sábado, 11 de enero de 2014

The thirteenth Chair



 
The thirteenth chair.
(1929)
Director: Tod Browning.
Guión     : Elliot J. Clawson, Joseph Farnham

Bela Lugosi
Leila Hyams
Margaret Wycherly
John Davidson
Conrad Nagel

 




Extraños acontecimientos suceden en la investigación del asesinato de Spencer Lee…

 
Hoy os traigo una peliculita que yo no conocía pero que ha resultado ser una sorpresa de lo más agradable. La verdad es que, cuando me encontré con ella no me pude resistir: antigua (ved la fecha, ahí es nada), trama de misterio, Todd Browning dirigiendo… Vamos, que no opuse ninguna resistencia. Y, la verdad, encantado de no hacerlo.
La cinta que tenemos por delante es un ejercicio de los buenos lleno de  misterio y suspense. Aquí tenemos todos los ingredientes del género en su estado más puro y, sobre todo, entretenido: muchos personajes, cadáveres variados, sesiones de espiritismo y muchas, muchas dudas que hacen que el espectador apure los setenta y pocos minutos hasta que, al final, se descubra al culpable.
Pues bien, a favor puedo deciros…

Como podéis suponer en una peli de esta época, la duración del metraje no puede dar para enrollarse mucho, algo que es muy común en las películas “de las de antes” Esto lo digo, por supuesto, como todo un elogio. Nada de perder el tiempo en detalles que, a fin de cuentas, importen al espectador un pimiento; aquí se va al grano desde el primer minuto y eso es de agradecer. Por eso, desde la primera escena, nos metemos en situación de lleno, cuando un personaje, Wales, entra en una habitación a oscuras en cuyo suelo hay la silueta de un cadáver. Sí, han matado a alguien. Y, sí, durante la peli vamos a tratar de averiguar quién es el asesino. Para que veáis: en esta primera escena conocemos a Wales, al difunto Spencer Lee y que se sospecha de una mujer casada… todo en los primeros cinco minutos. Ahí queda eso.
La acción avanza sin demora. Después de lo anterior, toca conocer al montón de personajes que nos van a acompañar a lo largo de toda cinta. Como podréis comprobar hay muchos, todos variados y con su propia `personalidad pero, por encima de todo, pijos y relamidos como ellos solos. Nada más conocerlos me froté las manos: aquí se va a tratar de hacer una quiniela para saber cuál de estos estirados es el responsable. Y, por suerte, no me equivoqué.
Pero, sin duda, la gran sorpresa para mí fue ese momento en el que vemos de lejos, leyendo un periódico y de espaldas al espectador, al detective que va a llevar el caso. Se vuelve y… ¡Nada menos que Bela Lugosi! Lo admito: no tenía ni idea de que se trataba de él pero cuando le vi en pantalla fue el remate. Alucinante pensar que al amigo Lugosi le faltaban dos años para enfundarse la capa y decir eso de “Yo soy Drácula” A partir de este momento, me dejé llevar.
Sigo. Otra cosa que me ha gustado mucho de la cinta es que, claro está, tratamos con una trama de asesinatos pero, también, se mezcla con lo que podemos denominar el factor sobrenatural. Y es que uno de los ejes principales de la peli es que ciertas sesiones de espiritismo a cargo de cierta madame LaGrange van a ser pero que muy importantes en el argumento. ¿El objetivo? Más básico imposible: si no sabes quién ha matado a tu amigo, pues haces una sesión de espiritismo, convocas su espíritu y se lo preguntas. Repito: básico. Y divertido, sobre todo, esto último.
A lo largo de la peli se hacen dos sesiones para hablar con espíritus. De ambas debo destacar dos cosas. En primer lugar, el hecho de estar filmadas completamente a oscuras mientras oímos los gritos de terror de los personajes. Esto, desde luego, me parece un detalle muy acertado. La segunda, que en cada una de ellas ocurren cosas que aumentan pero que mucho el interés hacia la trama y hace que claves los ojos en la pantalla. Así, si te pones a hablar con espíritus y, cuando se encienden las luces, aparece alguien muerto, la cosa es para mosquearse. Si haces una segunda sesión y uno de los asistentes es un cadáver, ya no hay más remedio: te quedas a ver qué pasa. Pues bien, estos detallitos, entre otros, claro, podrás encontrarte si te animas a ver esta cinta.
Otra cosa que me gustaría comentar es que no todo son muertes más o menos misteriosas. A lo largo del guión se van a incluir ciertos detallitos que enriquecen la trama y la hacen más interesante. Así, comprobamos que los personajes, por unas o por otras, están relacionados entre sí, algunos, por supuesto, mucho más que otros: ahí está la historia entre la médium y Helen (que no pienso decir porque me parecería aguarte la fiesta) pero, sobre todo, destaco la investigación criminal en sí que el inspector Delzante (Lugosi) lleva a cabo. El tipo es imparable, no se fía ni de su padre y no hace más que poner a prueba a todos y cada uno de los personajes para hacerles hablar o sacarles la información que él necesita. Ahí tenemos el ejemplo de cuando pide a los hombres que retiren cierto cadáver o cómo agobia a la médium sin ningún tipo de consideración.
¿Escenas a destacar? Como ya he comentado un poco más arriba, las dos sesiones de espiritismo me han gustado mucho; de veras hacen que te preguntes qué demonios está pasando. La del descubrimiento del arma homicida, léase un cuchillo, también me parece muy original. Pero, sin duda, la inclusión de un cadáver en plena sesión espiritista para hacer confesar al culpable, manipulándolo como si de un pelele se tratase, resulta buenísima.
Los actores me parecen bastante convincentes. Hablar de todos ellos sería extenderme demasiado porque, como he señalado, con la sana intención de hacer dudar al espectador, hay muchos. Holmes Herbert como Sir Roscoe Crosby queda muy bien. Si te suena su cara, coincidirá un par de años después con Lugosi en esa otra joyita que es La legión de los hombres sin alma y fue el compañero de fatigas del doctor Jekyll en El hombre y el monstruo. Leila Hyams cumple como Helen O’Neill. Margaret Wycherly resulta bastante convincente como madame LaGrange, alejándose del tópico de la médium chiflada que se suele ver en este tipo de historias. Y, para mí, por supuesto, el mejor, para el final. Bela Lugosi está tremendo como el implacable detective Delzante. Resulta cercano pero, a la vez, agresivo en su labor policial. Verle haciendo un personaje nada relacionado con vampiros o tullidos es una gozada y, lo mejor, es que uno reconoce que, tras esos gestos, miradas y, en general, esos ademanes, se gestaba la interpretación del vampiro más famoso de todos los tiempos. Sin duda, para este fan, un gran punto a favor de la peli. 
 
¿Aspectos que no me han llamado tanto? Poquitos pero ahí quedan. Las demostraciones de LaGrange para probar que no es una impostora se me han hecho un poquito pesadas. Creo que no hay nada más que mirarla a la cara para saber que no va a aprovecharse del personal. Aquí, en cambio se enrollan demasiado para hacer que el personaje caiga bien. No entiendo por qué Wales, que está empeñado en averiguar quién mató a su amiguísimo Spencer Lee, se refiere a él de este modo, Spencer Lee, con nombre y apellido. Si eres amigo de alguien no creo que haga falta esto.
¿Más? Si te pones en plan exquisito, te tienes que preguntar de dónde se saca quién yo me sé cierto cuchillo para llevarse por delante a cierto personaje (se nota que me gusta mantener el misterio, eh) Hombre, si vas a una sesión de espiritismo se supone que te preparas para lo que sea pero tanto, tanto… Y, por último, el monólogo que LaGrange para encontrar el arma homicida me parecen muy teatreros; me ha recordado un poquito al efecto de los comics. Tengo que decir a este respecto que, a fin de cuentas, la peli es una adaptación de una obra de teatro y eso, por unas o por otras, tiene que notarse en algún momento. En fin, meros detallitos...
Esto ha sido todo. Por supuesto, recomiendo que veas esta peli. Para mí, como ya he dicho al comienzo, ha sido una sorpresa de lo más agradable; cine en estado puro, directo al grano, centrándose en una trama y yendo al grano con la sana intención de jugar con el espectador para captar su atención, cosa que, al menos conmigo, ha conseguido de principio a fin. Si puedes, dale una oportunidad; son setenta y dos minutos muy bien llevados.
Como detalle curioso, hay dos versiones más: una muda de mil novecientos diecinueve y otra del treinta y nueve. Ah, y que no se me olvide: esta versión que he comentado la he visto en inglés. Lugosi, con esa voz y acento, no tiene desperdicio.
Por supuesto, comentaros que, dos años después, en mil novecientos treinta y uno, el director Todd Browning, después de muchas opciones, acabó dando a Bela Lugosi el papel de Drácula. El resto, es historia.
Os invito a sentaros en esta silla número trece. Ya me contáis…
Vigilad el cielo.
 
 

2 comentarios:

  1. ¡Hola, Israel!

    La verdad es que esta peli tiene una pinta estupenda. No la conocía pero me has convencido. La trama me gusta, el cine en blanco y negro siempre ha tenido un aire glamouroso pero a la vez misterioso que le pega mucho a la historia y luego está Lugosi... ¡Una combinación perfecta! Cuando la veo te cuento :)

    ¡Nos leemos!

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  2. ¡Hola Laura!
    Las películas en blanco y negro, tan antiguas como esta, ejercen en mi una magia especial. la de hoy tampoco la conocía pero, una ve que me puse con ella, la verdad es que me gustó mucho. Además, soy fan de Lugosi (tengo varias reseñas preparadas de pelis suyas) así que no me pude resistir.
    Encantado de haberte convencido. Si la ves, espero que te guste y compartamos opiniones.
    ¡Nos leemos!

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