miércoles, 30 de mayo de 2012

Men in black 3

Men in black 3 (Men in Black 3)
(2012)
Director: Barry Sonnenfeld
Guión   : Etan Cohen
Will Smith
Tommy Lee Jones
James Brolin
Michael Chernus
Michael Stuhlbarg
Jemaine Clement
Emma Thompson





Un extraterrestre muy peligroso, Boris, el animal, escapa de su prisión en la Luna. Su objetivo es viajar al pasado y acabar con el Hombre de negro que le encerró: el agente K…

¡Y al fin, después de mucho esperar, nos llega la tercera entrega de los hombres de negro más famosos del cine!

Si hay algo que llame la atención de las películas de los Men in Black, aparte de todo tipo de alienígenas raros o situaciones más raras y apuradas aún, es lo espaciadas que están a lo largo del tiempo. Men in Black es de 1997 y todo un bombazo. Después de muchos, pero que muchos problemas de todo tipo (compromisos de Will Smith, presión de los estudios, Michael Jackson exigiendo su rostro en el cartel de la peli, al pobre director, Barry Sonnenfeld, casi le da un infarto…) nos llegó en 2002, Men in Black 2 que, para este que escribe, supuso un poco de decepción porque me dio que la historia la pensaron rápido y la terminaron peor. Después de que muchos no vieran con buenos ojos esta segunda entrega (los mismos responsables del estudio consideraron en su momento que la película sería un fracaso… cuando aún estaban en pre-producción, todo un gesto de ánimo para el pobre director), la posibilidad de una tercera entrega quedó en el aire. Pues bien, han tenido que pasar diez años para que, al fin, se decidieran a tirarse al pozo y arriesgarse con esta tercera parte. Vamos a por ello…
Vaya esto por delante: la película me ha gustado mucho. ¿La razón? Ha recuperado el espíritu de los personajes en la primera entrega, esa extraña pero perfecta mezcla de ciencia-ficción, aventuras y humor que ha caracterizado a estos individuos desde siempre. Y por encima de todo, estamos ante una película de aventuras. Pero vayamos poco a poco…
A favor debo destacar varias cosas. En primer lugar, la película empieza literalmente desde la primera escena. Esto no es en absoluto un modo de hablar. Ya desde el comienzo, conocemos al sanguinario, brutal y despiadado Boris utilizando como recurso el hecho de que recibe una tarta de la mano de una chica muy mona. De nuevo, el recurso de estas películas: mostrar una escena seria pero añadir un toque que no lo es tant que hace que ese equilibrio entre lo serio y lo cómico esté tan bien conseguido. En cuanto se escapa de la prisión en la que está encarcelado, sabemos que algo tiene que ver con el agente K. Más que nada, porque jura matarle. Ah, y si, encima, la susodicha prisión está nada menos que en la Luna, pues mejor que mejor. 
Boris, el animal. Como debe ser
Seguimos. Pasamos a la Tierra. Los hombres de negro están de luto: el agente Z ha pasado a mejor vida y la agente O (Emma Thompson) le sustituye. Y aquí somos testigos de nuevo de ese humor tan característico: entre el apasionado discurso que suelta K (Lee Jones) y el no menos alucinante con el que nos deleita O, más de una carcajada está asegurada en el cine.
Pero, como ya dije, una de las cosas que más me ha gustado de la cinta es la inmediatez. Y es que sabemos que algo pasa, y es algo gordo, desde el comienzo. K está más sieso que nunca y J no sabe muy bien qué demonios le sucede. Es entonces cuando conocemos el meollo de la trama que, a mí, me ha parecido bastante original y bien llevado: Boris quiere viajar al pasado para cargarse a K y, de este modo, poder invadir la Tierra a gusto en el futuro. Lo curioso es que lo consigue. Por eso el agente J debe viajar en el tiempo a impedirlo.
Esto va a generar dos cosas: por un lado, una subtrama que consiste en las aventuras de J allá por mil novecientos sesenta y nueve y los momentos curiosos que este viaje, por fuerza, genera. Por otro, la continuación de la trama principal en el pasado. Por eso, conocemos a un agente K (Brolin) que puede darnos más de una sorpresa porque, a parte de lucir la responsabilidad que le caracteriza por los cuatro costados, podemos ver que el amigo era charlatán, amigable, simpático y hasta ciertamente ligón.

Como puede verse, la historia, aunque se pueda englobar dentro de las pelis de viajes en el tiempo, me ha gustado mucho; me ha parecido bastante original y, sobre todo, encaja a la perfección con unos personajes que, bien llevados, pueden afrontar cualquier tipo de argumento. A fin de cuentas, en las dos anteriores se han enfrentado a prácticamente todo: aliens que recuerdan a cucarachas, gusanos gigantes, extraterrestres con cuerpo de modelo y una mala baba espacial considerable… ¿Qué les faltaba a los hombres de negro? Un viaje en el tiempo, claro. Pues aquí lo llevan a cabo. Y a bombo y platillo, además.

Hablar de los Men in Black siginifica hacer una referencia obligada al impacto visual de muchas escenas. Por eso, los efectos están muy bien, como no podría esperarse de otra forma. No hay que olvidar que la Industrial Light and Magic anda detrás de ellos y eso debe notarse por fuerza. Más aún cuando Ken Ralston (participante en El retorno del Jedi, entre otras muchas), anda en la tarea de supervisarlos. El tema de la espectacularidad digital (que existe, qué duda cabe) aquí me ha parecido bastante más medida que en las entregas anteriores. Esto no lo digo como falta, todo lo contrario. En las dos primeras películas siempre me dio la sensación de que, aparte de estar muy bien hechos los efectos (me encanta ese momento de la primera en la que el tipo se estira la piel tras salir del agujero) también tenían la función e lucirse un poco, algo así como estar ahí porque sí. Pues bien, en esta tercera película, efectos hay y aliens también (mirad el pobre de la bolera), pero el desfile de los mismos me ha parecido más ajustado con respecto a las anteriores. Me da que se han centrado mucho más en la historia que en lucirse a fuerza de tomas CGI, utilizando estas para ayudar a contar la historia, como debe ser. Y, para mí, eso  es algo que dice mucho a favor de esta peli. Y, si de efectos hablamos, que quede claro: el momento del salto temporal está muy bien hecho. Sin armatostes ni máquinas del tiempo espectaculares: un solo movimiento de pulgar es más que suficiente. Lo malo es que debes hacerlo cuando caes a toda velocidad de un edificio… Otra cosa:  me ha gustado bastante que hayan pasado de poner a esos gusanos que tanto juego dieron en la segunda parte. A mí siempre me pareció que se pasaron un poco con el “momento bicho” y que sus diálogos y acciones infantilizaron un poco la peli. Aquí, se les ve de refilón y adiós muy buenas. Menos mal.
¿Más puntos a favor? Claro. Para empezar, como dije antes, me ha parecido un acierto situar gran parte de la trama en 1969. Por eso, me ha encantado la escena con Andy Warhol (que no pienso comentar para que vayáis a verla), el toquecito sentimental que hay al final con Will Smith o las secuencias que, una vez en el pasado, hacen que K y J se conozcan más en profundidad (curioso, mucho más que en el tiempo presente)
Y esto me lleva a otra cuestión. Como ya dije antes, el humor es en los MIB algo habitual, un modo de aliviar tensiones en historias que podrían ponerse muy serias y que, en conjunto, ha hecho que estas películas triunfen aún más. Hay que admitirlo: si las hubieran hecho serias de cabo a rabo, hubieran perdido algo de gracia. Pues bien, en esta entrega sigue habiendo humor, eso sin duda pero, y admito que esta es una opinión totalmente personal, me ha parecido que dicho humor se ha representado de manera más sutil, más refrenada, Sí, claro, hay secuencias graciosas como el discurso anteriormente nombrado de O, las caras de Lee Jones o las ocurrencias de Smith, vale, pero, repito, me ha dado la impresión de que todo ha estado mucho más medido, como si se hubieran centrado mucho más en la historia antes que en andarse por las ramas. Y eso me lleva a otra consideración: esta película, al menos  para mí, es la que tiene un carácter de aventuras  más marcado de las tres.
¿Más? Sí. No hay que olvidar lo bien representada que ha estado la América de 1969 con respecto a todo tipo de detalles: ambientes, ropas, coches… Por no hablar de la recreación perfecta del Apolo en sus momentos previos de salir disparado hacia la Luna. Y si para muestra vale un botón, ved la escena que transcurre en el cohete mientras tratan de colocar el aparatito que servirá de escudo a la Tierra.

¿Y qué tal los actores? Pues muy bien, todos metidos hasta las gafas en sus respectivos papeles. Empezamos con Will Smith, es decir,  J. Como ya mostró en las dos anteriores, su personaje sigue siendo el de Junior, el de compañero joven, bocazas y graciosillo de la historia. Y es que, por mucho que se empeñe, K siempre sabrá algo más que él. Smith se muestra ágil, dinámico y cae simpático desde que aparece en pantalla. Por cierto, pregunta que dejo en el aire: ¿pasan los años para el prenda (si veis la peli descubriréis que esta palabra no es un modo chulesco mío de hablar) o soy yo que le veo prácticamente igual aunque más cachas? A saber… Su compañero, Tommy Lee Jones sigue en su línea, es decir, una especie de Clint Eastwood de los hombres de negro: duro, apenas gesticula, borde y de pocas palabras (me remito al panegírico que dedica a su “amigo” Z al comienzo de la cinta), es decir, que lo borda y sigue siendo el contrapunto ideal al dicharachero Smith. Tranquilos, que ese gesto amargo tiene una explicación. Seguimos con K, pero esta vez en su rol más joven con cuerpo y rostro de James Brolin. Este me ha parecido un Tommy Lee Jones joven perfecto. Los gestos, los ademanes, el modo de caminar, la cara de sieso… todo está calcado de Jones, lo que ha hecho que quede muy bien en la peli.


Y pasamos al malo, malísimo, interpretado esta vez por Jemaine Clement y que nos da un Boris bestia y sanguinario a partes iguales que está haciendo de las suyas desde el comienzo de la peli y que, además, cuenta con la ayuda de su yo joven. ¿Qué malo te ha gustado más de las entregas de los Hombres de Negro? El de la primera peli era el bicho asqueroso y gigante, el de la segunda, la extraterrestre con cuerpo de modelo y dedos de serpiente. En este caso, el modelo de villanos e aproxima más al bestia que no piensa pero sí dispara. Cuestión de gustos…
Mención aparte hay que hacer a los personajes secundarios. Para empezar, Emma Thompson como agente O y sustituta de Z, que aporta seriedad al personaje a la vez que su puntito cómico como puede verse en la escena del funeral de Z. Curioso como esta mujer, además de vestirse de niñeras mágicas y feas como un demonio, participa de manera secundaria o muy secundaria en cintas que suelen ser bombazos (ahí están algunas entregas de Harry Potter o Soy Leyenda) Michael Chernus es Jeffrey Price, el responsable de los viajes en el tiempo y friki total que, cuando habla, recuerda al Ned Flanders de Los Simpsons (terminando en “cillo” muchas de sus palabras) En resumen, un tío raro. Y si de elementos raros hablamos, mención aparte tiene Michael Stuhlbarg como Griffin, un personaje extraño donde los haya que sabe qué va a pasar en el futuro (o futuros) inmediatos y que, nada más verle, uno sabe que esconde algo, sobre todo, debajo de ese gorro hortera que le han puesto.
En resumidas cuentas, un película que me ha gustado mucho y que, sin duda, recomiendo que veáis. Tengo que admitir que, tras la segunda, me costaba creer que hubiera una tercera entrega y que, además, resultara interesante. Con todo, se ve que  Sonnenfeld y su equipo se han puesto las pilas y han sabido aprender de los errores porque, sin duda, han sabido elaborar un nuevo episodio muy digno y, sobre todo, divertido. La película sabe entretener desde que empieza hasta que acaba; contiene momentos de guasa, trepidantes e, incluso, se toman la libertad de añadir el puntito justo de toque emocional sin llegar a resultar ñoño. ¿Qué más se le puede pedir a una cinta que trata de una sociedad secreta que tiene como objetivo proteger la Tierra de amenazas alienígenas? Pues eso…

¿Habrá Men in Black 4? Yo espero que sí. Pero, por favor, que no se tomen tantos años para hacerla.
Vedla, disfrutad y, a propósito de esta cinta… ¡vigilad el cielo!

Un Hombre de Negro

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