
El terror llama a su puerta.
Nights of the creeps.
(1986)
Director: Fred Dekker.
Guión: Fred Dekker.
Guión: Fred Dekker.
Jason Lively.
Steve Marshall.
Steve Marshall.
Jill Whitlow.
Allan Kayser.
Tom Atkins.
Allan Kayser.
Tom Atkins.
Unas babosas extraterrestres caen en la Tierra e, introduciéndose a través de la boca, convierten a sus huéspedes en zombis...
¡Hola!
Hoy traigo una peli de terror ochentera, de esas que, en tiempos del VHS, hacías cola para poder alquilarla y, además, te garantizaba un buen rato de evasión y diversión a partes iguales. ¡Qué tiempos, Señor, tan buenos!
Sin más tapujos, voy directo al grano. Si no la has visto, te advierto que voy a soltar algún que otro spolier pero pequeñito, de esos que no se notan. Ahí voy.
Pues a la Tierra, que somos como un tonto planetario al cual le cae de todo. En concreto, a 1959. Aquí vemos una escena repetida hasta la saciedad: dos jovencitos americanos (claro) están en el coche viendo las estrellas cuando algo cae. El chico que, por supuesto, se llama Johnny (original total) es un macho-macho man y va a ver qué es lo que ha caído pasando de su novia como de comer lo peor que se te ocurra. Aquí el guión ofrece una vertiente doble: la de un loco con hacha y la de lo que cae del cielo, que es una babosa del tamaño de una mano que a Johnny, por imbécil, se le mete por la boca. Buen comienzo, ¿verdad?
En este punto es cuando comprendes de qué va a ir la peli: la babosa que resucita muertos va a pasar de cuerpo en cuerpo para formar un lío mayúsculo. Y ese es el eje de la cinta. No más, pero tampoco menos. La maravillosa simpleza de las películas ochenteras brilla aquí con toda su gloria y esplendor sin problemas. Todo es cuestión de dejarse llevar y disfrutar. Sobre todo, disfrutar. ¿Cómo, si no, se va a aguantar la escena post robo del cuerpo en la que Chris y J. C se mandan a tomar por saco mutuamente para desembocar en una guerra de almohadas en pos de la amistad? Ahí queda...

Pero no todo tiene por qué ser casquería pura y dura. El guión, cosa curiosa, se las apaña para meter su toque de ternura cuando, atención spoiler, J. C. cae y le envía a su amigo Chris un mensaje que, si no te llega al corazón, es que tienes una babosa en tu estómago haciendo de las suyas: te quiero, puedo caminar sin muletas y creo que estoy muerto. Por lo menos el chico avisa.
Pero, sin duda, lo que más me gusta de la película es toda la secuencia final, esa en la que las babosas extraterrestres se ponen las botas con los idiotas del autobús de la facultad. Me parece muy divertida y muy bien llevada. Además, tengo que destacar ese momentazo en el que Brad, zombi integral, va a ver a Cynthia que, por aquello de no parar de hablar y no mirarle a la cara, no nota que es un zombi. Y lo curioso es que el chico aguanta la charla como si tal cosa. Supongo que es lo que tiene estar muerto y resucitar.

Los personajes no pueden ser más de la época y, a su modo, arquetípicos: el prota valiente que se vuelve héroe y se lleva a la chica, su compi lisiado y graciosillo, la chica guapa y el malo chulo e idiota. Luego está Cameron, el inspector duro que ofrece cierta sorpresita final y que, por aquello de no destripar más las cosas, no la voy a decir.

En lo que se refiere a los efectos, son los de la época, los maravillosos efectos en los que la sangre, las vísceras o los aliens cabezones con serios problemas dentales eran reales y te los creías a pies juntillas. Era una época en la que las cosas se hacían a mano y no hacía falta pulsar botones en un teclado. Y, la verdad, a pesar del paso del tiempo, me siguen gustando y ayudan de manera estupenda a contar la historia.
¿Cosas mejorables? Pues, aunque quede u poco raro decirlo, ahí va: el final. A ver, ochentero es pero, después de todo lo que pasan en la peli (y las pasan canutas, te lo digo yo), ¿no se les ocurrió otra cosa? Pobre Cynthia...
Hasta aquí escribo. En general, la peli me gustó cuando la vi allá por la época y, honestamente, me sigue gustando. Es, como he dicho muchas, veces, un tipo de terror que que ya no se hace para mostrar un tipo de cine que, por desgracia, tampoco se lleva a cabo. Por eso, os recomiendo verla; es ideal para pasar un rato muy, pero que muy divertido.
Vigilad el cielo.

¡Hola, Israel!
ResponderEliminarMe encantan estas pelis y si son de la década de los ochenta entonces más todavía jajajaja Puede que algunas envejezcan mal, pero ese componente nostálgico las convierte, en ocasiones, en algo insuperable. Recuerdo haber visto esta peli cuando era pequeña (aunque solo un poco porque era para mayores) pero después de leer tu reseña tengo ganas de volver a echarle un vistazo.
¡Felicidades por el post!
¡Nos leemos!
¡Hola, Laura!
Eliminar¡Veo que eres de los míos! Me encaaaaanta el cine fantástico ochentero. Recuerdo perfectamente cuando alquilé esta peli en el vídeo club siendo niño y, ¿sabes una cosa? ¡Me qué alucinado! Lo que me gusta mucho de estas cintas es que no hay explicación ninguna de nada: es lo que hay y lo muestran de la manera más natural posible. Mir que aquí hay zombis, extraterrestres, babosas intergalácticas, polis desfasados... pero todo cuadra. Es lo alucinante de los ochenta.
¡Muchas gracias y nos leemos!