La maldición de Hill House

La maldición de Hill House.
The haunted of Hill House.
2018.

Henry Thomas.
Timothy Hutton.
Oliver Jackson-Cohen.
Victoria Pedretti.
Michiel Huisman.
Elizabeth Reaser.
Kate Siegel.
Carla Gugino.


La familia Crane vivió hace años unos hechos aterradores en una extraña casa. Ahora, los miembros supervivientes acabarán viendo cómo sus vidas tienen como nexo aquella fatídica noche...


En mala, pero en malísima hora se te puede ocurrir llevarte a tu familia a vivir a una casa enorme, gótica y encantada. Sí, sí, lo primero que puedes pensar es que lo bueno de todo es que, como es tan enorme, te puedes coger la habitación que quieras, hacer reparaciones en familia y permitir que tus hijos correteen tranquilos, felices y de manera inocente por los pasillos.

Y una m...

Todos sabemos que las series están viviendo una etapa dorada que ni en su mejores y más salvajes sueños pudo imaginar ningún productor televisivo. La cantidad para elegir es bestial y si uno no encuentra algo que le gusta es porque, o es un bicho muy raro o, simplemente, porque no has buscado bien. Hay series de todo: humor, drama, época, acción pero... ¿terror? No, no nos confundamos. Vale que haya vampiros, hombres lobo o monstruos variados, pero terror, terror, nada... hasta que llegó esta The Haunted of Hill House para alegría, goce y disfrute de este que escribe.

Vale, la historia que tenemos por delante en los diez capítulos que tiene la serie está más vista que el tebeo. La has podido leer en forma de libro, obra de Shirley Jackson, y en el cine ya no te digo: La casa de los horrores (o House of Haunted Hill) con el enorme Vincent Price, La guarida, con Liam Neeson a la cabeza o House of Haunted Hill con Geoffrey Rush y,  en definitiva, en el montón de historias en las que uno pobres desgraciados las pasan canutas en una casa repleta de fantasmas. Vale, pero, ¿cuál es la diferencia con todas ellas? Una muy sencilla: el terror.

A lo largo de diez capítulos de una hora más o menos, la trama nos 

va a contar de manera pausada, pero sin dormirse en os laureles, la historia de la familia Crane a la que, en el pasado, les sucedió algo muy gordo y terrorífico en una casa que adquirieron para arreglar y vender. Teniendo esta base de fondo, podemos empezar a sacar cosas buenas a montones.

Para empezar, no sabemos qué narices pasó en la casa hasta el último capítulo. Eso quiere decir que durante toda la dichosa serie puedes hacer tus cábalas, inventar teorías o intentar culpar a alguien pero, repito, no tienes ni idea de lo que pasa. Eso hace que el misterio, ese factor indispensable en toda buena historia de terror, planee durante toda la serie de manera sublime. A veces, muy poquitas, y en forma de pequeños fotogramas muy rápidos, se nos intenta dar una  pista que no deja de ser un mero aperitivo que sabe a muy poco. Es evidente que lo que sea fue terrorífico pero, por más que des vueltas al asunto, no eres capaz de determinar algo concreto. Genial.

Otro aspecto muy importante. Los desgraciados... que diga... la familia Crane son siete. Olivia (la mami), Hugh (el papi) y cinco hijos a saber: Luke, Steven, Theo, Nell y Shirley. Pues bien, cada uno de ellos va a contar con su propio capítulo para que la serie se explaye a gusto y se asegure de que conoces las circunstancias, pormenores y asco (a mi modo de ver) de vida que lleva cada uno de ellos. Esto hace que, por un lado, conozcas a los personajes sin problemas. Por otro, que cada uno ofrezca una especie de versión personal de lo que se supone paso que hace que te hagas un lío porque, por regla general, tienden a destrozar las cábalas que te has hecho.

Pero, como dije antes, además de lo rizado de la trama, de las semillas de incertidumbre que crea en el espectador, efectos especiales a parte, permíteme que te haga una pregunta: ¿cuánto hace que no ves una historia de miedo? No, no me refiero a esas en la que hay una trama más o menos normal y sale el mosntruito de turno o el efecto especial para salir del paso y mostrar un ser más o menos sobrenatural, no. Me refiero al miedo, miedo. Y es que ese es el grandísimo factor a favor de esta serie: da miedo. Y el miedo que vamos ver es el que me gusta, el de toda la vida, el del maquillaje desagradable, el de los ruidos que suenan cuando no tienen que sonar, el de los movimientos de cámara que dejan un hueco con respecto al actor de turno porque sabes que por ahí va a salir algo desagradable. Ejemplos te podría poner mucho pero voy a marcarte tres: Hugh Crane de joven con su hijo en brazos y, después de decirle "...esa no es tu madre...", corre mientras alguien va detrás de él; Luke, bajo la cama, espera que el fantasma se asome (y el espectador tanbién pero mira cómo se ralentiza la acción) o lo que sucede con la anciana del segundo capítulo que NO tiene nada que ver con la trama pero esos primero planos de la pobre mujer muerta hacen que esperes que va a pasar algo. Repito, esto es solo la puntita pequeñita del iceberg. A lo largo de la serie vas a pasar miedo porque de eso se trata, eso quieren y eso consiguen. Y terror del bueno, del de los botes en el sofa, del de no quiero mirar pero no puede dejar de hacerlo. El de toda la vida, vamos.

La próxima vez que discutas en el coche, recuerda esto.

Los actores me han parecido muy acertados. Todos ellos, ya que todos tienen la ocasión de lucirse en un capítulo para ellos solitos. Henry Thomas, que para mí siempre será el niño de ET (y para toda una generación) queda muy bien, lo mismo que su equivalente mayor en forma de Timothy Hutton, que luce hecho una porquería toda la serie. Oliver Jackson-Cohen es un buen Luke y el papel de drogadicto le va muy bien. Victoria Pedretti haciendo de Nell me ha gustado mucho; emana dulzura y ¡SPOILER. NO LEAS! el cuello torcido le queda de maravilla. Michiel Huisman refleja muy bien todo el infierno interior y exterior de Steven. Elizabeth Reaser, que me ha costado horrores no pensar en ella como la mami vampiro de Edward Cullen en la saga Crepúsculo, me ha sorprendido para bien. Y esta mujer no cambia con el paso de los años y pega con el toque pedante del personaje. Kate Siegel genial como Theo, un personaje fuerte y vulnerable al mismo tiempo. Lo mismo digo de Carla Gugino como Olivia y madre del cordero de muchas cosas de las que pasan. 

Fin. Desde luego, una serie que me ha encantado; tiene una trama muy manida pero se las han sabido arreglar para contarla de manera divertida, terrorífica y, sobre todo, manteniendo el interés del espectador hasta el último fotograma. Por fin una historia de miedo como las de antes, con sustos, imágenes desagradables y mucha, mucha tensión. Considero, y esto es una opinión muy personal, que es una de las mejores series que ha dado la televisión en los últimos quince años. Vedla y temedla, que merece la pena...

Ah, por cierto. Toda la serie está plagada de fantasmas. Os desafío a que los descubráis.

Como siempre, un breve resumen de los capítulos:

Steven ve un fantasma.

Un capítulo bastante largo (aproximadamente una hora) que sirve de excelente presentación a los personajes y a las situación en la que todo para desarrollarse conocemos a la familia sabemos que ocurrió una tragedia muy fuerte dentro de esa casa. Pero sobre todo se nos deja muy claro cuál va ser el tipo de terror que vamos a ver en esta serie: un terror a la antigua donde estamos con el corazón pendiente de un hilo esperando a que surja alguna cara alguna mano o algún ser que no salga botar en el sofá. Es decir, terror fantasmal a la antigua usanza y ya estoy es algo que consigue sin problemas. Desde luego es inevitable pensar que si este es el primer capítulo que nos deparará en el resto de la serie.

Destaco la escena en la que el padre coge a Steve en brazos y se lo lleva corriendo diciendo ahora no mires a los lados después viene el remate: esa de ahí no es vuestra madre...

Ataúd abierto.

Este capítulo nos sirve para explorar y conocer más a los personajes pero sobre todo se centra en Shirley y en la figura de Luke. Hay que tener bemoles para, después de lo que vivió en esa casa, dedicarse a embalsamar cadáveres. Atentos al momento del gato y sobre todo un ejemplo del terror que va a hacer daño y va a fastidiar al espectador y lo consigue: todos los relacionados con la anciana cuyo funeral que está preparando Shirley no tiene nada que ver con la trama salvo con sus recuerdos pero ahí está dispuesto a que el espectador se espere lo peor.

Tacto.

Esta vez el turno de Theo porque ya queda claro que los hermanos van a tener un protagonismo en cada capítulo. Es un capítulo un poco más flojo que los demás puesto que se centra mucho en el tema de la niña que trata cuyo padre abusa de ella. Eso sí, cuando Theo toca el cadáver de su hermana ve algo. ¿El qué? A saber...

Y ya empezamos a ver qué pasó la última noche en la dichosa casa.

Cosas de gemelos.

Ahora le toca el turno a Luke que es, quizá, el más desgraciado en esta familia de desgraciados lo cual ya es bastante considerable. Si de pequeño ves lo que se supone que has visto es evidente que de mayor te puedan pasar dos cosas: una, eres un santo, dos te dedicas al alcohol y a las drogas. Y precisamente Luke se ha dedicado a esto. En este capítulo entendemos como está y que va de un reformatorio a otro. La historia no tiene mucho más de por sí pero tiene una escena fundamental: cuando, de pequeño, ve el puñetero fantasma flotar abriendo la puerta y el niño se mete en la cama y el fantasma de dedos enormes se soma. Pero qué mala leche...

La señora del cuello torcido.

Capitulo para Nell. Nos damos un garrón de la silueta de la puñetera señora del cuello torcido. Además, comprobamos que Nell también es una desgraciada, ya que enviuda muy joven. Se nos deja claro que el padre de todos tuvo algo que ver en algo de la muerte de de la madre. Además, conecta con todos los capítulos anteriores.

Espectacular final porque aquí sabemos quien es la del cuello torcido. Hay que tener mala idea.

Dos tormentas.

Si quieres ver cómo los miembros de una familia se despedazan entre unos y otros, desde luego, este es tu capítulo. En este episodio vamos a ver como la familia creen no para de echarse porquería unos encima de otros delante del cadáver de la pobre Nelly que es la única que, aún estando muerta, parece más normal. Repito: están en un funeral y no se cortan un pelo.

Hay que destacar que, mientras llevan acabo las discusiones, la cámara no deja de moverse de manera circular como si se tratara de una toma continua. Eso sí, no faltan los momentos en los que en mitad de tanta conversación, se puede haber cierto fantasma de cierta persona con el cuello torcido que parece que lo está viendo todo a la expectativa de que algo malo pase. Quizá uno de los capítulos más flojos hasta ahora.

Elegía.

La familia sigue con su buen rollo habitual, es decir, tirandose porquerías e indirectas después del funeral de Nell. No obstante, ya se van perfilando cosillas, como el tema de ese cuerpo encontrado empalado cuando eran niños. Destaco los momentos de la madre fantasmal en plan posesión infernal. Pocos pero muy efectivos. Yo veo eso debajo de l mesa y no tengo plantea para correr.

Marcas testigo.

Hay un pequeño punto de luz cuando el padre empieza a hablar, si bien el misterio se mantiene porque no deja nada claro. Unos cuantos sustos muy bien puestos que demuestran que lo de siempre funciona: los golpes a la puerta, el susto del coche (momentazo para el recuerdo) y la escena final.

Malos sueños.

Un capítulo pausado lleno de charlas y que, además, se sitúa en el pasado. Hasta los últimos quince minutos claro, donde se conecta de manera automática con el primer episodio.

Al fin vemos lo que paso con la madre. Y esa escena final donde todo reinicia...

El silencio empuja incansable.

El comienzo es demoledor. Steve y su padre van a la casa y lo alternamos con la vida actual que tiene mujer y es padre pero en realidad todo está en la imaginación de su libro. Damos un repaso a cada hermano y todos ellos van a la habitación roja. Que siempre estuvo ahí para todos...

Vigilado el cielo.