sábado, 17 de diciembre de 2016

The Blob. El terror no tiene forma





The Blob. El terror no tiene forma.
(The Blob)
(1985)
Director: Chuck Russel.
Guión: Theodore Simonson, Kay Linaker, Irvine H. Millgate, Frank Darabont.

Kevil Dillon.
Shawnee Smith.
Jeffrey DeMunn.
Joe Seneca.
Candy Clark.
Del Close.



Un ente extraterrestre en forma de masa viscosa cae en la Tierra dispuesto a sembrar el caos en un pueblecito.




¡Saludos!


Se suele decir que eso de los remakes es un fenómeno de hoy día y que, sin duda, son un ejemplo claro de la falta de ideas que predomina en el Hollywood actual. Pues bien, para que veas que la cosa viene de largo, esta peli que hoy te traigo es un remake de un clásico de ciencia ficción de 1958. Bien, hecha esta aclaración, vamos por partes.


Comenzamos muy bien y de manera muy típica, en plan peli americana de toda la vida, es decir, partidito de fútbol americano, animadoras guapas y macizas y jugadores cachitas. Vale, vamos entrando en faena. Nada más ver al niñato del fútbol me cae mal y siento que, si es el prota, no lucirá mucho. Tranquilos...


La cosa va rápida. En seguida conocemos al prota verdadero,
que es la antítesis de los guapitos de la escena de antes, esto es, sucio, marcarrilla de pelo largo y hace el idiota en moto. La rapidez sigue cuando vemos que algo cae del cielo, que incluye una especie de blandi blub rosado que, sin duda, sirvió de inspiración a los mocos de la segunda peli de los cazafantasmas. Lo bueno es que es agresivo, corrosivo y se pega como una lapa a la mano de un vagabundo. 


Ya sabemos por dónde va a ir la peli: la cosa esa se va a zampar a todo el que pilla. Y no fallamos: se merienda al vagabundo (cuya foto pongo al final del post) y al jugador de fútbol americano de la escena del comienzo. Es una suerte porque el chico cae mal tan pijo y bien peinado. Además, sufre lo suyo porque descubrimos que la masa alienígena y pegajosa deshace a todo el desgraciado que pilla. Genial. Lo bueno es que, como es un peli mezcla de terror y ciencia ficción, tiene que haber un festín sanguinolento que atraiga al espectador. Por eso, la sarta de muertes por obra y magia del pegote del espacio no tiene
desperdicio y es espectacular: a uno se lo merienda a través del fregadero, a otra en una cabina o a un jovencito salido cuando va a sobar a su novia dormida (esta escena es sublime). Incluso cae el sheriff. Pero lo bueno de todo esto es que, al deshacer los cuerpos, los trocitos de estos se quedan cual tropezones en el tejido del bicho pegajoso, dando una sensación de asco muy acertada y, desde luego, efectiva para contar la historia. Por eso, los efectos especiales, a pesar de la época de la que estamos hablando, resultan increíblemente creíbles y, sobre todo, bien hechos. Además, como esta peli es antes de la era del ordenador, damos por supuesto que lo que vemos existía, bien en forma de maniquí, bien en forma de miniatura, otorgando a la peli un realismo más que considerable y una naturalidad sorprendente.


Antes. Atentos a la cara del colega.


Después. Atentos a la cara de la chica.


Se puede ser alien y moco 
pero no por ello no hacer la digestión


Pero no de solo muertes se alimenta una trama, por muy molón que sea el extraterrestre de turno (y este, como dijo alguien que no quiero recordar, mola mazo) y el guión se complica un poquito cuando aparecen los militares. Si te recuerda un poco a E. T no te preocupes, a mí me ha pasado lo mismo pero la cosa no molesta. Y es ahí donde el tema se pone más predecible puesto que está claro que los peces gordos del gobierno quieren hacerse con el alien sin que les importe un comino la población terrestre. No pasa nada. La escena del cine (que me trae un regustillo a los Gremlins) lo soluciona porque es un momento muy bien rodado y espectacular. Quizás una de las razones es que todo ocurre muy rápido y a oscuras, sin que podamos ver con claridad nada.








Lo que sigue a continuación es, como es obvio, el enfrentamiento final con la criatura que, puestos a hacer comparaciones, puede llegar a parecer que inspiró a James Cameron para su Terminator 2. Tu piensa en el frío como medio de defensa y seguro que me entiendes. 


Pero, ¿qué es la criatura en sí? Esto esconde una sorpresa que prefiero no contar para que veas la peli y me cuentes tú luego pero, sin duda, me parece un detalle muy acertado.





Como puedes ver, una trama que, para mí, me parece muy bien llevada, es entretenida como ella sola y no gasta ni un minuto en irse por las ramas y aburrir al personal. Durante hora y media, el entretenimiento está asegurado sin problemas.


Paso a los actores. Para mí, correctos todos ellos. Kevin Dillon queda bien de tipo duro (a veces demasiado) pero siempre me ha dado la impresión de que ese pelazo que luce no es natural, como si fuera peluca. Shawnee Smith como Meg también cumple y, por lo menos, es algo más que la niñita guapa en apuros. Hay más, como puedes imaginar, pero todos ellos son bastante secundarios y, si los menciono, el post sería del tamaño de un rollo de papel de cocina.


Esto ha sido todo. Como dije un poco más arriba, una peliculita ochentera (es una de sus gracias y encantos) que consigue su objetivo desde el primer minuto de metraje a saber: entretener que da gusto y pasarlo muy bien durante hora y media. Para que aprendan los de Hollywood: incluso antes, se hacían mejor los remakes.


Por cierto, atentos a la secuencia final. Grillada mental absoluta pero ahí queda.





Vigilad el cielo.







2 comentarios:

  1. jejejeje
    ham-buer-gue-sa!!!
    cada vez que veo estas peli, lo unico que me llega a mi cerebro, ganas de comer hamburguesas y con harto ketchup....

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