sábado, 7 de marzo de 2015

Trascendence


 Trascendence (Trascendence)

(2014)

Director: Wally Pfister.
Guión   : Jack Paglen.

Johnny Depp.
Rebecca Hall.
Morgan Freeman.
Paul Bettany.
Cillian Murphy.






Un científico, antes de morir, cumple su sueño de transferir su conciencia a un ordenador.


¡Buenas!

Hoy le toca el turno a una peli bastante nueva y que tiene al colega Depp luciendo pelos de loco, perilla y boquita de piñón. Tengo que decir que he oído muchas y muy diversas opiniones acerca de la misma. Muy bien, a quien le interese, aquí le dejo las mías:

¿Cuántas veces has visto que un personaje la diña pero, antes, mete su mente (llámalo así; conciencia, alma o como te de la real gana) en un ordenador y vive siendo una mezcla de C3-PO y Alfred, el mayordomo de Batman. Yo lo he leído en cómics, visto en pelis o en series de dibujos y me viene  a la memoria cierto episodio de Big Bang en el que Sheldon Cooper, cuyo sueño es ser una máquina, trata de actuar como tal. Pues bien, esa va a ser la historia que vamos a ver aquí; la de un científico algo pasado de vueltas cuyo sueño es el de crear una máquina sensible que pueda superar los límites de la biología con emociones, alma y conciencia propias, algo así como una suprema inteligencia o, dicho de otra forma, un paso hacia delante que deje al ser humano a la altura del betún.

Toda la historia va a girar en torno a esta idea. La cuestión es quién va a poner el cascabel al gato y se va a meter en el interior de esa
super máquina. No hay problema, la solución viene cuando, a los poco minutos, al prota se lo cargan. ¿Muere Johnny Depp? Sí, pero no porque, antes de irse al otro barrio, pasa su conciencia a la máquina con la ayuda de su mujercita y un amigo. Sí, aquí, ni arrepentirse de los pecados, ni dejar clara tu herencia ni nada por el estilo. Eso sí, lees un diccionario completo porque, cuando seas máquina, deberás de tener un banco de datos de palabras para poder expresarte. Con esto, la trama ya está planteada, el eje de la historia ya está claro y ahora, como puedes imaginar, solo es cuestión de dejarse llevar para ver hacia dónde se encamina esa decisión. Y esto, precisamente, es para mío el mejor punto a favor de la peli y, sin duda, lo mejor de la misma.

Y, ¿por qué digo esto? Pues porque lo primero que pensé cuando empecé a ver la cinta fue que lo que iba a ser lo de siempre: científico medio chiflado se mete en máquina, toma conciencia de sí mismo y su poder y, como consecuencia de ello, comienza a fastidiar al personal por aquello del placer de hacerlo. Reconócelo, probablemente, por lo que has leído hasta ahora, has pensado lo mismo. Pues no; ante mi sorpresa, la cosa no ha sido así.

La peli tiene una serie de detalles, giros en la trama, o como lo quieras llamar, que me parecen que favorecen el resultado final y que, desde luego, me han gustado mucho. Para empezar, está la idea de que el "imperio" del prota parte de la nada y, a partir de ahí, se expande, es decir, no es la idea de un ordenador que todo lo puede. Por eso, aquí los protas compran un pueblo, contratan personal, construyen todo y, en definitiva, parten de cero para luego evolucionar, así que la idea de unos científicos alucinados encerrados en un laboratorio oscuro olvídala. Muy
pronto, comenzamos a oír el término nanotecnología, indicándonos cuál va a ser el plato fuerte del cibernético doctor Caster: curar y regenerar la materia que nos rodea, ya sea viva, muerta o inerte. Es entonces cuando los detallitos que enriquecen la trama comienzan a darse poco a poco: Will-Machine puede curar cosas incurables pero, además, se conecta con todo el que regenera de forma que, poco a poco, va creando un ejército descomunal. Aquí de nuevo, esperaba que la cosa fuera por el derrotero fatalista: Will hace un ejército para, cual doctor chiflado, conquistar el mundo. Pues no, resulta que no es así. Y esto es lo que más me gusta de la peli: se aleja del tópico del cual parte ya que Will, su conciencia o como te guste llamarlo, lo que quiere es hacer el bien. No solo curar o regenerar personas; también el planeta, a través del agua, la lluvia o las nubes. Este es el gran plato fuerte de la peli que más me ha gustado. Por una vez, nadie quiere conquistar nada ni destruirlo o destrozarlo, solo ayudar. Que esto el resto de los humanos lo entiendan ya es distinto. Por lo tanto, me parece que la trama es muy acertada y el modo de mostrarla en pantalla muy correcta, olvidando puntos muertos y asegurando, al menos en mi caso, el estar entretenido durante dos horas más o menos.

Paso a los personajes. La verdad es que no hay muchos pero los poquitos que lucen bien están. Will Carter es el científico de toda la vida que va a lo suyo y tiene como objetivo hacer el bien. Evelyn es como su marido pero, también, idealista y emprendedora, por lo que se complementan muy bien. Max y Tagger representan la razón y, desde cierto punto de vista, el sentido común. No hay que olvidar que, después de todo, estamos hablando de transferir la conciencia de una persona a una máquina y esto puede traer consecuencias.




Le toca el turno a los actores, que, lo dejo ya claro, me han parecido muy bien. Johnny Depp está muy correcto y, aunque, sé que esto te va a sonar raro, sale muy poco porque, no lo olvidemos, es una mera conciencia. Rebecca Hall está muy bien. Su papel de doctora lista y atormentada lo clava y, sobre todo, resulta muy humana. Como secundarios muy destacables, no hay que olvidar a Morgan Freeman que, como siempre, destila una naturalidad apabullante,  a Paul Bettany como Max y a Cillian Murphy haciendo de agente Buchanan. Todos, lo digo de nuevo, muy correctos y creíbles.










La película, claro, tiene un toque fantasioso-científico considerable por la trama en sí. Pero eso no quiere decir en ningún momento que te tengas que dejar llevar por la idea de que los efectos especiales son apabullantes. Aquí los hay, claro pero se las han arreglado para pasar desapercibidos y, como si tal cosa, se muestran en aspectos muy específicos de la trama sin aplastar argumentos o situaciones. Lo que más me gusta es el "efecto nanotecnológico" a través del cual el terreno es capaz de sanar heridas o materiales, algvo muy conseguido que, repito, ayuda a contar la historia sin abusar de él en absoluto.

Y hasta aquí llego. Es cierto que, como dije al principio de la parrafada que te cabo de soltar (y te agradezco inmensamente que hayas aguantado) he leído muchas y muy diversas opiniones e, incluso, me parece recordar que incluso leí un artículo que decía que Depp, más o menos, se arrepentía de haber rodado la peli. Bueno, cada cual que piense lo que quiera. Yo sí os puedo decir que me ha gustado mucho y ha sido una sorpresa muy agradable. Por un lado, es una historia que hemos visto muchas veces pero, por otro, el modo de contarla, los pequeños giros en la trama y los derroteros por los que acaba yendo me han gustado bastante. Por eso, no tengo ningún reparo en recomendártela. Es un gustazo que ver una cinta que ni es adaptación de nada, ni hay comics en los que se basa ni es ningún remake, reinicio, precuela o secuela de algo.

Por cierto, ¿qué me decís de la escena final? Yo soy de los que cree que el personal puede morir en cuerpo físico... pero nada más.

Vigilad el cielo.



3 comentarios:

  1. Estupenda crítica y he llegado hasta el final! Fiiiiiiiu! Jajaja! Estoy de acuerdo en casi todo. Sólo que a mí no me gustó nada. Si esta historia la hubieran hilado mejor, el resultado quizás me hubiera gustado.

    Depp, últimamente para mí está perdiendo algo de prestigio. Ya no me gusta tanto com antes. Ha perdido un poco el rumbo, la verdad.

    Saludos!

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    1. ¡Así da gusto jejejejeje!
      Yo creo que desde que el colega Depp hizo El Llanero solitario, está que no se aclara mucho...

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    2. El llanero solitario, qué horror! El norte lo ha perdido porque le da al bebercio.

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