(2011)
Director:
Chris Miller
Guión :
William Davies, Brian Lynch, David H. Steinberg, Tom Wheeler, Jon Zack
Antonio Banderas
Salma Hayek
Zach Galifianakis
Billy Bob Thornton
Amy Sedaris
El
Gato con botas se ve en mitad de una aventura: encontrar las judías mágicas
para conseguir los huevos de oro. Le acompañarán el huevo Humpty Dumpty o la
felina Kitty Garrasuave
Y
vamos allá con otra muestra de esa moda tan curiosa que ronda últimamente en
Hollywood: el biopic. Para los que no sepan qué es eso, ahí va una explicación
de lo más sencilla: consiste en coger un personaje que sale en un peli de
éxito y hacer otra con él una dándole protagonismo. Dicho de otra forma, es un
medio como cualquier otro de exprimir unos personajes para sacar cuanto más
dinero mejor. Ahí están los ejemplos de Lobezno (sacado de los X Men) o este
Gato con botas, que salió de la franquicia de Schreck. Ahora bien, la cuestión
de los biopics es si son realmente necesarios y si, de veras, pueden alcanzar
el nivel de calidad de las raíces de las que surgieron…
Metiéndonos
ya en faena con esta película, hay que decir que ya, desde la segunda entrega
de Schreck, allá por 2004, estaba claro que el gatito era uno de los personajes
que más llamó la atención de todo el elenco de la peli y el que, con toda
claridad, tenía más posibilidades de hacer algo en solitario. ¿El motivo?
Resultaba gracioso, ciertamente adorable con esos ojos que ponía y, además,
estaba el atractivo de que la voz la ponía Antonio Banderas, dándole un toque
chulesco y andaluz a partes iguales que hicieron que, en general, el minino
cayese bien. Pero, ¿podrían los guionistas apañárselas para que el personaje
tuviera la solvencia necesaria como protagonista de una película en la que no
estuviera respaldado por el ogro verde y sus camaradas?
Pues
bien, ya la tenemos aquí la respuesta en forma de su aventura en solitario.
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Un trío de lo más raro... |
Como
suele ocurrir con este tipo de cintas, con la excusa de que hay animales que
hablan, tratan de arrastrar a un público infantil pero, en realidad, es más
para adultos y está salpicada por un humor más o menos ingenioso que juega con
situaciones más o menos forzadas. Destaco la escena del baile al principio
(toda una filigrana de la animación), el hecho de que el Gato beba la leche
como lo hacen los gatos o algún que otro diálogo que llama la atención (“¡Te
voy a freír con chorizo!”) Y, por supuesto, cómo no, mencionar que Banderas
sigue aportando ese tono de cachondeo que hace que el personaje en sí siga
cayendo bien. Su contrapunto femenino es nada menos que Salma Hayeck, que
aporta acento felino y mejicano a su personaje de Kitty Garrasuave.
En
fin, una película que, desde mi punto de vista, es del todo innecesaria. Buena animación,
actores de renombre doblando y mucha filigrana, pero nada más. Se ve, sí, y se pasa el rato, pero me ha
dejado cierto regusto a “le falta algo” ¿El qué? En mi opinión, varias cosas: chispa,
gracia, emoción. ¿El personaje es atractivo? Sí, claro, pero a mí me parece que
lo es más cuando se mezcla con otros y no como para explotarlo en solitario. Y
es que, exprimir las cosas, a veces, no tiene por qué ser sinónimo de buenas
obras, aunque sí taquilleras. Malas tampoco, pero sí pasables y muy normalitas. Para mí, este Gato con
botas ni aporta, ni quita, ni pone, sólo está, sin más. Una cinta de lo más
sosita y, sobre todo, predecible (se sabe desde el principio que el huevo está
podrido y que Kitty ronroneará por el Gato) pero, para gustos, los colores…
¡Miau!
A película le faltará algo pero a tu blog nada de nada. Tus artículos son buenos y siempre con información interesante para los que queremos aprender cosas del séptimo arte. Sigue vigilando...
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