domingo, 8 de noviembre de 2015

Aracnofobia



Aracnofobia (Aracnophobia)
(1990)

Director: Frank Marshall
Guión : Don Jakoby, Al Williams, Wesley Strick


Jeff Daniels
Harley Jane Kozak
John Goodman
Julian Sands






Un fotógrafo es mordido por una nueva y desconocida especie de araña que viajará en su ataúd hasta su pueblo natal…



Aracnofobia: fobia muy común y extendida que consiste en tener un miedo o asco exacerbado hacia las arañas.

Pues bien, de eso va tratar la película que hoy nos toca: de la repulsión hacia esos seres peludos de ocho patas que, durante cien minutos más o menos, van a tratar de hacérnoslas pasar lo más canutas posible.

Aracnofobia es una peliculita de 1990 (madre mía, ahí es nada) que se puede englobar dentro del género de “terror a los bichos” pero, también, creo que se puede decir que es de las últimas (si no la última) de su especie, es decir, una cinta de bichos desagradables pre-cine digital en la que los bichos que vemos son, al menos la mayoría, de verdad.

La película empieza bien, directa al grano, con una presentación
más o menos calmada a través de una secuencia que sucede en la selva sudamericana. Ahí conocemos a un doctor que es una especie de sabio acerca de arañas pero, también, a un fotógrafo que parece detestarlas. La cuestión, según parece, es tomar unas fotos de los insectos. Parece simple, ¿verdad? Bueno, si nos fijamos, ya se nos da una pista diciéndonos que la cosa puede pintar distinta a lo que pensamos porque uno de los guías no quiere seguir adelante y parece que tiene miedo. En el momento en que vemos que el pobre fotógrafo es la primera víctima y que su ataúd lleva una amiguita de muchas patas a modo de añadido sorpresa, la peli ya está planteada.

Cambiamos de tercio y conocemos a los que van a ser los verdaderos protagonistas: el doctor Ross Jennings (Jeff Daniels) y su familia. Las cosas comienzan a enlazarse cuando sabemos que el buen doctor tiene miedo a las arañas desde que tenía dos años. El pobre no sabe dónde va a meterse…

A partir de aquí, la trama va a darse de manera lenta, pero segura, a lo largo del metraje y se nos van a presentar dos cosas: por un lado, conocemos el pueblo, los personajes, y la situación familiar y profesional del doctor Jennings. Por otro, a medida que suceden cosas, la tensión aumenta a medida que las arañitas hacen de las suyas. Me ha gustado mucho esa escena en la que se muestra la futura ferocidad de las arañas cuando una de ellas asusta a un gato y luego es atrapada por un pájaro… que será mordido en pleno vuelo. Sutil, pero muy efectivo.




Está claro quela trama principal de una película así está clara: las
arañas hacen la vida imposible al personal (bueno, a algunos más que otros. Es lo que tiene ser el prota de la peli) pero esto genera otras subtramas que también me han parecido correctas. Así, tenemos, por un lado, la cuestión de la consulta cuasi inexistente del doctor, su rivalidad con el médico de toda la vida del pueblo y cómo Jennings, poco a poco, se va haciendo con el protagonismo que le corresponde como nuevo doctor (aunque, para ello, el personal deba morir. Bueno, es una cinta de terror, ¿no?) A esto me gustaría añadir que todo está muy bien hilvanado, como vemos en el detalle de que el pueblo de origen del pobre fotógrafo del principio sea el nuevo destino de la familia Jennings. También es casualidad, sí pero, sin este detalle, no habría historia.

Una de las cosas que me gusta mucho de esta película es que, a pesar de la trama con la que trata y de tener como protagonistas a unos bichos que, al menos a mí, me resultan un pelín desagradables, es el carácter comedido que reina a lo largo de todo el metraje. Me explico: esta cinta se puede incluir perfectamente en la línea de otras en las que una aberración de la naturaleza se dedica a masacrar al personal y, además, director y guión se esfuerzan por demostrarnos que es así, es decir, que vemos sangre, cadáveres y mutilaciones a mansalva. Pues bien, en el caso de Aracnofobia, todo tiende más a insinuarse que a mostrase. Si prestamos atención, salvo el momento del cadáver del fotógrafo o del profesor, podemos decir que no hay más muestras de casquería o escenas truculentas. Las muertes que se producen a lo largo de lo que sigue después se insinúan y la tensión se crea en los momentos anteriores a la picadura, bien sea cuando vemos la mano de la pobre Margaret acercarse a la lámpara, la arañita en el casco del jugador de fútbol o el bicho en el bol de palomitas. Sabemos lo que va a ocurrir, eso está claro, pero, al no mostrarse de manera directa, se crea, al menos para mí, una sensación de misterio mucho más fuerte que si viéramos al bicho zamparse a la pobre víctima. Ah, y muy bien la escena de la chica y la ducha…

Sigamos. Después de un planteamiento efectivo y un nudo correcto, el desenlace siempre me ha parecido adecuado a los dos anteriores. Para empezar, en el momento en que sabemos la situación del nido suceden dos cosas: la primera, que la acción de precipita y todo ocurre más deprisa. La segunda, que asistimos a un auténtico despliegue de arañas que pueden hacer que más de uno (por ejemplo, este que escribe) se encoja en el asiento. Las tomas de los insectos saliendo por todas partes, colgados de todos los techos de la casa o, una que me gusta mucho, saliendo por el lavabo me parecen muy buenas. Y la escena final de Daniels (“¡Qué puntería!”) enfrentándose a la araña general me parece muy bien llevada. Menos mal que, de vez en cuando, el amigo John Goodman está por ahí para aliviar un poquito tensiones.

Y hablando de actores, destaco la labor de Jeff Daniels,
protagonista absoluto y que tuvo que, digo yo, pasarlas un poco mal en el rodaje con tanto bicho. Tengo que admitir como anécdota que, cuando le veo tan serio en esta peli, no puedo evitar recordarle en Dos tontos muy tontos (ok, nota personal) Por cierto, parece que el amigo no se prodiga mucho por las pantallas en los últimos tiempos. Es resto de actores que le arropan, como el ya mencionado John Goodman o Julian Sands (el profesor experto en arañas) cumplen en sus respectivos papeles mientras que Harley Jane Kozak se luce poquito (el papel no daba para mucho más) como esposa del buen doctor.

Pero, y esto lo he dejado para el final a propósito, hay que destacar
en esta cinta por encima de trama, actores o momentos truculentos, algo más. Y es que está claro que las arañas que se usaron para el rodaje, si no todas, sí la mayoría, son de verdad, aportando el toque realista necesario que precisa una historia así. Supongo que la araña general, la más gorda y peluda, tendría algún doble en forma de muñeco (a lo mejor no, quién sabe) pero está claro que las otras, las más pequeñas de patas delgadas y rápidas, son arañas reales. Fijaos como corren, trepan o se deslizan en sus hilos. Y hago referencia a este hecho por lo que dije al principio: esta es una peli pre-utilización del ordenador y eso debe notarse de algún modo. De haber sido realizada en el presente, está claro que las tomas digitales iban a brillar por su saturación pero, por otro lado, sería normal a día de hoy (y, si como muestra vale un botón, echad un vistazo a ese sucedáneo de esta Aracnofobia que fue Arac Attack…) Por eso, esta peli destila cierto encanto que, de algún modo, hoy ha sido sustituido por otras cosas.

¿Cosas mejorables? Bueno, creo que, en primer lugar, la cinta se ha quedado muy anclada en el tiempo, como puede verse, sobre todo, por la ropa y apariencia de los personajes. Esto no lo considero un fallo, pero sí es algo que me ha llamado la atención cuando la he vuelto a ver. Pero, si hay un argumento con el que se suele atacar a la película es porque muchos consideran que, si bien las intenciones fueron buenas, el resultado final quedó algo flojo. Bueno, esto, supongo, depende de los gustos de cada uno. Quizás es bien cierto que con un poco más de violencia o escenas más fuertes la película hubiera quedado de otro modo, más para un público adulto deseoso de sangre y sustos. Puede ser. No obstante, yo creo que no está mal como está.

Y, cómo no, ignoro si esto estaba preparado de antemano o si la mano del colega Spielberg debe notarse por algún lado pero, es curisoso, cómo allá donde está él (o en la mayoría de los casos) tiene que salir el toque familiar y de “familia feliz” que tanto le gusta al amigo Steven. ¿Casualidad? A saber...

Pues hasta aquí hemos llegado. Recomiendo que la veáis porque es un tipo de cine que hoy día parece que no se hace demasiado, ese que da prioridad a la tensión y al misterio antes que a la truculencia o a lo desagradable. Durante unos cien minutos, eso sí, el entretenimiento está asegurado, así que…


¡Vigilad el cielo!



1 comentario:

  1. ¡Hola, Israel!

    No recordaba esta peli, pero al ver a Jeff Daniels ahora he caído jejeje Mira, te he nominado un Blogger House. Si estás interesado te dejo el enlace :)

    http://elblogperdidodelaura.blogspot.com.es/2015/11/premios-blogger-house-muchisimas.html

    ¡Nos leemos!

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