sábado, 6 de abril de 2024

Cazafantasmas: Imperio helado





Los Cazafantasmas han vuelto y van a quedarse mucho tiempo. Es lo que tienen las buenas franquicias. Y, si encima, las tratan bien los nuevas personas vinculadas a ella, mejor que mejor.

Estaba claro que, después de Cazafantasmas: Más allá, iba a haber más entregas. Pues bien, Cazafantasmas: Imperio helado, es la continuación lógica a aquella primera entrega y que viene a dejar claras dos cosas. La primera, que va a haber más y nuevas aventuras. La segunda, que los nuevos miembros se van abriendo camino para que el grupo tenga su propia identidad... sin olvidarse de sus raíces.

Lo que tenemos por delante es una cinta de aventuras en la más clara línea de la saga, una mezcla perfecta entre fantasía, aventuras y humor que asegura un buen rato frente a la pantalla y, de paso, olvidarte de todo y disfrutar. La trama en sí es digna de los Cazafantasmas: un artefacto contiene el espíritu de dios que no tiene otra cosa que helar todo y los chicos, los nuevos y los viejos, deben ponerse manos a la obra. Cosa curiosa, y no creo que sea casualidad, la peli empieza dando a entender que la ciudad está hasta el gorro (al menos, el alcalde) de los Cazafantasmas y tratan de ponerles pegas hasta aburrir, como el hecho de que Phoebe no pueda estar en el grupo por ser menor de edad. Sí, yo creo que es una referencia a Cazafantasmas 2.

A partir de ahí, mucha aventura, mucha emoción y un despliegue helado que tiene por centro al malo, el malvado dios Garraca y cuyo diseño me ha encantado. Ese aspecto sin duda terrorífico, con esos cuernos y esas uñas, me ha parecido espectacular y creo que, desde el Gozer de la primera entrega es, con diferencia, el malo más potente que hemos visto hasta ahora en la saga.

¿Nostalgia? Hombre, ya solo por el hecho de ver a Bill Murray, Dan Aykroyd y Ernie Hudson, el bofetón de nostalgia está garantizado pero, ojo, y aquí va otro punto a favor de la cinta, ni se dejan llevar ni abusan de ellos. Los chicos originales están ahí para ayudar y punto, no para revolver demasiado en el corazoncito de los que los vimos en acción allá por los ochenta. Sí, es verdad, cuando sale Willian Atherton como Walter Peck, la cosa gana muchos puntos pero, repito, no abusan.

Por lo demás, efectos estupendos, la canción original que te atrapa nada más oir las primeras notas y mucha, mucha diversión. Yo, al menos, espero que sigan esta línea porque es una gozada ver algo que llevas admirando años y que es respetado y tratado como se merece, sin alterar nada ni matar a nadie.

Venga, ¿A QUIÉN VAIS A LLAMAR?



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