domingo, 7 de diciembre de 2025

El pantano de los cuervos


El Frankenstein español.

Una película rara que, partiendo de un argumento alucinante (un científico loco puede despertar a los muertos) se deja llevar por un desarrollo tan extraño como confuso, lleno de secuencias raras (el duo musical, los muertos asomando cabezas), una música que no pega ni con cola y un erotismo forzado que es evidente que se pudo explotar de mejor forma. A todo ello hay que añadirle un montaje muy artificial que salta de una escena a otra de manera bastante abrupta lo que le da la impresión de una cinta muy acelerada que, desarrollada de otra forma, hubiera podido ser otra cosa. La sensación que queda después de verla es una especie de quiero y no puedo, algo así como que había una intención evidente pero que se perdió por el camino

Los actores, lo admito, me han gustado, en especial, Ramiro Oliveros, que lo clava en su papel de doctor Frosta.

En definitiva, una película para ver como una rareza que pudo haber sido más pero cuya ejecución la convierte en algo, cuanto menos, extraño. Eso sí, es de agradecer que haya plataformas que nos recuerden este tipo de cintas par que no caigan en el olvido.


viernes, 14 de noviembre de 2025

Maxxxine


Esta es la secuela de una película que parecía imposible que tuviera una pero que así ha sido y que, además, funciona de principio a fin. Me refiero, claro, a esa pequeña joya llamada X y cuya reseña puedes leer en este blog.

Después de la (literal) masacre que vimos en X lo que vamos a ver aquí es la vida de la protagonista, Maxine, en su afán por dejar el porno para dedicarse al cine comercial. A ello, la trama suma otra de fondo: un asesino llamado Acosador Nocturno se está cargando chicas relacionadas con el lado oscuro de Hollywood. Y así, de esta forma tan simple, tenemos el argumento de la película porque, claro está, el Acosador va a ir a por Maxine.

Y es que este es, quizás, el gancho más convincente de la cinta: lo simple que es y lo que recuerda a las películas ochenteras de terror (no hay que olvidar que está situada en 1985, otro grandísimo acierto del guión) No hay subtramas retorcidas ni una introspección muy profunda porque, de lo que se trata aquí es que te olvides durante una hora y cuarenta y cuatro minutos de tu monótona vida y te lo pases bien. Y lo consigue porque es una película directa pero muy bien escrita, mejor interpretada y muy acertada en cómo se muestran las cosas. Quizás resulta más convencional que la primera, cuya trama me pareció una genialidad pero, justo por eso, no intenta ser un pastiche de la anterior y aporta algo nuevo. Además, cuenta con una sorpresa que le viene muy bien y que no se sabe hasta más o menos el final.

Los actores están muy bien pero yo destaco a dos. Claro está, Mia Goth lo borda porque parece hecha para el papel, cosa que ya vimos en la anterior película. Y aquí debo destacar a otro, un actor que me encanta y que siempre he creído que ha merecido mucha mejor suerte: Kevin Bacon haciendo de Labat. Lo clava. Es un papel pequeñito pero los minutos que sale son oro puro y así hay que decirlo las veces que haga falta.

¿Es tan bestia como la anterior? No. Aquí no hay dos viejos asquerosos que hagan las delicias del personal pero la cinta tiene el toque sangriento adecuado en forma de cadáveres marcados, cabezas que vuelan o desgraciados en un coche bajo una plancha lista para aplastar. Es otro de los detalles que la diferencia de la anterior y evita ese efecto eco en el que muchas películas caen. Sí tengo que decir que la escena del sucedáneo salido de Buster Keaton parece un poco puesta porque sí pero, bueno, ahí queda...

Pues no más por hoy. Me resulta muy curioso que, por encima de la trama principal reine ese afán de mostrar lo satánico y cruel que puede ser Hollywood, dando a entender el cliché que todos sabemos: por fuera, es todo brillo pero, por dentro, puede a estar bastante podrido. Como dice el refrán «Cuando el río suena...»

Y si una secuela parecía imposible, atención, que hay una tercera parte llamada Pearl. En breve, se dejará caer por aquí.





domingo, 2 de noviembre de 2025

En compañía de lobos



Una grillada mayúscula de una película que está considerada como un clásico ochentero.

Como su título muy bien indica, esto va de lobos pero, cosa curiosa (y gran acierto) es que se nos cuentan historias cortitas con hombres y mujeres lobo como protagonistas, donde el aspecto licántropo está relacionado con la maldad tanto de hombres como de mujeres con muy mala baba lobuna. La cuestión es que dichas historias parecen independientes unas de otras y dan el aspecto de no saber muy bien hacia dónde va la trama. Eso hace que tengas una extraña sensación de «descolgado» mientras ves la peli que no parece remediarse conforme pasan los minutos.

Los efectos son muy artesanales pero efectivos al cien por cien, siendo una gozada recordar que hubo un tiempo en el que no existía el CGI. Ciertas transformaciones son muy buenas y el maquillaje cumple muy bien su papel.

¿Y el final? Pues tan raro como la película por sí sola que, quizás, te deje con una sensación de «¿pero qué he visto?» que reina a lo largo de toda la cinta y que no deja de ser una reinterpretación de Caperucita muy bestial y oscura.


miércoles, 22 de octubre de 2025

El conde Drácula



Dice Jesús Franco en el prólogo de la película que, en esta ocasión, se va a contar la historia del famoso conde de la manera más fiel. Y es justo ese el gran aliciente de la película... En parte.

La cinta, quede esto claro, no tiene nada que ver con las producciones de la Hammer. De hecho, Lee ya había sido un buen montón de veces el conde. ¿Por qué quiso empezar de cero aquí? Porque le atrajo la idea de reflejar la historia de manera fiel a la obra.

Dicho esto, tengo que admitir que tiene unos cuantos puntos a favor muy potentes. Lo primero, como ya he dicho, la fidelidad. El famoso conde ya se habia adaptado al cine en muchas ocasiones (Lugosi, Lee, Schreck... Incluso, a su modo, Carradine. Eso, por nombrar unos cuantos) pero, y esto es importante, las historias nunca arrancaban del original literario, si no de adaptaciones al teatro (véase la de Bela Lugosi) o alteraban lo que les daba la real gana (como la de Terence Fisher) Pues bien, aquí podemos ver detalles del libro nunca antes visto. Por ejemplo, el conde luce bigote y le vemos rejuvenecer conforme avanza la historia. También es Jonathan Harker (y no Rendfield) el que viaja a ver al Drácula. Además, se incluye una escena muy potente para la época, como es el niño que el conde regala a sus novias en plan aperitivo para que se lo coman. A todo esto, hay que añadir la inclusión de Quincey Morris, un personaje que suele ser olvidado y que se recuperó en la cinta de Coppola. Esto es curioso porque en las anteriores adaptaciones todo se reducía a Mina, Lucy, Johantan y Van Helsing, sin contar al conde, claro.

La película tiene un ritmo más o menos pasable y, la verdad, se centra en los principales aspectos de la obra para que todo transcurra de manera directa y que el espectador esté entretenido. De vez en cuando tiene algún momento potente, como cuando las novias se despiertan por primera vez (un recurso que hoy puede quedar viejo pero es efectivo) o el momento en el que Drácula se refiere a los hijos de la noche deja entrever colmillos y su rostro y expersión queda muy lejos del principesco y refinado conde de siempre.

¿Más cosas a favor? Buena ambientación, ya que los interiores de la mansión o el castillo son tales y buen vestuario. Quede esto claro: la película está considerada como de bajo presupuesto y, la verdad, se nota pero, aún así, se defiende bien.

Pero, si bien hasta más o menos la mitad la promesa de Franco se mantiene, lo cierto es que, desde que muere Lucy, la cosa se despendola y se acelera en partes iguales. Así, saltamos de una escena a otra sin ton ni son, el ataque que sufre Van Helsing viene de golpe y los personajes se mueven de una escena a otra como porque sí. Por ejemplo, Van Helsing determina que a la niña muerta se la merendó Lucy así, porque el amigo es muy listo y algo tenía que decir.

Y es por esta rapidez que se nota la gran carencia de la peli: el terror. Aquí, salvo las escenas que he dicho antes (y solo crean curiosidad) la falta de terror es considerable. Se echa en falta alguna escena truculenta, más sangre o que el conde se luzca más. El recurso de los animales disecados queda mal, cutre y forzado.

¿Y los actores? Pues acartonados. Les falta vida, expresión y sentimiento. Herbert Holm (Van Helsing), Fred Williams (Harker) y Pal Muller (Seward) tienen cara de póker toda la peli. Incluso Klaus Kinski, que solo berrea de fondo, parece que está más preocupado porque el pelo se le pone en la cara y le molesta. ¿Y Lee? Cumple sin más.

En definitiva, un producto de serie B que hay que ver. Sobre todo si te gusta la filmografía del conde y puedes compararlo con otras adaptaciones. Creo que la intención fue buena pero el desarrollo y dirección se quedaron a medio camino. Creo que la película se ha quedado como elemento curioso a la vez que divertido. Eso sí, olvídate de sentir una pizca de miedo.



sábado, 4 de octubre de 2025

Hombre lobo



Esta es la típica película de hoy día que, basándose en algo muy famoso, trata de dar una nueva vuelta de tuerca al mito, en este caso, el del hombre lobo.

La cinta es de lo más simple y lineal y parece que esa fue la intención desde el principio, desde que asistimos a la escena de un padre imbécil que no tiene otra cosa que hacer que llevar a su hijo pequeño a cazar algo que, como poco, parece raro, una especie de criatura que, según parece, es conocida por todos pero vista por muy pocos.

Después de ese inicio tan directo, sabemos que el niño ha crecido, tiene su familia y, debido a la muerte del padre, debe volver al bosque. Ahí las cosas se complican y la familia feliz es acosada por una criatura que, cosa curiosa, transmite su mal al prota.

Y esta es una de las cosas buenas de la peli.  En lugar de caer en el topicazo del tipo que se llena de pelo aúlla a la luna, lo que tenemos hasta el conflicto final es el proceso de transformación en lobo, lento, detallado y muy bien maquillado, del protagonista. A eso hay que añadirle el efecto agobiante que da al conjunto el hecho de que todo sucede de noche (y de paso los efectos especiales se notan menos) y, además, dentro de una cabaña. 

Y lo de bien maquillado no es un modo de hablar. El maquillaje de Christopher Abbot es digno de tener en cuenta y evita la típica situación de la transformación puntual. Desde que al amigo se le empiezan a caer las muelas sabes que vamos a asistir a un proceso de mutación lento y bien mostrado. Esto, que está muy bien, también puede hacer que quieras que el tipo se transforme de una vez y comience a devorar gente pero, amigo, aquí las cosas van lentas y más vale que lo aceptes.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es que desde el principio se baraja la posibilidad de que, más que una maldición (la constante universal del hombre lobo) esto es una enfermedad, un virus que afecta a todo aquel que es arañado o mordido. Esto le da un toque original bastante bueno.

Los actores quedan bien. Como ya dije, Christopher Abbot aguanta maquillaje y primeros planos. Julia Garner se pasa con cara de amargada diarreica toda la peli y ese peinado que a mí me resulta antiguo y no lo mueve ni un hombre lobo le queda raro, pero es una apreciación que ni pincha ni corta en la valoración de la película.

¿Peros?

Yo he echado en falta apreciar más cosas. Por ejemplo, cuando el protagonista trata de lamerse (por llamarlo de algún modo la herida del brazo) me ha faltado ver algo más. Esa manía de mostrar todo de noche por el tema de gastar menos en efectos especiales ha restado mucho realismo a este tipo de producciones. Me viene a la memoria la espectacular transformación de Un hombre lobo americano en Londres. Y es de 1981...

Pero, como ya dije al principio, la cinta es brutalmente lineal y, desde el comienzo de la misma, desde la primera escena, sabes lo que va a pasar y cuál va a ser el giro del final (este lo ves venir sin problema) que se supone es la sorpresa de la peli. Hubiera estado mejor que se hubieran currado un poquito más guión, complicar un poco la trama pero, lo digo de nuevo, creo que la intención ha sido esta desde el principio: crear una peliculita simple, sin demasiadas sorpresas y que asegure un rato más o menos entretenido.

¿Lo consigue? Sí. Sin más.