraje que no se da tanto en la
novela: se potencia el personaje de Thorin por encima de lo demás de manera
bastante evidente y, si me apuráis, hasta por encima del propio Bilbo. ¿Es todo
en cuestión de añadidos? Pues ahí tenéis a un tal Nigromante que aparece sin
que nadie le haga mucho caso y que, supongo, luego se convierte en cierto
elemento crucial en cierta historia y que forja cierto anillo único que
fastidia mucho al personal en los años venideros. ¿Era necesario todo
esto?Aquí es donde se aplica eso de
“para gustos, los colores”
Y
aquí vamos con una buena ración de cambios/añadidos: Galadriel, que no aparece
en el libro, en plan telepático con Gandalf; una reunión que no dice mucho pero
que sirve de nexo para lo que tiene que venir con Saruman, dando a entender que
sabe más de lo que dice…
Pero
debo comentar a parte una escena que, de veras (entre otras muchas) esperaba
ver en pantalla y que la han variado, en mi opinión, quitándole la gracia que
emanaba del libro. Me refiero a la de los tres Trolls. El aspecto de los mismos
me gusta y la actitud también (1uizás se
pasan haciéndolos estúpidos y graciosos, demasiado graciosos, a partes iguales)
Pues bien, en la novela la gracia está en que Gandalf los confunde imitando sus
voces y volviéndoles locos. Aquí eso se lo han cargado y han dado paso a un
ataque bestial de los enanos hasta que Gandalf, de manera muy buena, rompe una
roca y deja pasar la luz del sol. La escena, en sí, está bien y hasta es
bastante espectacular pero a mí me ha defraudado un poco porque la han
convertido en una excusa para meter con calzador una buena sesión de espadas y
gritos. Bueno, ahí queda. Y si de escenas cruciales hablamos, ¿cómo veis el
acertijo del anillo? Me dio la sensación de que Bilbo pregunta en voz alta qué
lleva en el anillo a posta, mientras que en el libro lo que sucede es que habla
consigo mismo en voz alta y eso crea la pregunta. Repito: no sé si es una falta
de apreciación mía. Cuando la vea otra vez (que lo haré) estaré más atento.
Pues
esto ha sido todo. ¿Sus mayores virtudes? Para mí está claras: creo que la
película, en su conjunto, debe verse y como vehículo de entretenimiento lleno
de espectacularidad, no tiene ningún desperdicio, aventuras en su estado más
puro y sencillo. Quizás tenga en contra lo claramentehinchada y, en muchas partes (como la
secuencia del os gigantes de piedra) estirada que está, además de dar un toque
muy épico a una historia que, a priori, no lo era tanto. Yo siempre he dudado
que de este libro salgan tres películas y, si salen, es porque la historia ha
sido inflada y estirada hasta más allá de sus límites. Eso sí, depende de la
actitud que lleves, todo esto te traerá al fresco o no. Si vas en plan “voy a
pasar tres horas entretenido”, te lo aseguro, acertarás de pleno en la diana.
Si eres muy fan del libro puede que
algunas cosas te resulten muy curiosas y, en algunos casos, hasta te parezca
una adaptación más que cuestionable (al menos en algunos momentos, claro). Yo, sin ser ferviente seguidor de Tolkien,
he notado esto último y, por eso, prefiero dejarme llevar por la primera
opción.
Te falto poner que manu brennet interpreta a traves de la captura de movimiento al orco azog,lo demas del blog me parece correcto,desde mi humilde opinion,claro.
Te falto poner que manu brennet interpreta a traves de la captura de movimiento al orco azog,lo demas del blog me parece correcto,desde mi humilde opinion,claro.
ResponderEliminarGran verdad, amigo. Gracias por la aclaración y por pasarte por aquí. Estás invitado siempre que quieras.
ResponderEliminarUn saludo.