domingo, 25 de agosto de 2013

Planeta prohibido



Planeta prohibido (Forbidden planet)
(1956)

Director: Fred M. Wilcox
Guión    : Cyril Hume, Irving Block, Allen Adler

Leslie Nielsen
Anne Francis
Walter Pidgeon
Warren Stevens
Jack Kelly



El crucero de los Planetas Unidos C-57D llega al planeta Altair IV para averiguar qué sucedió con una expedición enviada veinte años antes. Pero el planeta les guarda grandes sorpresas…

“No quiero ofenderle con ello pero… usted es un robot, ¿verdad?” (Doc)
“¡Váyase antes de que tenga que echarle de esta zona con una guardia! ¡Y con otra guardia que vigile a los guardias!” (Adams)
“No he traído bañador” (Adams)

“¿Qué es un bañador?” (Altaira)
“¡Oh, qué situación!” (Adams)
“Esto no concuerda con ningún ser normal; ni siquiera de la galaxia. ¡Es una pesadilla!” (Doc)
“¡... Pero los Krells olvidaron una cosa! Monstruos John! ¡Los monstruos del Id!”(Doc) 

Vamos allá con una película que, desde luego, es un clásico de clásicos dentro de la ciencia ficción y que, cosa rara en el género, destaca porque difiere casi de todas (o de todas) las películas de la misma clase que se hicieron en aquella época, es decir, los dorados años cincuenta. Digo esto porque cualquier aficionado al género sabe que, si hay algo que destaque en las películas de naves espaciales de aquellos años, es el grado de, muchas veces, y siendo benévolo, absurdo y, si me apuráis, de ralladura mental que imperaban en los guiones. Aquí tengo que remitirme, entre otras, a títulos tipo King Dinosaur, Viaje al séptimo planeta o Vuelo a Marte. Películas todas ellas que compartían el hecho de que hubiera viajes espaciales de por medio con el no menos importante factor de que en, en todas, las situaciones ridículas abundaban de forma más que cantosa. Pues bien. Planeta prohibido es una excepción rara. Trata de viajes espaciales, sí, y de astronautas y de monstruos pero lo hace de manera seria, creíble y, sobre todo, realista, de forma que verla es un auténtico placer y hace que, cuando nos referimos a ella, se le haga una especie de sección especial para diferenciarla del resto. Por eso mismo, para este vigilante de los cielos, la cinta tiene muchos puntos a favor que me gustaría compartir con vosotros:
La película no pierde en absoluto el tiempo en nada superfluo. Por eso, desde la primera escena en la que no conocemos a nadie, mientras vemos esa nave espacial con forma de ovni, el narrador nos dice en plan voz en off cual es, en general, el estado de las cosas y de la vida para el ser humano. En el minuto cinco (ahí es nada), se nos dice por las claras la misión de los astronautas: encontrar a los supervivientes, si lo hubiere, de una nave extraviada. El modo en que, por los comentarios de los personajes (de importancia fundamental en esta peli) se nos describe Altair IV, esto es, sin ninguna civilización y que el misterioso doctor Morbius no desea de ser rescatado, captan la atención inicial del espectador de manera simple y efectiva. Si no hay nadie en el planeta, ¿quién es ese Morbius? ¿Y por qué no quiere que le rescaten? Tranquilos, hay película por delante.
(Nota: me gustaría añadir un comentario personal con respecto al narrador. A fuerza de ver muchas películas de ciencia-ficción de la época, he llegado a una curiosa conclusión: cuanto más protagonista y cantoso es el narrador, mayor ralladura mental es la supone la peli (a los ejemplos anteriores me remito) Planeta prohibido es, a este efecto, un caso raro: hay narrador pero la cinta es más que digna.)
Sigamos. Una cosa que me gusta mucho es el ambiente de ciencia-ficción que se respira a lo largo de la cinta en cualquier momento de la misma. No hay que olvidar algo muy importante y que suele pasar desapercibido: en esta historia no vemos ni la Tierra ni nada terrestre, es decir, todo lo que vemos es fruto del a fantasía: naves, planetas extraños, construcciones muy antiguas… Pues bien, el ambiente fantástico que podemos ver con respecto a cualquier decorado es más que notable. Por eso, destaco el interior de la nave, muy futurista y lleno de muebles extraños y luces parpadeantes que no llegan a resultar muy chocantes, los paisajes galácticos del propio Planeta Altair con esos planetas (o satélites) gigantescos que se ven en el cielo y, cómo no, la espectacular mansión de Morbius, muy terráquea pero, a la vez, extraña (atentos al detalle en forma de pez extraño disecado en la puerta. Será de otro planeta pero recuerda a un pez terrestre que tumba) Y, si de ambientes fantásticos hablamos, ahí están las tomas nocturnas de Altair o ese cementerio humano en mitad del paisaje y que contiene los colegas y amigos del buen doctor. Muy bueno todo ello.
A la ambientación fantástica en cuanto a cosas o paisajes hay que añadirle algo muy bien conseguido: el vestuario. Esta película, a diferencia de otras del género, no es nada rimbombante en lo que a los trajes de los personajes se refiere. Los de los astronautas tienen mucho de traje militar, gorras incluidas y, por suerte, no se añadieron ningún casco fuera de tono. Los colores de los mismos, algo así como grisáceos-azulados, son  muy discretos y pasan por completo desapercibidos. La indumentaria de Morbius no puede ser más discreta: un color marrón muy oscuro que, al efecto de los focos, parece negro. Y si de vestidos hablamos, los de Altair destacan por sí mismos con fuerza al lucir  una mini-mini falda. Ni botas ni zapatos: descalza, como debe ser. Seas terrestre o no, ves esto después de un año metido en una nave y, como poco, te alegras la vista. Todo ello, en su conjunto, hace que esta película no resulte llamativa ni caiga en el ridículo en el que cayeron muchas otras, dándole una factura inteligente y. sobre todo, elegante.
Sigo. Esa elegancia se transmite a través de otro detalle crucial que hace disfrutar este Planeta Prohibido. Y es que la historia que tenemos por delante es de ciencia-ficción, sí pero, sobre todo, se rebela a través de sus diálogos. Todos ellos están perfectamente escritos. Muy medidos y, además, resultan tan tremendamente educados y formales que captan el interés del espectador sin que este lo note y, además, hacen que determinadas escenas que pueden ser largas, nos enganchen oyendo hablar a los protagonistas. Como ejemplo, ahí tenemos la escena que sucede después de comer mientras toman café. Además, en algunos momentos, los diálogos hablan de las cosas más extrañas pero los actores se las apañan para que, dentro de la complejidad de lo que están diciendo, resulten cosas de lo más naturales y hasta normales. Fijaos en este ejemplo:
¿Es todo? A ver esto:


Esto lleva a otra seña de identidad propia de esta cinta y que merece ser tenida en cuenta: el ritmo pausado, que no pesado, que se respira, sobre todo, en la primera parte de la misma. De hecho, si nos fijamos bien, no es hasta el minuto treinta y ocho cuando comienzan a pasar cosas con esas pisadas invisibles y es a partir del minuto cuarenta y siete cuando comienza todo de verdad. Podemos decir que prácticamente se pasan toda la primera hora hablando pero no molesta en absoluto; todo lo contario: así conocemos a los personajes, el modo de pensar y actuar que tienen y sus motivaciones. Y, lo mejor, todo en plan muy misterioso. A fin de cuentas, ¿quién es Morbius? ¿Por qué está ahí y hace lo que hace? ¿Qué pasa de puertas para dentro en el planeta? Nada esperpéntico, como sucede en muchas de las cintas del género.
Pasamos a un factor fundamental en cualquier película de ciencia-ficción de cualquier época: los efectos especiales. Aquí se podría decir que hay de dos tipos. En primer lugar todo lo referido a naves volantes, planetas extraños y toda la parafernalia extraterrestre. Los pequeños detalles como la nave de los protas mientras se acerca a Altair y vemos un gran eclipse de sol o los cielos plagados de planetas están muy conseguidos y dan, en su conjunto, un aire de space opera muy conseguido y, dentro de la lógica fantástica, creíble. Luego están las virguería propias de la cinta, como formación de imágenes con la mente (“La lámpara de Aladino en un laboratorio de física”), las pisadas de un monstruo invisible o, el más recordado, la formación de la silueta en la barrera del gran monstruo mientras los cañones láser le disparan (y Morbius y su hija sueñan cosas raras) Para mí, todos muy bien hechos y, sobre todo, creíbles. Y si de efectos hablamos, sí, aquí sale uno de los robots más famosos de la historia de la ciencia ficción: Robby, el robot que, claro está, esconde a un hombre dentro pero me sigue resultando igual de cósmico y encantador. Todo un icono de la fantasía galáctica que hace de cocinero, sastre o arquitecto.
Pero si de efectos hablamos, tengo que hacer una especial mención aparte a algo que, cuando ves esta peli, se te queda grabado, quizás más que las naves o los monstruos invisibles (por lo menos, a mí me pasa) Me refiero, claro está, al gigantesco mundo interior del a raza que habitó Altair, los Krells. Las maquetas que lo representan (“La gran máquina”) me parecen absolutamente espectaculares, sobre todo esas tomas aéreas donde podemos ver a los diminutos protas pasear y moverse (“Miren abajo. ¿Les da miedo?”, pregunta Morbius). ¿Cómo hicieron eso? Ni idea pero para este vigilante del cielo es digno de matrícula. Y, por supuesto, muy atentos a la charla que les da el doctor a lo largo de la secuencia, donde conocemos datos muy importantes de la raza alienígena. Es una charla larga pero absorbe, no resulta pesada en absoluto.
Y, un detalle que puede llamar la atención: aquí no hay  música, pero sí soniditos extraños. ¿Por qué?  Porque esa era la música de los Krells. No hay ni una sola nota musical en plan banda sonora convencional en toda la peli. Original, desde luego, lo es. Y también un modo de meter hasta  las cejas al espectador en situación.
Pasamos a los actores. Para mí, muy bien y muy naturales. Todos. Warren Stevens como Doc Ostrow resulta muy académico y sensato. Walter Pidgeon es un perfecto doctor Morbius, columpiándose entre el bien y la locura, otorgando al personaje el punto justo de científico chiflado (según se mire, claro) Jack Kelly, a pesar de lo poco que sale, es el secundario idóneo, mujeriego, aventurero y simpático (fijaos cómo se intenta ligar a Altair poniendo a caldo al comandante) Anne Francis, maravillosa como Altaira; el candor y la inocencia hechas personas, luciendo piernas y tipo salvo la vez que se pone un traje que la tapa entera. Y, el mejor, para el final: Leslie Nielsen como el comandante J. J. Adams. Resulta increíble que este apuesto militar sea el mismo tipo de pelo blanco que hace estupideces en la saga de Agárralo como puedas (amén de otras más) Aquí es el prototipo ideal de héroe: resulta valiente, responsable, sensato y muy, muy centrado. Verle tan joven, tan repeinado y tan serio me choca siempre que veo esta peli. Eso sí, dieron en el clavo con él. Lo mismo que con el resto del elenco.
Pues esto ha sido todo. Esta peli hay que verla y, por supuesto, revisitarla las veces que haga falta. Para mí, una de mis favoritas (si no mi favorita) del la época, todo un ejemplo de saber hacer y una prueba de que las películas de ciencia-ficción pueden dar ejemplos tan dignos como este. Un clásico atemporal desde que empieza hasta que acaba.
Os dejo unas curiosidades:
-Según parece, está inspirada de manera muy libre en La tempestad, de Shakespeare.

-En su época, nadie vio parecido con dicha obra.

-La gran curiosidad: esta fue LA PRIMERA VEZ que una mujer lucía mini falda en una película.

-La actriz se pasó buena parte del metraje (he leído por ahí que toda la peli) descalza.

-Los efectos de la silueta de la bestia en la verja eléctrica fueron obra de Disney.

-Las maquetas Krells tenían diez metros de alto. Esto explica muchas cosas.

-Robby el robot es un icono de la ciencia ficción. Cuando la peli se estrenó en DVD se incluyó otra llamada El chico invisible, protagonizada por el robot.

-Robby ha aparecido de pasada en plan homenaje en muchas películas y series: Perdidos en el espacio, The Twilight Zone o, incluso, Vacaciones en el mar o Colombo. Si os fijáis, aparece de manera muy breve en la película Gremlins mientras el padre del protagonista está en la feria de inventores.

-Muchas tomas de efectos especiales se descartaron porque no encajaban con el resultado general de la peli.

-Los responsables de la MGM pidieron una copia de Regreso a la Tierra (otro clasicazo del género) para inspirarse.

-Un millón de dólares de presupuesto.

-Elementos del jardín de Altaire procedía de la ciudad de los Munchkin de El mago de Oz.

-Robby fue manejado por Frankie Darro desde dentro del traje y su distintiva voz fue proporcionada por el actor Marvin Miller.

-Se tardaron dos meses en crear a Robby.

-En España, se estrenó once años después de su estreno, es decir, en 1967. Y me da que el asunto de la mini falda tuvo que ver en eso.

-La influencia de esta película es más que evidente: los responsables de la serie Star Trek así lo han manifestado y el propio George Lucas también.

Muchas gracias por este ratito.
Vigilad el cielo. 

22 comentarios:

  1. Hola Israel: Un gran post sobre una de las película clave de la ciencia ficción de los cincuenta... con un Leslie Nielsen mucho antes de su vis cómica... Clásico Imprescindible!!!

    Saludos Compañero!

    Traffic Club.

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    1. ¡Gracias, Óscar!
      La verdad es que tengo una debilidad especial por esta peli; no me canso de verla y la disfruto como el primer día. Y, sí, cada vez que veo a Leslie Nielsen tan serio y formal, es una especie de shock considerable.

      ¡Nos leemos!

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  2. lo primero que se me vino a la mente fue Star Wars y Perdidos en el espacio
    gracias por los recuerdos...

    saludos!

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    1. Gracias, Carlos.

      Sin duda, Planeta prohibido fue una base excelente para muchas cosas.

      ¡Nos leemos!

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  3. Sin duda, uno de los clásicos imprescindibles de la ciencia-ficción. El robot es todo un icono del género. Muy buena y muy completa crítica. Has hecho que me apetezca revisitarla otra vez. Gracias. Un saludo.

    Traffic-Club.

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    1. Me alegro de que te guste, Daniel. Lo que es yo, no me canso de verla.

      ¡Saludos y gracias por tus palabras!

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  4. Hola amigo, un excelente post sobre un clásico de ciencia ficción que debe haber revolucionado en aquella época por sus efectos especiales. La vi varias veces también, tengo debilidad por películas antiguas de terror y ciencia ficción, son clásicos inigualables.
    Saludos, Oz.

    Traffic Club.

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    1. Gracias, Oz.

      Yo también tengo una inclinación especial hacia este tipo de cine de esta época. Claro está, algunas son algo cutrecillas (Robot monster, Las mujeres gato de la Luna)que, aún así, tienen ese encanto especial pero luego están los peliculones como este que te alegran la vida.

      ¡Nos leemos!

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  5. ¡Hola, Israel! Casualidades de la vida, estoy planeando mi visita a Forbidden Planet en Londres y cuando me meto en tu blog veo una película del mismo nombre :) Yo esta peli no la he visto pero mi padre sí y le encanta :)

    Saludos!!

    Laura

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    1. ¡Hola, Laura!
      Jo, qué suerte, te diría eso de "traeme algooooooooo" pero no quiero abusar jejejejeje (broma, eh)
      Con respecto a la peli, si puedes, dale una oportunidad. Para mí en, sencillamente, un caramelito relleno.
      Por cierto, creo que vas a entrar en el traffic-club. ¡Me alegro un montón!

      Nos leemos...

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  6. JJAJAJAJA ME ENCANTó Israel!!! Como siempre, publicando los mejores posts, me hizo acordar a la pelicula men in black cuando van al videoclub para ver "la luz de sharta" en un video y las imagenes eran como estas jajajajajajaja no paré de reírme jajajaja
    Y con respecto al robotito, ¿quien no querría tener uno así en su casa? es un amor, me encanta, es tan dulce....

    adios


    tigrrrrrrrrrrrrrrrra


    traffic-club





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    1. ¡Hey, Tigra!

      Yo quiero otro robot de esos... en una mansión futurista como la de la peli. Ya puestos a pedir...

      ¡Nos leemos!

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  7. Gran película y todo un referente del cine de ciencia ficción de los años 50.

    Muy buen post, sobre todo el apartado de las curiosidades; me acuerdo bien del cameo del robot en la película Gremlins.

    TRAFFIC CLUB

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    1. Gracias, Axa. Sin duda, un título que sobrevivirá más allá del futuro en el que está situada. Robby me encanta; todo un icono.

      ¡Nos leemos!

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  8. Hola Israel, aqui Tigra de nuevo, yo siempre trato de visitarlos a todos mientras tenga tiempo, no importa si son dos veces en el mismo dia, o dos dias seguidos o cada una semana, en cuanto tengo tiempo siempre vendre a visitarlos a todos.
    Y tu amigo, eres muy especial, saludos para el muchacho que está atrás tuyo y un abrazo muy grande para tí.... bueno, que el abrazo te lo de el muchacho mejor... date vuelta....


    adios!!

    tigrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrra


    traffic-club



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  9. ¡Hola, Tigra!
    Ya sabes que me encanta tenerte por aquí las veces que haga falta. Y, cuantas más, mejor, que ya sabes siempre es bueno vigilar el cielo en buena compañía y tú eres la mejor.

    ¡Nos vemos muy pronto!

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  10. madre mia que recuerdo y el robot todo un mito me entran ganas de ver star wars jejejeje

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    1. Jejejjeje.
      Te entiendo, Luis. Claro que yo siempre tengo ganas de ver Star Wars...

      ¡Saludos!

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  11. Suena a que es una película que tengo que ver por lo menos una vez en la vida.

    Traffic Clud = Saludos.

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    1. Dale una oportunidad, Warrior. Seguro que no lo lamentas.

      ¡Nos leemos!

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  12. hola israel como estas??? yo muy bien de muy buen humor y te cuento que el otro día era de noche y Tigra estaba vigilando el cielo como todas la noches, y entonces vi una estrellita que iba para un lado en forma directa, obviamente, era un satélite, y tigra lo siguió y lo siguió y lo siguió hasta que de pronto, me di cuenta de que de frente venía otro satélite, como si se fueran a chocar, y me quedé mirando para ver qué pasaba cuando las dos lucecitas chocaran entre sí, esperaba una explosión estelar espacial, algo cósmico y nuclear, o algo así, pero lo que pasó fue terrible, mi amigo Israel: cuando las dos lucecitas se pusieron frente a frente a punto de chocar, se frenaron las dos y comenzaron a cambiar de colores... y parpadeaban.... y luego comenzaron a brillar más y más, como si se estaban acercándose hacia la tierra..... y giraban en sincronización perfecta, casi como un baile..... y bueno, si me preguntas el final de la historia no podré contártelo porque no sé si ya sabes, que ya lo he contado miles de veces, que Tigra le tiene mucho miedo a los aliens, porque son los únicos monstruos que pueden ser reales, podrían existir o no, no son monstruos inventados, algún día puede llegar alguno, y Tigra les tiene mucho miedo. Entonces salí corriendo a esconderme abajo de la cama. Así que amigo mío, otro día te contaré qué habrá pasado con este encuentro cercano del tercer tipo. Adios amigo, sigue asi.

    tigrrrrrra


    traffic-club

    www.i-love-nasa.blogspot.com

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    1. ¡Hola, Tigra!
      Tu historia es muy bonita. Recuerda que no tienes qué temer; yo vigilo el cielo el. tiempo que haga falta y no dejaré que ningún alien malvado pase la barrera.

      Sigue así de bien, amiga. nos veremos muy pronto...

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