viernes, 20 de diciembre de 2019

Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma

La amenaza fantasma (The phantom menace)
(1999)
Director: George Lucas.
Guión: George Lucas.

Liam Neeson.
Ewan McGregor.
Natalie Portman.
Ian McDiarmid.
Anthony Daniels.
Ray Park.

La Federación de Comercio está bloqueando el pacífico planeta Naboo. El consejo Jedi manda a dos de sus caballeros a solucionar el conflicto. Muy pronto, descubrirán que hay algo más tras todo ello…

¡Dieciséis años! ¡Nada menos que dieciséis años tuvimos que esperar para, de nuevo, poder viajar a una galaxia muy, muy lejana! dieciséis años para poder ver esas letras amarillas que se funden en la inmensidad del espacio infinito. Nunca olvidaré ese sábado por la tarde en el que acudí al cine (mi novia y yo éramos los primeros en la cola), las luces se apagaron y la música de John Williams entró (otra vez) en cada rincón de mi cerebro…
 Todos los fans sabíamos que, según decía Lucas, había un total de nueve episodios galácticos en su mente. Tres de ellos, los episodios del cuatro al seis, los pudimos ver en la década de los setenta y los ochenta convertidos en los tres clásicos del cine de aventuras espaciales por excelencia: La guerra de las galaxias, El Imperio contraataca y El retorno del Jedi, tres monstruos mastodónticos que se han alzado como iconos en su género y cuyos personajes, amén de naves, criaturas e incluso diálogos, forman parte de la cultura popular de la era moderna. Ahora bien, en ellos se hablaba de ciertas cosas y personas que, en realidad, no sabíamos muy bien qué o quiénes eran: las guerras Clon, el senado, Obi-Wan Kenobi como general o la caída de Anakin Skywalker sin saber la razón concreta. Los episodios uno al tres explicarían todo eso… y más.

Ya desde el principio Lucas dejó claras dos cosas. La primera, que el tono de las nuevas entregas no tendría por qué ser el mismo de las anteriores, es decir, guerras, buenos y malos. Además, tendría tintes mucho más políticos que la trilogía anterior. La segunda que, por encima de todo, esta sería la historia de Anakin Skywalker, su carrera como Jedi y su descenso al Lado Oscuro. La amenaza fantasma (título que, por cierto, me encanta por lo ambiguo que puede llegar a ser) es el episodio de entrada a la nueva trilogía. Se centra de manera magistral en la República mostrada en todo su esplendor. Está llena de joyitas que deseaba ver durante años: el senado galáctico, el consejo Jedi, sus caballeros en toda su gloria… además de otros detallitos que me hicieron botar en la butaca del cine.


La trama de la película es mucho más complicada de lo que parece a simple vista: la federación de Comercio ha llevado a cabo un bloqueo sin sentido al planeta Naboo, gobernado por la reina Amidala. El consejo Jedi envía a dos caballeros, Qui-Gon Jinn y un joven Obi-Wan Kenobi a investigar. A partir de ahí, las cosas se ponen más complicadas cuando descubrimos que, detrás de todo, hay algo mucho más oscuro, nada menos que la orden Sith con dos siniestros personajes a la cabeza. Y este es uno de los detalles que muchos critican de esta cinta: la acusan de ser muy lenta, de enrollarse mucho en ciertas cosas en detrimento de la acción. Bueno, cada cual, por supuesto, que piense lo que quiera.


Star Wars: The Phantom Menace Senator Palpatine stands worried in chambers

Lucas se recrea mostrándonos el origen de muchas cosas. Nunca olvidaré la primera vez que vi a Anakin niño bajar las escaleras. ¡Era él, Darth Vader! Pero, ¿quién era en realidad Anakin Skywalker? ¿Quién fue su madre y, por tanto, la abuela de los dos hermanos rebeldes más famosos de la galaxia?  ¿Cómo y por qué comienza a ser un jedi? ¿Quién fue la madre de Luke y Leia? Detalles como estos, y muchos más, son explicados, al fin, aquí.

 Pero si por algo destaca esta cinta, es por el auténtico impacto visual que es en realidad. A lo largo de las dos horas y pico de metraje, asistimos al descubrimiento de mundos increíbles, cada uno de ellos más espectacular que el anterior. ¿Cómo definir sino Coruscant (qué maravilla de planeta-ciudad), Taatooine (vemos algo más que un cañón o una cantina llena de aliens. De hecho, el cañón en el que discurre la carrera de vainas es impresionante), Naboo (esplendorosamente bello, esas cascadas, esa hierba... uno de mis planetas favoritos de toda la saga) y, sobre todo, uno de mis preferidos que no constituye un planeta en sí pero que forma parte de él: la ciudad  hogar de los entes más extraños de todo el universo de La guerra de las galaxias, tan nobles y valientes como cómicos y curiosos (y, también, odiado por toda una legión de fans. Qué se le va a hacer): los Gungans, al que pertenece el ser más torpe de la galaxia, Jar Jar Binks, personaje que cae mal a muchos pero que a mí me cae fenomenal. Las escenas bajo las aguas de Naboo son soberbias, así como los monstruos que las habitan.
Otra cosa a tener en cuenta en este episodio es que, por fin, vemos a los caballeros Jedi en toda su gloria. Estupendo, ya que, si nos fijamos en los episodios cuatro, cinco y seis, asistimos a combates con sables de luz, sí, pero nunca vemos a Jedis propiamente dichos (un Obi-Wan anciano combate con Vader, medio hombre, medio robot y Luke, en El Impero contraataca, pelea con Darth Vader pero ni mucho menos es una batalla igualada. En el Retorno del Jedi las cosas cambian un poco.) Aquí vemos jedis y siths bien experimentados hacer lo que mejor saben: pelear usando sables de luz. Es una gozada ver a Qui-Gon pelear por primera vez en el desierto contra Darth Maul y, por supuesto, el épico enfrentamiento final al que se une Obi-Wan. Lo dicho, Jedis en toda su gloria, como debe ser. Y aquí hay que destacar el impresionante trabajo de entrenamiento que Nick Guillard y su equipo hicieron con los actores.
El reparto, para mí, está muy correcto, cada cual en su papel. Liam Neeson es un buen Qui-Gon, severo pero rebelde a la vez. Ewan McGregor se estrena como Obi-Wan, dejando entrever que en el futuro dará más complejidad al personaje ya que pasa de aprendiz a maestro. Natalie Portman, está muy bien como reina Amidala, pasando de ser tan fría como un robot a más cercana en sus secuencias como Padmé. Y. cómo no, destacar el personaje más importante de toda la trama cuyo peso cayó sobres los
hombros más jóvenes del reparto: Jake Lloyd es nada menos que Anakin Skywalker, el niño que se convertirá en Darth Vader. Lloyd me gusta bastante. Le veo muy natural y, menos mal, no acaba cayendo en el tópico del niño repelente y listillo. Todo lo contrario: emana bastante normalidad potenciando el lado bueno que el personaje tuvo en algún momento de su vida. No obstante, yo hubiera preferido ver ya ciertos destellos de maldad en él pero…


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En el lado de los malos tenemos a un estupendo Ian McDiarmid, nada menos como senador Palpatine y futuro emperador de la galaxia. Este hombre, que me encanta cómo lo hace (hay que tener aplomo para interpretar un personaje dual como este), fue un acierto por parte de Lucas puesto que es el mismo actor que ya lo interpretó en El Retorno del Jedi. McDiarmid configura un personaje traicionero y mentiroso a partes iguales de manera soberbia. De hecho, se pasa toda la peli maquinando. Ah y, si podéis, escuchadle en versión original. Perfectamente malvado…

Y si de malos hay que hablar, tenemos que nombrar a Ray Park, que está bajo la piel (y el maquillaje) de Darth Maul, un sith de aspecto impresionante que es el paradigma de “pocas palabras y muchos hechos” Un detalle a destacar es que, a pesar de ser el malo por excelencia de la peli y principal reclamo publicitario (digan lo que digan, la cara de Maul se ha usado mucho más que la de los buenos), dice un par de frases (cortas) a lo largo de la misma que han hecho que muchos acusen a Lucas de no aprovechar el carisma del mismo. Puede que tengan razón y, quizás, se podría haber sacado más jugo pero, cuando enciende su sable láser doble, desafía a los Jedi y mira esos ojos de serpiente, me olvido de todo y me dejo llevar por el espectacular modo de pelear que tiene. Es rápido, efectivo, mortal… y maligno donde los haya. Yo creí que Maul sería a la nueva trilogía lo mismo que Vader a la antigua, pero me equivoqué (claro, que los sith de las entregas venideras no tienen desperdicio…) También hay que admitir que el malo es Sidious por encima de cualquiera.
Red Fly quiere relanzar el juego cancelado de Darth Maul - Star Wars: Episode I - The Phantom Menace
¿Y los efectos? Sublimes. Los actores interactúan con los seres más extraños como si tal cosa, sin olvidar que la tecnología digital se aplica de manera soberbia a naves, planetas o decorados (fijaos en los palacios de Naboo o el fondo del lugar donde se produce el vuelo final) y muchas cosas más. No hubiera sido posible hacer muchas de las secuencias de esta cinta sin el CGI. No obstante, según defiende Dennis Muren, si bien hay efectos digitales que hace años hubieran sido imposibles, hay muchas más maquetas y efectos de toda la vida de lo que piensa la gente. De hecho, un ejemplo de esto, es la épica batalla final en los campos de Naboo: muchos de los tanques de los droides eran maquetas, por no hablar del público que asiste a la carrera de Boonta Eve, que no son otra cosa que… bastoncillos de algodón coloreados que se mueven. Eso sí, el resultado es espectacular. Desde la perspectiva de los efectos, sin duda, los gungans destacan de manera soberbia.
Resultado de imagen de the phantom menace duiuel desert"¿Escenas para el recuerdo? Esto, como todo, depende de cada uno según le haya llegado o no la peli. Para mí, varias. La película, en palabras del amigo George, tenía que superarse a sí misma conforme avanzase. Es decir, cada escena importante tenía que superar a la anterior. Desde este punto de vista, hay que destacar la impresionante carrera de vainas (ideal para el 3D), donde el polvo del desierto parece respirarse y masticarse de manera literal. También a destacar (aunque más comedida) la que ocurre en el senado de la República, una escena tan espectacular como elegante. Luego asistimos al ya famoso duelo Qui-Gonn/Darth Maul/Obi-Wan y, para superar este, una batalla espacial a la vez que otra se produce otra en los campos de Naboo. Todo ello aderezado con escenas en ciudades submarinas, monstruos que pululan por sus aguas, ciudades que ocupan un planeta o naves que hacen el efecto de espejo. Por cierto, yo destaco una escena que, si bien no es la apoteosis de lo espectacular, si me tocó la fibra sensible:
            ­-Anakin –dice Qui-Gonn exhausto después de pelear con Maul–, te presento a Obi-Wan Kenobi.

Pero no se puede hablar de ninguna película de La guerra de las galaxias sin hacer referencia al apartado musical. John Williams, autor de toda la música de las películas de la saga, aquí está genial. Los temas pasan de trepidantes a sensibles cruzando por aventureros y, a modo de notas “perdidas” que se deslizan por las escenas, son una antesala de lo que el futuro traerá (¡ay, esas notas que se pueden oír de La marcha imperial o el tema Jedi de toda la vida!) Pero, sobre todo, destaco uno de los que, para mí, es de los más potentes (si no el que más) de toda la saga: Duel of fates. Es dinámico, impresionante, tremendamente épico y, sin duda, cuando se escucha, es imposible olvidarlo. La guinda perfecta a un no menos perfecto duelo de sables de luz. ¿Es eso todo? En absoluto. Escuchad Anakin's Theme o la música que acompaña al comienzo del a carrera de vainas, todo un homenaje a la banda sonora de Ben-Hur, The arrival at Tatooine and the flag parade y una delicia que tiene que ser escuchada. Por no hablar de esa melodía tenebrosa que acompaña a Darth Sidious cada vez que sale (pieza que, por cierto, ya entrevimos en El retorno del Jedi). Por cierto, con respecto a la banda sonora, hay dos versiones: la simple y otra doble con música extraída directamente de le peli. Recomiendo ambas pero, sobre todo, esta última.






En fin, todo un espectáculo que merece verse y revisitarse las veces que haga falta, la space opera más clara de las seis películas. Para mí, una combinación perfecta de mitología, fantasía, aventuras y acción. No pocos son los que han atacado a esta película basándose, sobre todo, en el hecho de compararla con las de la segunda trilogía y, de nuevo, atacando a los pobres gungans. Cada cual, por supuesto, es muy libre de hacer, pensar y decir lo que quiera, de eso no cabe duda porque todas las opiniones son respetables. Yo alabo ese afán que se respira en toda la trilogía de no tener por qué ser igual que la anterior. Aluciné (literalmente hablando) cuando la vi por primera vez y sigo alucinando y disfrutando como un niño ahora. Y es que siempre lo digo: para gustos, los colores. Yo me quedo con los rojos de Darth Maul. A mí, por si no lo habéis notado, me encanta desde que empieza hasta que (por desgracia para mí) termina.
Y ya paro, que me emociono. Os animo a verla. Y, si podéis, ved los tres nuevos episodios seguidos. Una gozada.
Por cierto, en 3D, sentiréis que ir en una vaina de carreras o que estáis en mitad del Senado Galáctico.
            
Curiosidades:
Hablar de las curiosidades de cualquier película de La Guerra de las Galaxias puede dar sólo para un blog dedicado a ello. Esta en concreto, por el hecho de ser la primera de una nueva trilogía, contiene un montón. Como no puedo poner todas las que conozco por aquello de la extensión, destaco algunas:

-Hubo tres mil Anakins. La búsqueda se redujo a tres. Una de las cosas que encantó al equipo fue el lenguaje corporal de Jake Lloyd.
-Para los actores jóvenes, se buscaba cierto parecido con Mark Hamill y Carrie Fisher.
-Ray Park no era actor, si no doble. Cuando Lucas le vio luchar, no dudó en ofrecerle el papel.
-John Williams añadió un coro a ciertas piezas para darle a todo un aire religioso. Ya, desde esta primera entrega, el genio de Lucas supo que algo de eso emplearía en cierta escena de cierta muerte… en el tercer episodio.
-Nick Guillard trabajó a los actores con varias disciplinas para sus duelos: desde tala de árboles pasando por esgrima, tenis o taekwondo.



-Algo típico en cualquier peli de La guerra de las galaxias: cuando Neeson cogió un sable de luz por primera vez, hizo el sonido propio del arma. Luego se dijo “Ok, hay que parar”
-Las cascadas de agua en Naboo son en realidad sal.
-El el episodio 4, en Túnez (Taatooine) cayó una tormenta que destrozó todo. En este, igual.
-El tío de Ewan McGregor fue Wedge Antilles en los antiguos episodios.
-Liam Neeson aceptó el papel sin leer el guión. Natalie Portman fue más allá: firmó por tres películas sin leer una sola línea de ningún guión.
-Curiosidad rara: hubo un rumor diciendo que, en una escena, había un desnudo de Portman. La explicación de Lucas fue más que contundente: demasiado tardaban en meterla en los trajes como para encima, luego quitárselo.
-La reina Amidala saca siempre un vestido distinto en cada escena.
-Samuel L. Jackson, literalmente, invadió a Lucas a peticiones para ser un jedi.
Resultado de imagen de the phantom menace mace   windu stunt"-Hablando de Jackson, todas sus escenas, menos la del funeral, está sentado. El que se ve de pie al final es un doble.
-Hay una escena eliminada más que curiosa. Anakin se lía a tortas con Greedo a causa de la carrera. Un destello de lo que vendría años después.
-Dicen que hay una escena en la que Lucas utilizó una cámara digital y retocó los ojos de Jake Lloyd. Ni idea de cuál puede ser.
-El tema final de los gungans era distinto tal y como Williams lo concibió. De hecho, era mucho más en la línea de la música final del episodio cuatro. Cuando Lucas lo oyó admitió que estaba muy bien, pero que los gungans no podrían ser tan musicalmente serios, así que solicitó a Williams una música más alegre acorde al pueblo de Binks.
-La solución para la cuestión anterior fue práctica pero efectiva: Williams tomó las notas del tema del emperador y las alteró. Comparad los temas y lo entenderéis.
-Lucas ha admitido que, con la segunda trilogía, no se complicó mucho la vida con el vestuario. Y es verdad: las ropas fueron blancas, negras, grises… Aquí tira eso por la borda y no sólo sus diseños rebuscados, sino que mete colorido a tope. A destacar el trabajo de Trisha Biggar en este apartado.
Resultado de imagen de Anaking shadow phantome menace"-Darth Maul fue doblado en la voz por otro actor. Dicho de otra forma, dice poco y, encima, no es él.
-En la mencionada escena de Anakin bajando las escaleras, DICEN (porque yo no lo veo. Soy incapaz de ver estas pelis y ponerme a buscar detalles raros) que la sombra del chico en el suelo es la silueta de Darth Vader.

-La batalla final recuerda, al empezar, a Espartaco.
-Hay otro homenaje a Harold Lloyd cuando a Jar Jar Binks le persiguen los tronadores.
-Lloyd fue aspirante a ser Harry Potter.       

Y punto final. Que la Fuerza os acompañe...

          
"Nublado el futuro de este niño está"



Vigilad el cielo.

4 comentarios:

  1. Por lo que veo estás bien documentado. ¿Podrías decirme por qué la cuarta de la saga fue la primera en en la gran pantalla?

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  2. Muy sencillo: Lucas pensó en los episodios del 1 al 6 allá por los 70 (creo que empezó a hacer borradores a partir de 1973). Con los medios de los que se disponían en 1976 (fecha en que empezó a rodar), no podía rodar los episodios 1 al 3, pero sí empezar por el cuarto. El resto es historia...

    ¡Gracias por escribir!

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  3. ¡Hola, Israel!

    Esta peli me trae muchos recuerdos. ¡Era una niña cuando se estrenó! Me alegra que te guste esta entrega porque hay gente que la odia... y mucho. Yo personalmente disfruto de esta peli porque su historia me entretiene de principio a fin. Recuerdo que Darth Maul me dio bastante miedo en su momento... y ahora también.

    Cuando se estrenó la trilogía original yo no había nacido, pero la segunda sí que la pude ver en el cine y fue una gozada, aunque "El ataque de los clones" no me gustó.

    Cómo curiosidad te diré que mi madre no supo la verdadera cronología de las pelis hasta unos días antes de ver el Episodio III. Yo no lo sabía y cuando me lo comentó se lo expliqué y entonces me dijo que por eso no le habían cuadrado las cosas. Se pensaba que la nueva trilogía ocurría después de la original jajaja

    ¡Excelente entrada!

    ¡Un saludo!

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Laura!

      ¡Me encanta Darth Maul! De hecho, en mi estudio, tengo una figura suya en el momento de la pelea final (al lado de otra de Mazinger, por cierto (qué cosas)) además de otras tantas de distintos tamaños. El personaje me fascina con esa cara y esos tatuajes tan alucinantes. Yo creía que iba a ser el nuevo Vader, así que imagina mi sorpresa cuando le cortan por la mitad (pobrecito)

      Nunca he entendido la fobia a esta peli, si está llena de momentos memorables.A mí toda la nueva trilogía me encanta (ay, el Episodio II, qué emocionante); creo que está muy subestimada pero como siempre digo, toda opinión es respetable.

      Lo de tu madre no me sorprende. un amigo vio el episodio I y salió convencido de que Anakin era Luke de pequeño (...)

      ¡Muchas gracias y nos leemos!

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