sábado, 6 de diciembre de 2014

Lucy


Lucy (Lucy)

(2014)

Director: Luc Besson.
Guión   : Luc Besson.

Scarlett Johansson.
Morgan Freeman.
Min-sik Choi.
Amr Waked.







Lucy se ve en mitad de una trama de drogas. Cuando su cuerpo entra en contacto con una sustancia, comienza a experimentar cambios: su capacidad cerebral crece por momentos...



Hola a todos.

Supongo que habréis oído esa teoría que dice que el ser humano solo usa, más o menos, el diez por ciento de su cerebro. Yo, que no tengo ni idea del tema, voy más allá y digo que, alguno, ni eso. Pero, opiniones personales al margen, hoy voy a hablaros de una película que habla justo de eso: de la capacidad que tenemos para usar nuestras posibilidades cerebrales y de lo que sucedería si las llegamos a utilizar un día al cien por cien.

Lucy es una historia que mezcla varios géneros de manera muy acertada, desde el thriller, acción o fantasía que me ha parecido muy bien llevada. 

Muy bien, esto es lo que os puede decir.

Lo que más me ha gustado, entre otras muchas cosas, es la historia en sí. No puede ser más sencilla pero, sobre todo, eficaz: resulta que unos asiáticos muy mafisoso y malos han inventado una droga que se parece mucho a lo que pasa la madre al niño en el útero y que, a fin de cuentas, le da la chispa de la vida. La cuestión es que el problema viene cuando hay que pasar la droga en cuestión de un país a otro. Un método que no falla: coges a unos desgraciados, les abres en canal y le metes bolsas de la susodicha sustancia en el estómago. Simple, sí, pero efectivo. Todo se complica cuando una de esas desgraciadas no es otra que Lucy, una pobrecita que tiene la desgracia de tener un novio de mal vivir y que la mete en el lío. Ahora bien, ¿qué pasa si, por un accidente, digamos, un par de patadas en el estómago, la droga se sale y se funde con los órganos del portador? A ti o a mí nos daría un subidón tremendo, acabaríamos viendo elefantes psicodélicos y luego nos iríamos felices y contentos al otro barrio. Pero a Lucy, que todo lo puede, no le sucede eso. ¿Qué le pasa entonces? Pues que le da poderes. ¡Y qué poderes! Resulta que la chica llega a alcanzar el cien por cien de su capacidad cerebral con todo lo que ello supone: hacer cosas propias de Superman, pelear como el Capitán América, no sentir nada o manipular la realidad como le viene en gana.

Este es, en esencia, el quid de la historia. A servidor, desde luego, le ha parecido muy, pero que muy original y, además, bien mostrada. A lo largo de todos los minutos que siguen desde que Lucy es consciente de sus poderes la historia se va a columpiar de manera muy buena entre la acción, la trama policial y el toque fantástico justito pero sin llegar a caer en la tontería y la infantilada. Lucy tiene poderes, sí, pero eso no quiere decir que se convierta en una súper heroína de cómic que se dedica a salvar al personal. Esta es la historia de su lucha por llegar a utilizar toda la capacidad de su cerebro y, lo más importante, cómo quiere transmitir esos datos y conocimientos a los demás. Esto hace que el personaje sea el eje de todo y que todo, de una forma u otra, gire en torno a ella.

La trama principal de Lucy se ve reforzada por la del personaje del profesor Norman, que es una especie de contrapunto teórico y realista al de Lucy. Me encantan los momentos iniciales donde el buen profesor da su charla en la universiodad y nos suelta una lección magistral acera de la capacidad del cerebro y cuáles podrían ser las supuestas consecuencia si el ser humano usara algo más que ese quince por ciento. No sabe el pobre lo que está a punto de ver con sus propios ojos.





La acción está muy bien llevada pero, ojo, no te dejes engañar por la apariencias o por el trailer que, por lo menos para mí, es un poquito traicionero. Aquí no va a haber tiros en plan los mercenarios ni Lucy va a ser una especie de Alice salida de Resident Evil. Es, simplemente, un personaje humano que, poco a poco, debido a una serie de circunstancias, deja de serlo para conseguir un estátus tan elevado que nada ni nadie lo puede comprender (salvo, quizás, un poco, el profesor Norman)

Los personajes me parecen muy buenos, si bien no creo que te sorprenda que Lucy es el centro del cotarro. Con todo, otra de las virtudes de la peli es que, a pesar de los pocos personajes que contiene, no es problema para que la peli avance de manera perfecta. De hecho, si me apuráis, aquí hay un bueno (o buena, desde el punto de vista de los verbos ser o estar), es decir, Lucy, el malo, el señor Jang, y el compañero del héroe, léase el doctor Norman. No más, pero es que tampoco hace falta. Vale, tenemos al poli del Río pero tampoco es que pinte mucho. Además, otra virtud de la cinta es que de Lucy no sabemos absolutamente nada, salvo que tiene por novio a un idiota y que, al menos así lo dice al comienzo, tiene que estudiar para un examen. A qué se dedica, dónde vive, qué le gusta o si toma café o té no lo sabemos pero, la verdad, tampoco importa.

Y esto me lleva a los actores. Morgan Freeman destila la naturalidad a la que nos tiene acostumbrados y es un secundario de lujo. Fíjate en él cuando está dando la charla al comienzo; te crees que es profesor solo con que salga. Min-sik Choi es el asiático malo por excelencia: villano, cruel, sanguinario y con una mala baba en cada frase que suelta que no da lugar a dudas de lo mala persona que es. Y la principal, la mejor y motor de toda la peli: Scarlett Johansson. Lo admito y lo digo sin contarme un pelo: me encanta en todo lo que hace. Aquí la chica lo borda. Se muestra débil y tontorrona al principio (atentos a la escena del maletín) pero, conforme avanza la peli y el personaje, se vuelve menos humana a cada escena. Y es que esa es una de las cosas que se nombra en la cinta: a medida que que su capacidad cerebral aumenta, pierde sentimientos y emociones. Por eso, su modos, esa expresión, su forma de mirar (parece que, para ella  somos poco menos que hormigas), me parece que lo borda. Y qué suerte tiene el poli que, para recordar lo que es sentir, le suelta un besito. Ays... 





Aunque el trailer te venda otra cosa, no me ha parecido que esta cinta sea un despliegue bestial de efectos especiales. Hombre, claro que los hay y yo sería idiota si os dijera que no. Aún así, no creo ni que apabullen ni que sean demasiado fantasmas (de nuevo, sin ofender, a Alice me repito) Por ejemplo, la escena en la que se produce la sobredosis está muy bien, lo mismo que todo el viaje final de Lucy hasta el comienzo de la vida. No obstante, me quedo con la escena de los coches o, mi favorita, la inicial donde su novio trata de convencerla para que le haga el favorcito de entregar el maletín. Es una escena larga a posta y que, precisamente por eso, queda muy bien. Y atentos al recurso de la peli de ilustrar las emociones de los personajes con lo que podemos llamar "imágenes de archivo" Si habéis la habéis visto lo entenderéis: todos sabemos que lo del maletín es una trampa y te insertan una imagen de un ratón a punto de picar en una. Muy, pero que muy bueno.

Hasta aquí llego hoy. Sí, sin duda, os recomiendo verla. Me parece un pequeño soplo de aire fresco: un guión original que ni es un remake, ni una adaptación ni un reinicio de nada. En apenas hora y media, un metraje, para mí, muy corto en comparación a la media normal, se nos cuenta de manera sobresaliente una historia dinámica, divertida sin parones ni huecos cantosos que hará que te olvides de los problemas durante un ratito muy agradable. Y, además, con Scarlett Johansson liderando todo el cotarro.

¿Qué más se puede pedir?

Vigilad el cielo.





No hay comentarios:

Publicar un comentario