sábado, 21 de febrero de 2015

El planeta de los simios



El planeta de los simios  (Planet of the apes)

(1968)

Director: Franklin J. Schaffner.
Guión   : Michael Wilson, Rod Serling. 

Charlton Heston.
Kim Hunter. Roddy McDowall.
Maurice Evans.
Linda Harrison.






Tres astronautas aterrizan en un planeta extraño que está dominado por simios parlantes. Uno de ellos, Taylor, deberá enfrentarse a ellos...



¡Muy buenas!

Hoy os traigo un clásico, una de esas películas que no necesitan presentación porque, o bien todos la hemos visto aunque sea una vez o conocemos algo acerca de la misma. Pero, por encima de todo, se trata de una cinta de aventuras tan bien llevada que por ella no pasa el tiempo y, además, es un referente de la ciencia ficción claro y evidente, ese título que siempre sale a colación cuando se habla del tema.

Empezamos por la historia. Sí, claramente es de ciencia ficción, eso
no lo duda nadie. Y, tengo que decir, que es una de esas pocas películas que, de verdad, lo es. Digo esto porque, muchas veces, en una patada de sitios, meten a La guerra de las galaxias, El planeta de los simios o a Superman en el mismo saco. Pero, por encima de todo, esta película es una cinta de aventuras por todo lo alto. La idea de un astronauta que acaba en un planeta gobernado por simios me parece tan sencilla como sublime, el tipo de trama que se le ocurre a alguien con muchas luces. Claro que, no hay que olvidarlo, la idea original fue de Pierre Boulle, el escritor responsable del libro del cual parte la película (y que comentaré más adelante) Con todo, el modo de llevar la historia literaria a la pantalla de cine es absoluta y completamente genial. El ambiente post-apocalíptico que se vive y se respira a lo largo de todo el metraje está clavado, el modo de machacar, al menos en un principio, a Taylor, el prota, sublime y cómo este va tomando poco a poco cargo de la situación hasta el tremendo final que todo el mundo conoce es, hablando de manera simple y llana, espectacular.

No obstante, siempre he pensado que, a pesar de que la duración de la película es estándar, la trama se divide en tres partes muy bien diferenciadas perfectamente hilvanadas y mostradas. La primera, sin duda, es la que se refiere a los astronautas y se nos presenta el problemón que se les se viene encima al aterrizar en un planeta completamente desconocido y que, para gozo y alborozo de este que escribe, resulta ser hostil que no veas. Es perfecta para crear el ambiente, presentar personajes y entrar en situación. La segunda es la referida a toda la desgracia de Taylor tratado como un animal salvaje y que sirve para presentarnos a los otros protas, los simios; tanto los buenos como los rastreros y malos (por no poner otra cosa). La tercera, claro, es el tramo final, ese en el que vemos que Taylor gana en poder y aliados y, al final, descubre la horrible verdad del sitio en el que está. El final de esta parte y de la peli es uno de los más famosos, espectaculares e impactantes de la historia del cine. Y por méritos propios ya que, en el libro, la cosa no acaba así. Tres actos de una obra maestra que no me canso de ver y que, tantas veces como lo hago, tantas veces que me encanta.



Los personajes están muy logrados. Taylor es el héroe, sí, pero, también, es alguien amargado o, mejor aún, derrotado. No cree en la humanidad y, por lo menos al principio, se siente feliz de que la civilización en la que se crió haya desaparecido. Y, además, es un tío que besa a una mona y lo hace bien. Zira, sin duda, es la voz de la razón, aunque tiene su puntito de rebeldía ya que, de otro modo, no habría peli. Cornelius es un poco inocentón y pringadillo, pero

el complemento perfecto a Zira y, por supuesto, personaje eje no ya en la peli, sino en la saga entera. El doctor Zaius no es que sea el villano de turno; tiene un poco de mala leche pero, bien mirado, lo único que hace es tratar de luchar por lo suyo (y, de paso, caer mal al espectador) Curiosamente, es el que advierte a Taylor de que, si sigue por el camino por el que va, se va a llevar una sorpresa de las gordas (y alucinantes) Nova no es que pinte mucho, de hecho más bien poco, pero es una cara bonita y un buen cuerpo que, entre tanto mono y músculos de Taylor bien viene. Y es que, la verdad, por delante...


Qué MONADA.


Los actores, para mí, perfectos. Hay que decir que actuar con esas toneladas de maquillaje encima tuvo que ser horrible y, de hecho, así lo manifestaron más tarde los pero, a pesar de ello, supieron otorgar una personalidad y sensibilidad a los personajes tremenda. Y sin ordenadores ni capturas de movimiento: pura, llana y simple actuación, como debe ser. Por eso Kim Hunter, Roddy McDowall y Maurice Evans como Zira, Cornelius y Zaius están perfectos. Los ves en la pantalla y no solo son los gestos; sus ojos transmiten un sentimiento tremendo. Supongo que a eso se le llama actuar. Y, por supuesto, qué puedo decir de Charlton Heston. ESPECTACULAR. Así, con mayúsculas. Heston es uno de mis actores favoritos; un todoterreno de la escena que supo adaptarse a los tiempos y tener el olfato suficiente para aceptar papeles que supusieron nuevos restos en su carrera. Aquí es el héroe de siempre: valiente, arrojado y que no se rinde pese a lo crudo que lo tiene pero, también, es vulnerable y tremendamente humano (una palabra que cobra una relevancia especial) ya que se pasa recibiendo buena parte del metraje. Verle desnudo ante un tribunal de simios, ser enchufado con una manguera o recibir palos dentro de una jaula sigue resultando escalofriante. No puedo evitar pensar, cuando veo esta peli, que ese tipo fue Ben-Hur o el mismísimo Moisés (entre otros muchos) Sinceramente, no me imagino a otro en el papel y no creo que esta película hubiese sido lo mismo sin él.


Kim Hunter.

Roddy McDowall.

Maurice Evans.


Muchos clásicos los son, entre otras cosas, porque tienen un par de escenas espectaculares. No por efectos necesariamente, sino por el contenido e impacto de las mismas. El planeta de los simios está plagado de escenas para el recuerdo. El momento en que vemos a los simios por primera vez cazando humanos es tremendo. El juicio contra Taylor, alucinante, lo mismo que el momento en que le enchufan con la manguera. La escena de "Quíta tus sucias manos de encima, mono asqueroso" hace que, todavía, me quede embobado mirando a la pantalla. Y, por supuesto, la escena final. ¿Qué voy a deciros? Me sigue resultando tan efectiva como el primer día. Ver a Taylor maldecir y luego mirar los restos de la Estatua de la Libertad es un momento absolutamente embriagador y una de las escenas más famosas de la historia del cine por derecho propio. Y aún me da escalofríos.




Esto  ha sido todo. Quizás deciros que la veáis es repetirme porque, aunque no os guste, posiblemente ya lo habréis hecho. Si no es así (que lo dudo) es una de esas pelis que hay que ver, al menos, una vez en la vida. Para mí, es una película de aventuras y ciencia ficción perfectamente llevada, interpretada de manera soberbia y aderezada con momentos que se te quedan grabados. Es, en resumen, un CLÁSICO que, pese a la época en que fue rodada y con los (escasos) medios de la misma en algunos aspectos (lease efectos), da una lección de buen cine, saber hacer y humildad a muchas virguerías tecnológicas de hoy día.

Por supuesto, fue el inicio de una saga de películas que, en mi opinión personal, ni igualaron ni le hicieron justicia a esta. Eso sí, para gustos, los colores. Para este vuestro servidor, El planeta de los simios siempre se reducirá a esta peli.





Algunas curiosidades:

-Pierre Boulle, el escritor, consideraba que de su novela no podía salir nada bueno. Yo la he leído y le doy la razón: es pesada, monótona y sosa. La peli es uno de esos casos raros en los que una adaptación mejora la obra de la que parte.

-El final de la no es el del libro. El de este es, a su modo, otra sorpresa pero nada que ver con el de la peli, que le da mil millones de vueltas.



-La primera opción para Zaius fue Edward G. Robinson. De hecho, el actor hizo una prueba de cámara con Heston para convencer al estudio.



-Robinson rechazó el papel pensando en el infierno que supondría el maquillaje.

-En dicha prueba, Cornelius era James Brolin y Zira Linda Harrison. Esta acabó siendo Nova.




-Sigo con esa prueba: como podéis ver maquillaje de los simios es distinto al que vemos en el resultado final. Con todo, fue convincente para que el estudio diera luz verde al proyecto.

-La escena de los monos haciendo monadas en el juicio fue improvisada de cachondeo. Creyeron que el estudio la eliminaría pero no fue así. Es el contraste perfecto al diálogo dramático que les suelta Taylor.


-Durante el rodaje, hubo una "segregación pacífica e involuntaria" de los actores: los monos comían con los monos, los gorilas con los gorilas. Digo yo que Heston o comió solo o con poca compañía.

-La película ha tenido montones de interpretaciones, entre ellas, que era una visión crítica de la sociedad de la época o un ataque contra los valores establecidos. Rizhard D. Zanuck, productor de la misma, la definió simplemente como "una película de aventuras". Yo soy de esta opinión.

-Heston no estaba muy seguro del momento en que, en la escena del juicio, le desnudan por completo. Durante el rodaje, una chica dijo "Mmm, bonito culo" Y el actor más feliz que unas pascuas.

-En el libro, los simios viven en un mundo totalmente civilizado, con casas, edificios, helicópteros y monos trajeados con americana y corbata. En la peli cambiaron todo eso. Y para bien.

-Sigo con el libro: en él, el prota es un animal de compañía doméstico y se pasa desnudo toda la novela.

-Y sigo: los narradores son dos simios astronautas.

-Muchos tiquismiquis piensan que cómo es que Taylor no se extrañó al ver que  los simios hablaban en inglés. Y digo yo, ¿de verdad se piensa en eso al ver la peli?

-Cornelius, el papel de McDowall, en la versión española se llama Aurelio. Misterios del doblaje.

-Richard D. Zanuck, productor de la peli, impuso a su entonces novia, Linda Harrison, en el papel de Nova.

-Esta cinta se rodó después del sonado fracaso de "El doctor Doolittle", donde había canciones y animales. Por eso, nadie daba un duro por el proyecto.

-Fue la implicación en el mismo de Charlton Heston la que hizo que el estudio lo tomara en consideración.

-En España censuraron la escena cuando los astronautas se desnudan.

-Seis horas de maquillaje para los simios que, poco a poco, redujeron a tres.

-Muchos de los problemas del maquillaje venían cuando los actores comían y la comida se quedaba entre sus labios reales y el postizo de la boca.


-El día del estreno, una mujer se acercó a Heston llamándole "¡Chuck, Chuck!" Él no tenía ni idea de quién era y ella se presentó: se trataba de Kim Hunter, Zira en la peli. Heston nunca la vio sin maquillaje.

-Si nos fijamos, desde la primera escena, se hace referencia al paso del tiempo a través de los monitores de la nave.

-Una escena no se incluyó: tras el impacto final, veíamos a Taylor, Nova... y a esta embarazada.





Vigilad el cielo.


2 comentarios:

  1. muy buena peli
    años que no la veo
    si mal no recuerdo siempre pense que con la ultima entrega se vuelve al inicio de la historia

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    Respuestas
    1. Hola, Carlos.
      Sí, gran peli y, en la última entrega, el hijo de Zira y Cornelius, César, dice sus primeras palabras y empieza todo.

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