Aladdin

Aladdin.
2019.
Director: Guy Ritchie.
Guión: John August, Guy Ritchie.

Will Smith.
Mena Massoud.
Naomi Scott.
Marwan Kenzari.
Nasim Pedrad.


Un ladrón, Aladdin, se enamora de la bella princesa Jasmine. Pero el malvado Jafar busca hacerse con el poder...

Que en el cine la cosa va de modas es algo evidente. Hace años, fueron las adaptaciones de libros para niños a la pantalla. Ahora mismo, los superhéroes las copan (si bien es cierto que servidor cree que sus días han empezado el comienzo de su despedida) Y, en el último par de años, hay una nueva tendencia generada por una empresa concreta, esa que se dedica a matar los personajes de sagas irónicas: Disney, que consiste en adaptar sus clásicos animados a acción real. Muy bien, después de El Libro de la selva, La Cenicienta o La Bella y la bestia, le ha tocado el turno a Aladdin, otro icono de la empresa. Muy bien, esto es lo que os puedo decir.

¿Empezamos por lo que me ha gustado?

Hay mucha gente (entre los que, generalmente, me encuentro yo) que creen que esto de traducir en imagen real u ordenador las películas de animación es un poco sinsentido porque se suele calcar la peli de un medio a otro. Pues bien, una de las cosas que más me ha gustado de la cinta que hoy os comento es que, si bien la historia es muy similar, han sabido aportar ciertos detallitos (no muy cantosos, pero detallitos a fin de cuentas) que han hecho que lo que se ve en pantalla se vea un poquito enriquecido con respecto a lo que vimos en la cinta animada. Por ejemplo, han eliminado algunos episodios que, si bien en la original estaban muy bien y aportaban cierto humor (claro, era una peli para niños) aquí los han sustituido por algo más, digámoslo así, normal. Ahí tenemos, por ejemplo, el modo en que Aladdin y Jasmine se conocen: han sustituido el robo de la manzana y las excusas de Aladdin dando a entender que Jasmine está loca (o es tonta) por el tema del brazalete. Algo sutil, simple, pero que, en conjunto da más seriedad al tema y hace que lo que ves tenga un tinte más "normal" 

La historia me ha parecido muy bien llevada y, siguiendo con lo que he comentado mas arriba, se ha mostrado un poquito más seria y adulta y no tan infantil. Algo que me ha parecido un buen acierto es que, allí donde en la película de animación el eje de todo es la historia de amor entre Aladdin y Jasmine, aquí hay un detalle que puede resultar pequeño pero que me parece muy importante: las aspiraciones militares del malo, Jafar. Lo que han hecho es mostrar una avaricia basada en la conquista de otros países que, como dije antes, da más veracidad a la historia y hace que el tono infantil quede un poco diluido.

Sigo. Lo primero que pensé cuando me enteré de que iban hacer Aladdin en versión real no solo fue cómo narices iban a hacer el Genio (eso, fijo, nos pasó a todos), si no si iban a mantener el humor infantiloide de la película original. Haciendo memoria, como quien no quiere la cosa, el sultán es un viejo medio idiota que se pasa el día jugando con juguetitos (esto viene del personaje de El ladrón de Bagdad, una maravilla que recomiendo ver y cuya reseña puedes leer aquí), Abú el mono no para de lucirse y habla como el pato Donald o Jafar pasa de siniestro a gracioso hablando con el loro Yago o diciendo aquello de "...Prince Abubú..." Todo eso aquí ha desaparecido y el resultado es una película de aventuras en toda regla con ciertos tintes humor. Algo que, repito, me ha sorprendido para bien porque no se ha limitado a ser un calco de la de 1992.

La peli, además, cuenta con ciertos añadidos que sí creo que merece la pena destacar. Para empezar, no empieza igual, ya que es el Genio quien cuenta la historia a unos niños (luego, al final, se explica esto pero, por aquello de los spoilers, me voy estar calladito) El Genio, léase Will Smith se muestra, en general, gracioso pero bastante comedido y muy humano (luego hablaré de esto en el siguiente apartado) Destaco, también, la escena del baile en el que Aladdin trata de llamar la atención de la princesa o el hecho de que, como príncipe Alí, le hayan, por lo menos, cortado el pelo (nunca entendí que, en la versión animada, Jasmine no le reconociera a la primera porque se supone que la chica es lista) o la inclusión de Dalia, el componente amoroso del Genio. Son, como digo, pequeños detalles que sí me han gustado y que, lo digo de nuevo, hacen que todo tenga un toque más "real"... dentro del contexto de la historia de un tío que tiene una lámpara, un genio y se ha emperrado con una chica guapa...

Paso a los personajes. Aladdin cae bien y, aunque es el ladronzuelo que todos conocemos, no peca de demasiado arrogante y chulito como en la original (¿recordáis el movimiento del brazo cuando le da la manzana a Jasmine?) La princesa Jasmine aquí es mucho más autónoma que ya no solo quiere casarse por amor; lo que quiere es gobernar para evitar guerras en un claro ejemplo de mostrar un personaje femenino fuerte. El Genio, por supuesto, cae fenomenal porque es Will Smith y porque es un personaje que, de por sí, te cala. Conserva al humor y vacile del original pero, también, es bastante humano. Y ni él se libra de eso de "tiran más dos tetas que dos carretas" Dalia, la sirvienta y coleguita de Jasmine me parece una buena aportación. Y qué pasa con Jafar? Pues ese me lo reservo para después. 

Los actores me han parecido muy acertados... en su mayoría. Mena Massoud, a parte de hacerlo muy bien, es clavado al personaje. Vamos, que ves al tipo y piensas en Aladdin. Naomi Scott cumple muy bien como Jasmine, si bien es cierto que la veo poco expresiva en algunos momentos... salvo cuando baila, que se suelta un poco el pelo. David Negahban es un buen sultán lo poquito que sale. 

¿Y Will Smith?

Pues lo mejor de la peli. El tipo tiene tablas, simpatía, carisma y todo lo bueno que puedas imaginar. Lo admito, cuando me enteré de que él iba a ser el Genio no supe muy bien qué pensar ya que no se decía si iba a ser solo la voz, él mismo o qué. Es, sin duda, el gran acierto de la peli y, por supuesto, su punto mas fuerte y uno de los grandes motivos para ir a verla. Encaja en el papel de manera perfecta, de desenvuelve como pez en el agua y aporta muchos puntos a cada escena en la que sale. ¿Se puede pedir más? Sí. De esto, luego hablaré.

Los efectos, desde luego, están muy logrados y se nota la ILM en su puesta en escena. La cueva de las maravillas, Abú el mono, los trucos del Genio o Jafar... Todo bastante bien en general. Disney tiene dinero, que de eso sabe mucho, y no ha dudado en poner toda la carne en el asador, cosa lógica.

Otro plato fuerte son, sin duda, las canciones. Han respetado las originales de manera evidente pero les han dado un toque que, al menos a mí, me ha gustado mucho: las han mostrado menos orquestales y bastante más pop. Dicho de otro modo, lo de siempre pero con otra cara. Escuchad A friend like me y me decís. Además, hay un par de canciones nuevas que refuerzan a los personajes, como Speechless a cargo de Jasmine que, de nuevo, viene a decir eso de las chicas somos guerreras y lo ver, oír y callar son cosas del pasado.

Y ahora voy con el siguiente apartado, esto es, lo que menos me ha gustado o me parece mejorable.

Jafar. Este es, para mí, el gran punto débil de la película. 

Veamos, a servidor le encantan los malos porque, cuanto mejores son, más se tienen que esforzar los buenos para igualarlos y, por supuesto, superarlos. Si has visto la cinta de animación, recuerdas, sobre todo, dos cosas: al Genio y a Jafar. Y, ¿por qué? Porque el amigo el malo, retorcido, mira siempre con mala baba y cada cosa que hace o dice es porque quiere hacer daño y fastidiar al personal. Es un malo a la vieja usanza: porque tiene que serlo, porque quiere poder, porque se quiere llevar a la chica y porque piensa que todos son tontos de baba menos él.

Veidt. Vamos, igualito...

Yo aquí he visto muy poco de eso. Casi nada. En primer lugar, las motivaciones del personaje no quedan muy claras. Sí, quiere poder pero pasa de querer invadir países, a querer ser sultán, a querer poder y se decide por casarse con Jasmine así, porque sí, en menos de un segundo. La maldad y la mala baba del personaje original se esfuman. Además, añado otra cosa: el actor que han escogido, Marwan Kenzari, me parece demasiado joven para el papel. En la cinta de 1992 es un hombre ya maduro (eso le viene genial), lo mismo que lo fue Conrad Veidt en El ladrón de Bagdad (y en cuyo rostro está basado el personaje animado) El Jafar que veo aquí me parece un personaje demasiado cercano, un poco caricaturesco y, en definitiva, un malo muy light, muy Disney. Le falta presencia, saber estar y, sobre todo, no irradia la maldad del original. Me recuerda más al pseudo malo de La momia, Warden Gad Hassan (interpretado por Omid Djalili) que al personaje que en realidad encarna. Creo que con otro actor con mas presencia en la pantalla la cosa hubiera sido diferente. A eso añado otro detalle que no tiene nada que ver ni con la peli ni con Disney pero que ahí queda: durante toda la cinta, oigo a Sheldon Cooper ya que le actor de doblaje es el mismo. No digo que lo haga mal pero a un actor joven le han puesto una voz joven. Vamos, que creía quiera a decir en cualquier momento "¡Zas, en toda la boca, Aladdin!"

Sigo. El genio. Sí, parece raro decir esto pero tengo que comentarlo: el rostro CGI de Will Smith, a veces, canta mucho. Los efectos por ordenador han avanzado que es una barbaridad pero, todos lo sabemos, las caras humanas son su punto débil precisamente, por la falta de humanidad. Aquí la cosa se disimula por el color azul, los ojos de zombi y los movimientos rápidos pero, al menos yo, sí lo destaco.

¿Una cosa más? Vale. Creo que, si bien el conjunto está muy bien y  muy logrado, todo sucede muy rápido. En la peli de animación la cosa es pausada. Conocemos y nos recreamos con las tristezas de la princesa, el devenir de Aladdin, las maquinaciones de Jafar y los números musicales son largos y los disfrutas. Aquí me ha dado la impresión de rapidez: en la primera escena la princesa ya sale del palacio; conocemos la vida de Aladdin muy deprisa, Jafar cambia de candidatos para La cueva de las maravillas de una escena a otra y los números musicales, sobre todo, el inicial del genio y el de la entrada a la ciudad están muy bien, pero me da la impresión de que van muy rápido. Destaco la escena en la que el loro es quien decide o descubre que Aladdin es el diamante en bruto. En la de animación todo tiene más sentido al saber que Jafar usa una máquina rara para averiguarlo. Repito: es mi opinión.

Y... se acabó.

En conjunto, sin duda, me ha gustado. No me ha parecido un calco muy evidente; creo que aporta cositas que hacen que todo gane puntos y, por eso, recomiendo verla. Cosa curiosa, creo que a esta peli no le han favorecido para nada las impresiones iniciales. Ahora mismo, todo el mundo habla maravillas de lo que va a ser El rey león y nadie la ha visto. A Aladdin la pusieron a caer de un burro solo por las fotos iniciales: que si Will Smith se queda con su piel negra, que si el vestuario parece muy forzado, que si Jasmine y Aladdin parecen sacados de un tienda de chinos... El ser bocazas es algo inherente al ser humano. A mí me ha parecido más una peli de aventuras con toques de humor que una simple adaptación y, por eso, lo digo de nuevo, hay que verla. Además, ahí está Will Smith para iluminar el conjunto y eso ya es mucho.

Pues... ¡a verla!

Vigilad  el cielo.